► Título original: -
► Traducción: -
► Año de publicación: 2009
► Editorial: Alfaguara
► Páginas: 264
Aunque no la hemos vivido en nuestras propias carnes, los miembros de mi generación sufrimos de una manera u otra el influjo de la dictadura franquista. Ya sea por medio de testimonios familiares, espacios mediáticos o símbolos que sirven como vestigio de una época que está enterrada, pero no muerta, se puede comprobar fácilmente el amplio alcance de un período que sigue enquistado en nuestra memoria histórica. Porque el golpe, desgraciadamente, no solo se da al Estado, sino a todo aquel organismo que lo compone. Y el dolor pasa. Pero las cicatrices que deja son las de un hierro candente.
Una situación similar es la que Laura Restrepo reconstruye entre las páginas de Demasiados héroes. En esta novela de resonancias autobiográficas, una madre y un hijo se embarcan en un viaje de vuelta a Argentina tras haberse exiliado en un país extranjero por culpa de la dictadura que encabezó Videla allá por la década de los 70. El motivo, la determinación de Mario, el hijo, de encontrar a su padre y recuperar una relación interrumpida por lo que Lorenza, su madre, denomina el "episodio oscuro", un hito que a partir de ese momento marcaría las fluctuaciones de un núcleo familiar herido por las desavenencias políticas y las deudas con el pasado.
Así pues, la búsqueda del desaparecido padre de Mateo acapara una de las principales líneas argumentales de la novela. Las ansias del joven por hallar consuelo ante la ausencia de figura paterna, de resolver todas esas preguntas que quedaron suspendidas en el aire tras la irrupción de ese oscuro episodio, no son solo el principal y más potente motor narrativo que encontramos en Demasiados héroes, sino también una fuente constante de tensiones, reproches y malas palabras que determinan la relación de Mateo con su abnegada madre. A pesar de su edad, ya cercana a la madurez, el comportamiento de Mateo se caracteriza sobre todo por su impulsividad, rebeldía y un caprichoso infantilismo repleto de altibajos, todo ello producto del vacío emocional que constantemente acarrea.
Por el contrario, Lorenza se muestra como una figura comprensiva, ya habituada a la pérdida y a la contención, que trata siempre de entender los arrebatos de su hijo y esa necesidad imperiosa de rellenar los espacios en blanco que hay en su memoria. Precisamente es la memoria de Lorenza la que juega un papel fundamental en el desarrollo de la historia, plagada de recuerdos, experiencias y reconstrucciones de su vida en la capital argentina como militante de la oposición a la dictadura golpista. Gracias a ella conoceremos de primera mano cómo cruzaron destinos Lorenza y el padre de su hijo, de qué manera se estructuraban y dirigían en la más absoluta clandestinidad las organizaciones políticas de aquel entonces o cómo sus miembros, héroes en tiempos turbulentos, se veían obligados a vivir en un miedo constante que transformaba la ilusión en una demoledora desesperanza.
El resultado es una novela emocionante, trágica sin rozar el sentimentalismo y de una gran calidad humana. Con admirable sutileza y un profundo conocimiento de la naturaleza humana, Laura Restrepo confecciona a base de fragmentos desperdigados un relato intenso, lúcido y esclarecedor, narrado con un estilo llano, sobrio, pero contundente cuando tiene que serlo, y rematado por un final apoteósico que te dejará al mismo tiempo ensimismado y con ganas de reflexionar. Por mi parte, poco más se puede pedir a este primer acercamiento a la obra de Laura Restrepo que ha sido, desde luego, bastante exitoso.
Una situación similar es la que Laura Restrepo reconstruye entre las páginas de Demasiados héroes. En esta novela de resonancias autobiográficas, una madre y un hijo se embarcan en un viaje de vuelta a Argentina tras haberse exiliado en un país extranjero por culpa de la dictadura que encabezó Videla allá por la década de los 70. El motivo, la determinación de Mario, el hijo, de encontrar a su padre y recuperar una relación interrumpida por lo que Lorenza, su madre, denomina el "episodio oscuro", un hito que a partir de ese momento marcaría las fluctuaciones de un núcleo familiar herido por las desavenencias políticas y las deudas con el pasado.
Quedarse corta con las palabras había sido su herramienta y quizá fuera eso, más que los hechos mismos, lo que Mateo no le perdonaba. No le perdonaba que minimizara, que restara importancia, que pretendiera neutralizar, que evadiera el tema, que no reaccionara. Era posible que Mateo sintiera que cuando ella se interponía entre él y el toro bravo del abandono, le impidiera verlo y lo dejara inerme ante su embestida.
Así pues, la búsqueda del desaparecido padre de Mateo acapara una de las principales líneas argumentales de la novela. Las ansias del joven por hallar consuelo ante la ausencia de figura paterna, de resolver todas esas preguntas que quedaron suspendidas en el aire tras la irrupción de ese oscuro episodio, no son solo el principal y más potente motor narrativo que encontramos en Demasiados héroes, sino también una fuente constante de tensiones, reproches y malas palabras que determinan la relación de Mateo con su abnegada madre. A pesar de su edad, ya cercana a la madurez, el comportamiento de Mateo se caracteriza sobre todo por su impulsividad, rebeldía y un caprichoso infantilismo repleto de altibajos, todo ello producto del vacío emocional que constantemente acarrea.
Por el contrario, Lorenza se muestra como una figura comprensiva, ya habituada a la pérdida y a la contención, que trata siempre de entender los arrebatos de su hijo y esa necesidad imperiosa de rellenar los espacios en blanco que hay en su memoria. Precisamente es la memoria de Lorenza la que juega un papel fundamental en el desarrollo de la historia, plagada de recuerdos, experiencias y reconstrucciones de su vida en la capital argentina como militante de la oposición a la dictadura golpista. Gracias a ella conoceremos de primera mano cómo cruzaron destinos Lorenza y el padre de su hijo, de qué manera se estructuraban y dirigían en la más absoluta clandestinidad las organizaciones políticas de aquel entonces o cómo sus miembros, héroes en tiempos turbulentos, se veían obligados a vivir en un miedo constante que transformaba la ilusión en una demoledora desesperanza.
El resultado es una novela emocionante, trágica sin rozar el sentimentalismo y de una gran calidad humana. Con admirable sutileza y un profundo conocimiento de la naturaleza humana, Laura Restrepo confecciona a base de fragmentos desperdigados un relato intenso, lúcido y esclarecedor, narrado con un estilo llano, sobrio, pero contundente cuando tiene que serlo, y rematado por un final apoteósico que te dejará al mismo tiempo ensimismado y con ganas de reflexionar. Por mi parte, poco más se puede pedir a este primer acercamiento a la obra de Laura Restrepo que ha sido, desde luego, bastante exitoso.
Hola!
ResponderEliminarNo me llama la atención este libro
Pero me quedo por aquí para leer futuras reseñas
Un saludo!
Gracias por quedarte! Bienvenida :)
EliminarHola
ResponderEliminarEs la primera vez que oigo hablar de la obra y de la autora. Parece interesante así que lo tendré en cuenta. Pero tampoco parece una obra imprescindible.
Un beso y gracias por la reseña :)
yo soy de colombia y solo he leido un libro de laura. Ella sabe escribir muy bien y espero leerlo ^^
ResponderEliminarAquí se ha publicado todo o casi todo de la autora, así que espero volver a leer algo suyo pronto. Saludos!
EliminarComo dice Mona Lisa, no conocía ni el libro, ni la autora
ResponderEliminarpero aunque pinta bien, tampoco es que me llame demasiado.. se queda un poco en el medio
un beesito