► Título: Trueque mental
► Autor: Robert Sheckley
► Año de publicación: 2013
► Género: Novela, ciencia-ficción
► Editorial: RBA
► Páginas: 200 páginas
► PVP: 17.00 €
► ISBN: 9788490065839
En un futuro no demasiado lejano el método más barato para viajar por el universo consiste en intercambiar el cuerpo con un habitante de otro planeta: el trueque de las mentes permite pasar las vacaciones en otro mundo dentro del cuerpo de un nativo del planeta. Esta es la opción que utiliza Marvin Flynn, un aburrido pero inquieto terrícola, para pasar una temporada en Marte. Pero no todos los participantes en el trueque mental juegan limpio y Marvin acaba descubriendo que su marciano, aparentemente perfecto no es tal, sino un estafador intergaláctico que va saltando de cuerpo en cuerpo para cometer sus fechorías. A partir de aquí empezará la odisea de Marvin por medio universo para intentar recuperar su cuerpo.
Opinión
Tal y como ya dije hace unas semanas en la reseña de La máquina espacial (un libro que, por cierto, no os podéis perder bajo ningún concepto), qué bueno es saber que aún existen editoriales tan comprometidas con el género fantástico y de ciencia-ficción como RBA, cuya colección Literatura fantástica nos permite seguir disfrutando de algunas piezas clásicas ya desaparecidas, olvidadas, inéditas o que de no existir este magnífico sello tendrían que ser arrancadas de entre las garras de algún coleccionista. En la línea de las novelas pertenecientes al ciclo del Ekumen, las múltiples perversiones tecnológicas de J.G. Ballard o el imprescindible ómnibus de H.G. Wells que ya se pueden encontrar en su cada vez más interesante catálogo, RBA recupera en esta ocasión una de las obras no tan conocidas de Robert Sheckley, prolífico escritor norteamericano de ciencia-ficción que se caracterizaba principalmente por su vena satírica y cómica. Así pues, Trueque mental no solo constituye una interesante apuesta literaria que nos permite adentrarnos en el asombroso a la par que impredecible periplo por el espacio de un incauto aventurero, sino que además concentra de manera fascinante ese especial sentido del humor que tanto se le atribuye a su autor.
En un antiguo planeta de sueños anhelados,
de radiantes albores y ocasos desordenados,
un peregrino perdido en caminos olvidados
desea al fin escapar de los horrores presenciados.
El protagonista de Trueque mental es Marvin Flynn, un hombre que a pesar de vivir en un mundo frenético, altamente globalizado y en el que viajar a cualquier rincón del universo es posible gracias a la técnica que da título a la novela, jamás ha salido de su pequeño pueblo situado en el estado de Nueva York. Sin embargo, un buen día Marvin se anima a escapar de su existencia anodina y visitar otros lugares con los que hasta ahora solo ha podido soñar. Para ello, decide intercambiar su cuerpo con el de un extraterrestre marciano que ofrece sus servicios a través de un anuncio en el periódico, pero al llegar a su destino Marvin tristemente descubrirá que con quien ha realizado el trueque es en realidad un peligroso delincuente que ha estafado a un buen número de personas a lo largo y ancho de la galaxia. Solo, desamparado y privado de su auténtico cuerpo hasta nuevo aviso, Marvin se verá propulsado a un disparatado viaje por el cosmos mientras trata de encontrar una solución urgente a su problema.
De este modo, en Trueque mental acompañaremos a nuestro protagonista por una serie de planetas en los que de una manera u otra Marvin Flynn vivirá situaciones completamente rocambolescas, hilarantes, descontroladas y que desprenden un encantador aroma irónico y burlón que es el principal aliciente de la novela. Con una prosa muy cuidada, detallista y marcadamente científica en determinados pasajes, Sheckley se permite intercalar la divertida odisea hiperespacial de Marvin con desmesurados caprichos lingüísticos al alcance de muy pocos, jugando a diestro y siniestro con el poder de la metáfora, la ambigüedad de lo absurdo y una gran variedad de intrincados términos propios como la "deformación metafórica", la "teoría de la búsqueda" o el "mundo retorcido" que de primeras resultan un poco difíciles de asimilar.
Ahora bien, aunque pueda parecer que estamos ante una aventura intergaláctica como cualquier otra, lo cierto es que la novela de Sheckley se convierte en víctima de su propia filosofía a medida que nos vamos acercando al final de la misma. Podría decirse que en cierto punto la historia degenera hasta adquirir tintes de irrealidad y sinsentido que desentonan bastante con el espíritu inicial de la obra, por lo que no es de extrañar muchos lectores se sientan perdidos, abrumados o incluso confundidos respecto a los extravagantes derroteros por los que discurre la recta final de esta novela. Personalmente no lo considero un escollo tan insalvable como algunos nos quieren hacer pensar, sino que prefiero interpretar los desvaríos narrativos de Sheckley como una muestra más del carácter satírico del libro y de cómo la historia armoniza con sus propios principios a la hora de manifestar los peligros que conlleva transgredir las normas físicas de nuestro universo.
