«Fe si tenía, esa fe que se tiene de nacimiento, pero he visto a qué conduce y me deshice de ella. De lo contrario, habría caído en esa especie de ceguera, porque hay que estar loco para darle la espalda a todo lo nuevo y maravilloso, para no ver que en el microscopio puede haber tantos milagros como en los Evangelios».
►Título original: The Essex Serpent
►Traducción: Carlos Jiménez Arribas
►Año: 2016►Editorial: Siruela
►Páginas: 408
La vida de Cora Seaborne da un estremecedor vuelco el día que muere su marido, un influyente y tiránico asesor parlamentario. Como muchas otras mujeres de su época, Cora era presa de un matrimonio atenazante y abusivo en el que sus ambiciones académicas parecían no tener otro destino que el de marchitarse lentamente. Sin embargo, liberada de la esclavitud conyugal, Cora decide abandonar la sofocante escena londinense y dar rienda suelta a sus inquietudes científicas. Acompañada de su hijo Francis, un muchacho apocado con evidentes síntomas de autismo, y Martha, una empleada doméstica de férreas convicciones, emprende un viaje hacia la costa de Essex, donde corren rumores de que una antigua criatura legendaria ha despertado de su letargo para aterrorizar a la población.
William Ransome, el párroco local, acoge las noticias sobre la mítica serpiente de Essex con bastante recelo. Curiosamente, la suya es una fe basada en la razón, en la lógica aplastante de los preceptos divinos. A golpe de sermón, William pretende erradicar los temores infundados de sus feligreses y devolver el sentido común a un pueblo supersticioso que cree estar siendo castigado por su descarrío. La llegada de Cora a la pequeña aldea de Aldwinter trae consigo una avalancha de enfrentamientos entre dos enfoques diametralmente opuestos de entender el mundo. Con un refrescante toque de originalidad y picardía, Sarah Perry (Essex, 1979) reabre en su aclamada novela el clásico debate entre religión y ciencia constituyendo como portavoces a un clérigo escéptico y una naturalista crédula. Sin embargo, las acaloradas discusiones filosóficas entre William y Cora no hacen sino avivar las llamas de una química perfecta. La suya es una relación inflamable que, como las buenas revoluciones, viene dispuesta a quebrantar el orden y poner en entredicho todas las certezas adquiridas.
Al margen del impenetrable misterio que sacude la localidad de Aldwinter, Londres atisba el nacimiento de otra imparable fuerza dispuesta a socavar los cimientos de la época: el socialismo. Sarah Perry se hace eco en La serpiente de Essex de la precaria situación en la que vivían tantas familias trabajadoras durante el período victoriano, marcadas por su estatus marginal y su incapacidad de acceder a una vivienda digna. En líneas generales, La serpiente de Essex se desarrolla en el epicentro de una contagiosa atmósfera de progreso, caracterizada por numerosos avances en áreas como la política o la medicina. De ello dan buena cuenta personajes como Luke Garret y George Spencer, un par de brillantes y ambiciosos cirujanos cuyos conocimientos sobre las cavidades del corazón humano contrastan de manera sorprendente con su ignorancia acerca de las emociones que lo gobiernan. Junto a Martha, William y Cora protagonizan un intrincado polígono amoroso que desencadena algunos de los momentos más emocionantes de la novela.
Además de un fantástico elenco de personajes y de una historia cautivadora, La serpiente de Essex cuenta con una exquisita prosa que convierte en puro deleite la lectura de cada una de sus frases. Sarah Perry encandila con sus exuberantes descripciones del paisaje rural inglés, desde la frondosa vegetación hasta las traicioneras aguas del estuario del Blackwater, envueltas siempre en un brumoso velo que depara toda clase de espejismos y visiones extrañas. En La serpiente de Essex, lo tangible se da la mano con lo inexplicable. Por eso, cuando los habitantes de la región asediada por la leyenda comienzan a padecer todo tipo de fenómenos inusuales, nadie se atreve a negar el inconfundible sello de la bestia. ¿Realidad o mito? ¿Especie desconocida o desvarío colectivo? Sarah Perry mantiene un tenso pulso con el lector en tanto que la balanza no se decanta por ninguno de los dos platos. No obstante, antes de que caiga el telón, la joven escritora británica ha logrado con esta obra sobresaliente que nos olvidemos por completo de desentrañar la solución al enigma.
PUNTUACIÓN: ★★★★
Yo no se si fue una cuestión de expectativas (no hay nada peor que una novela no sea lo que te esperabas para que se te cruce y no haya manera) pero no conseguí entrar en la novela ni a la de tres.
ResponderEliminarReconozco que está bien escrita, que la ambientación está muy bien pero para mí quiere abarcar demasiado y no acaba de definirse