La brigada de la muerte es una novela postapocalíptica (hasta podría considerarse un relato por su corta longitud) que prometía mucho y al final se ha quedado en bastante poco. Narra la historia de un grupo de expedicionarios que salen cada día de su confinamiento en una base remota con el objetivo de ir destruyendo a los seres humanos que han sido víctimas de una terrible transformación. Su latente desesperación, el recuerdo de un mundo inalterado por tanta violencia irracional y el evidente desentreno de los supervivientes en el manejo de armas son aspectos que ayudan a comprender fácilmente la atmósfera asfixiante y corrosiva en la que se enmarca la obra, pero al ser una historia tan rematadamente insulsa y poco original (podríamos considerarla como un refrito apresurado de La carretera y Zona Uno), esa pequeña impresión que pudiera habernos producido el trepidante inicio de La brigada de la muerte, se acaba quedando en la promesa de una aventura que podría haber dado mucho más de sí.
- ★★★½
Qué fue de Sophie Wilder es una encantadora historia de emociones, recuerdos y reconciliaciones con el pasado que tiene como figura central el reencuentro fortuito del protagonista con su escurridiza novia de la universidad, un evento trascendental en la vida de este escritor insatisfecho que ha visto su carrera truncada tras obtener un incontestable éxito con su primera novela. La obra de Christopher R. Beha va desgranando con extrema sensibilidad literaria una atractiva premisa que se revela cada vez más profunda y llena de recovecos a medida que nos vamos adentrando en el pasado de sus principales participantes. Así, sexo amor, amistad, literatura y religión son los puntos cardinales de una historia muy recomendable donde se pone de manifiesto el carácter necesario y redentor de estas cuatro fuerzas capaces de dar sentido a nuestra vida. No obstante, encuentro en el debut de este escritor norteamericano una carencia de alicientes narrativos que trasciendan su deslumbrante y evocador estilo. Qué fue de Sophie Wilder se trata de una muy buena novela, sí, pero no ha conseguido atraparme, emocionarme, ni removerme cosillas ahí dentro con la suficiente potencia como para tacharla de inolvidable. Aun así, no cabe duda de que seguiré muy de cerca los pasos de este joven autor repleto de potencial.
No se me ocurre ahora mismo un blurb lo bastante lapidario y contundente como para hacerle justicia a esta novela gráfica absolutamente rompedora, absorbente, inolvidable y magistral; tendré que limitarme a recoger sentencias de archivo y decir que Saga es casi con toda seguridad una de las mejores obras ilustradas que he leído en toda mi vida, un emocionante a la vez que sorprendente pastiche narrativo que logra compensar sus pequeñas deficiencias narrativas con una estética exagerada, desternillante y desorbitada. La historia de Saga, que gira en torno a un milenario conflicto que se ha extendido por los confines del universo, se centra a lo largo de este segundo volumen en indagar en el pasado de sus protagonistas (Marko y Alana, dos adalides interplanetarios del amor entre razas) para sacar a escena nuevos y prometedores problemas. Colorista, vibrante y luminosa (por no decir completamente alocada e impredecible), Saga continúa demostrando entre ocasionales despliegues de sexo y violencia explícitos que Brian K. Vaughan y Fiona Staples siguen engrasando a las mil maravillas la maquinaria de esta megaconstrucción literaria.
El premio Nobel japonés nos ofrece en esta deliciosa novela de amor y celos una obra de complejidad estructural sencilla, pero abarrotada de enrevesados intersticios narrativos. Como en casi la totalidad de su producción literaria (o al menos la que yo he tenido la oportunidad de leer hasta el momento), Yasunari Kawabata describe de forma inigualable la amplitud del alma humana y sus controvertidos pasajes, utilizando a modo de excusa una ceremonia tan significativa dentro de la cultura nipona como lo es la ceremonia del té. Sin embargo, las maravillosas reflexiones de Kawabata sobre la condición amorosa de sus personajes, su inimitable estilo conciso pero rebosante de fuerza o la capacidad que posee para evocar profundas imágenes a partir de pequeños detalles languidecen al lado de una historia que no me ha resultado especialmente atractiva, ni estimulante, ni remuneradora. Quizá sea más difícil para un occidental hallar sentido entre la ingente cantidad de apreciaciones culturales que destila el eje argumental de Mil grullas, pero me sigo quedando con la desgarradora desesperación que desprendían las páginas de Lo bello y lo triste. No obstante, no hay duda de que seguiré durante mucho tiempo familiarizándome con la obra de Kawabata porque es un escritor al que me encanta acudir cuando necesito viajar lejos.
Antes de comentar nada sobre el libro, me gustaría realizar un reflexión previa. Lanzo esta pregunta al aire: ¿por qué las editoriales se empeñan en destriparnos el contenido íntegro de una novela en la sinopsis? ¿por qué? En serio, ¿por qué? La casa 758, sin ser una novela espectacular (presume de algunos tópicos bastante manidos, de hecho), me estaba pareciendo una lectura agradable, amena y teñida de cierta nota en clave de misterio que te hacía seguir con ganas la historia de una chica llamada Krysta y su devastador drama personal. Pero cuando te das cuenta de que la novela no esconde nada más de lo que parece a simple vista y que aquello que la autora se ha empeñado en dejar para el final te lo cuentan en la mismísima contraportada del libro, pues te cabreas. Es decir, no tiene sentido. Pero bueno, a poco que os fiéis de mis palabras, alejaos completamente de cualquier resumen/sinopsis de este libro y tened por seguro que La casa 758 es una novela indudablemente entretenida sobre la aceptación del dolor y la superación personal donde aprenderemos que las experiencias ajenas sirven de mucha ayuda a la hora de afrontar las nuestras.
