Resumen de lecturas [Agosto 2015]

jueves, 3 de septiembre de 2015

Agosto es mi mes favorito. También es el que menos me gusta. Fue un agosto de hace ya veintitrés años que el mundo me vio nacer, a medio camino entre una Expo Universal y unos Juegos Olímpicos que sucedieron en territorio patrio. He visto amanecer días de este mes en cuatro países diferentes. De formas que siempre me sorprenden, agosto ha ido colocando una y otra vez todo lo que no estaba en su sitio. Sin embargo, se puede decir que la de 2015 supera con creces todas las iteraciones anteriores. Sí, porque mientras el resto de mortales se dedicaba con toda naturalidad a menesteres de lo más terrenal, yo he tenido el privilegio de vislumbrar el fulminante final de la civilización. En un mismo día, he viajado 400 años en el pasado y luego 3000 siglos hacia el futuro. He conocido a superhéroes, dioses vengativos, sacerdotes, naves inteligentes, maníacos depresivos, extraterrestres y adolescentes de imaginación un tanto lasciva. Incluso me he apuntado a un cursillo acelerado de cetología e historia de las ballenas. Así es, durante estas últimas semanas he realizado muchas de esas cosas que solo los libros y los sueños nos permiten hacer. Sin duda, han sido treinta y un días de lo más sofocante, un vertiginoso y variopinto carrusel literario concebido para derrumbar definitivamente esa leyenda urbana de que la gente lee menos en verano. Objetivo cumplido: otro cliché desmitificado. Y ahora, momento de hacer balance, vuelven a mí todas esas historias que esperan con suerte pasar a manos más ávidas que las mías. Libros sin polvo, pero con mucha pólvora. Auténticos fuegos artificiales. Incluso algún que otro petardo. En resumen, un emocionante e imprevisible espectáculo en blanco y negro que me he limitado a contemplar atónito mientras arrancaba hojas del calendario. ¿Y vosotros? ¿Qué habéis hecho en agosto?




Submarino, Joe Dunthorne - ★★

Submarino es una de esas novelas que contienen todos los ingredientes para salir bien parada de una cita conmigo: referencias extraordinarias; un protagonista adolescente, curioso, excéntrico, inteligente pero socialmente inepto, que intenta asumir el control sobre sus hormonas mientras cree contemplar cómo se desmorona el núcleo familiar sin que él pueda hacer nada por evitarlo; además, una prosa aguda y desenfadada que deja entrever como quien no quiere la cosa sorprendentes reflexiones sobre amor, amistad, sexo, el futuro y todas esas cosas que a los quince años parecen tan abstractas y a la vez tan decisivas. Sin embargo, la validez de la receta no asegura el éxito en su preparación. Hay algo en el Submarino de Dunthorne que no me termina de convencer. Como queriendo hacer honor a su nombre, todos los elementos de la novela (trama, estilo, estructura, personajes) empiezan a hundirse en su segunda mitad y la fórmula que tanto me estaba gustando al principio acaba perdiendo casi todo su lustre. Por lo que me cuentan, la adaptación cinematográfica está bastante lograda, así que -sin que sirva de precedente-, casi os recomendaría apostar primero por ella y leer la novela solo en caso de que os convirtáis en fans acérrimos de la historia. 


Sin duda, la novela más extraña y atípica que he leído en todo el mes de agosto. Mi primer acercamiento a la longlist del Man Booker Prize 2015 se ha saldado con una mezcla de sentimientos tan intensos como contradictorios. Por un lado, caigo rendido ante la aparatosidad y ambición del imposible ejercicio narrativo ejecutado por McCarthy, pero me cuesta entender Satin Island como algo más que un simple compendio de visiones fragmentarias sobre lo que significa sentirse aislado durante la etapa más intercomunicada de la historia y el modo en que la tecnología ha modificado nuestra forma de percibir la realidad. Eso sí, aunque solo sea por el placer de experimentar una lectura como nunca antes la habéis vivido (os lo garantizo), es una obra que merece la pena tener en cuenta.

