Festín de cuervos es sin duda alguna el libro que más a dividido a los fans de Canción de Hielo y Fuego. Martin se enfrentaba a varios y duros retos en lo que a la publicación de esta cuarta entrega se refiere, a saber, superar las expectativas generadas por el anterior volumen (Tormenta de espadas), recompensar la infinita paciencia de los seguidores que tuvieron que esperar durante cinco años la aparición de este libro, y por último, allanar el terreno para el aterrizaje de la tan ansiada quinta parte, Danza de dragones. Pues bien, después de haber leído Festín de cuervos en menos de lo que canta un gallo, me pongo en el pellejo de aquellos que llevaban tanto tiempo tirándose de los pelos por conseguir un ejemplar del libro y coincido con ellos en que esta cuarta parte no ha sabido cumplir los objetivos marcados por los más devotos lectores. El propio Martin nos explica los posibles motivos de su más sonado desatino hasta la fecha: ante la imposibilidad de condensar en un único libro todo lo que nos quería contar, decidió dividir la historia en dos grupos de personajes y centrarse solamente en uno de ellos. Pero claro, si los personajes de los que has preferido prescindir (Jon, Tyrion, Daenerys, Davos) son casualmente los más queridos por el público, puede que la jugada te acabe saliendo muy mal.
Título: Festín de cuervos
Autor: George R.R. Martin
Año de publicación: 2007
Género: Novela, fantasía
Editorial: Gigamesh
Páginas: 864
PVP: 28.00
ISBN: 9788496208995
Sinopsis
Las circunstancias han forzado una tregua en la guerra de los Cinco Reyes. Los intrigantes miembros de la Casa Lannister intentan consolidar su hegemonía en Poniente; la flota de las Islas del Hierro se congrega para la elección de un rey que restituya la gloria perdida del Trono de Piedramar, y en Dorne, el único de los Siete Reinos que aún no interviene en el conflicto, todavía se recuerda con dolor y rabia el asesinato de la princesa Elia y los herederos de los Targaryen. Entre tanto, Brienne de Tarth parte en busca de Sansa Stark en cumplimiento de un promesa, y Samwell Tarly regresa de las tierras inhóspitas del Muro con un anciano, una mujer y un niño de pecho.
"-Es verdad -reflexionó Alleras el Esfinge-, y si de nuevo hay dragones en el mundo...
-Dragones y cosas más sombrías -dijo Leo-. Las ovejas grises han cerrado los ojos, pero el mastín prefiere ver la verdad. Se están despertando poderes antiguos. Las sombras se agitan. Pronto se cernirá sobre nosotros una era de maravillas y horrores, una era de dioses y héroes. -Se estiró y esbozó su sonrisa perezosa-. Yo diría que eso bien vale una ronda."
Opinión
Queda todavía mucho tiempo para que finalice esta inolvidable saga de fantasía épica que ha calado tan hondo en el corazón de millones de lectores por todo el globo, aún no sé qué cosas nos deparará Canción de Hielo y Fuego en años venideros y estoy completamente seguro de que Martin ha debido de guardarse algún que otro as en la manga, pero a día de hoy, es innegable que Tormenta de espadas marcó un importante hito en el desarrollo de la historia, un giro de los acontecimientos que muchos tardaremos en olvidar (y perdonar). Todos los personajes quedaron en una situación bastante precaria, por lo que la expectación ante este libro era máxima. Así pues, la balanza de poder se inclina providencialmente hacia el lado de los Lannister y mientras los Siete Reinos intentan sobreponerse a las consecuencias de la guerra, los miembros de dicha Casa concentran sus esfuerzos en consolidar las posiciones.
Cersei ha logrado alcanzar el sueño que tanto tiempo llevaba persiguiendo: gobernar como regente en el lugar de su hijo, entretejiendo nuevas y despiadadas intrigas con el objetivo de aniquilar a sus oponentes. Jaime confía cada vez menos en su hermana hasta el punto de tener que replantearse sus lealtades. Tyrion ha desaparecido y no sabremos nada de él hasta la llegada del quinto volumen, pero su presencia seguirá siendo una fuente de disputas entre los miembros del Consejo real. La guerra ha terminado, pero los peligros acechan constantemente desde los más oscuros rincones, y esa es una lección que muchos de nuestros personajes no tardarán en aprender.
