«Y así sucede, [...] que en el momento mismo en que asumimos la plena conciencia de nosotros mismos lo que experimentamos es una partida y una pérdida que nos pasamos el resto de nuestra vida intentando recuperar».
►Título original: What Belongs To You
►Traducción: Javier Calvo
►Año: 2016►Editorial: Literatura Random House
►Páginas: 224
En su primera novela, el escritor norteamericano Garth Greenwell (Louiseville, 1978) elabora una radiografía contemporánea del deseo sexual en la que dicho impulso queda retratado como un mecanismo puramente subyugante. Su protagonista, que comparte ciertas similitudes tanto personales como profesionales con el autor, se deja arrastrar un día hasta los baños del Palacio Nacional de Cultura de Sofía para mantener relaciones con un chico que ejerce la prostitución. El encuentro, a pesar de su carácter furtivo y esporádico, prende la llama de una apasionada obsesión en la que ambos personajes, cada uno a su manera, se debaten entre el amor y la lujuria para tratar de prolongar la mutua conveniencia de estar juntos.
Para el protagonista de la novela, el cuerpo de Mitko, su joven amante, constituye una fuente inagotable de placer. La intensidad irracional de su deseo desemboca en una rendición absoluta que Garth Greenwell describe con extraordinaria fatalidad. Para Mitko, en cambio, su relación con el protagonista de Lo que te pertenece no pasa de la mera transacción. Fascinado por el estilo de vida de este, relativamente acomodado y plagado de artilugios electrónicos que a él le resultan inalcanzables, Mitko corresponde de manera servicial a las insaciables atenciones de su cliente. Aunque entre ambos se acaba estableciendo una especie de vínculo que va más allá de lo comercial, la sombra de la sospecha planea sobre las intenciones de Mitko, provocando que el protagonista, carcomido por la duda, se pregunte hasta qué punto sus sentimientos por el joven son recíprocos o solamente es uno más de los nombres que engrosan su larga lista de «amigos».
Esta primera parte de la novela, sencillamente magnífica, da paso a una segunda en la que el narrador se retrotrae hasta su juventud e infancia en Estados Unidos, criado en el seno de un hogar dividido mientras hace frente al traumático despertar de su sexualidad. Este descubrimiento, marcado por el contundente rechazo de su padre y su mejor amigo, trae aparejado un sentimiento de culpabilidad y autodesprecio que el protagonista de la novela acarreará durante toda su vida, condicionando de manera evidente su infructuosa búsqueda del amor.
La novela de Greenwell, una de las más brillantes y desgarradoras que he leído este año, es asimismo un retrato inmisericorde de la precariedad emocional de su protagonista, que encaja a su vez con la de un país, Bulgaria, sumido en una profunda recesión económica tras su desastrosa etapa comunista. Mitko, como muchos jóvenes de su generación, siente que el futuro no ofrece ninguna perspectiva halagadora. Se refugia en su faceta de chico conflictivo, huraño —aunque capaz de una conmovedora ternura—, que mercadea con su cuerpo y sus afectos hasta que un generoso benefactor lo «rescate» de los bajos fondos en los que se mueve. El protagonista, muy dispuesto en principio a convertirse en buen samaritano, entiende gracias a una relación caracterizada por la tirantez, la dependencia y los desacuerdos que, quizá, la persona a la que debe ayudar es a sí mismo.
Haciendo gala de un gran virtuosismo estilístico, Lo que te pertenece nos presenta un conflicto comúnmente transitado en la literatura gay, pero aportando una mirada nueva, bastante desoladora. La de Garth Greenwell es una voz deslumbrante que no nos permite ignorar el grito escondido tras sus cautivadores lamentos. A través de una historia difícil de olvidar, Greenwell aborda con una sensibilidad estremecedora la urgencia de un deseo que no habla el lenguaje de la moral ni sabe lo que es la dignidad, pero ante el cual nada es posible sino entregarse sin reservas.
PUNTUACIÓN: ★★★★☆
Reconozco que desde que se publicó en Estados Unidos he sentido curiosidad por esta novela. Primero porque conocía al autor en su faceta de crítico y segundo porque el argumento (a mi modo de ver) no prometía nada bueno (en el sentido a que suena a ya visto en infinidad de películas indies de los noventa).
ResponderEliminarContra mi pronóstico inicial la novela tuvo un considerable éxito de ventas y sobre todo de crítica y fue nominada a varios premios mayores (National Book Award, PEN/Faulkner) y si hay algo que yo no esperaba era ese éxito mainstream.
Eso sí, basta abrirla para saber porque a los críticos les daba semejante subidón. La estructura de la novela no es de las que facilita la vida al lector, frases larguísimas, párrafos todavía más largos (la segunda parte es un único párrafo). A mí me ha venido a la mente Chirbes cuando busco una comparaativa del estilo de Greenwell.
Me costó lo mío entrar en la primera parte de la novela. Me resultaba complicado empatizar y sobre todo entender ese deseo enfermizo cuando no había referencia alguna de los personajes.
Eso se soluciona en la excelente segunda parte, escrita a modo de monólogo interior da una visión profunda de quien es el narrador y cómo ha llegado a ser quien es.
La tercera es un recorrido (bastante desolador) por el sistema sanitario búlgaro y cierra con nivel la novela.
No es una novela de digestión ligera y desde luego no es para todos los públicos, pero es un excelente debut de un escritor con mucho potencial