Moby Dick, Herman Melville - ★★★★★

No sé qué os puedo decir sobre Moby Dick que no sepáis ya, a parte de que es una de las mejores novelas que he leído en mi vida. Puede parecer algo exagerado, pero creedme cuando os digo que obligarme a leer 600 páginas de este bicharraco en el escalofriante período de dos días bien merece un distintivo especial. Qué risa me dan los que se apresuran a sacar la tijera y se llenan la boca debatiendo cuántos centenares de páginas hay que recortarle a esta obra maestra porque, oh, sorpresa, no le sobra ni una coma. La travesía del Pequod en busca de la legendaria ballena blanca es mucho más que una simple novela de aventuras salpicada de infumables circunloquios enciclopédicos sobre la anatomía de los cetáceos. Es un bombardeo constante de maestría narrativa y virtuosismo estilístico que resuena con la contundencia de las epopeyas clásicas, ofreciendo al lector un incomparable estudio de la naturaleza humana a través de sus más profundos miedos, deseos y obsesiones. Sin duda, hay que estar muy mentalizado para leerla, pero es un esfuerzo que te enriquece como lector de una forma desmesurada y tras el cual difícilmente volverás a aproximarte a una novela de la misma manera.





Por suerte, mi segundo intento con la lista de nominados al Man Booker Prize fue mucho más exitoso que el primero. En Lila, tercer libro de una trilogía cuyos títulos en realidad pueden leerse de manera independiente, Marilynne Robinson nos ofrece una historia cruda y a la vez muy tierna sobre una mujer de carácter problemático que acaba casándose con un pastor religioso tras haber sufrido una infancia de lo más traumática. A través de extensos monólogos interiores y reveladoras reflexiones de índole religiosa, Robinson va tallando cuidadosamente el perfil de los personajes mientras deslumbra página tras página con su magnífico estilo y el retrato tan riguroso que elabora de la sociedad norteamericana. 

Pronto será de noche, Jesús Cañadas - ★

El autor de Los nombres muertos (libro que me gustó bastante, recordemos) se ha cubierto de gloria con esta novela. Me ha parecido tan insulsa, pretenciosa y aburrida que el solo recuerdo de su lectura hace que se me ponga la carne de gallina. Que por cierto, parece ser este el único método que tiene Cañadas de infundir algo de pavor entre su público, porque en las más de 250 páginas que ocupa la historia no he encontrado el más mínimo rastro de algo que agobie, inquiete, perturbe o me incomode. Basándose en una serie de clichés absurdos sobre las novelas de terror (un evento de índole desconocida que ha desatado el fin del mundo, una carretera infernal donde los coches avanzan pero no parecen dirigirse hacia ninguna parte y una marabunta de desquiciados que salen cada noche a matar gente), el escritor gaditano nos presenta una especie de trama policial, orquestada alrededor de una serie de personajes cada cual más ridículo que el anterior y cuyo infalible plan para sobrevivir al apocalipsis consiste en organizar orgías clandestinas. Descubro atónito que hay mucha gente a la que le ha encantado este libro, pero a mí no me ha parecido más que una burda imitación de algo que podrían haber escrito Ismael Martínez Biurrun o Emilio Bueso con la punta del n... del dedo gordo del pie en una noche de poca inspiración. Pero bueno. Probadla, si eso. Para gustos los colores.

La casa de las miniaturas, Jessie Burton - ★★★

Al principio no tenía muchas esperanzas puestas en esta novela, he de reconocerlo, pero a medida que iba avanzando la historia pronto me descubrí disfrutando bastante de la curiosa propuesta que aquí nos trae Jessie Burton. Ambientada de forma magistral en la Holanda del siglo XVII, La casa de las miniaturas nos pone en la piel de una muchacha que es dada en matrimonio para solventar sus problemas económicos, pero lo único que hace al llegar a esta nueva casa es destapar una serie de secretos y rencillas familiares que la obligarán a tomar las riendas de su destino. Aunque la cosa acaba derivando en un lacrimógeno folletín telenovelesco, lo cierto es que estamos ante un debut muy interesante y prometedor, una obra entretenida, intrigante y con cierto aire ¿sobrenatural? que le siente como un guante a las abarrotadas calles de Amsterdam. 




