►Título original: Commonwealth
►Traducción: Carmen Francí Ventosa
►Año: 2016
►Editorial: Alianza de Novelas
►Páginas: 352
►Valoración: ★★★★½
Una de las cualidades más apasionantes de la literatura es su infinita plasticidad. Sí, su inagotable arsenal de recursos. Dame treinta segundos y te nombraré cien novelas que abordan la complejidad de las relaciones familiares desde perspectivas disjuntas. Sin embargo, lejos de extinguirse, la cantidad de posibles representaciones que se pueden hacer del ecosistema doméstico no hace sino multiplicarse con el tiempo. Ann Patchett, escritora norteamericana de libros como Bel Canto o El corazón de la jungla, entiende los lazos familiares como una forma de organización territorial. Una alianza casual de individuos con circunstancias comunes. Haciendo uso de una irresistible y vibrante inteligencia narrativa, Patchett transforma eso que mucha gente percibe como una unión perfecta e inseparable en algo que se puede volatilizar con un simple beso. Una traición imperdonable de los convenios y tratados previamente acordados por sus integrantes.
La historia de Comunidad se abre con la controvertida disolución de dos matrimonios. De manera espontánea, Bert Cousins seduce a Beverly Keating en la fiesta del bautizo de su hija Franny. A partir de ese momento, los destinos de ambas familias quedarán entrelazados y los seis hijos (Franny y Caroline Keating, así como Cal, Holly, Jeanette y Albie Cousins) establecerán un inesperado vínculo de amistad, tan extraño como auténtico, que perdurará durante las cinco décadas posteriores. Patchett describe de manera demoledora sobre la desilusión intrínseca que sobreviene tras el divorcio y cómo este suceso tan traumático afecta de manera diferente a las vidas de cada personaje, trastocando su rutina y su estabilidad, imprimiendo una huella indeleble en sus personalidades, destruyendo por completo su fe en el futuro. No obstante, Ann Patchett traza además un interesante recorrido que trata de desentrañar las raíces mismas del afecto y cómo este puede provenir de las personas que menos nos imaginamos.
Aunque cada capítulo de Comunidad está narrado por diferentes personajes, Franny Cousins va convirtiéndose poco a poco en la piedra angular del relato. Su relación con el famoso escritor Leon Posen desemboca en una novela donde el autor vuelca las confesiones que Franny le hace acerca de sus hermanos, los recuerdos de la infancia y, en especial, un dramático episodio que tuvieron que afrontar de pequeños y cuyos detalles, años después, aún siguen tratando de esclarecer. Patchett reflexiona así sobre la tendencia humana a revisionar y modificar el pasado, no siempre de forma consciente, y el enorme efecto transformador de las historias que nos contamos a nosotros mismos.
Pero, más allá de un argumento potente que la autora desarrolla de forma magnífica, lo que más sobresale de Comunidad es sin duda la arrebatadora viveza de sus personajes y la excepcional naturalidad de su prosa. Patchett narra con una gracilidad y un dominio de la escena sencillamente asombrosos. Salpica las páginas con detalles propios de una observadora sagaz, extendiendo sin prisas pero de manera firme las nudosas ramas de ese árbol genealógico que va uniendo y separando a los protagonistas. Comunidad es de esos libros en los que sumergirse en la psicología de los personajes produce, no solo un inmenso placer, sino una cálida y reconfortante sensación de familiaridad, de conexión, de empatía. Me ha parecido que la autora construye un soberbio edificio narrativo con admirable economía de medios, sin perder por el camino ni un ápice de fuerza ni sensibilidad. Un libro absolutamente recomendable que se encuentra, como habréis podido adivinar, entre los mejores que he leído este año.
La historia de Comunidad se abre con la controvertida disolución de dos matrimonios. De manera espontánea, Bert Cousins seduce a Beverly Keating en la fiesta del bautizo de su hija Franny. A partir de ese momento, los destinos de ambas familias quedarán entrelazados y los seis hijos (Franny y Caroline Keating, así como Cal, Holly, Jeanette y Albie Cousins) establecerán un inesperado vínculo de amistad, tan extraño como auténtico, que perdurará durante las cinco décadas posteriores. Patchett describe de manera demoledora sobre la desilusión intrínseca que sobreviene tras el divorcio y cómo este suceso tan traumático afecta de manera diferente a las vidas de cada personaje, trastocando su rutina y su estabilidad, imprimiendo una huella indeleble en sus personalidades, destruyendo por completo su fe en el futuro. No obstante, Ann Patchett traza además un interesante recorrido que trata de desentrañar las raíces mismas del afecto y cómo este puede provenir de las personas que menos nos imaginamos.
Aunque cada capítulo de Comunidad está narrado por diferentes personajes, Franny Cousins va convirtiéndose poco a poco en la piedra angular del relato. Su relación con el famoso escritor Leon Posen desemboca en una novela donde el autor vuelca las confesiones que Franny le hace acerca de sus hermanos, los recuerdos de la infancia y, en especial, un dramático episodio que tuvieron que afrontar de pequeños y cuyos detalles, años después, aún siguen tratando de esclarecer. Patchett reflexiona así sobre la tendencia humana a revisionar y modificar el pasado, no siempre de forma consciente, y el enorme efecto transformador de las historias que nos contamos a nosotros mismos.
Pero, más allá de un argumento potente que la autora desarrolla de forma magnífica, lo que más sobresale de Comunidad es sin duda la arrebatadora viveza de sus personajes y la excepcional naturalidad de su prosa. Patchett narra con una gracilidad y un dominio de la escena sencillamente asombrosos. Salpica las páginas con detalles propios de una observadora sagaz, extendiendo sin prisas pero de manera firme las nudosas ramas de ese árbol genealógico que va uniendo y separando a los protagonistas. Comunidad es de esos libros en los que sumergirse en la psicología de los personajes produce, no solo un inmenso placer, sino una cálida y reconfortante sensación de familiaridad, de conexión, de empatía. Me ha parecido que la autora construye un soberbio edificio narrativo con admirable economía de medios, sin perder por el camino ni un ápice de fuerza ni sensibilidad. Un libro absolutamente recomendable que se encuentra, como habréis podido adivinar, entre los mejores que he leído este año.
Una de mis mejores lecturas de este verano
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