► Autor: China Miéville
► Año de publicación: 2013
► Género: Novela, ciencia-ficción
► Editorial: Fantascy
► Páginas: 448
► PVP: 18.90 €
► ISBN: 9788415831006
En un futuro lejano, los humanos han colonizado un planeta remoto, Arieka, habitado por los enigmáticos ariekei, seres sensibles e inteligentes conocidos por hablar una lengua totalmente insólita en el universo. Los únicos humanos que han dominado esta lengua son un cuadro limitado de embajadores. La protagonista, Avice, una colona humana, no habla el idioma de los ariekei, pero forma una parte indeleble de esta lengua.
La llegada de un nuevo embajador a Arieka trastornará profundamente el frágil equilibrio en el que conviven humanos y extraterrestres. Avice se verá obligada a cuestionar ciertas lealtades: hacia un marido al que ya no ama, un sistema del que ya no se fía y un idioma que ella no habla pero que se expresa a través de ella. Al avecinarse un cataclismo de proporciones incalculables, intentará hacer lo imposible: comunicarse directamente con los alienígenas.
Opinión
Después de una intensa campaña de promoción durante los meses previos a su estreno, los primeros títulos del sello Fantascy ya se pueden encontrar en las librerías de todo el país, para deleite de los ya aficionados al género y de quienes deseen aventurarse en estos terrenos literarios tan florecientes en los últimos tiempos. Y aunque la colección de relatos de Paolo Bacigalupi o el debut literario de Concepción Perea resultan un par de opciones más que tentadoras, es la novela de China Miéville la que más poderosamente me ha llamado la atención de entre el catálogo inicial de Fantascy, no solo por su irresistible a la par que novedoso argumento, sino por ser la obra de un autor al que le sigo la pista desde hace bastante tiempo tanto por su meteórica trayectoria profesional como por las impresionantes alabanzas que cosecha con cada uno de sus nuevos trabajos. Ganador en más de una ocasión de prestigiosos premios como el Arthur C. Clarke Award, el British Fantasy Award, el Locus y el Hugo, Miéville nos presenta en Embassytown una historia de gran envergadura, una novela emocionante, rompedora, imaginativa y con un poderoso trasfondo sociológico y cultural que de seguro dejará impresionados incluso a los lectores más exigentes.
Idiomas táctiles, palabras bioluminiscentes, todo tipo de sonidos que puedan producir los organismos. Dialectos comprensibles únicamente como palimpsestos de referencias a todo lo ya dicho, o en los que los adjetivos son de mala educación y los verbos, pecaminosos.
La historia de Embassytown nos sitúa en el remoto planeta Arieke, donde los seres humanos han construido una Ciudad Embajada en el corazón de la capital extraterrestre con el fin de estudiar y comprender el particular lenguaje de sus Anfitriones, una extraña y a veces inverosímil forma de comunicación que lleva siendo objeto de debate durante largo tiempo entre los círculos de investigación. Aislados por una inmensa cúpula artificial que les protege de la irrespirable atmósfera exterior, los habitantes de la Ciudad Embajada conviven tranquilamente en una interesante mezcolanza social entre la que destaca la figura de los Embajadores, humanos científicamente modificados de manera que puedan hablar el particular Idioma de los Ariekei. Hasta el momento, la vida en la Ciudad Embajada ha transcurrido en la más absoluta calma, pero la llegada de un nuevo Embajador a la metrópoli alterará completamente el curso de los acontecimientos y las bases de una sociedad sostenida en precario equilibrio.
Así pues, China Miéville se sirve de este desolador panorama intergaláctico para construir una elaborada tesis sobre el poder de la palabra y el lenguaje en general como herramienta para entender, expresar y transformar la realidad, un estudio concienzudo, sorprendente y ciertamente magistral que nos permite profundizar no solo en las raíces del pensamiento sino en cómo a veces los esfuerzos por tender puentes entre civilizaciones pueden acabar convirtiéndose en un modo como otro cualquiera de destruirlos. Es poco menos que asombroso comprobar la forma en que Miéville es capaz de desarrollar sus revolucionarias y enriquecedoras ideas en campos que nadie se ha atrevido a explorar, abriendo fronteras y expandiendo los horizontes del género en un alarde de creatividad, buen gusto y poderío visual que afortunadamente no conlleva sacrificar ni un ápice de la envidiable calidad literaria que desprende Embassytown.
En su presencia, nos callábamos de golpe y nos apartábamos. Imitábamos la esmerada cortesía con que los trataban nuestros ciclopadres. Nuestro desasosiego, como el de los adultos de quienes lo aprendíamos, superaba nuestra curiosidad ante las extrañas acciones que pudiéramos ver realizar a los Anfitriones.
