Aunque American Gods es de momento mi única incursión en la obra de Neil Gaiman, este autor británico tienen una indiscutible reputación como narrador, teniendo en su haber novelas tan conocidas y elogiadas como Coraline, Stardust, Buenos Presagios (en colaboración con Terry Pratchett), El libro del cementerio o la magnífica colección de cómics The Sandman. Mucho antes de que cayera en mis manos, había oído hablar auténticas maravillas sobre American Gods, una novela que en el año 2002 fue galardonada con los premios Hugo, Nébula, Locus y Bram Stoker, convirtiéndose así en una pieza de referencia absoluta para los amantes del género fantástico. Conmemorando el décimo aniversario de su lanzamiento, Roca Editorial nos trae una edición extendida, revisada y nuevamente traducida de este clásico moderno de lectura casi obligada, una oportunidad perfecta para adentrarse (de nuevo o por primera vez) en la magistral percepción de nuestro mundo que tiene Gaiman.
Título: American Gods
Autor: Neil Gaiman
Año de publicación: 2012 (2002)
Género: Novela, fantasía
Editorial: Roca Editorial
Páginas: 560
PVP: 19.95
ISBN: 9788499185422
Sinopsis
Días antes de salir de prisión, la mujer de Sombra, Laura, muere en un misterioso accidente de coche. Aturdido por el dolor, emprende el regreso a casa. En el avión, se encontrará con el enigmático señor Miércoles, que dice ser un refugiado de una guerra antigua, un dios y también el rey de América.
Juntos se embarcan en un viaje extraño a través de los Estados Unidos, mientras una tormenta de dimensiones épicas amenaza con desencadenarse.
Poco a poco descubriremos que Miércoles es una encarnación de Odín y que está reclutando viejos dioses, cuyos poderes han disminuido por el tiempo y la falta de creyentes, para participar en una guerra contra los nuevos dioses: aquellos que conforman la tecnología moderna.
Opinión
Dioses, criaturas mitológicas, ritos ancestrales, héroes legendarios, poderosos adversarios, una gran batalla asomándose por el horizonte... muy mal lo tienes que hacer para que juntando todo eso el resultado no sea completamente épico. Es cierto que existen bastantes otras novelas con características similares o que abordan los mismos temas, pero lo que hace de American Gods una obra tan magistral rompedora, soberbia e imprescindible en la biblioteca personal de cualquier aficionado al género, es sin duda que constituye un todo mucho mayor que la suma de sus partes. Al principio me resulto extraño que en la contraportada del libro no apareciera ningún tipo de sinopsis, tan solo una lista de los premios que se había llevado la obra hace ya 10 años y una serie de recomendaciones un tanto grandilocuentes, pero es que tratar de resumir el argumento de American Gods en unas breves líneas sería cometer un profundo e innecesario error. Todo lo que necesitáis saber de este libro es que cambiará vuestro conocimiento del mundo, que os hará reflexionar largo y tendido sobre temas de profundo calado y que irremediablemente os atrapará con la hermosura de sus palabras.
Lo que hay que tener presente para entender la historia de Estados Unidos es que es ficticia, algo tan simple como un boceto a carboncillo que hasta los niños, o los que se aburren con facilidad, pueden entender. En su mayor parte está todavía sin investigar, sin imaginar, sin meditar; es la representación de la cosa y no la cosa en sí. Es una gran ficción.
Sin embargo, a los más incrédulos, los escépticos, diré que American Gods arranca poco antes de la puesta en libertad de Sombra, un hombre cuando menos extraño, introspectivo y en ocasiones taciturno, un personaje muy alejado del típico protagonista en el que recaen la suerte, las virtudes y las buenas intenciones. El único anhelo de Sombra, reencontrarse con su mujer tras una larga temporada entre rejas, se verá truncado por culpa de un fatídico accidente de tráfico que se lleva la vida de su esposa y de un conocido con el que parece haber compartido algo más que palabras. Aturdido por la noticia, incapaz de asimilar el fallecimiento de Laura y a pesar de la traición cometida, Sombra ha perdido todo cuanto tenía para él algo de significado, por lo que emprende el camino a casa sumido en un estado de completa enajenación emocional. En el avión que lo lleva de vuelta al lugar donde reposan los restos de su mujer, Sombra se encuentra con un individuo extraño, enigmático y entrometido, un personaje peculiar hasta el extremo que pretende reclutar a Sombra para una misión de vital importancia. Este hombre llamado Wednesday resulta ser nada más y nada menos que una encarnación de Odín, el mítico dios nórdico, y la misión para la que requiere los servicios de nuestro protagonista es la de contactar con el resto de dioses antiguos esparcidos por toda la geografía norteamericana para librar una batalla definitiva contra las nuevas deidades, los adalides de la vanguardia tecnológica.
-¿Quién eres? -preguntó Sombra.
-Vale -dijo ella-. Buena pregunta. Soy la caja tonta. Soy la televisión. Soy el ojo que todo lo ve y el mundo del rayo catódico. Soy el pequeño santuario que las familias adoran.
En American Gods recorreremos junto a Sombra enclaves oníricos e inolvidables emplazamientos rodeados de misterio, fantasías extraídas de un abigarrado cocktail cultural con tintes psicotrópicos que abarca desde la mitología escandinava hasta la egipcia, hindú, centroafricana, irlandesa, griega y amerindia, todo ello narrado con una reconfortante habilidad para mantenerte pegado a sus páginas aunque la lentitud de la trama pueda parecer exasperante. Esta magnífica novela de Neil Gaiman rebosa inteligencia, malicia y lirismo en cantidades industriales, está plagada de citas inolvidables, impactantes y cargadas de energía, por no decir que abunda en contundentes metáforas sobre historia, moral, religión y los valores que promueve esta sociedad consumista de a menudo difícil comprensión pero igualmente fascinantes. La historia protagonizada por Sombra se intercala en algunas ocasiones con pasajes en apariencia inconexos que profundizan en los cimientos de la novela y que ayudan a esclarecer acontecimientos posteriores, por lo que es preciso tenerlos muy en cuenta. La caracterización de los dioses que propone Gaiman es compleja y al mismo tiempo asombrosa. Los diálogos fluidos, vibrantes, significativos. Ahora bien, este libro no es una simple loncha de embutido. Es un buen entrecot. Y por eso, más de uno quizá se vea abrumado por su ambigüedad y las descomunales dimensiones de su contenido. Sin embargo, con sus aciertos y sus contados desatinos, a mí me ha parecido de las lecturas más estimulantes, profundas y al mismo tiempo recreativas que he tenido el placer de degustar en mucho tiempo, es un alarde de literatura, un triunfo de la originalidad frente a la monotonía, una catarsis, en definitiva, un libro muy arriesgado pero que no te puedes perder bajo ningún concepto. Yo ya he terminado de luchar, pero los dioses te siguen esperando.
Puntuación
American Gods