Top 20: Los mejores libros de 2014

lunes, 22 de diciembre de 2014

Nadie se acordará de 2014. No ha sido un año especialmente notable, ni en lo personal, ni en lo musical, ni en lo literario, ni en lo cinematográfico, ni en prácticamente ninguno de los campos que despiertan aunque sea un ápice esa necesidad mía de clasificar mis objetos de deseo según cierto orden de prioridad. Cuando uno repasa los acontecimientos del último curso y no tiene dificultades a la hora de separar lo mejor de lo peor, la paja del grano, lo relevante de aquello que es completamente trivial... sabe que algo no funciona como debería. La euforia inicial se retira como un pérfido oleaje, dejando claro que al fin y al cabo no hay tantos tesoros que desenterrar. Aún así, no se puede negar que en los últimos doce meses muchas y muy buenas lecturas han pasado por mi ajetreado escritorio de crítico aficionado. Autores para mí conocidos han conseguido ascender a la categoría de escritores consagrados, mientras que otras jóvenes promesas han sabido dar un sonado campanazo y colarse a pesar de su inexperiencia en mi particular ranking anual. Géneros, historias y formatos que en circunstancias normales nunca me hubiera atrevido a probar han encontrado este año su hueco en la cima. Pero como ya he dicho, 2014 ha sido más bien un año anodino. Arriesgarse era una necesidad más impuesta que nunca. Y después de hacer criba entre casi 65.000 páginas de novelas, biografías, cómics, colecciones de relatos y otras inclasificables apuestas editoriales, esto es lo que ha dado de sí el tejido organizativo de mi cerebro. 20 libros que se llevan algo de mí y yo algo de ellos. 20 libros que salvaría sin ninguna duda de un incendio. 20 libros que quiero recordar de 2014 en este año perfecto para olvidar. 


Top 20



20. Vicious: Esta espectacular y absorbente novela de superhéroes es prueba irrefutable de que no todo lo que se cuece dentro del género juvenil es un sucedáneo del típico romance paranormal. Dos antagonistas inolvidables se enzarzan en una lucha épica por derrotar los efectos de la muerte y conseguir poderes más allá de lo normal. ¿Lograrán su objetivo o serán consumidos por su propia ambición?


19. Los lanzallamas: Ningún símil pirotécnico es capaz de capturar por completo la esencia de esta incombustible novela, situada a medio camino entre la crónica histórica y un flamígero romance pasado de vueltas. Una bala directa al corazón. Chirrido de llantas, rugidos de motor y el ensordecedor zumbido de un cohete viajando a cientos de kilómetros por hora. ¿Os hacéis ya una idea de cómo es el sensacional regreso de Rachel Kushner?


18. Canciones de amor a quemarropa: Las más grandes historias de amor a veces se fraguan en lugares pequeños, como el pueblo norteamericano en el que se dan cita los protagonistas de esta deliciosa novela cuya banda sonora podría haber sido compuesta por alguien como Bon Iver. Melancólico, sincero y emocionalmente desbordante, el debut de Nickolas Butler es una armoniosa sinfonía que versa sobre el amor, la amistad y los secretos sobre los que a menudo se asientan.



17. La glándula de Ícaro: El futuro es tan inevitable como aterrador. Las grandes expectativas sobre lo que nos depara el porvenir se ensombrecen a medida que uno se para a reflexionar en sus consecuencias. Por eso, es toda una suerte contar con escritores como la rusa Anna Starobinets, quien a través de sus indescriptibles relatos que mezclan terror y ficción científica nos conduce a través de escenarios inalcanzables para una imaginación estándar.



16. Noggin: John Corey Whaley parte de una idea retorcida, macabra y a la vez salvajemente divertida para elaborar una certera metáfora sobre lo que significa ser adolescente y de repente perder el control de absolutamente todo aspecto de tu vida. ¿Te imaginas despertar un idea y descubrir que han atado tu cabeza a un cuerpo que no es el tuyo? Pues ya no hace falta, porque este libro supone la crónica definitiva de dicha experiencia extracorpórea. 

Próximamente.

15. Aniquilación: El intrépido grupo de expedicionarias que protagoniza la primera parte de esta trilogía se adentra en las profundidades de la misteriosa Área X para intentar comprender la naturaleza de un fenómeno sobrenatural. Lo que ocurre después es puro humo, desconcierto y la más desesperante especulación. Aburrido, infumable y pretencioso para unos; para mí, de las mejores novelas de ciencia-ficción que han salido este año en nuestro país.



14. La joven ahogadaLa de Caitlín R. Kiernan es una historia de fantasmas. Pero no es de fantasmas. Es una historia de sirenas y de hombres lobo y de jóvenes encontradas en la orilla de un río. De demonios personales. De amor, arte, locura y oscuridad. Un cuento fúnebre, una biografía alucinógena, un desbordante ejercicio de creatividad narrativa ejecutado con maestría. Una novela estimulante y conflictiva, absolutamente imprescindible si te gusta pensar que no eres tú quien vive al otro lado del espejo.


13. Americanah: El pelo como leit motiv de una historia es algo que no se ve todos los días. Sin embargo, ese no es más que uno de los motivos por los que la última novela de Chimamanda Ngozi Adichie resulta tan extraordinaria. Narrada con pasión, garra, una brutal sinceridad y un beligerante sentido del humor, la odisea transcontinental de Ifemelu en busca de la felicidad y la oportunidad de labrarse un futuro próspero anida en el corazón de quien se atreve a leerla.


12. Big Brother: A pesar de sus evidentes reminiscencias orwellianas, la novela de Shriver poco o nada tiene que ver con 1984 y su emblemática mitología propia. En este libro, la autora de Tenemos que hablar de Kevin arremete duramente contra la delirante cultura alimenticia de Estados Unidos y de paso disecciona las complejas e intrincadas relaciones familiares de unos personajes que rayan en todo momento lo disfuncional.


11. Mr Mercedes: La primera novela policíaca de Stephen King transcurre completamente al margen de la legalidad y la infernal burocracia de las oficinas. En ella, un detective retirado languidece al borde del suicidio hasta que el culpable de un antiguo asesinato en masa se pone en contacto con él para restregarle su fracaso. A partir de ese momento, King nos sumerge en una trepidante persecución contrarreloj donde el fascinante, maquiavélico y retorcido carácter de sus protagonistas resplandece con un brillo cromado.


