Lisa Halliday - Asimetría

martes, 13 de noviembre de 2018



Título original: Asymmetry
Traducción: Berta Monturiol
Año: 2018
Edición: Alfaguara
Páginas: 320


Asimetría, la primera novela de Lisa Halliday, es un impactante ejercicio de originalidad literaria que desafía la capacidad del lector para mantenerse a flote en un mar de turbias aguas narrativas. Quien busque asideros y terrenos conocidos en el fascinante debut de Halliday, que deje de perder el tiempo: ninguno de los tres actos en los que se divide la novela guarda semejanzas reseñables entre sí. No obstante, como no podría ser de otra manera, existe una profunda conexión subyacente que los mantiene estrechamente relacionados y refuerza su entidad unitaria. Cuáles son los términos de esa unidad es una incógnita que permanece oculta hasta el final de la historia, si bien es continuamente insinuada a quien sepa recoger las migas esparcidas por Lisa Halliday a lo largo del relato. 

«Insensatez», la primera de estas tres piezas, tiene como protagonista a Alice, una ingenua asesora editorial de veinticinco años que se embarca en una relación amorosa con Ezra Blazer, escritor de renombre, mucho mayor que ella, y que a todas luces parece un trasunto literario del mismísimo Philip Roth. Desde el primer momento, Ezra se aprovecha del carácter impresionable de Alice para imponer su voluntad en una relación desigual donde Halliday, con extrema pericia, pone de manifiesto los asimétricos mecanismos de poder a los que se ve sometida la joven. 

Como en el cuento de Carroll, Alice atraviesa una tenebrosa madriguera de conejo hacia un país en el que abunda de todo menos las maravillas, renunciando por el camino a sus aspiraciones profesionales y su satisfacción personal hasta dar con una existencia vacía y monótona donde las horas se deshacen entre interminables partidos de béisbol, pornográficas sesiones de fotografía y un running gag que se repite hasta la extenuación. Sin apenas proponérselo, Alice se ve absorbida por el ajetreo vital de Ezra: sus tratamientos médicos, sus declaraciones en prensa e incluso los entresijos pasados de su vida personal... todo lo que mana del escritor, consolidado ya en una esfera de la que Alice se esfuerza por formar parte, acaba eclipsando cualquier tentativa de alterar la dinámica en la que se hallan inmersos.

En «Locura», tanto el tono como el escenario de la novela se ven sacudidos por un giro radical. Aquí Halliday nos pone en la piel de Amar Yaafari, un ciudadano estadounidense de origen iraquí que es retenido en el aeropuerto de Heathrow cuando se dirigía a una cita en Londres con un amigo suyo. Mientras responde una y otra vez a las insidiosas preguntas de los agentes de inmigración, Amar rememora algunos episodios de su infancia y juventud, transcurridas a caballo entre la opulencia relativa del sueño americano y la cruda realidad de un país acribillado por la guerra. Por medio de elaboradas y contundentes reflexiones sobre temas como política, medicina, religión y ética, vamos descubriendo en Amar a una persona profundamente cultivada y comprometida con las causas sociales, un individuo inteligente, despierto y moralmente responsable que, no obstante, no consigue escapar de los prejuicios derivados de algo tan arbitrario como su origen.

La tercera y última parte, titulada «Los discos de la isla desierta de Ezra Blazer», emula un conocido programa de entrevistas en el que, por fin, aunque de manera velada, se ponen de manifiesto los hilos invisibles de la novela, permitiendo que nos adentremos en la extraordinaria estructura narrativa orquestada por Lisa Halliday a lo largo de Asimetría

Por sí sola, la proeza técnica de Halliday resulta cuando menos admirable. Las cuestiones que plantea sobre el proceso de creación literaria, los límites de la imaginación y la capacidad del escritor para recrear conciencias ajenas sin perder ni un ápice de credibilidad son, igualmente, dignas de elogio. Sin embargo, no soy capaz de afirmar que he disfrutado con la lectura de Asimetría. Estamos ante uno de esos casos en los que la torpe ejecución de la obra deslustra la idea sensacional que hay tras ella. La inconsistencia de temas y voces narrativas presentes en Asimetría ha lastrado en gran medida mi implicación con los personajes y con las historias que cuentan, aun cuando percibía entre el denso follaje que es la prosa de Lisa Halliday destellos aislados de erudición estilística. A pesar de todo, no me arrepiento de haber apostado por este libro. Creo que es una propuesta arriesgada, valiente, fresca e innovadora, aunque ofrezca una sensación de conjunto algo insatisfactoria, como de proyecto inacabado, sin rematar. No hay duda de que Lisa Halliday es una escritora de grandes recursos, una voz prometedora a la que no voy a perder de vista, por más que mi primer contacto con ella haya estado ensombrecido por todo tipo de claroscuros.


«Pero incluso alguien que se gane la vida con la imaginación al final está siempre sometido a una misma limitación: puede ver en el espejo el tema que prefiera, desde el ángulo que más le guste; incluso puede mirar y quedarse fuera del cuadro, que es lo mejor para desnarcisar la mirada; pero no puede soslayar que siempre es él quien sostiene el espejo».


PUNTUACIÓN: ★

4 comentarios :

  1. Yo lo leí en verano y me gustó. Me gustó el estilo narrativa de Halliday y me gustaon las historias. Eso sí, a diferencia de otros no vi la unidad narrativa por ningún lado.
    Las dos primeras historias tienen en común la asimetría en las relaciones y las dos son interesantes por sí mismas pero sin ningún punto en común.
    He leido que la tercera unifica la narración, pero yo no lo vi. De hecho en la tercera ni siquiera le encontré significado al título de la novela ya que no deja de ser una entrevista sobre gustos musicales de Ezra Pound, el protagonista de la primera historia.
    Y eso es precisamente lo que tiene en común con la primera historia, con la segunda no le vi ningún punto en común (igual me lo perdí).

    Me parece un debut interesante pero claro con el bombo que se le da a algunas novelas de debut a veces es imposible no sentirse decepcionado, a mí me acaba de pasar con Ni aquí ni allí de Tommy Orange, que está bien, pero es bastante menos de lo que esperaba

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    1. En la tercera parte se da a entender que la segunda parte es en realidad una novela escrita por Alice, personaje de la primera. De ahí el paralelismo con el espejo y las reflexiones sobre la capacidad del escritor para recrear una conciencia verosímil e indistinguible de su creador.

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    2. Gracias, le daré un repasito a la tercera parte (que además es corta) a ver si ya sabiendo esto lo pillo (aunque tal como estoy últimamente no apostaría por ello)

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  2. Ha sido una de las cinco novelas del año para el New York Times.

    Creo que es el primer año que he leido dos de las elegidas, aunque sinceramente a mí Ni aquí ni allí no me convenció nada de nada

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