«Así son las cosas. Atribuirlas a la suerte no las hace menos ciertas ni les resta importancia».
►Título original: Lucky Jim
►Traducción: Eder Pérez Garay
►Año: 1954►Editorial: Impedimenta
►Páginas: 384
Jim Dixon necesita un golpe de suerte. A punto de terminar el curso universitario, su puesto como profesor agregado de Historia Medieval pende de un hilo. Para asegurar su continuidad, Dixon reclama desesperadamente la aprobación de su jefe de departamento, un ampuloso y ensimismado catedrático al que no parece importarle lo más mínimo el futuro de su colega ni el brillante artículo sobre la «Alegre Inglaterra» que podría granjearle el favor de la comunidad académica. Para colmo, Jim se encuentra algo ajetreado tratando de mantener a flote su tormentosa relación con Margaret, una mujer histérica y dada al dramatismo que se recupera de un intento de suicidio motivado por la ruptura con su anterior pareja.
Publicada por primera vez en 1954, Lucky Jim constituye el sorprendente e hilarante debut novelístico de Kingsley Amis, escritor británico que llegó a convertirse en uno de los más significativos de su generación y padre del también escritor Martin Amis. Ganador del premio Somerset Maugham, Lucky Jim está considerado como una de los libros más divertidos del siglo XX y una especie de prototipo que prefiguró la novela de campus. Sin duda, parte de su magnífico encanto reside en la concatenación de desgracias que le ocurren a su protagonista y que le entorpecen, cuando no le impiden, la consecución de sus elevadas aspiraciones profesionales y personales.
Jim Dixon es un personaje peculiar, un tipo cuya seguridad en sí mismo roza el engreimiento ególatra, pero que en ningún momento resulta antipático ni desagradable, quizá precisamente por su monumental torpeza a la hora de desenvolverse en la esfera social. Kingsley Amis creó para su novela a un memorable fracasado que tan pronto se ve domeñado por la prudencia como espoleado por unos deseos irrefrenables de enzarzarse a puñetazos. Amante incorregible de los cigarrillos y las pintas de cerveza, el «afortunado» Jim se cruza a lo largo de la novela con un sinfín de contratiempos que elevan la comicidad y el tono burlesco de la historia hasta niveles peligrosos para el diafragma.
Ambientada en algún momento poco después de la Segunda Guerra Mundial, la historia de Lucky Jim no está exenta de cierta crítica a las maneras encorsetadas de la sociedad inglesa, firmemente asida a costumbres y tradiciones ancladas en un pasado mohoso que los miembros del claustro universitario de la novela vienen a representar. A pesar del férreo inmovilismo social de sus congéneres, Dixon pretende hacerse un hueco destacado en la vida del campus sin reflexionar en el obstáculo que podrían suponer sus accidentadas resacas, los enconados enfrentamientos con Bertrand Welch, el hijo de su jefe, o sus exasperantes devaneos amorosos con la bella y escurridiza Christine. ¿Está el triunfo de sus pretensiones determinado por la suerte o depende de una aritmética retorcida en la que dos fallos suman un acierto? Cualquier cosa puede pasar en esta alocada e impredecible novela de Kingsley Amis.
Publicada por primera vez en 1954, Lucky Jim constituye el sorprendente e hilarante debut novelístico de Kingsley Amis, escritor británico que llegó a convertirse en uno de los más significativos de su generación y padre del también escritor Martin Amis. Ganador del premio Somerset Maugham, Lucky Jim está considerado como una de los libros más divertidos del siglo XX y una especie de prototipo que prefiguró la novela de campus. Sin duda, parte de su magnífico encanto reside en la concatenación de desgracias que le ocurren a su protagonista y que le entorpecen, cuando no le impiden, la consecución de sus elevadas aspiraciones profesionales y personales.
Jim Dixon es un personaje peculiar, un tipo cuya seguridad en sí mismo roza el engreimiento ególatra, pero que en ningún momento resulta antipático ni desagradable, quizá precisamente por su monumental torpeza a la hora de desenvolverse en la esfera social. Kingsley Amis creó para su novela a un memorable fracasado que tan pronto se ve domeñado por la prudencia como espoleado por unos deseos irrefrenables de enzarzarse a puñetazos. Amante incorregible de los cigarrillos y las pintas de cerveza, el «afortunado» Jim se cruza a lo largo de la novela con un sinfín de contratiempos que elevan la comicidad y el tono burlesco de la historia hasta niveles peligrosos para el diafragma.
Ambientada en algún momento poco después de la Segunda Guerra Mundial, la historia de Lucky Jim no está exenta de cierta crítica a las maneras encorsetadas de la sociedad inglesa, firmemente asida a costumbres y tradiciones ancladas en un pasado mohoso que los miembros del claustro universitario de la novela vienen a representar. A pesar del férreo inmovilismo social de sus congéneres, Dixon pretende hacerse un hueco destacado en la vida del campus sin reflexionar en el obstáculo que podrían suponer sus accidentadas resacas, los enconados enfrentamientos con Bertrand Welch, el hijo de su jefe, o sus exasperantes devaneos amorosos con la bella y escurridiza Christine. ¿Está el triunfo de sus pretensiones determinado por la suerte o depende de una aritmética retorcida en la que dos fallos suman un acierto? Cualquier cosa puede pasar en esta alocada e impredecible novela de Kingsley Amis.
PUNTUACIÓN: ★★★☆