10. El accidente del teletransporte: Ned Beauman aúna en este libro la genialidad de un novelista experimentado y la irreverente frescura de un escritor primerizo. Si a todo eso le añades una pizca de furia narrativa, una sugerente mezcla de géneros, su cautivadora excelencia estilística y una sonrojante carencia de tapujos a la hora de abordar temas comprometidos, se obtiene como resultado la novela más anárquica y divertida que he tenido la oportunidad de leer en todo lo que va de año.


9. Saga: Son muchos los motivos para dejarse llevar por el explosivo cocktail narrativo engendrado por la desquiciada mente de Brian K. Vaughan e ilustrado de manera exuberante y espectacular por Fiona Staples. Inconvenientes, ninguno. Saga es una manifestación apoteósica y delirante de las más perversas fantasías que cualquier aficionado a la ciencia-ficción podría imaginar, una imprescindible novela gráfica repleta de escenas tan desternillantes como explícitas que no se corta ni un pelo a la hora de masacrar cualquier norma de protocolo.

Próximamente.

8. Hic Sunt Dracones: Los cuentos imposibles de Tim Pratt conforman un psicodélico recorrido por los temas más recurrentes del género fantástico mediante una aproximación tan cotidiana como extraordinaria. Esta magistral colección de relatos combina el más impactante sentido de la maravilla con situaciones y escenarios absolutamente habituales, creando así una atmósfera onírica y traslúcida donde todo tiene cabida y en la que la magia deja de ser una ficción para convertirse en el motor que impulsa la realidad en la que viven los personajes.

Próximamente. 

7. Pastoralia: Saunders es un escritor que no se deja leer muy a menudo, pero cada colección de relatos que saca al mercado se convierte rápidamente en objeto de veneración masiva. Y no es para menos, pues las breves narraciones que contiene esta nueva traducción de Pastoralia sirven como ejemplo aplastante de la superioridad narrativa ejercida por el escritor norteamericano. Subversiva, sediciosa y sublime, Pastoralia es una antología deslumbrante, tanto por el planteamiento de sus historias como por la demoledora ejecución de las mismas. 


6. Un minuto antes de la oscuridad: La producción narrativa española normalmente alimenta mis ganas de pedir una expatriación fulminante e inmediata, pero lo cierto es que Ismael Martínez Biurrun ha conseguido dinamitar mis prejuicios literarios hasta sus mismísimos cimientos. Y lo ha hecho con una demencial historia de supervivencia en calidad de distopía apocalíptica, aderezada con muchas y muy buenas dosis de terror psicológico, violencia explícita pero no gratuita y un estilo lapidario que es capaz de asestar puñaladas mortales en cada página. 


5. Stoner: He aquí el perfecto ejemplo de libro que en su momento pasa desapercibido a niveles denigrantes y que, décadas después, consigue reclamar la atención que por justicia le corresponde. Es difícil calificar una novela como Stoner con otro adjetivo que no sea el de 'obra maestra'. Su aparente inanidad argumental eclosiona a medida que avanzan las páginas en un emocionante universo interior del que es muy complicado escapar y con el que es prácticamente imposible no sentirse identificado. 

Próximamente.

4. Los vivos y los muertosPor este libro discurren la vida, la muerte y todo aquello que hay entre ellas, juntas, mezcladas en una extravagante amalgama en la que nada es imposible y donde las reglas que creíamos haber asimilado cobran de repente una dimensión radicalmente extraña. Intentar reducir el talento, genialidad y maestría de Joy Williams a una escala cuantificable o comprensible siquiera es un ejercicio vacío y estéril. Solo tienes que dejarte llevar. Y disfrutar de una de las experiencias más eclécticas e inolvidables que nos ha regalado el sector editorial este año.


3. Middlesex: La identidad sexual de un individuo y su formación como persona es elevada en esta novela a la categoría de epopeya neoclásica en un arriesgado pero exitoso intento de elaborar la gran novela americana. Middlesex narra con pelos y señales las vidas de varias generaciones de inmigrantes griegos que confluyen de forma abrumadora en una sola voz protagonista. Pero lo más asombroso de todo es que lo hace sin dejar escapar en ningún momento la atención del lector gracias a su vibrante ritmo y a la apabullante exhibición de estilo que realiza su autor.

Próximamente.

2. El jilguero: Donna Tartt ha elaborado a partir de un trágico suceso que marcará la vida de nuestro protagonista un emocionante relato de crecimiento y superación personal que tiene lugar en medio de una tempestuosa debacle adolescente. El jilguero es un inolvidable, desgarrador, tierno y maravilloso coming of age con aires dickensianos y cierto toque de misterio cuya principal voz narrativa ha de pasar a la historia de la literatura contemporánea con carácter urgente e irreversible. Theo Decker, ¡eres el antihéroe más entrañable que he conocido nunca! 


1. La casa de hojas: El experimento narrativo de Mark Z. Danielweski ha conseguido trascender todo tipo de barreras literarias, conceptuales y lingüísticas hasta el punto de ser casi imposible definir en términos actuales la experiencia que supone su lectura. Sus dimensiones físicas son finitas, pero en su interior esconde un auténtico agujero negro capaz de engullir horas, pensamientos y colapsar universos enteros. No es solo su atractiva mitología propia, su delirante maquetación ni el escrutinio absoluto del que es objeto. La casa de hojas es un ente que con el paso de los años ha cobrado vida propia y ahora el monstruo que habitaba encerrado en el laberinto de sus páginas ha encontrado un nuevo hogar en una versión más oscura de mí. Y no parece querer marcharse.

Próximamente.




IMM 58#

domingo, 7 de diciembre de 2014

"In my mailbox" es una sección nacida en Pop culture Junkie y que se extendió gracias a The story siren. Consiste en mostrar cada cierto tiempo los últimos libros adquiridos, ya sea comprados, regalados o enviados por parte de alguna editorial.




¡Hola a todos! Como viene siendo costumbre por estos lares, otro domingo más venimos a enseñaros los libros que hemos ido recolectando durante las últimas semanas (que no han sido pocos I regret nothing). ¿Les echáis un vistazo a nuestras últimas adquisiciones?



1. La fuerza de su mirada, Tim Powers: Nadie puede negar que el catálogo de Gigamesh durante los últimos meses ha estado indudablemente protagonizado por Powers y sus rocambolescos experimentos literarios. Aprovechando la salida al mercado de su aclamada continuación, la editorial catalana reedita esta obra emblemática donde famosos escritores del romanticismo inglés y legendarias criaturas pertenecientes a la mitología popular se dan la mano en una historia repleta de aventuras, humor y romances imposibles.