"-Tras toda batalla, los cuervos acuden a cientos, a miles, para celebrar un festín con la carne de los caídos. Un cuervo es capaz de divisar la muerte a distancia. Y yo os digo que todo Poniente se está muriendo. Los que me sigan celebrarán un festín que durará hasta el fin de sus días."
Martin ha decidido darse un respiro con Festín de cuervos. Era imposible mantener el ritmo de la historia a un nivel tan alto después del clímax que supuso el anterior libro (algo que no me cansaré de repetir), sin embargo, el escritor norteamericano nos descubre nuevos horizontes y perspectivas completamente distintas a lo ya visto hasta el momento mediante la aparición de nuevos personajes, nuevos puntos de vista que nos sitúan en lugares tan exóticos, desconocidos e inexplorados como por ejemplo las arenas de Dorne, el inmenso puerto de Braavos o la Ciudadela donde los maestres forjan sus famosas cadenas. Lo cierto es que se agradece bastante la presencia de estos escenarios, y aunque indudablemente la historia principal gira en torno a lo que sucede en Desembarco del Rey, también seremos testigos de cómo el resto de grandes Casas luchan por cumplir sus propios objetivos, encaminados hacia los crecientes rumores que hablan de dioses, dragones y antigua magia.
Mención especial merecen en este libro los integrantes de la Casa Greyjoy, hasta ahora quizá los menos implicados en el transcurso de la guerra. Los pocos capítulos narrados por algún miembro de esta Casa me han parecido sencillamente fascinantes. Martin ha sabido sacar el máximo provecho a la supuesta inferioridad de los Greyjoy, sus complejos y arcaicos rituales, la increíble magnitud de su flota y el carisma que destilan tanto Asha como Aeron, Euron y Victarion para ofrecernos un arco argumental que durante casi todo el libro parece latente pero que promete dar mucho juego en un futuro cercano. Por otro lado, Doran Martell, desde su palacio en Lanza del Sol, hace todo lo posible por reprimir las exigencias de sus sobrinas, quienes claman venganza por los agravios cometidos contra el honor de los Martell, sin saber que su actitud beligerante solo traerá destrucción y ruina al único de los Siete Reinos que se ha librado del conflicto. Como se puede comprobar, estamos ante una novela con un ritmo pausado, de carácter estratégico, que nos ofrece una visión bastante amplia de lo que podremos encontrar en el próximo libro, pero que carece de toda la acción que sí hemos podido disfrutar en otra entregas. Entiendo que para quien lleve años esperando entre tomo y tomo, el planteamiento pueda resultar desagradable, erróneo o aburrido hasta el extremo, pero a mí, que solo he dejado correr un par de semanas, la idea me parece tan soberbia como cualquier otra procedente de Martin, y más teniendo en cuenta los sobresaliente resultados.
Martin ha decidido darse un respiro con Festín de cuervos. Era imposible mantener el ritmo de la historia a un nivel tan alto después del clímax que supuso el anterior libro (algo que no me cansaré de repetir), sin embargo, el escritor norteamericano nos descubre nuevos horizontes y perspectivas completamente distintas a lo ya visto hasta el momento mediante la aparición de nuevos personajes, nuevos puntos de vista que nos sitúan en lugares tan exóticos, desconocidos e inexplorados como por ejemplo las arenas de Dorne, el inmenso puerto de Braavos o la Ciudadela donde los maestres forjan sus famosas cadenas. Lo cierto es que se agradece bastante la presencia de estos escenarios, y aunque indudablemente la historia principal gira en torno a lo que sucede en Desembarco del Rey, también seremos testigos de cómo el resto de grandes Casas luchan por cumplir sus propios objetivos, encaminados hacia los crecientes rumores que hablan de dioses, dragones y antigua magia.
