Los destrozos - Bret Easton Ellis

martes, 30 de julio de 2024



Título original: The Shards
Traducción: Rubén Martín Giráldez
Año: 2023
Edición:  Random House (2023)
Páginas: 680


Mi primera aproximación a la obra de Bret Easton Ellis (Los Ángeles, 1964) ha sido recibida por numerosos lectores como un triunfal regreso a la mismísima esencia del escritor norteamericano. No sé muy bien qué lugar corresponde a Los destrozos en este canon personal, si se puede entender como una perspectiva innovadora desde la que observar títulos tan emblemáticos como Menos que ceroAmerican Psycho, o si estamos simplemente ante un ejercicio de expiación literaria en el que Easton Ellis purga sus vivencias juveniles, pero lo que sí me ha quedado claro es que Los destrozos es una novela sugerente y provocativa que inmortaliza como nunca antes había visto la urgente desesperación del deseo adolescente.

Los destrozos se erige como una suerte de confesión metaliteraria, la de un escritor de éxito llamado Bret Ellis que narra el turbulento proceso creativo de su último libro y cómo los terroríficos hechos en los que se basa trastornaron para siempre el curso de su vida en el otoño de 1981. Ellis elabora una meticulosa reconstrucción de aquel horror, su germen y su espeluznante culminación, en el que Ellis y su pandilla de amigos de último curso en el prestigioso instituto Buckley vieron sus caminos entrelazados con los de un asesino en serie llamado el Arrastrero que mutilaba de forma grotesca a sus víctimas.

Ellis recrea de manera fascinante la atmósfera fastuosa y autodestructiva de este grupo de jóvenes ricachones en el Los Ángeles de los 80 que alternan las clases de literatura y álgebra con juergas desenfrenadas, sesiones de sexo duro y sobredosis de barbitúricos a ritmo de Icehouse, REO Speedwagon, Soft Cell o Fleetwood Mac. De manera casi milagrosa, Easton Ellis se mantiene erguido en medio de esta vorágine existencial y narra las complicadas dinámicas de amistad, amor y pasión que se configuran, se entretejen y se desgarran continuamente entre los miembros del reparto que conforma la patética ficción en la que se ha convertido la vida de Bret.

Incapaz de asumir públicamente su homosexualidad, Bret mantiene de cara a la galería un noviazgo con la popular Debbie Schaffer, hija de un famoso productor de cine, pero se entrega a relaciones absolutamente pirotécnicas con algunos compañeros que no escatiman a la hora de experimentar y explorar los espinosos senderos del coito entre hombres. Thom Wright, capitán del equipo de fútbol, y Susan Reynolds, ídolo erótico de la mayoría de alumnos, conforman los otros dos vértices de un polígono que saltará por los aires con la llegada a Buckley de Robert Mallory, figura misteriosa e incognoscible que empezará a encarnar las fantasías masturbatorias de Bret hasta un punto que raya en lo enfermizo y que parece guardar relación con la oleada de desapariciones, asesinatos y actos vandálicos que están tomando por fuerza la ciudad.

Mitad thriller policíaco, mitad novela de formación, Los destrozos bien podría calificarse como la sublimación de la estética del embotamiento. Con una prosa narcotizada, casi anodina, Easton Ellis elabora una historia sensual, macabra e hipnótica a partes iguales que gira en torno a la incomunicación, la ausencia de referentes o la desorientación propia de una recién adquirida independencia y que constituye toda una revolución en su flagrante desinterés por estimular al lector. Los destrozos me ha parecido una victoria de la forma sobre el fondo, un relato sobresaliente en su descripción del abrupto final de la juventud de su protagonista —capaz de bascular entre una tristeza crepuscular y la más brutal paranoia— que ojalá me hubiese sabido cautivar en todo momento con la misma intensidad, pero que no por ello resulta menos admirable ni, por supuesto, memorable. 