2. Ocúltame entre las tumbas, Tim Powers: La segunda parte de este prometedor binomio narrativo es uno de esos libros en los que es prácticamente imposible encontrar pega alguna, al menos de primeras. Una exquisita ambientación que bebe del Londres victoriano, un malogrado grupo de artistas malditos y vampiros muy cabreados que exigen saciar su implacable sed de venganza. ¿Puede nacer de este maravilloso batiburrillo algo que no logre cumplir mínimamente con las expectativas? Lo dudo mucho.


3. Champion, Marie Lu: La conclusión de la trilogía Legend es un libro que ha conseguido sorprenderme por su tremenda agilidad, su frescura y su capacidad de seguir aportando ideas originales a una historia que parecía algo estancada. Es cierto, tiene sus más y sus menos, pero como novela juvenil da perfectamente el pego y, lejos de pertenecer a una de esas sagas que da vergüenza ajena leer, Champion supone un digno broche final a las aventuras de Day y June.


4. Carthage, Joyce Carol Oates: Quien esté un poco al tanto de los movimientos -peristálticos, diría yo- que se producen cada año en torno a la proclamación del Premio Nobel de Literatura, sin duda sabrá lo mucho que suena el nombre de la escritora estadounidense como candidata a recibir dicho galardón. Y la novela afortunada que inaugura mi experiencia lectora con Carol Oates es Carthage, un oscuro thriller psicológico en el que se trata de esclarecer el repentino secuestro de una joven.


5. El mapa del caos, Félix J. Palma: Tras El mapa del tiempo y El mapa del cielo, Félix J. Palma pone fin a su espectacular trilogía victoriana con esta prometedora novela plagada de acción, aventuras y curiosos cameos literarios que ahora mismo estoy deseando devorar.  


6. El final de la historia, Lydia Davis: Alpha Decay se ha reservado una importante traca final para los últimos meses del año. Davis, conocida principalmente por su faceta como escritora de relatos, cierra el psicodélico catálogo de la editorial con la que es su primera novela hasta la fecha. Pero no pasa nada. Ya nos están poniendo los dientes largos con lo que se avecina a la vuelta de las vacaciones...


7. Mr. Mercedes, Stephen King: Parece mentira, pero hacía más de un año que no me adentraba en los inconfundibles terrenos literarios del Maestro (cosa rara e imperdonable en mí). Suerte que la vuelta no ha podido ser más satisfactoria. Haciendo un descomunal ejercicio de reinvención, King enfrenta a dos personajes demenciales y tremendamente carismáticos, consagrados a una mutua y sangrienta persecución. Podéis leer la reseña completa aquí.


8. Kokoro, Natsume Sōseki: Para celebrar el centenario de este clásico de Natsume Sōseki, la editorial Impedimenta ha sacado hace poco esta maravillosa reedición con portada y traducción nuevas, una autentica delicia para los amantes de la literatura japonesa que narra una inolvidable historia de amor y amistad durante un turbulento período de cambios históricos.


9. Muerte por agua, Kenzaburo Oé: Yasunari Kawabata abrió la veda. Y Kenzaburo Oé recogió el testigo. El país del sol naciente cuenta en su haber con dos ganadores del Premio Nobel de Literatura, de los cuales uno de ellos ya me ha proporcionado bastantes ratos de entretenimiento oriental con notables resultados. Sin embargo, ningún título de Oé había caído antes en mis manos. Hasta ahora. Muerte por agua, una de las últimas novedades en el catálogo de Seix Barral, se incorpora así a mi gigantesca pila de lecturas pendientes para narrar el peregrinaje en macabras circunstancias de su protagonista, un escritor llamado Kogito que parte en pos de la inspiración necesaria que le ayude a redactar su novela definitiva.


10. El libro de las pruebas, John Banville: Reseñado esta misma semana, El libro de las pruebas es todo un tostonazo en miniatura que cuenta a su favor con que es una de las primeras obras de Banville, por lo que podemos perdonar -supongo- esa aborrecible voz narrativa que invade cada una de las páginas a pesar de estar escritas de forma sublime. En fin, no es una obra que recomiende en absoluto, ni para empezar con el autor, ni para pasar el rato, ni para... nada. No obstante, en un futuro no muy lejano quiero seguir probando otras novelas de Banville. ¿Alguna sugerencia?


11. Pero... ¿quién mató a Harry?, Jack Trevor Story: Es una de mis lecturas actuales (puede que incluso la haya terminado para cuando se publique esta entrada) y he de decir que me está encantando demasiado. Un niño encuentra el cadáver de un hombre en los alrededores de un pueblecito inglés y se desatan las especulaciones. Los sospechosos empiezan a hacer cola en la calle. Pero... ¿quién mató realmente a Harry? Dinámica, original y muy, muy divertida, esta breve novela que recientemente ha rescatado la editorial Alba es toda una joya de la novela policíaca, un relato en clave de misterio que cualquier aficionado al género debería de estar interesado en leer.


12. La mujer de un solo hombre, A.S.A. Harrison: El recién estrenado sello Salamandra Black va incrementando poco a poco su oferta. El último fichaje, esta retorcida novela negra con ligeras reminiscencias al maquiavélico bestseller de Gillian Flynn que se ha convertido en todo un fenómeno internacional tras la muerte de su autora. 


13. El Círculo, Dave Eggers: Qué fácil hace Eggers lo complicado. Con qué soltura va desenredando cables a su alrededor. Ha conseguido reducir todo el espectro de comunicación humana a una sencilla clase de geometría elemental. Líneas de teléfono. Triángulos amorosos. Emoción al cuadrado. El wi-fi ha llegado también a la literatura gracias a El Círculo, pero el imperio de las tecnologías inalámbricas acarrea consigo una serie de consecuencias un tanto embarazosas. ¿Y quién es el insensato que no quiere dar un paso adelante para descubrirlas? Avanzar hacia el radiante futuro o sufrir la erradicación inmediata a manos de un aterrador -y fascinante- monopolio empresarial. No hay posibilidad de permanecer al margen del progreso en esta alucinante novela de Eggers. ¡Id a por ella!


Y este ha sido el IMM de hoy. ¿Habéis tenido la oportunidad de leer alguno de estos libros? ¿Qué os han parecido? ¡Contadnos!