Mención especial merecen en este libro los integrantes de la Casa Greyjoy, hasta ahora quizá los menos implicados en el transcurso de la guerra. Los pocos capítulos narrados por algún miembro de esta Casa me han parecido sencillamente fascinantes. Martin ha sabido sacar el máximo provecho a la supuesta inferioridad de los Greyjoy, sus complejos y arcaicos rituales, la increíble magnitud de su flota y el carisma que destilan tanto Asha como Aeron, Euron y Victarion para ofrecernos un arco argumental que durante casi todo el libro parece latente pero que promete dar mucho juego en un futuro cercano. Por otro lado, Doran Martell, desde su palacio en Lanza del Sol, hace todo lo posible por reprimir las exigencias de sus sobrinas, quienes claman venganza por los agravios cometidos contra el honor de los Martell, sin saber que su actitud beligerante solo traerá destrucción y ruina al único de los Siete Reinos que se ha librado del conflicto. Como se puede comprobar, estamos ante una novela con un ritmo pausado, de carácter estratégico, que nos ofrece una visión bastante amplia de lo que podremos encontrar en el próximo libro, pero que carece de toda la acción que sí hemos podido disfrutar en otra entregas. Entiendo que para quien lleve años esperando entre tomo y tomo, el planteamiento pueda resultar desagradable, erróneo o aburrido hasta el extremo, pero a mí, que solo he dejado correr un par de semanas, la idea me parece tan soberbia como cualquier otra procedente de Martin, y más teniendo en cuenta los sobresaliente resultados.
"-Mientes -dijo él-. Todo el mundo miente cuando tiene miedo. Algunos dicen muchas mentiras; otros, pocas. Algunos sólo tienen una gran mentira y la dicen tan a menudo que casi llegan a creerla... Aunque en su interior siempre sabrán que sigue siendo mentira, y eso se reflejará en su rostro."
Manteniéndose fiel al estilo narrativo al que nos tiene acostumbrados, así como a su talento a la hora de plasmar las ideas sobre el papel, Martin nos ofrece un nuevo pasaporte a Poniente que, bajo mi punto de vista, sí está a la altura del resto. Festín de cuervos es un capítulo atípico, cierto, pero no por ello menos virtuoso ni descolorido que los demás. Plantea nuevos interrogantes, resuelve algún que otro misterio, mantiene la intriga durante más de 800 páginas, posee varios golpes de efecto que te dejarán con la boca seca y por si fuera poco, nos abre el apetito de cara a la inminente llegada del quinto volumen, Danza de dragones, una novela que promete estar cargada de toda la emoción, la magia y el entretenimiento que a muchos se les ha pasado por alto en este cuarto episodio de Canción de Hielo y Fuego. ¿He echado de menos a Jon? Sí. ¿A Daenerys? También ¿A Tyrion? Sobre todo. Pero no por ello puedo menospreciar la increíble calidad de la que hace gala esta novela. Los fans de Martin y de todo el universo que ha creado con su portentosa imaginación nos queda el lento consuelo de saber que cada día que pasa, es uno menos que nos queda para saber cómo termina todo, a pesar de que cada uno de ellos sea una dolorosa agonía. Algún día tendré en mis manos el séptimo y último libro, mi cara será la viva imagen de la felicidad y por fin podré morir tranquilo. Aunque lo más probable es que antes nos convirtamos todos en carroña, carroña para los cuervos.
Manteniéndose fiel al estilo narrativo al que nos tiene acostumbrados, así como a su talento a la hora de plasmar las ideas sobre el papel, Martin nos ofrece un nuevo pasaporte a Poniente que, bajo mi punto de vista, sí está a la altura del resto. Festín de cuervos es un capítulo atípico, cierto, pero no por ello menos virtuoso ni descolorido que los demás. Plantea nuevos interrogantes, resuelve algún que otro misterio, mantiene la intriga durante más de 800 páginas, posee varios golpes de efecto que te dejarán con la boca seca y por si fuera poco, nos abre el apetito de cara a la inminente llegada del quinto volumen, Danza de dragones, una novela que promete estar cargada de toda la emoción, la magia y el entretenimiento que a muchos se les ha pasado por alto en este cuarto episodio de Canción de Hielo y Fuego. ¿He echado de menos a Jon? Sí. ¿A Daenerys? También ¿A Tyrion? Sobre todo. Pero no por ello puedo menospreciar la increíble calidad de la que hace gala esta novela. Los fans de Martin y de todo el universo que ha creado con su portentosa imaginación nos queda el lento consuelo de saber que cada día que pasa, es uno menos que nos queda para saber cómo termina todo, a pesar de que cada uno de ellos sea una dolorosa agonía. Algún día tendré en mis manos el séptimo y último libro, mi cara será la viva imagen de la felicidad y por fin podré morir tranquilo. Aunque lo más probable es que antes nos convirtamos todos en carroña, carroña para los cuervos.
Puntuación
Festín de cuervos
5/5
Excelente