Iván Turguénev - Primer amor

lunes, 27 de octubre de 2025



► Título original: Первая любовь
► Traducción: Natalia Dvórkina
► Año: 1860
► Edición:  Alianza Editorial (2018)
► Páginas: 128


El amor es un maestro cruel y hay lecciones que no se olvidan en la vida. Primer amordel escritor ruso Iván Turguénev, puede que sea la constatación más demoledora de que enamorarse es un acto autodestructivo donde el corazón se transforma sin previo aviso en una auténtica bomba de relojería. Sí, tu pecho es una cámara de carne dispuesta a reventar al menor descuido y nadie te garantiza que la explosión vaya a ser de felicidad. Lo único que puedes hacer es ponerte a resguardo en un sitio donde no salpiquen mucho las vísceras.

El protagonista de Primer amor no es más que una víctima colateral de esa organización terrorista llamada deseo. La novela, tan breve como un suspiro de nostalgia, arranca con un grupo de caballeros relatando sus primeras experiencias amorosas. Sin embargo, cuando le llega el turno a Vladímir Petróvich, el narrador echa mano de sus notas para poner orden a una tragedia que la memoria no es capaz de articular sola. A partir de ese momento, el recuerdo toma el testigo de la narración y nos vemos retrotraídos a la adolescencia de Vladímir, cuando su mundo quedó alterado para siempre gracias a la química inolvidable de las primeras veces.

Tras un viaje efectuado junto a sus padres a la dacha familiar, Vladímir, de dieciséis años, queda inmediatamente prendado de la inquilina que acaba de establecerse en una casa vecina, una princesa caída en desgracia que acumula pretendientes con la misma rapidez con la que suben las pulsaciones del protagonista. Con sus acentuados encantos soviéticos, las generosas atenciones que prodiga y su cautivadora coquetería, la enigmática y voluptuosa Zinaída Aleksándrovna planta enseguida en el impresionable Vladímir la semilla de una fijación tan entrañable e inocente como condenada a la tragedia.

Junto al maquiavélico conde Malevski, el doctor Lushin, el poeta Maidánov, el capitán retirado Nirmatski o el húsar Belovzórov, Vladímir compite en juegos amañados con el objetivo de ganarse un hueco en el corazón de Zinaída. Haciendo un uso magistral de la elipsis y la perspectiva, Turguénev deja entrever de manera sutil lo que al joven protagonista de Primer amor se le escapa debido a su inocencia y traza en esta novela una línea paralela entre el ascenso del romanticismo juvenil y la caída de un régimen social del que los protagonistas no son sino anacrónicos vestigios vivientes. Un enamoramiento febril, una relación tumultuosa con el padre, un hogar caracterizado por elocuentes silencios, oportunas ausencias y acaloradas discusiones nocturnas... desde bien pronto, Primer amor dispone las piezas de un elegante puzzle narrativo que, a pesar de su minimalismo, consigue mantener el interés hasta su emocionante y demoledora conclusión.

En apenas un centenar de páginas, esta fantástica y atemporal obra de Turguénev encapsula de forma sobrecogedora el poder absolutista del descubrimiento del amor y su capacidad para arruinarnos la vida por completo. En una de sus canciones más conocidas, La Oreja de Van Gogh escribía: «Y es que empiezo a pensar que el amor verdadero es tan solo el primero». ¿Pero cuáles son las repercusiones de errar el tiro? ¿Se puede aspirar a una segunda oportunidad en cuestiones del corazón o todas las personas que vengan detrás son solo para olvidar las huellas inabarcables del primer amor? En una de sus últimas intervenciones, un ya desengañado Petróvich asegura: «No quisiera que se volviera a repetir, pero me consideraría infeliz si no lo hubiera experimentado.» Y creo que no existe respuesta más convincente que esa para resumir el desolador aprendizaje de entender que el auténtico dolor proviene de no haber vivido.


«También yo... ¿en qué confiaba, qué esperanzas albergaba, qué prometedor futuro preveía si despedí tan solo con un suspiro, con una sensación de tristeza la estela de mi primer amor que había pasado ante mis ojos por un instante?»


★★★

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