No obstante, las numerosas virtudes de Trueque mental superan enormemente sus inconvenientes. A parte de sus muy buenos cimientos, tener pasajes absolutamente desternillantes, estar poblada por personajes que rozan lo caricaturesco y gozar del magnífico estilo de su autor, este recomendable clásico de Sheckley ha supuesto para mí un par de horas entretenidas en grado sumo, una increíble forma de reflexionar sobre cuestiones como el vertiginoso avance científico, la pérdida de la identidad personal o las consecuencias de experimentar un drástico cambio de vida, así como de examinar las hoy en día inconcebibles maravillas ciberespaciales que quizá nos aguardan en las próximas décadas. Una oportunidad sencillamente perfecta para introducirse en la mente de otra persona sin tener que abandonar la reconfortante comodidad del hogar. Vaya, parece que el futuro no está tan lejos, al fin y al cabo...
De este modo, en Trueque mental acompañaremos a nuestro protagonista por una serie de planetas en los que de una manera u otra Marvin Flynn vivirá situaciones completamente rocambolescas, hilarantes, descontroladas y que desprenden un encantador aroma irónico y burlón que es el principal aliciente de la novela. Con una prosa muy cuidada, detallista y marcadamente científica en determinados pasajes, Sheckley se permite intercalar la divertida odisea hiperespacial de Marvin con desmesurados caprichos lingüísticos al alcance de muy pocos, jugando a diestro y siniestro con el poder de la metáfora, la ambigüedad de lo absurdo y una gran variedad de intrincados términos propios como la "deformación metafórica", la "teoría de la búsqueda" o el "mundo retorcido" que de primeras resultan un poco difíciles de asimilar.
Seguimos adelante sorteando los obstáculos, pero la caída fundamental está en todo momento a nuestros pies. Construimos, fabricamos y creamos; pero la muerte es la arquitectura suprema, la que da forma a las alturas solo para que pueda haber abismos.
Ahora bien, aunque pueda parecer que estamos ante una aventura intergaláctica como cualquier otra, lo cierto es que la novela de Sheckley se convierte en víctima de su propia filosofía a medida que nos vamos acercando al final de la misma. Podría decirse que en cierto punto la historia degenera hasta adquirir tintes de irrealidad y sinsentido que desentonan bastante con el espíritu inicial de la obra, por lo que no es de extrañar muchos lectores se sientan perdidos, abrumados o incluso confundidos respecto a los extravagantes derroteros por los que discurre la recta final de esta novela. Personalmente no lo considero un escollo tan insalvable como algunos nos quieren hacer pensar, sino que prefiero interpretar los desvaríos narrativos de Sheckley como una muestra más del carácter satírico del libro y de cómo la historia armoniza con sus propios principios a la hora de manifestar los peligros que conlleva transgredir las normas físicas de nuestro universo.
No obstante, las numerosas virtudes de Trueque mental superan enormemente sus inconvenientes. A parte de sus muy buenos cimientos, tener pasajes absolutamente desternillantes, estar poblada por personajes que rozan lo caricaturesco y gozar del magnífico estilo de su autor, este recomendable clásico de Sheckley ha supuesto para mí un par de horas entretenidas en grado sumo, una increíble forma de reflexionar sobre cuestiones como el vertiginoso avance científico, la pérdida de la identidad personal o las consecuencias de experimentar un drástico cambio de vida, así como de examinar las hoy en día inconcebibles maravillas ciberespaciales que quizá nos aguardan en las próximas décadas. Una oportunidad sencillamente perfecta para introducirse en la mente de otra persona sin tener que abandonar la reconfortante comodidad del hogar. Vaya, parece que el futuro no está tan lejos, al fin y al cabo...
Puntuación
Trueque mental
Tengo muchas ganas de eer algo de Ciencia ficción y esta serie de edición plateada me está poniendo ojillos de cordero *-*
ResponderEliminar'la novela de Sheckley se convierte en víctima de su propia filosofía a medida que nos vamos acercando al final de la misma' POETA.
Gracias, gracias xD
EliminarOh si que me gusta encontrar libro de este calibre. o sea, pura y dura ciencia ficcion!
ResponderEliminarbesote!
Me encanta la portada y la sinopsis. No he leido nada de ciencia ficcion, pero este lo leeria seguro :)
ResponderEliminarBesos,
La primera mitad de libro me encantó y la idea general del viaje a través de cuerpos me encanta, pero esa segunda parte...ay esa segunda parte x___D cada página era más surrealista que la anterior y no sé, terminé un poco cansada jajaja pero vamos, la historia gustarme me gustó :3
ResponderEliminarLas últimas 50 páginas o así son un wtf en toda regla xDD Aun así, el libro me gustó mucho :)
EliminarParece que esta editorial saca puras joyas. Tus reseñas son siempre positivas de esos libros.
ResponderEliminarEn general sí, estoy absolutamente encantado con esta colección :)
Eliminar¡Hola, qué tal!
ResponderEliminarAdoro la ciencia ficción. Y este parece justo el libro que necesito leer próximamente.
Hasta pronto.