► Título original: My Heart is a Chainsaw
► Traducción: Manuel de los Reyes
    
    ► Año: 2021
► Edición:  La biblioteca de Carfax (2023)
    
    ► Páginas: 464
  Stephen Graham Jones es, probablemente, el escritor que mejor haya entendido en la última década la fórmula para expandir las barreras del género de terror más allá del nicho. Sí, Graham Jones se ha convertido en poco tiempo en una figura prominente capaz de reinventar algo tan estereotipado como el slasher y descubrir la dimensión más literaria del gusto por la casquería. Misterio, leyendas urbanas, asesinos en serie, lucha de clases, chicas con el destino del mundo en sus manos y un pueblo remoto con un pasado sanguinolento... Mi corazón es una motosierra no solo contiene todos los ingredientes para triunfar entre los amantes del horror más gore, sino que viene dispuesto a serrar en pedazos cualquier noción que creas saber sobre qué significa ser la protagonista de una peli de miedo.
A sus diecisiete años, Jade Daniels es lo que podría denominarse como una auténtica fracasada. Graduada a duras penas en el instituto de secundaria de Proofrock, Idaho, Jade es una cinéfila empedernida, absolutamente obsesionada con las películas de género slasher, que convive con un padre alcohólico y compagina sus labores domésticas con una pena a prestar servicios comunitarios por lo que a todas luces parece un intento de suicidio. Sin amigos a la vista, sin perspectivas de futuro y consumida por una desafiante actitud de asco por la vida, el mundo de Jade Daniels sufrirá un interesante vuelco cuando la llegada de una élite de magnates convierta el pueblo de Proofrock en el escenario de una potencial masacre que solo los enciclopédicos conocimientos de Jade podrán evitar.
Con infinidad de guiños y referencias a la edad de oro del slasher, Mi corazón es una motosierra constituye una exhaustiva carta de amor a este género cinematográfico que desentraña en clave de homenaje el aspecto transformador del asesinato como entretenimiento. Desde Halloween hasta Tiburón, pasando por Scream, Destino Final o Pesadilla en Elm Street, Stephen Graham Jones se ha dejado el alma en elaborar el compendio definitivo de un hobby icónico que, en el caso de Jade Daniels, representa más bien una forma de existir. Con una serie de asesinatos cada vez más macabros aterrorizando a la población de Proofrock, Jade Daniels tendrá que profundizar en la historia de la ciudad —salpicada de incidentes tan grotescos como sangrientos— y del inmenso lago que la bordea para entender quién puede estar detrás de los crímenes, cuál es su motivación y de qué manera se puede detener la espiral de violencia que se cierne sobre la protagonista.
Mi corazón es una motosierra es una interesante reinterpretación del slasher que puede leerse como viaje iniciático o ejercicio mortal de autodescubrimiento. Siguiendo las directrices de los maestros del género, Jade Daniels escenifica el argumento de sus películas favoritas en una versión que abraza sin dudar como el sueño húmedo de la fanática que es. Sabiendo que esta historia —como solo puede ser en su caso— no guarda para ella un rol principal, Jade se resuelve a encontrar por todos los medios a la chica final que está destinada a encarnar el papel de heroína. E incluso, si fuese necesario, a convertirse en su instructora. Porque Jade, con su personalidad marginal, su irreverente sarcasmo, su pelo naranja descolorido y su herencia indígena, carece de la pureza necesaria para empuñar el cuchillo que acabe con el monstruo. No, Jade no está hecha para ser la elegida, pero lo cierto es que ha vivido pesadillas más que suficientes para saber cómo se construye una.
Fascinante mezcla de folclore sobrenatural y cultura pop, Mi corazón es una motosierra es una lectura que probablemente apasionará a los fans acérrimos del terror, pero que me ha dejado un sabor de boca agridulce. Creo que la propuesta de Stephen Graham Jones goza de audacia y voluntad de romper moldes, pero el estilo excesivamente recargado y cliché me ha resultado artificioso e impenetrable. Pocas veces he visto a un escritor hacer un uso tan indiscriminado de las subordinadas y el hecho de que la novela esté narrada exclusivamente desde la perspectiva de Jade, un personaje cuyo leit motiv es una recalcitrante angustia adolescente, hace que la narración se sienta poco menos que asfixiante. Luces y sombras de una novela con una personalidad arrolladora, pero que se ve empañada por un tono monocorde y una conclusión tan caótica como anticlimática. Aunque no sea perfecta, ni mucho menos, Mi corazón es una motosierra es una lectura salvaje, descarada y reivindicativa que reclama, desde el lugar donde nacen las más terroríficas fantasías, un espacio para venerar el morbo exhibicionista del slasher. Un culto a la figura de la chica final que resiste, triunfante, las tenazas del trauma hasta que puede asestar la última puñalada.
«Y ahora la encontrarán muerta de frío e inanición en una de esas cabañas, ¿verdad? La fanática del terror reducida a una momia correosa, pasto de las tortugas, los mapaches y los cuervos, con las rodillas recogidas contra el pecho, enterrado por fin su corazón en el único suelo que estaba dispuesto a aceptarlo.»
  ★★☆

 
 
 
 
 

 
 
 
 
 



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