Nadando a casa, Deborah Levy - ★★

Me hubiera gustado disfrutar más de esta novela, pero por desgracia hay algo de ella con lo que no he terminado de encontrarme a gusto. Y me da hasta rabia porque, al igual que en Submarino, la premisa sonaba al principio mucho más interesante de lo que acabó siendo: una familia completamente normal se reúne en un complejo turístico para pasar unas tranquilas vacaciones cuando de repente se encuentran a una extraña nadando desnuda en la piscina. Solo que la familia no es nada normal. Ni la extraña es tan desconocida. Y así, jugando con las apariencias, torpedeando la cotidianidad de los personajes y conduciéndolos a situaciones extremas, es como Deborah Levy desarrolla una historia que aborda cuestiones interesantes (depresión, conflictos familiares, reconciliación con experiencias pasadas), pero con desigual éxito y un estilo bastante ramplón. 


Reciente ganadora del Premio Hugo, Justicia auxiliar es un impresionante despliegue de imaginación y originalidad narrativa estudiado especialmente para satisfacer las más altas exigencias de cualquier aficionado a la ciencia ficción. Aunque a veces resulta demasiado intrincado y farragoso, el fantástico debut de Ann Leckie sobresale en tantos otros aspectos que resulta imposible no caer rendido ante las numerosas peculiaridades de la historia, la cual gira en torno al deseo de venganza de una inteligencia artificial que vive ahora confinada en el cuerpo de una soldado humana tras haber sobrevivido a la destrucción de su nave. Acción, aventura, intrigas políticas e inquietantes cuestiones sobre identidad, relaciones interpersonales y jerarquías de mando son el resultado de los múltiples conceptos que con toda comodidad maneja Leckie en Justicia auxiliar. Así que no perdáis más tiempo y lanzaos a por ella. 

The Chimes, Anna Smaill - ★★

The Chimes es otro de los candidatos a recibir el Man Booker Prize de este año. Echando un vistazo a la premisa de la que parte la historia y el modo en que se va desarrollando la misma, es fácil averiguar por qué cualquier miembro de un jurado habría considerado esta novela para optar a un premio: y es que el debut de Anna Smaill es un libro que sobresale por encima de muchos otros gracias a su originalidad, tremenda frescura y lirismo con un toque onírico. Se trata de una distopía cercana al Young Adult en la que la ciudad de Londres ha caído bajo el influjo de un hipnótico instrumento y donde sus habitantes conservan sus recuerdos encerrados en todo tipo de objetos porque han perdido la capacidad de formar otros nuevos. Sin embargo, The Chimes es un libro en el que cuesta mucho entrar: la autora introduce todo tipo de terminología musical como parte integrante del universo narrativo, las relaciones entre los personajes se rigen por una serie de patrones bastante confusos y durante buena parte de la historia no sabes qué está pasando ni hacia dónde se dirige la trama. Cuando Smaill finalmente nos desvela qué secretos se ocultan tras esa capa de intriga y misterio, la imagen que surge ante nosotros no resulta todo lo impactante que cabría esperar ni requiere bajo mi punto de vista toda esa parafernalia previa. No obstante, si algo deja claro The Chimes es que la autora tiene recursos, imaginación y potencial suficiente como para seguir intentando crear buenas historias.  




Neimhaim, Aranzazu Lorenzo Serrano - ★★★½

Para un autor español, debutar en el sector editorial con un impresionante tocho de fantasía épica que roza las 900 páginas no es quizá la carta de presentación más atractiva del mundo. Sin embargo, dedicar quince años de trabajo a la construcción de la historia, el universo y los personajes que pueblan Neimhaim es un factor que sin duda determina el éxito de esta novela. Influenciada enormemente por la mitología y el folclore nórdicos (e incluso celtas), Aranzazu Lorenzo Serrano elabora una ambiciosa trama en la que dos pueblos en apariencia irreconciliables se ven obligados a unir fuerzas para hacer frente a una amenaza extranjera. El viaje, desde luego, ha sido toda una experiencia marcada por un ritmo constante, una enorme diversidad de personajes y líneas argumentales, así como un estilo deliciosamente exuberante que no se deja caer en el barroquismo barato. Así que no os dejéis asustar por su apabullante volumen; Neimhaim es un libro idóneo para cualquier aficionado al género fantástico. 