Reseñas breves [67-69]

jueves, 4 de diciembre de 2014

Steelheart, Brandon Sanderson
Ediciones B - 416 páginas - ★★★½

Brandon Sanderson es un escritor que despacha libros como si fueran panes. Y empieza a ser un poco difícil esto de distinguir entre sus distintas trilogías, segundas trilogías, spin-off's, relatos, segundas partes de relatos, sagas, trilosagas, spin-trilogías off-relatos... bueno, ya me entendéis. El caso es que Steelheart es la primera parte de una serie protagonizada por algo así como cazadores de superhéroes que en realidad son supervillanos que en realidad son humanos normales y corrientes a los que una anomalía cosmológica conocida como Calamity les otorgó habilidades fuera de lo común. Estamos ante una interesante variación de ese recurrido mito engendrado por Marvel o DC en el que los buenos salvan el planeta y se llevan a la chica guapa de turno, una historia un tanto típica pero planteada desde un punto de vista muy original, muy bien narrada y que se desarrolla con una envidiable intrepidez. La desenvoltura con la que Sanderson es capaz de describir a los principales protagonistas o el trasfondo histórico de la novela es la propia de un escritor sobradamente experimentado; no así la decepcionante simplicidad argumental del libro, el exagerado maniqueísmo de algunos personajes, los innecesarios vaivenes finales de la trama o esa conclusión completamente anticlimática y abrupta que da pie a la segunda entrega de esta enésima trilogía. Vaya por delante que Steelheart es un libro que me ha gustado bastante, muy entretenido, dinámico y gráfico, pero carente de profundidad, contundencia narrativa y alardes estilísticos. Como un cómic de cuatrocientas y pico páginas.


El libro de las pruebas, John Banville
Alfaguara - 240 páginas - ★★

A ver. Cómo lo digo. Ah, sí. Menudo bodrio. Desde el principio de los tiempos, John Banville ha sido destinatario de loas, alabanzas y elogios muy por encima de sus posibilidades. Tanto, que incluso ha sido el elegido para reinterpretar a una de las figuras más importantes y representativas de la literatura norteamericana con el consecuente cabreo de sus fans más acérrimos (aunque a mí me gustó, he de admitir). Es cierto que el autor irlandés ganador del Man Booker Prize y el Príncipe de Asturias tiene un don innato para la escritura, que posee un estilo prodigioso, bello, etéreo e inimitable. Pero de nada sirven su finura técnica ni su empalagoso virtuosismo narrativo si lo que estoy leyendo es tan interesante como un puñetazo en el estómago. Al menos, esa es la sensación que tenía cada vez que pasaba una página de El libro de las pruebas. La de ser invadido por el más soporífero, palpitante, doloroso y casi tangible aburrimiento. La novela, que está narrada por un intelectual psicótico, narcisista, presuntuoso y pedante hasta la náusea (imaginad un soliloquio de varias horas interpretado por el actor secundario Bob), es en realidad la confesión escrita y aclaratoria de un criminal que cometió un asesinato para intentar dar solución a un problema todavía mayor. Esta circunstancia, que se conoce prácticamente desde el inicio de la novela, es en realidad una excusa empleada por Banville para poner al servicio de su innegable valía como escritor un supuesto estudio sobre la condición humana y las múltiples atrocidades que genera, una suerte de batiburrillo existencialista donde se percibe una leve intención de incomodar al lector por medio de la precariedad y la bajeza de nuestros instintos más arraigados, pero que en realidad molesta por la flagrante inanidad de su contenido. Lo "bueno" de El libro de las pruebas es que se trata de una de sus obras más tempranas, por lo que aún conservo un resquicio de esperanza en mi propósito de encontrar un libro suyo que haga válidas todas esas buenas críticas que recibe. A ver si con Antigua luz se aclara un poco este oscuro panorama...


No soy ese tipo de chica, Lena Dunham
Espasa - 296 páginas - ★★★½

Lena Dunham es una de mis personas favoritas. Viendo cualquier episodio de la serie que protagoniza, uno difícilmente podría establecer una separación clara entre la Lena auténtica y el histriónico papel que interpreta en la pequeña pantalla. Y eso mola. Ella en general mola. Muchos la tachan de sensacionalista, de pirada o de incluso enarbolar un falso feminismo en pos de seguir alcanzando cierta trascendencia en los medios. Pero este libro, escrito totalmente desde las entrañas, narrado con un descacharrante sentido del humor, una arrebatadora sinceridad y una absoluta falta de escrúpulos tan encomiable como censurable, no es sino la confirmación definitiva de que la excentricidad característica de Lena Dunham está terriblemente lejos de ser impostada. Siguiendo una estructura muy dispar, Dunham nos desvela a través de los episodios más (y menos) trascendentales de su vida todas esas facetas aún no descubiertas de su personalidad poliédrica y multidisciplinar. El sexo, la amistad, el trabajo, la familia, la comida y sus frecuentes trastornos psicológicos conforman el grueso de este simpático libro de memorias donde Dunham analiza a la vez que descubre la importancia de esos distintos aspectos en su formación como persona, desnudándose para sus lectores de una manera completamente distinta a como nunca antes lo había hecho en televisión: íntima, cómplice, consentida, aceptando sus complejos con una naturalidad ya inherente y tendiendo una mano a todos esos outsiders que, como ella, conviven al borde de una sociedad basada en estereotipos. Lo que sí he echado en falta durante su lectura es algo del genio, la garra y la inspiración que Lena ha convertido en su firma, pero en líneas generales No soy ese tipo de chica ha satisfecho cómodamente mis expectativas y merece sin duda que le deis una oportunidad. 

Resumen [Noviembre 2014]

lunes, 1 de diciembre de 2014

Resumen Mensual no es ni más ni menos que un breve repaso de las lecturas que han pasado por nuestras manos, sus correspondientes reseñas, progreso de los diferentes desafíos y otras noticias similares.






