Creo que todos estaremos de acuerdo en que la gran mayoría de los libros juveniles que se escriben hoy en día suelen partir de una base común. Situados la gran mayoría de las veces en unos Estados Unidos post-apocalípticos pero al mismo tiempo en un futuro algo lejano, ya sea devastado por epidemias, guerras o desastres naturales, e incluso manejados por gobiernos inspirados la enorme mayoría de las veces en
1984, resulta muy difícil -por no decir casi imposible- no encontrarse con ninguno de estos ingredientes en el panorama actual. Aunque sí que es verdad que existen
claras excepciones en las que se suele huir de ese factor común, hay otros que aún siguiendo el patrón preestablecido se convierten al final en
agradables sorpresas. Aunque valiéndose de algunos de esos factores tan comunes, hace un año os presentábamos nuestras impresiones generales sobre
Legend -reseña completa-, una primera parte que cumplía bastante bien con su cometido y que además partía con la enorme ventaja de que se leía en un suspiro. Pero también presentaba algunos detalles que muchos lectores agradecen enormemente: unos personajes bien construidos, un desarrollo bien hilado (aunque un tanto demasiado predecible) y una historia de amor (demasiado precipitada quizá) que no se basaba en una atracción inmediata,
sino en las ganas de venganza. Lo cierto es que tal y como nos dejó Marie Lu durante las últimas páginas de
Legend, las ganas que le tenía a
Prodigy no eran precisamente pocas que digamos. Arrancando desde el punto en el que lo dejamos, con unos personajes arrastrándose con sus últimas fuerzas para seguir con vida, y un cambio de ambiente bastante drástico, lo cierto es que
el planteamiento de Prodigy en general resulta ser muy prometedor.
Una de las cosas que más me han gustado de esta secuela es que a pesar de algún que otro momento puntual de monotonía en el ambiente, en su conjunto la variedad de situaciones a las que se tienen que enfrentar June y Day a lo largo de las 368 páginas que tiene el libro son bastante variadas. Desde el principio mismo de la novela seremos testigos de una lucha contrarreloj que nos mantendrá con los nervios tensados durante las primeras páginas, para luego poder desembocar poco a poco en el meollo real de la historia:
una misión casi tan arriesgada como la de su antecesora, aunque en esta ocasión June y Day tendrán que trabajar en equipo para poder sobrevivir. Llegados a este punto tengo que reconocer que Marie Lu a pesar de haber "pecado" con alguno de los topicazos más comunes de su género
ha conseguido crear una historia que se mantiene a la altura de las exigencias del lector. Plagado de acción en algunos momentos concretos, con un desarrollo que aunque sea un tanto previsible, y un final lleno de drama gratuito que no será del agrado de todos,
Prodigy -a pesar de contener algunos de estos deslices- es
una novela que ha durado poquísimo en mis manos. Relatada desde el punto de vista tanto de June como de Day, el ambiente que nos presenta aquí la autora es un poco más crudo que antes. Y es que parece ser que nuestros protagonistas han conseguido salir con vida de la República para meterse de lleno en la boca del lobo de nuevo. Pero eso me gusta.
También es cierto que aunque tanto June como Day por un lado no han avanzado gran cosa en cuanto a la caracterización de sus personajes se refiere, sí que se nota una leve mejoría. A pesar de su cuasi relación, Day no está muy seguro de poder confiar plenamente en June pues provienen de dos mundos totalmente diferentes. Por otro lado, June tiene sus dudas a medida que su relación con Anden va tomando peligrosamente forma. Aquí se atisba ya un intento de darle profundidad tanto a los propios sentimientos de los personajes como a su propia relación, un sentimiento que no está muy conseguido en mi opinión pero que se nota a través de las páginas.
El problema que tiene Prodigy en este aspecto es que al final nos quedamos prácticamente como estábamos al principio, así que Marie Lu tendrá que hacer algo al respecto en
Champion. Una de las cosas que más me han chocado al pasar la última página fue lo cerrado que parece pese a existir una última parte. Es cierto que queda algún que otro cabo suelto, pero en general nuestros personajes no acaban tan mal como uno se espera. Quizás me esperaba algo un poco más como
En llamas o menos drama gratuito y más drama en serio, pero de todos modos aunque no sé muy bien qué esperarme de
Champion, en su conjunto
Prodigy me ha gustado incluso más que Legend.
Otra de las cosas que no me han convencido mucho de
Prodigy es que Marie Lu "peca" de nuevo
en cuanto a tópicos pero ya del género distópico se refiere. Parece ser que para triunfar dentro de esa modalidad tienes que cumplir obligatoriamente con una serie de pautas preestablecidas para gustar al lector. La verdad es que como lectora asidua al género y del que disfruto en mayor o menor media, echo un poco en falta algo de originalidad, y menos rebeldes a los que en un momento u otro de la historia terminará por unirse el protagonista. De todos modos
me gusta la trilogía de Legend. Me gusta la tranquilidad y frescura de la prosa de Marie Lu, me gusta su estilo directo y lo rápido que pasan las páginas entre mis dedos -aunque pierda varias horas de mi vida sin darme cuenta-. Me gusta cuando a pesar de beber de la misma fuente los personajes no aburren y terminas por cogerles hasta cariño. Me gusta que aunque haya amor a primera vista -bueno, eso ya no tanto- June y Day en el fondo piensan con cabeza y dudan si pueden confiar el uno en el otro. Me gusta que la autora nos haya dejado (pese a algunos deslices) con ganas de más. Así que si os gustó
Legend,
Prodigy es una secuela que pese a tener algunos fallos mantiene las expectativas del lector la gran mayoría del tiempo, no tengáis miedo de darle una oportunidad.
Puntuación
Prodigy, Marie Lu