«Si las canciones trataban, como pensé en su momento, sobre un niño que se convierte en hombre, también trataban ahora, para mí a los cincuenta y seis años, sobre un hombre que seguía siendo un niño».


PUNTUACIÓN: ★★★☆

Lecciones - Ian McEwan

lunes, 15 de enero de 2024



Título original: Lessons
Traducción: Eduardo Iriarte
Año: 2022
Edición:  Anagrama (2023)
Páginas: 584


Que en pleno 2024 podamos seguir leyendo nuevo material de Ian McEwan me parece un milagro del que no se habla lo suficiente. El autor de obras tan emblemáticas como Expiación, Amsterdam o Chesil Beach (al que debe de dolerle la espalda de tanto cargar con el peso de la literatura británica contemporánea), no solo mantiene el nivel al que nos tiene acostumbrados, sino que rompe su propio techo entregando una novela absolutamente monumental en el que constituye su proyecto más largo hasta la fecha y quizá el más ambicioso.

Lecciones nos pone en la piel de Roland Baines, un hombre que desde niño ha acostumbrado a enfrentar todo tipo de crisis, tanto personales como históricas. Hijo de un militar destinado en Trípoli y una mujer atenazada por su pasado trágico, Roland fue arrancado del núcleo familiar por la escalada de un conflicto bélico y aterrizó en un internado a miles de kilómetros de distancia sin hacerse una idea de las guerras que estaba a punto de librar dentro de sus cuartos. Los compases iniciales de la novela, impregnados de un exquisito sabor a Bildungsroman, nos ofrecen una zambullida en esos primeros años de formación, inocencia y múltiples despertares del protagonista, dinamitados de manera tan brutal como cruel por la relación que establece Roland con Miriam Cornell, su profesora de piano. Víctima de una dinámica retorcida y de un flagrante abuso de poder, Roland se entrega a un estremecedor frenesí sexual con la señorita Cornell propiciado en gran medida por la espiral de histeria apocalíptica que tenía como telón de fondo la crisis de los misiles en Cuba. El proceso, narrado con la brillantez y la elegancia habituales en McEwan, resulta particularmente devastador y sus eventuales ramificaciones se extienden por la vida del protagonista como una influencia imborrable.

Décadas después, cuando su mujer —escritora frustrada e hija de alemanes disidentes contra el régimen de Hitler— desaparece sin previo aviso y lo abandona con un hijo a su cargo, Roland deberá enfrentarse a los episodios más oscuros de su trayectoria personal mientras resiste las embestidas políticas y sociales de la segunda mitad del siglo XX. Así, Lecciones nos ofrece un fascinante recorrido por acontecimientos tan relevantes como la caída del Muro de Berlín, el accidente de Chernóbil o la pandemia del COVID-19 contados desde una perspectiva que aúna lo individual y lo colectivo y que certifica con la inconfundible rúbrica de McEwan la capacidad inagotable del ser humano de joderse a sí mismo sin necesidad de un declive internacional. A pesar de su elevado componente de crónica, Lecciones es una narración siempre cercana, situada muy próxima a la voz narrativa y teñida de emotividad, franqueza y empatía en cada una de sus páginas. Llevando por bandera un optimista derrotismo, Roland Baines es uno de los personajes más vívidos, profundos y mejor caracterizados que he leído en mucho tiempo, un perdedor incansable, una ficción tan meticulosa, nítida e íntima que sabe a más realidad que nunca.

Narrada a través de continuos saltos temporales, pero sin perder el hilo conductor en ningún momento, Lecciones encierra verdades fundamentales sobre el amor, la culpa, la memoria y la identidad que en manos de cualquier otro escritor sencillamente serían imposibles de contar. McEwan no titubea a la hora de adentrarse en terreno pantanoso. No le tiembla la mano cuando se trata de remover conciencias ni de incomodar al lector. Y es esa una cualidad que, por su creciente escasez, resulta tanto o más urgente reconocer. Dada su escala descomunal, así como su impecable calidad narrativa, Lecciones no es sino la contundente constatación del imperial talento que Ian McEwan a día de hoy aún conserva.


