►Volumen: 1 de 7
►Guion: Gainax, Khara
►Dibujo: Yoshiyuki Sadamoto
►Año: 2021
►Edición: Norma Editorial (2022)
►Páginas: 320 +16 páginas a color
Corre el año 2022. El futuro apocalíptico en el que unos seres denominados «ángeles» invadían la Tierra con el propósito de destruir a la humanidad es ya cosa del pasado. Sin embargo, puede que no exista un solo individuo lector de manga que no haya oído hablar de la saga que sacudió los cimientos del género y cuya popularidad, lejos de extinguirse, resurge con fuerzas renovadas con la publicación de esta edición coleccionista. Si sois, como yo, unos rezagados de la vida y aún no habíais tenido la oportunidad de disfrutar en papel lo que en su día fue todo un hito de la animación, ahora es el momento perfecto para adentrarse (o, en su caso, reencontrarse) con la eterna, polémica, inimitable y siempre ambigua Neon Genesis Evangelion.
En el universo que plantea Evangelion, el planeta ha sufrido el impacto de un meteorito que ha volatilizado la Antártida y ha hecho que el nivel del mar suba unos 20 metros a escala global. Como consecuencia, el mundo entero se sumió en una grave crisis que terminó diezmando a la población. 15 años después de la catástrofe, la humanidad ha conseguido levantar la cabeza, solo para toparse con la repentina aparición de los «ángeles», criaturas de apariencia terrorífica, tremendamente hostiles y cuya aniquilación depende exclusivamente de los EVA's, máquinas humanoides con brutal potencial armamentístico que son controladas por medio de una conexión neuronal con sus pilotos.
Uno de esos pilotos es Shinji Ikari, un adolescente triste y apocado que vive con sus tíos después de que su madre muriera y su padre lo abandonara. Dado su extraordinario grado de compatibilidad con el EVA, Shinji se ve forzado a convertirse en la marioneta de NERV —organización paramilitar que dirige el padre de Shinji y que se encarga de la defensa contra los ángeles— tras la caída en combate de Rei Ayanami, la única que hasta entonces podía controlar un EVA. A partir de ese momento, la supervivencia de la humanidad pasa a recaer sobre los hombros de Shinij, un chaval inseguro, emocionalmente inestable y al que en todo momento le persigue la ausencia de figura paterna. Quizá uno de los mayores éxitos de Neon Genesis Evangelion sea precisamente la riqueza y complejidad psicológica de sus personajes. Es cuando menos refrescante encontrarse con un héroe protagonista que, en lugar de estar aquejado por un complejo de mesías, se rompa frecuentemente ante la adversidad y la inconmensurable magnitud de los acontecimientos. Y es que Evangelion es mucho más que despiadada en su narración del conflicto. Es absolutamente inmisericorde.
Ya desde los primeros capítulos de la aventura, Evangelion transmite una aguda angustia e impotencia por el devenir del ser humano. Pese a su avanzada tecnología y su espíritu de superación, da la sensación de que los soldados de NERV siempre van un paso por detrás de sus enemigos. Y es que el poder de los ángeles es tan devastador que apenas se aprecia la línea entre estar pertrechado o absolutamente indefenso ante sus embestidas. En los dos primeros volúmenes que se han publicado hasta el momento las numerosas escenas de acción son frenéticas, desesperadas y apabullantes en escala. Desde luego, las palabras no hacen justicia al espectacular dibujo de Sadamoto, pero no es el arte, en mi opinión, lo que más destaca de Neon Genesis Evangelion, sino su fantástica ambientación y el intrigante trasfondo que va cobrando forma entre bambalinas. Con una carta de presentación semejante, no cuesta nada imaginar por qué Evangelion se ha convertido en una de las licencias más exitosas e influyentes de la historia.
PUNTUACIÓN: ★★★★☆