► Título original: Half the World
► Serie: Mar Quebrado, #2
► Traducción: Manu Viciano
► Año de publicación: 2015
► Editorial: Fantascy
► Páginas: 448
Muchos lectores aseguran que la incursión de Joe Abercrombie en los terrenos del young adult es todo un acierto. Una puerta de entrada al brutal universo narrativo del escritor británico mucho más amena, asequible y compacta que esa ristra de tochos a los que nos tiene acostumbrados desde que empezó a publicar. Sin embargo, he de decir que a mí me está costando congeniar con esta nueva trilogía juvenil más de lo deseable. Si la lectura del primer volumen de la serie se vio enturbiada por un serie de reticencias que me salían al paso cada pocas páginas, esta especie de continuación indirecta de Medio rey no hace sino acentuar dichas sensaciones negativas.
Mi principal problema con la trilogía en general es algo que, lo reconozco, se escapa de las competencias que le corresponden al autor. No me gusta el tono considerablemente suavizado de la narración. No lo compro. No me adapto. Es una exigencia ineludible cuando quieres dirigir tu obra a un determinado tipo de público, pero lo cierto es que, después de haber saboreado la brutalidad y sanguinario desparpajo de sus novelas para "adultos", todo lo que se cuece en los fogones de Medio mundo me resulta de una mediocridad inocente y naíf. Por otra parte, y esto sí que se puede achacar a un acomodamiento impropio de Abercrombie, la simplificación del hilo argumental y la falta de ambición o estilo que recorre las páginas me hace perder el interés por una trama previsible e insustancial, así como por unos personajes diseñados tan concienzudamente para caer en gracia que acaban provocando el efecto contrario.
Un hombre que dedica toda su atención a hacer el bien y ninguna a las consecuencias... —el padre Yarvi levantó su mano contrahecha y apretó su único dedo retorcido contra el pecho de Brand—. Es un hombre peligroso.
Y ahora pensaréis:
"—Que sí, que vale. Pero que me expliques de qué va el libro".
Pues bien. Tras los acontecimientos que marcan el final de Medio rey, la trama de este segundo libro avanza unos cuantos años y nos traslada a un clima de tensión e inestabilidad política que parece abocado sin remedio a la guerra. Las distintas naciones que rodean el Mar Quebrado se hallan inmersas en una serie de confabulaciones, intrigas y alianzas cuyo objetivo es librarse de los efectos colaterales que una posible rebelión contra el Alto Rey podría tener. No obstante, para Espina y Brand, los dos jóvenes protagonistas de Medio mundo, existen otros problemas mucho más mundanos que requieren atención inmediata y eclusiva. No morir, por ejemplo. Y es que Espina, una soldado muy habilidosa, aunque menospreciada por sus congéneres a causa de su condición femenina, ha sido condenada a muerte por acabar accidentalmente con la vida de un compañero mientras luchaban en el cuadro de entrenamiento. Brand, cuya nobleza y pronunciado sentido de la justicia guían la mayoría de sus movimientos, sabe que este percance ha sido en realidad una trampa dirigida contra Espina y tratará por todos los medios de sacarla del embrollo. Sin embargo, no imagina que intentar arreglar las cosas solo servirá para cambiar su propia situación a peor.
Menos mal que está Yarvi, ya convertido en astucioso maestro de la clerecía, para solucionar el entuerto y embarcarse con ambos personajes en un viaje suicida a la otra punta del mapa con el objetivo de configurar —desde las sombras, y para su propia ventaja— el nuevo e intrincado escenario internacional. Este periplo, como era de esperar, es el recurso narrativo en el que se basa Abercrombie para elaborar en torno a Espina y Brand un conato de evolución que, desde luego, a buen puerto no llega. En contra de lo que opina la mayoría, a mí no me parece que haya química entre estos dos personajes. Veo en ellos una relación forzada no, lo siguiente, arquetípica y completamente incongruente. Sus respectivas voces narrativas, atiborradas de observaciones comunes y aforismos de mercadillo, carecen por completo de interés. Todo maravilloso, oiga.
Sin embargo, hay algo que sí me ha gustado mucho de Medio mundo (y de la trilogía en general), y es su lograda ambientación. Creo que Joe Abercrombie tiene una capaciad inaudita para transportarte con la imaginación a lugares muy similares a los de nuestro mundo, pero imbuidos de una atmósfera singular y tremendamente envolvente, salpicada con pequeños estallidos de magia. Las pocas escenas de acción que hay repartidas por Medio mundo están narradas con pericia y un acertado enfoque cinematográfico que facilita su seguimiento al lector. Quizá he echado en falta algo más de carnaza en este sentido, la desfachatez, comicidad y carencia de compasión que son marca de la casa cuando se cruzan las espadas, pero teniendo en cuenta que este es el aspecto más sobresaliente de la novela, tampoco me voy a quejar más. A pesar de todo, Medio mundo me ha resultado una novela amena, funcional, correcta, escrita por un autor que normalmente es de todo menos correcto; y esa es quizá la espinita que se me queda clavada. Por lo demás, estoy seguro de que casi cualquier aficionado a la fantasía disfrutará con este libro igual que ya lo han hecho miles de lectores por todo el globo e igual que lo he hecho yo con otras impresionantes historias de Abercrombie.
A mí el primero me produjo la misma sensación que a tí y ya empezaba a preguntarme si era yo que no congeniaba con los libros (porque todas las reseñas que había leído lo ponían muy bien). También creo que la ambientación es muy buena pero me parece que la trama es muy simple y predecible. Si la cosa sigue igual en el segundo libro... Creo que al final me leeré este y el último, por acabar la trilogía, pero no le voy a meter prisa, eso seguro.
ResponderEliminarUn abrazo :3
y eso por eso que quiero la otra saga la de la primera ley :P
ResponderEliminar