«Si su vida hasta el momento era un fracaso, como a menudo pensaba, era pese a la generosidad de la historia.»


PUNTUACIÓN: 

Selby Wynn Schwartz - Después de Safo

lunes, 8 de enero de 2024



Título original: After Sappho
Traducción: Aurora Luque
Año: 2022
Edición:  Alianza Editorial (2023)
Páginas: 336


Interpretar la obra de Safo supone enfrentarse a un desconocimiento sustancial de la misma. La historia está llena de vacíos, recovecos y ausencias que dan permiso para la elucubración y la hipótesis, pero la de Safo es quizá una de las incógnitas más sugerentes y trágicas que se conocen en el campo de las artes y la literatura. Figura misteriosa e incognoscible, mujer que entreteje en las sombras los hilos de su destino, Safo se erige en la imaginación colectiva como la cúspide de la feminidad libre, provocadora y sin remordimientos, una voz de sirena que apela con su sensual canto desde una isla de su propia invención.

Los agujereados retazos de su obra poética sirven como fundamento a Selby Wynn Schwartz para elaborar una suerte de biografía novelada acerca de un grupo de artistas, escritoras, actrices, activistas y socialités de finales del siglo XIX y principios del XX que desean trascender las encorsetadas convenciones de su época y convertirse en Safo. La empresa, emprendida en el ámbito de una Europa retrógrada y misógina, parece tan ambiciosa como agotadora. Sin embargo, Después de Safo narra con asombrosa exquisitez la eclosión de este movimiento que comenzó en Lesbos hace cientos de años y que culminaría en los albores del siglo pasado en pleno ascenso de las reivindicaciones feministas, el sufragismo, las reformas integrales del código legal y la reconquista de derechos para las mujeres, pero también del fascismo en Italia y del consiguiente oscurantismo moral que amenazaba con extenderse como una onda expansiva.

Estructurada en forma de viñetas, con una cronología caprichosa y una exuberante prosa teñida de estremecedor lirismo, Después de Safo ahonda en las vidas ficcionalizadas de estas mujeres valientes y pioneras —casi siempre marcadas por la lacra de los abusos, la violencia y el señalamiento— para arrojar luz sobre los resquicios de sus existencias tan vibrantes como turbulentas. Después de Safo es pura exaltación de la sororidad, de la pulsión creativa y del sexo bucólico entre señoras. Es experimentación y éxtasis. Es puro drama entonado por un coro de voces griegas. Es adentrarse en terreno desconocido agarrado de una mano amiga. Es Virginia Woolf gritando que nadie puede imponer cadenas a la libertad de su mente mientras reproduce copias de sus novelas en una imprenta casera. Un refrescante soplo de aire que despeja el ambiente y desempolva las mentes. Una clase magistral sobre cómo remodelar tu nombre y reconstruir tu propia identidad a partir de un montón de ruinas.

Sensual, contundente, embriagadora y cáustica, esta magnífica novela de Selby Wynn Schwartz se disfruta como un retrato impresionista de una época cargada de ilusión y esperanza en el poder del progreso y de la autonomía femenina. Sueños lamentablemente truncados por el estallido de una devastadora guerra mundial que diezmaría cualquier posibilidad real de avance, pero cuyos ecos reverberan hasta nuestros días a través de versos incompletos que nos permiten seguir invocando el anhelo de ser Safo. 


«Los lectores, según Colette, eran como amantes. Los mejores eran atentos, inteligentes, exigentes y promiscuos. Urgía leer abundantemente y bien, buscar precisamente las novelas que nos prohibían y tumbarnos durante horas en la cama con ellas. Deberíamos leer hasta atiborrarnos y saciarnos, nos aconsejó Colette; después de un buen libro hay que chuparse los dedos».


PUNTUACIÓN: ★★★★☆


 
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