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1. Noggin - John Corey Whaley ★★★★½

2. La noche de los judíos vivientes - Igor Ostachowicz ½

3. El palacio de la Luna - Paul Auster 

4. Tejedora - Nina Allan 

5. Cibertormenta - Matthew Mather ★★★★

6. El chef - Simon Wroe 

7. Mr. Mercedes - Stephen King ½

8. El teorema Katherine - John Green ½

9. El expreso de Tokio - Seicho Matsumoto 

10. No soy ese tipo de chica - Lena Dunham ½

11. Los viajeros de la noche - Helene Wecker 

12. Carmilla - Joseph Sheridan Le Fanu 

13. We Were Liars - E. Lockhart 

14. Middlesex - Jeffrey Eugenides 

15. Kokoro - Natsume Sōseki ½

16. Metafísica de los tubos - Amélie Nothomb ★★★½

17. El Círculo - Dave Eggers ★★★★


  • Lilith

18. Las vírgenes suicidas - Jeffrey Eugenides 

19. Champion - Marie Lu 

20. Sanshiro - Natsume Sōseki 

21. Hardboiled and Hard Luck - Banana Yoshimoto 



Reseña "We Were Liars"

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Título: We Were Liars
Autor: E. Lockhart
Saga: -
Año: 2014
Editorial: Delacorte Press
Páginas: 240
Precio: $ 17.99

A beautiful and distinguished family.
A private island.
A brilliant, damaged girl; a passionate, political boy.
A group of four friends—the Liars—whose friendship turns destructive.
A revolution. An accident. A secret.
Lies upon lies.
True love.
The truth.
We Were Liars is a modern, sophisticated suspense novel from National Book Award finalist and Printz Award honoree E. Lockhart.
Read it.
And if anyone asks you how it ends, just LIE.

Opinión

Las estrategias de marketing editorial parecen estar cada vez más enfocadas a incrementar el nivel de patetismo por el que se rigen ciertas campañas publicitarias. Basta con estudiar levemente el estúpido halo de secretismo y misterio que rodea la comercialización de esta novela para darse cuenta de que el objetivo primordial a la hora de venderla era lograr una propagación vírica basada en la ¿orquestada? efusividad de los lectores beta. Algo así como "aquí tienes nuestro último candidato a bulo del año, léelo pronto y dile a todo el mundo lo guay que es, pero sin contar nada del argumento para que la gente pique y se coma un rato la cabeza". Pero vez tras vez, caemos en la trampa. Y es que, por decirlo finamente, We Were Liars es una estafa narrativa de proporciones considerables, una historia horrorosamente repetitiva, insulsa y manoseada hasta la obscenidad que aspira a convertirse en un refrito aristocrático de Spring Breakers y The Bling Ring, pero que ni siquiera roza el mamarracho encanto kitsch de las anteriores. 

A grandes rasgos, We Were Liars sigue las apasionantes vidas de un grupo de adolescentes pijos -bautizados por sí mismos como 'the Liars'- que verano tras verano se reúnen en una isla privada propiedad de la familia para dedicarse al ocioso arte de la vida contemplativa. Sin embargo, un trágico acontecimiento trastocará para siempre la rutina de estos cuatro adinerados cómplices, que de la noche a la mañana se verán expulsados de su particular e inocente paraíso insular para ser sepultados bajo una plomiza lápida de miradas significativas e incómodos silencios. Especialmente Cadence, la protagonista, quien no guarda absolutamente ningún recuerdo del accidente y que a raíz del terrible suceso padece constantes e insufribles migrañas. Por eso, tras romper la ancestral tradición y pasar todo el verano siguiente alejada de su familia (e incomunicada) en un ajetreado tour por Europa, Cadence regresará a la isla de los Sinclair en busca de explicaciones, convencida de que tiene derecho a saber qué pasó exactamente hace dos años y por qué todos sus parientes están decididos a mantener un impenetrable mutismo sobre dicho asunto.

We are liars. We are beautiful and privileged. We are cracked and broken.

Llegados a este punto de la reseña, he de confesar que We Were Liars no es tan mala como os la podáis estar imaginando. De hecho, la novela de E. Lockhart tiene algunas cosas buenas, no lo voy a negar. Presume de un comienzo prometedor. Los cuatro personajes principales gozan de una caracterización potente, carismática y profunda sin necesidad de grandes recursos literarios. La contundencia de su autora a la hora de expresarse deja entrever interesantes reflexiones sobre clasismo, exclusión racial, descubrimiento de la sexualidad y la fortaleza de los lazos fraternales, ataduras que una vez forjadas deben prevalecer sobre cualquier circunstancia adversa, no importan las consecuencias. También se afronta desde una perspectiva realista un complicado dilema ético: entregarse a la conservación del legado familiar o iniciar una ruptura con los valores, principios y propósitos que los padres quieren perpetrar a través de las generaciones, incluso a costa de asfixiar la libertad de sus hijos. Pero ya está. Se acabó. Una vez sintetizado en estas breves líneas el poco contenido aprovechable de We Were Liars, comienza una serie de irrisorias diatribas sobre lo que implica ser adolescente y estar forrado de billetes en un mundo malévolo, contradictorio y calamitoso.

El exasperante monólogo interno de Cadence consigue alcanzar cotas de histrionismo por encima de lo permisible y de lo saludablemente recomendado. Todas sus preocupaciones giran en torno a estar enamorada del chico equivocado, gritar a los cuatro vientos que no es una drogadicta por tomar su medicación contra los dolores de cabeza (?) y atormentarse porque su exclusiva pandilla de amigos le ha hecho el vacío sin motivo aparente. Y vuelta a empezar con lo del amor prohibido. Su discurso está lleno de repeticiones, obviedades y lugares comunes narrados en un sonrojante tono confesional que tan pronto transmite una apasionada intensidad como un delirante aburrimiento (sobre todo cuando esas anodinas fábulas medievales interpretadas por miembros de su familia hacen acto de presencia). Por otro lado, los personajes secundarios de la novela pululan por entre sus páginas aportando prácticamente nada al desarrollo de la historia, salvo aparecer continuamente deprimidos y alcoholizados en su papel de plañideros dolientes. Absurdo. Pero lo peor de todo, el plato fuerte, lo que de verdad ha conseguido que We Were Liars se convierta en un fracasado pero hilarante intento de pillar desprevenido al lector, es precisamente aquello en lo que se fundamenta la existencia de esta obra: su conclusión. No me las quiero dar de listo, no quiero regodearme ni lo más mínimo en haber descubierto más o menos a mitad del libro ese impactante, sorprendente, imprevisible, espectacular y extraordinario final del que se jacta, pero es que hacerlo supondría reconocer que adivinar el revelador giro último de la trama requiere algún tipo de esfuerzo (por favor, no os sintáis ofendidos los que habéis flipado con el final bueno, un poco sí). Si esto es una novela de misterio, que baje Dios y lo vea. Un Kinder Sorpresa desprende tres o cuatro veces más intriga que We Were Liars. Pero es que como simple novela de temática juvenil, la omnipresente obra de E. Lockhart tampoco me funciona ni me aporta grandes cosas más allá de sus ya mencionados puntos álgidos. Sencillamente, no cumple lo que promete. Aunque bien pensado, ¿qué otra cosa cabría esperar de un libro que lleva impresa la palabra 'mentiroso' en su título?