Stalker. Pícnic extraterrestre, Arkadi y Borís Strugatski - ★★★½

A primera vista, Stalker parece un libro cualquiera. Un relato entretenido, gracioso, sobre unos extraterrestres muy majos que nos visitan y se dejan aquí la basura. Pero no. Resulta que la brevedad de este libro es directamente proporcional a su calidad. Sin duda, Gigamesh se ha marcado un tanto importante rescatando del trastero este clásico de la ciencia ficción rusa, un libro tan inquietante como subversivo que plantea cuestiones cruciales capaces de marcar el desarrollo posterior del género. Y es que Stalker. Pícnic extraterrestre no es simplemente una historia más de marcianitos con pistolas láser. Es una obra que, tomando la ufología como excusa y haciendo gala de una sencillez que asusta, analiza, examina y finalmente tumba de un puñetazo en el costado ciertas consideraciones no tan obvias sobre el antropocentrismo y esa falacia implícita de que cualquier conocimiento es accesible al limitado cerebro del ser humano. Eso sí, cuanto menos sepáis de esta novela, más disfrutaréis de ella. Así que ya me callo. No sin antes decir, por supuesto, que ya estáis tardando en leerla. 

La luz que no puedes ver, Anthony Doerr - ★★½

No sé en qué estarían pensando los miembros del jurado para otorgarle el Pulitzer a esta novela, pero La luz que no puedes ver me ha parecido una de las mayores decepciones del año. Y no por mala, ojo. De hecho, quizá lo que menos me ha gustado de la novela es que carece de cualquier elemento con el que al menos pueda ensañarme. Es plana, insulsa, predecible, común y corriente. Es estándar. Es tan correcta en todos los aspectos y tan parecida a otras cincuenta mil novelas ambientadas en la Segunda Guerra Mundial que no logro discernir muy bien por qué ha causado tanto revuelo. Dos historias paralelas protagonizadas por una niña ciega y un joven alemán con grandes dotes para las matemáticas que se van entrecruzando en una serie de capítulos cortísimos hasta alcanzar una conclusión sensiblera a más no poder. Entretenida, ligera, tierna en algunos momentos, agradable de leer... sí, vale, de acuerdo. Aceptamos pulpo como animal de compañía. Pero, siendo sinceros, no me ha dejado absolutamente ningún poso.




A Little Life, Hanya Yanagihara - ★★★★½

Todo el mundo está hablando de este libro. Todo el mundo lo comenta, todo el mundo lo recomienda, todo el mundo lo ama o lo odia. Todo el mundo se deshace en elogios hacia su autora y piensa que es el gran favorito para ganar el próximo Man Booker Prize. Sin embargo, nadie hasta ahora se ha atrevido a mencionar el reguero de víctimas que A Little Life deja a su paso. Todas esas vidas que ha destruido Hanya Yanagihara, dentro y fuera de la novela, la mía incluida. Puede que no sean sus artimañas narrativas las más novedosas ni complejas, puede que David Foster Wallace lo hubiera dicho todo en su momento sobre drogas, traumas, abusos, adicciones y desprecio hacia uno mismo, pero hay algo dentro de este libro... hay algo que hace Hanya Yanagihara con los personajes de A Little Life que no había experimentado jamás en otra obra. Así que id haciendo hueco. Empezad a ahorrar. Porque a partir de 2016 tenéis una cita ineludible con las librerías. 

Todos mis amigos son superhéroes, Andrew Kaufman - ★★★★

No entraba en mis planes encontrar tan rápido una novela que fuera capaz sobrevivir a los efectos del huracán Yanagihara, pero lo cierto es que Todos mis amigos son superhéroes supone un auténtico remanso de positivismo que sirve como contrapunto perfecto a las múltiples miserias y penurias existenciales de A Little Life. En esta suerte de fábula contemporánea, Kaufman convierte a todos los personajes de su novela en hombres y mujeres con habilidades extraordinarias, desde viajar atrás y adelante en el tiempo hasta hacer que cada día parezca domingo. El caso es que Tom, que tiene el superpoder de no tener ningún poder en absoluto, está muy enamorado de la Perfeccionista, pero un exnovio con muy malas pulgas la ha hipnotizado para que sea la única persona del mundo incapaz de ver a Tom. A partir de ahí, haciendo alarde de un demoledor ingenio, una creatividad sin límites y una sensibilidad literaria que se palpa en cada frase, Kaufman nos conduce a través de una serie de situaciones hilarantes a la par que demenciales que caricaturizan el amor y la naturaleza de las relaciones. Un auténtico MUST en mayúsculas al que la editorial Turner ha dado un estupendo lavado de cara con motivo de su décimo aniversario.

 
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