Reseña "La casa de los otros"

jueves, 28 de mayo de 2015

Título: La casa de los otros
Autor: Mariam Petrosjan
Año: 2015
Editorial: Edhasa
Páginas: 960
Precio: 29.00 €

Tiene tres plantas y está a las afueras. En un tiempo fue blanca, pero ahora la llaman la Casa Gris, por el color de su fachada… Nadie quiere que esté allí, preferirían que no existiera. Porque en esa casa gris existe un mundo mágico que tiene sus propias leyes. En ella viven niños de todo tipo, niños raros, abandonados por los adultos; niños discapacitados, mental o físicamente; niños que crecen allí dentro, que viven una vida intensa y llena de emociones y aventuras; niños que se enfrentan a los retos de la vida en su pequeño y complejo universo. En definitiva, niños que sueñan.
Y, cuando los sueños se convierten en realidad, los espacios y los tiempos se dilatan, se puede realizar viajes fantásticos, y existen los lugares prohibidos, las pociones mágicas, los amuletos y cualquier clase de mito o leyenda. El reto: decidir si vale la pena crecer y abandonar la Casa, o negarse a ello y permanecer en ella para siempre…


Si habéis tenido oportunidad de leer las 'reseñas' de La casa de los otros que han ido apareciendo hasta ahora, sabréis que esta nueva edición del reto 10x10 ha sido un auténtico fracaso. Creo que más de la mitad de participantes ni siquiera han terminado la novela y los que sí hemos logrado esa titánica gesta lo hemos hecho fuera de plazo debido a sus problemáticas características. Y es que la obra de Mariam Petrosjan está todo lo lejos que se pueda imaginar de ser una lectura ágil. Al contrario, es una tarea ardua que exige compromiso, esfuerzo y cantidades ingentes de concentración por parte del lector, pues es tremendamente fácil perderse en el complejo y laberíntico universo narrativo que despliega Petrosjan a lo largo de esas casi mil páginas que tiene La casa de los otros. Creedme cuando os digo que la reacción natural de cualquier persona dispuesta a adentrarse en el interior de esta misteriosa Casa que tantos secretos entraña es la de sentirse abrumado y confundido ante una palpable ausencia de hilo argumental, una miríada de personajes a los que solo conocemos por su apodo y una narración fragmentada y dispersa, repleta de observaciones aparentemente carentes de sentido. Como si de unos zapatos nuevos se tratase, meter el pie en La casa de los otros duele bastante al principio. Pero una vez que te acomodas a ese calzado extraño, no puedes sino admirar el laborioso acabado final.

Al menos así se puede describir mi experiencia con esta novela. Lejos de intentar encontrar un orden en algo que no lo tiene y que tampoco lo pretende, la mejor opción para disfrutar de esta estupenda obra es dejarse envolver por la atmósfera fascinante y onírica que crea su autora, un espacio a medio camino entre la realidad y el sueño desde donde una lúgubre casa ejerce su inexorable influjo gravitatorio. Esa casa, la Casa, es el particular ecosistema de unos niños marcados por deformidades físicas y psicológicas severas, personajes escindidos de su identidad personal y convertidos en meros nombres, sumidos en una añoranza por la Exterioridad que se sitúa entre lo melancólico y lo morboso, aventados por las leyes implacables que rigen la convivencia entre las distintas manadas en que se organizan los miembros de tan truculento y voluble microcosmos (dotado incluso de su propia mitología y su disonante transcurrir del tiempo). Por medio de las más crueles, inesperadas y -en ocasiones- surrealistas experiencias, los personajes de La casa de los otros aprenderán a interiorizar la mecánica social que hace girar los engranajes de la Casa, realizarán sorprendentes hallazgos adentrándose en sus partes más recónditas -o hasta prohibidas-, y descubrirán que el odio, la amistad o la camaradería son vínculos capaces de poner en marcha fuerzas mucho más poderosas. 

Ensamblando las piezas de tamaño infinitesimal que Mariam Petrosjan va repartiendo a través de la novela, uno puede fabricar su propio cuadro mental plagado de pasajes asombrosos, momentos imbuidos de una fuerza arrolladora, escenas inolvidables y contundentes reflexiones sobre la personalidad humana, sus apasionantes desvaríos y su escalofriante fragilidad. Además, al ser una obra constituida casi exclusivamente por niños y en la que la presencia de los adultos se intuye como un elemento casi místico, cuando no peligroso, es fácil identificar la historia de La casa de los otros como una suerte de fábula sobre la niñez, la inocencia perdida, el paso a la edad adulta y la manera en que recordamos o nos afectan los turbulentos cambios que se producen a dicha edad. Aunque reconozco en la novela ciertos problemas de estructura que no la hacen precisamente atractiva ni asequible, a mí La casa de los otros me ha parecido una lectura muy provechosa e interesante, un apuesta ambiciosa y muy arriesgada que no las tiene todas consigo para cautivar al público general, pero que sabe recompensar a quien tenga la mente lo suficientemente despejada como para captar todos esos pequeños detalles que la hacen original y, por encima de todo, única. En el sentido más estricto de la palabra.



4 comentarios :

  1. Me gusta. Me ha encantado lo que has contado. Ya estoy deseando leérmelo. Voy a ver si lo encuentro pronto...estoy muy intrigado.

    La Estupenda

    Kiss

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  2. Dios, si es que le puedes vender un peine a un calvo xDDDDDDDD

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  3. ¡Hola! Leí la reseña de Sileny y la de Beleth y lo cierto es que me persuadieron para que no leyera esta obra. Y en cierto modo lo lograron pero ahora has hecho que me entraran ganas pero a medias. De todos modos no sé si el libro me ha terminado de convencer así que creo que lo dejaré pasar porque no es lo que estoy buscando.
    Un beso y gracias por la reseña :)

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  4. Admiro tu forma de desentrañar las sutilezas de esta obra ;o) Es cierto que requiere un compromiso y la mejor forma de leerlo es no pedirle nada, aceptarlo tal y como es.
    Besotes desde la Casa.

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