Reseña "El Rito"

martes, 25 de noviembre de 2014

Título: El rito
Autor: Laird Barron
Saga: -
Año: 2014
Editorial: Valdemar
Páginas: 352
Precio: 24.00 €

En la periferia de nuestra existencia, acechando desde oscuridades más profundas que el Cosmos y que se extienden más allá del círculo de luz de nuestra hoguera y del calor de la conciencia, existen cosas extrañas... magia negra, cultos abyectos, rituales obscenos y entidades abominables que operan al amparo de las sombras. Los Hijos de la Vieja Sanguijuela llevan con nosotros desde tiempos inmemoriales. Y nos aman.
Donald Miller, geólogo y académico, ha vivido casi toda su afortunada existencia al borde de un abismo, debatiéndose entre una cómoda ignorancia y un secreto enloquecedor. Ahora, al final, todo debe converger. Donald descubrirá los oscuros secretos que se ocultan en los bordes, en los rincones y las grietas de la realidad y de su propia consciencia, desenterrando verdades aterradoras sobre su esposa Michelle, sus mellizos adultos y todo lo que él conoce y en lo que confía. Y es que Donald está a punto de enfrentarse con... El Rito.

Opinión

Siendo un reputado y prolífico escritor de relatos, conocido -en España, cada vez más- tanto por sus planteamientos retorcidos al más puro estilo Lovecraft como por la inimitable personalidad de su sello narrativo, no me cabe duda de que la primera novela de Laird Barron está fundamentalmente motivada por un sentimiento de explorar más allá de lo ya conocido. El talento es una cualidad que viene de serie, pero la inspiración es una musa traicionera a cuyo encuentro ha de irse fuera de los límites establecidos. Ahí, en esa resbaladiza zona de incomodidad, en esa tierra baldía alumbrada por pensamientos e ideas en estado de gestación, es donde el escritor norteamericano emplea todas sus herramientas de espeleólogo para escarbar en busca de un hallazgo inédito. Y vaya si lo consigue. El Rito, quinta entrega de la espectacular colección editada por Valdemar, es ni más ni menos que la consecución casi perfecta de un objetivo claro, ese ansiado descubrimiento que hace a un grupo de expedicionarios retirarse y levantar el campo para volver a casa y recibir los halagos del sector académico.

No obstante, como todos sabemos, el público y la crítica a menudo adoptan posturas irreconciliables. El reconocimiento profesional no siempre va ligado al éxito en términos comerciales. Por eso, si eres de los que han llegado tarde y todavía andan buscando un asiento, si te has perdido entre las líneas de esta reseña o no sabes quién demonios es ese hombre ataviado con un parche en el ojo y cargado de malas intenciones, no pienses que hay motivos para estar preocupado. Presta atención. Solo voy a decirlo una vez. El Rito es probablemente una de las mejores y más divertidas novelas de terror que podrás encontrar este año entre los estantes. Laird Barron ha construido a base de habilidad e ingenio un notable rompecabezas narrativo entre cuyas junturas se percibe el aliento de ominosas deidades extraterrestres, poderosos sacrificios rituales, desenfrenados episodios de enajenación mental y aterradores mitologías que se van transmitiendo generación tras generación. Motivos más que suficientes para no querer perderse uno de los "debuts" más interesantes del último trimestre.  

La primera vez que Donald Miller estuvo a punto de morir fue mientras visitaba México, pero al poco no recordaba nada de aquel suceso, salvo en sueños que se disipaban instantes después de despertar. Sin embargo, su cuerpo sí lo recordaba. Su sangre lo recordaba, y también la savia negra de su subconsciente.

Para ser sinceros, describir el argumento general de El Rito se me antoja una labor tan enrevesada como innecesaria. Estructurados como si fueran un conjunto de relatos breves, los distintos capítulos de la novela se atienen a una trama bastante obvia, pero su peculiar disposición cronológica y la gran variedad tanto de escenarios como de situaciones que presentan los convierten en piezas más o menos independientes, aunque complementarias, de una historia con infinidad de ramificaciones cuya identificación corre a cargo del lector. Así pues, Laird Barron nos introduce en el fascinante universo de El Rito mediante una versión salvajemente macarra de cierto cuento popular para seguir después relatando el extenuante periplo histórico de un anciano geólogo llamado Don Miller, un estudioso que en el ocaso de su vida comienza a recordar episodios bastante turbios de su pasado, fragmentos de memoria muy poco concisos y cubiertos por una sospechosa pátina de amnesia. El olvido, desempeñando su labor como mecanismo de defensa.

Y es que, a base de flashbacks, visiones y momentos de auténtica epifanía, pronto aprenderemos que la vida de Don Miller ha estado marcada por una serie de acontecimientos sobrenaturales que podrían sacar a relucir importantes secretos relacionados con su familia y de paso poner en entredicho su propia cordura. Laird Barron aprovecha el inmenso imaginario cosmológico elaborado por Lovecraft para exponer su particular visión sobre las relaciones conyugales y la devastadora profundidad de sus recovecos, pero también aborda otros temas y preocupaciones comunes con el escritor de Providence (la zambullida de nuestra mente en la locura, la decadencia de opulentas sagas familiares, la usurpación de la consciencia por designio de entidades primigenias) en lo que a todas luces parece un genuino homenaje a la influencia de su extensa producción literaria. Lo bueno de El Rito es que Barron sabe permanecer en todo momento fiel a sus propias señas de identidad, siendo una obra mucho más desquiciada, perturbadora y gráfica que sus insignes predecesoras. Lo malo, que el deshilachado hilo conductor de la novela a veces hace imposible resistir los desbocados bandazos que da la trama. Lo bueno, ese final capaz de ponerte la piel de gallina. Lo malo, la sensación de redundancia que transmiten algunos pasajes intermedios. Otra cosa buena, que el soberbio, lírico y exquisito estilo de Barron engrandece los puntos álgidos de la historia. Y así podría pasarme al menos un par de párrafos más, enumerando las maravillosas virtudes de esta novela debut y resaltando algunos pequeños escollos que me han estorbado un poco durante su lectura, de obligado cumplimiento si eres amante del género al que se adscribe el autor. No en vano, El Rito es probablemente una de las mejores y más divertidas novelas de terror que podrás encontrar este año entre los estantes. Oh, vaya. Prometí que solo iba a decirlo una vez.