Ahora bien, he de advertir a los potenciales lectores de esta novela que los comienzos de la misma son bastante turbulentos y exageradamente disuasorios. No sé cómo serán el resto de sus libros, pero la experiencia de sumergirse en las abismales profundidades de Embassytown es la misma que la de lanzarse al vacío desde un avión sin paracaídas. Hasta que no avanzas un buen tercio de la novela, lo único que te encuentras es un montón de palabras cuyo significado desconoces y que el autor ni siquiera se molesta en explicar, aunque esto no quiere decir que a medida que te vas familiarizando con la rebuscada terminología, los entresijos de la sociedad Ariekene o el desconcertante léxico que emplean los personajes, no puedas llegar a sentirte cómodo con el peculiar y absorbente estilo de Miéville, uno de los pilares fundamentales de la novela. En definitiva, Embassytown finalmente ha logrado estar muy a la altura de sus expectativas. Gracias a la colosal perspectiva de futuro que nos ofrece, las sugerentes cuestiones ideológicas que plantea y la apabullante originalidad que rezuman cada una de sus páginas, esta primera novela de China Miéville que cae en mis manos ha conseguido proporcionarme un fascinante a la vez que efímero período de entretenimiento, repleto de imprevisibles intrigas políticas, desconcertantes giros argumentales, personajes atractivos, innovadoras imágenes alienígenas e imágenes que tardarán bastante tiempo en salir de mi cabeza. ¿Se puede pedir algo más para empezar?
Puntuación
Embassytown
Me llama... me llama poderosamente... xD Aunque no he leído aun nada de Mieville y quería empezar por La ciudad y la ciudad... :D
ResponderEliminarTengo muchísimas ganas de leer este libro. De hecho es el título que más me ha llamado la atención de Fantascy y lo tengo apuntado para mi próxima compra.
ResponderEliminarMe lo confirmas.
Un saludo.
¡AAAAAH! ¡Encima de las ganas que tengo, tu reseña no puede ser más positiva! Miéville es mi gran prendiente, pero creo que empezaré por uno de los anteriores, que me dan menos miedo que este porque parece que mezclan de forma más 50/50 cifi y fantasía.
ResponderEliminarLo estoy leyendo actualmente y me está sorprendiendo grátamente. Aunque, de momento, mi opinión es muy similar a la tuya. El principio es muy árido, y cuesta bastante ponerse con él. Es esta sensación de "no me estoy enterando de nada". Pero hacia la página cien fue cuando ya comenzaron a encajar determinadas piezas y desde entonces me ha cistado horrores soltar el libro para ponerme a estudiar.
ResponderEliminarEstoy totalmente intrigada por leer cómo termina *___* Pero con tu puntuación y reseña, estoy bastante segura de que no me decepcionará.
Besos
Wow, justo este viernes empezamos a leerlo en conjunta así que imagina tras leer la reseña :)
ResponderEliminarTodavía no he leído ningún libro de este autor y eso que tengo apuntados unos cuantos... A ver si empiezo por alguna parte xD lo de que tardas en meterte en el libro (vocabulario y tal y tal) es bastante frecuente en este tipo de historias, creo, pero vamos..mientras no estropee la experiencia, todo vale :3
ResponderEliminarUf, pues me costó lo suyo entender todos los términos (hay alguno que todavía no sé lo que es xD)
EliminarOstras, es como una mezcla del segundo de Ender y La cúpula XD
ResponderEliminarEste es uno de los que más me llama la atención del sello, aunque espero que ese lenguaje que no se explica no me frene un poco en la lectura. Pero después de La chica mecánica, nada es imposible XD
Besotes!
Yo es que a Ender aún no le he metido mano (?), pero ya he visto que lo mencionan en alguna que otra reseña, así que por algo será... Besos!
EliminarOMG qué pintaza tiene este sello, madre mía *_* Aunque con lo tontaca que soy, me costará pillar esa 'jerga' de buenas a primeras... Las citas que has puesto me han encantado, el estilo de la autora parece pulcro, elegante y evocador <3
ResponderEliminar¿Autor? ¿Autora? SE LLAMA CHINA, POR DIOS SANTO.
EliminarAutor, autor... xD ¿En qué estarían pensando los padres de esa criatura?
EliminarMadre mia yo quiero leer este libro. esta coleccion me hace agua la boca
ResponderEliminarNosé no sé, esta vez no me convences;) Me tira para atrás el que hasta pasado el primer tercio de la novela no deje de ser confusa... Un alivio para mi lista de pendientes!
ResponderEliminar1beso:)
Yo tengo un par de libros de este buen señor en mi casa pero quiero comprar este porque es TAN bonito lo que dices de él que me enamoro toda :_____________
ResponderEliminargenial la reseña, en serio *-*
No es para tanto, cuesta un poco al principio, pero es como cuando llegas a un sitio que no conoces, tienes que dejarte llevar, abrir los ojos y los oidos y no decir ni mu hasta que lo empiezas a pillar, eso si, desde que lo lei, antes de sentarme toco la silla o vaya a dejarme en la estacada.....Me ha encantado, es lo primero que leo de este señor pero me ha gustado mucho
ResponderEliminar