La breve novela de Takashi Hiraide también ha supuesto toda una sorpresa. Y para bien. El gato que venía del cielo no presume de tener un ritmo trepidante, unos contundentes golpes de efecto ni una trama ambiciosa, pero posee todo el encanto y la reconfortante cotidianidad de una historia puramente japonesa. La historia gira en torno a una pareja que se muda a una casa ajardinada lejos del ajetreo metropolitano y que comienza a recibir la visita constante de un curioso inquilino. A medida que el relato avanza y tanto la casa como el gato que da título a la novela empiezan a ejercer su mitológico embrujo sobre las vidas de la pareja protagonista, iremos descubriendo una trama sutil y perfectamente hilada que explora de manera entrañable todo el espectro de emociones humanas. Profunda, sorprendente, mística y preñada de un encantador halo de misterio, El gato que venía del cielo es una obra que encantará a cualquier amante de la literatura japonesa o al lector inquieto que se atreva con una novela atípica y muy personal.
Me encantaría poder comentar este libro en un tono algo más positivo, pero resulta que la última novela de David Lozano (autor al que elevé a mi lista de escritores nacionales preferidos gracias a su trilogía La Puerta Oscura) me ha parecido un pseudothriller completamente surrealista en el que un grupo de jóvenes completamente surrealistas son sujetos a una serie de experimentos subliminales completamente surrealistas y acaban inmersos en una terrible carnicería completamente surrealista. La premisa de la que parte Hyde suena bastante bien, pero la manera tan pésima en que está ejecutada (hablemos aquí de esta trama secundaria que, para lo que ofrece, no pinta nada) elimina cualquier atractivo inicial que pudiera tener la novela. Lo peor de Hyde no es lo rocambolesco de la situación, es el carácter inverísimil y absolutamente forzado de todo cuanto sucede entre sus páginas, la planicie estilística de la narración o la descripción caricaturesca de unos protagonistas adolescentes que brillan por su evolución nula y su personalidad tópica. Afortunadamente, la novela goza de un buen ritmo y se deja leer, pero por lo demás, mi último contacto con la obra de David Lozano ha supuesto una completa decepción.
Lo de Fata Libelli es ya para quitarse el sombrero. Lo era desde hace bastante tiempo, en realidad. Pero si de algo ha servido Ad Astra es para constatar la confirmación definitiva de que esta pequeña editorial centrada exclusivamente en la publicación de títulos digitales es una opción de obligatorio cumplimiento para cualquier aficionado a la literatura fantástica, de terror y de ciencia-ficción. Peter Watts era un completo desconocido para mí antes de esta antología y me ha descubierto a todo un genio de la ciencia-ficción hard experto en bucear como ningún otro en las posibilidades que ofrece el abismo. Ya sea junto a las aguas de una fosa oceánica o a lo largo de una interminable travesía cosmológica, Peter Watts ofrece una visión única sobre temas ampliamente explorados dentro del género con un estilo, eso sí, plagado de tecnicismos, conceptos enrevesados y complejos planteamientos. El relato 'Malak', en el que una máquina de combate recalibra de forma inesperada (y con sorprendente resultado) sus algoritmos para evitar daños colaterales, y 'La isla', donde una pintoresca tripulación dedicada a construir portales a través del universo cruza sus pasos con una inteligencia de tamaño sideral, constituyen para mí los dos puntales de una impresionante e imprescindible recopilación que haríais muy bien en adquirir con carácter de urgencia.
¡Hola! No me esperaba para nada encontrarme la obra de Takashi Hiraide (yo también aproveché su brevedad para leerla en el reto de 30díasleyendo y fue toda una sorpresa). Por otro lado, el otro japonés en tu lista, Mil Grullas, lo tenía visto desde hace mucho y aun no he podido echarle el guante. Por lo que dices, parece interesante, así que doblaré mis esfuerzos xD.
ResponderEliminarNo conocía tu blog, ya te sigo y me iré pasando. ¡Saludos!
A mi Mil grullas si que me gusto mas :) lo encontre muy bello.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con La casa 758... yo ya me he acostumbrado a leer las dos primeras frases de la sinopsis y pasar de lo demás porque a veces te zampan cada spoiler xDDD
ResponderEliminarHola! Tengo ganas de leer La casa 758 y Hyde me llama mucho la atención. Ánimos con lo que queda de reto, que la lista de pendientes seguro que ha bajado un montón, besos!
ResponderEliminarYo también me quedé con la impresión de que La brigada de la muerte es una historia que ha sido ya contada mil veces....y que encima se queda muy corta :S no sé, no es un libro que recomendaría mucho leer.
ResponderEliminarHyde tengo decidido hace tiempo que no lo voy a leer xDD lo que sí quiero leer es Saga, a ver si poco a poco me voy haciendo con los cómics.
Ánimo con el último sprint final del reto!
Saga tiene una pinta brutal. Tengo los dientes muy largos.
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