Reseña "Los viajeros de la noche"

jueves, 20 de noviembre de 2014

Título: Los viajeros de la noche
Autor: Helene Wecker
Saga: -
Año: 2014
Editorial: Tusquets
Páginas: 512
Precio: 21.15 €

El impresionante debut de Helene Wecker narra la historia de dos criaturas sobrenaturales en el Nueva York de 1899. Chava es un golem, un ser hecho de arcilla al que dio vida un extraño hombre familiarizado con la magia negra cabalística. Cuando su amo muere a bordo en el trayecto transoceánico desde Europa, queda desorientada y a la deriva mientras el barco sigue su curso hasta el puerto de Nueva York. Ahmad es un genio, un ser de fuego nacido en el desierto de la antigua Siria. Atrapado en un viejo jarro de cobre por un hechicero beduino varios siglos atrás, es liberado por accidente en el taller de un hojalatero del Bajo Manhattan. En su lucha por abrirse camino en ese lugar nuevo y extraño, la golem y el genio procuran encajar con sus vecinos, todos ellos inmigrantes, encubriendo su verdadera naturaleza. Al conocerse por casualidad, las dos criaturas inician una improbable amistad, una unión quebradiza que desafía sus naturalezas opuestas, hasta la noche en que un horrible incidente las devuelve a sus universos respectivos. Sin embargo, una potente amenaza volverá a reunir pronto a ambos: estará en juego su existencia, lo que les obligará a tomar una fatídica decisión.

Opinión

Sorprende que una editorial como Tusquets, entre cuyo catálogo ninguna persona viva ha visto jamás novela similar, decida sacar al mercado una historia con tintes tan marcadamente opuestos a su línea habitual. Pero claro, a veces las apariencias engañan. A veces, un simple frasco de metal encierra en su interior la esencia de un alma condenada. En ocasiones, el rostro más expresivo enmascara en realidad un delicado corazón de piedra. El exterior nunca ha sido representativo de lo que llevamos por dentro, pero el ser humano lleva siglos intentando fingir que los sentimientos se pueden leer a través de la piel como si fuéramos un libro con las tapas abiertas. Precisamente sobre apariencias, autenticidad y la verdadera naturaleza de las cosas habla largo y tendido Helene Wecker en su esperado primer libro, situado a medio camino entre la fantasía de corte oriental y la novela histórica. Los viajeros de la noche es uno de esos afortunados debuts que logran formar bastante ruido desde el momento de su publicación, pero por desgracia también cae en el saco de las obras que, bajo mi punto de vista, no consiguen satisfacer todas esas expectativas que genera.

Leyendo la sinopsis, uno se sentiría tentado a pensar que las criaturas a las que hace referencia el título original de la novela (The Golem and the Jinni) son los únicos -o al menos, los más importantes- protagonistas de la historia, pero más bien son el elemento estructural en torno al que giran la gran cantidad de tramas que ya va abriendo Helene Wecker desde los primeros capítulos. Enseguida conoceremos a Chava, una golem hecha de arcilla que embarca junto al hombre que ordenó su creación en un peligroso viaje a través del océano con destino a Nueva York, ciudad que a finales del siglo XIX ofrecía grandes promesas de prosperidad y bonanza a inmigrantes procedentes de todo el globo. Mientras, por otro lado, seguiremos los pasos de Ahmed, un genio enclaustrado en el cuerpo de un hombre sirio que aparece de improviso en un taller de artesanía -también en Nueva York- tras ser liberado por accidente de su mágica prisión.

Pero recuerda esto: una criatura solo puede alterarse hasta cierto punto a partir de su naturaleza fundamental. Continuará siendo un golem. Tendrá la fuerza de doce hombres. Te protegerá sin pensárselo y dañará a otros para conseguirlo.

Así pues, estos dos seres sobrenaturales irán aprendiendo a base de constancia, esfuerzo y un par de varapalos lo que significa labrarse un camino a través del bullicioso estruendo de la gran ciudad. Chava tendrá que hacer frente a los problemáticos designios de sus habilidades sobrehumanas, como por ejemplo la de escuchar inevitablemente los pensamientos ajenos o su tendencia irreprimible a satisfacer los deseos, peticiones y necesidades de la gente que se encuentra a su alrededor. Ahmed, en cambio, deberá adaptarse al asfixiante confinamiento en una entidad corpórea y a combatir los efectos perjudiciales que tiene sobre su salud exponerse al contacto con el agua. Gracias a una serie de encuentros fortuitos aprenderemos sus diversas reflexiones acerca de temas como el amor, la libertad o la ética y se cuestionarán importantes preceptos de índole religiosa e incluso tradiciones fuertemente arraigadas. Sin embargo, el verdadero reto para estas dos criaturas tan especiales -y a la vez, dominadas por pasiones tan comunes- consistirá en luchar contras los impulsos de sus respectivas naturalezas y hacer perdurar su atípica amistad en un mundo dominado por los prejuicios, la ambición humana y la incapacidad de aceptar lo desconocido como una manifestación diferente pero igual de válida de la misma realidad.

Esto que en principio parece una idea atractiva, entrañable y sumamente enternecedora, no ha terminado de convencerme (como sin duda habréis podido adivinar) a pesar de que empecé leyendo Los viajeros de la noche con un índice de entusiasmo cuando menos considerable. En primer lugar, creo que la novela es demasiado larga para lo que cuenta. Muchos arcos argumentales podrían haberse solucionado de manera bastante más satisfactoria o hasta insertarse en el texto de forma que no supongan un estorbo para la historia principal, sensación que desgraciadamente he experimentado multitud de veces. Por otro lado, y esto no sé si es intención deliberada de la autora, el elemento mágico aquí presente se explota de modo irrisorio, cuando es a todas luces uno de los potenciales más interesantes de la obra; el elemento que mayor juego podría haber aportado en una novela diluida entre un montón de historias paralelas y un tanto anodinas. A su favor, he de decir que Helene Wecker demuestra una sensibilidad especial a la hora de indagar en la psicología de sus personajes o de describir los fabulosos paisajes de esa Nueva York con la que todos hemos soñado alguna vez. Notablemente bien escrita, en definitiva, cargada de buenas intenciones, original en su planteamiento y ambiciosa en su caracterización de toda una época. Pero también flaquea en algunos de los aspectos fundamentales que para mí ha de tener un buen libro, como por ejemplo la consistencia de la trama general o la habilidad de cautivar continuamente al lector mediante dosificar equitativamente el ritmo narrativo. De ahí que al menos la segunda mitad de la novela se me haya hecho tan cuesta arriba. Pero qué le vamos a hacer. Las apariencias no siempre reflejan la verdad completa. Y la arrebatadora belleza del libro, al menos en esta ocasión, no se encuentra precisamente en su interior.


Reseña "La glándula de Ícaro"

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Título: La glándula de Ícaro
Autor: Anna Starobinets
Saga: -
Año: 2014
Editorial: Nevsky
Páginas: 224
Precio: 19.00 €

En su nueva colección de relatos, Anna Starobinets vuelve a llevarnos de la mano a los paisajes reales y mentales sutilmente alterados que destacaban en su primera colección, Una edad difícil. El subtítulo del volumen es El libro de las metamorfosis, y uno de sus principales temas es el cambio y la transformación, los horrores que conllevan, pero también la liberación que pueden aportar. Los relatos nos presentan versiones del mundo en el que vivimos, sutilmente transformadas en algo distinto, o bien nos descubren extraños submundos escondidos bajo una superficie aparentemente normal. Extrañas operaciones, productores de cine cuya humanidad es cuestionada, los sueños y su conexión con el infierno...  En este libro Anna Starobinets expande y consolida su personalísima ficción especulativa de corte psicológico, una guía de valor incalculable para ententer el mundo cada vez más extraño en el que estamos obligados a vivir.

Opinión

Afirma Ismael Martínez Biurrun en el fabuloso prólogo de esta antología que no hay nadie ahora mismo capaz de escribir ficción científica como lo hace Anna Starobinets. Pues bien, solo hace falta asomar la cabeza a uno de los extraordinarios relatos que componen La glándula de Ícaro para darse cuenta de que tal alegato es de una rotundidad tan tajante como incontestable. Pocas veces me había encontrado en un libro ante semejante originalidad de ideas, la envidiable capacidad de plasmarlas con éxito en el papel y esa irreverente falta de escrúpulos que enarbola Starobinets a la hora de abordar sus implicaciones hasta las últimas consecuencias. La escritora rusa contiene un asombroso a la vez que escalofriante universo literario en el interior de su mente inquieta, un alucinante cosmos ontológico capaz de catapultarnos en apenas un segundo a un futuro nada deseable ni prometedor, solo para que podamos comprobar de primera mano el terrible paradero al que hoy nos dirigimos sin propósito aparente de querer cambiar nuestro rumbo.

Sin embargo, el objetivo primordial de Starobinets está muy lejos de la simple y llana admonición. La autora de estos 7 variopintos e inclasificables relatos se atreve a especular con temas que despiertan nuestro más profundo sentido de la responsabilidad, pero por otro lado nos advierte que no existen demasiadas opciones para prevenir los nefastos resultados. Combatir contra lo que no se puede evitar es malgastar recursos no renovables, invertir un esfuerzo valioso en una causa vana y destinada al fracaso. Por eso, Starobinets aboga en todo momento por una rendición total y sin ambages. La adaptación. El cambio. Convertirse en camaleón. La solución a los problemas que plantea la escritora rusa en sus narraciones pasa casi siempre por una transformación elemental, ya sea quirúrgica, orgánica o existencial, que nos haga posible observar el mundo bajo una óptica completamente distinta e incluso descubrir fisuras estructurales en el tejido de una realidad que oculta mucho más de lo que aparenta.

De noche observo las bandas brillantes en las paredes y siento una comezón terrible. Las picaduras de los mosquitos recuerdan a las marcas que dejan los chupetones.
Esta ciudad se ha adherido a mí y me besa con su ávida probóscide manchada de sangre.

Por ejemplo, en La glándula de Ícaro -el relato que da título a la colección- una mujer se enfrenta a la decisión de someter o no a su marido adúltero a una operación para extirpar sus incontrolables impulsos sexuales, una intervención que se realiza de manera preventiva en todos los varones al alcanzar la madurez y que garantiza la no aparición de efectos secundarios adversos. En Siti, una pareja en crisis decide trasladarse a la gran ciudad con el deseo de aumentar su calidad de vida y fortalecer su relación, pero los incesantes ajetreos del estilo cosmopolita pueden llegar a socavar cualquier vínculo afectivo con la misma facilidad de una amante despechada. El parásito es probablemente el relato más perturbador, imaginativo y contundente de todo el libro, un cuento a medio camino entre la ciencia-ficción y el horror psicológico donde se especula con la posibilidad de que la raza humana no sea más que el estado larvario de una entidad... superior. Su lapidario final es el broche de oro a un impresionante ejercicio de inventiva y expresividad lírica.

También hay espacio en La glándula de Ícaro para abordar temas tan recurrentes como los viajes en el tiempo, pero aportando muy interesantes matices que expanden los horizontes del género. En La frontera, un grupo de pasajeros toma asiento en un tren capaz de atravesar cualquier barrera cronológica y dispuesto a dejarte tan pronto en la década de los 80 como en los albores del paleolítico; un hecho extraordinario adquiere aquí el cariz de cotidiano para suscitar el siempre suculento interrogante de ¿a qué momento de tu vida regresarías si tuvieras la oportunidad de hacerlo? Y lo que es más importante aún... ¿para qué? Esto mismo deben de preguntarse a menudo los protagonistas de Delicados pastos, habitantes de un mundo pervertido hasta la médula en el que la longevidad de un individuo viene determinada por el tamaño de su cuenta corriente y la inmortalidad se alcanza transfiriéndose al interior de un cuerpo más joven. Por último, Spoki plantea los serios peligros de encomendar la educación y el cuidado de nuestros hijos a siniestras máquinas interactivas comercializadas por una extraña entidad empresarial. Así pues, ya sea de una forma o de otra, por medio de extraterrestres, insectos gigantes o extravagantes fetiches tecnológicos, Anna Starobinets consigue cautivarnos con su inimitable imaginario personal y un delicioso estilo que aúna belleza, fuerza y profundidad. Estamos ante una antología imprescindible, prácticamente redonda (la longitud de algunos relatos no juega en absoluto a su favor) y que ningún lector dispuesto a descubrir nuevas experiencias debería -en mi opinión- pasar por alto. Eso sí, la decisión final recae en vuestras manos. Vosotros sois los que debéis optar por permanecer en la misma fase... o sumaros a una irreversible y estimulante metamorfosis.


 
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