► Título: El psiquiatra
► Autor: Arno Strobel
► Año de publicación: 2012
► Género: Novela, policíaca, thriller
► Editorial: Pàmies
► Páginas: 320
► PVP: 19.95 €
El psiquiatra Joachim Lichner fue condenado a trece años de cárcel por el asesinato de una niña gracias al testimonio de su novia, que posteriormente inició una relación sentimental con Bernd Menkoff, uno de los detectives de policía encargados del caso. Todo esto hizo que Alex Seifert, compañero de Menkhoff en la investigación, siempre tuviera dudas razonables sobre la culpabilidad del psiquiatra y el papel de su colega en toda la trama. Ahora, quince años después, su recelo reaparece con fuerza cuando una llamada anónima sobre la desaparición de una niña coloca a ambos policías nuevamente ante el psiquiatra, el supuesto padre de la desaparecida, desatando los odios y rencores acumulados durante todo ese tiempo.
Opinión
Muy pocos lo saben, pero uno de mis géneros favoritos es el de la novela policíaca. Un género que sin embargo disfruto más en su formado cinematográfico que por escrito, pues me enfrento en reiteradas ocasiones a la misma situación de siempre: me aburre. El problema que tengo con él (y una de las razones por las que lea tan poco del mismo), es que odio con todo mi ser descubrir con demasiada facilidad quién demonios es el asesino, es una cosa que me supera y hace que mi interés por seguir leyendo se esfume a un nivel altamente alarmante. Pero si a eso juntamos que en mi último intento por acercarme a una novela del género descubrí ya en el segundo capítulo quién era el secuestrador de una niña pequeña (le pregunté el final al propietario del libro), mis ganas de volver a acercarme a una novela policíaca se habían esfumado por completo. Sin embargo, aunque al principio mis ganas de leer El psiquiatra fueron fruto de un acto totalmente compulsivo que a veces nos inunda a los lectores por dentro, de esos en los que una vocecita en tu cabeza te recomienda hacerte con el libro lo más pronto posible, tengo que reconocer que Arno Strobel finalmente parece haber conseguido lo imposible, y es que la novela en su conjunto me ha sorprendido gratamente.
Te sientes miserablemente mal cuando vives con alguien durante años, amándole de forma incondicional pero sin poder llegar a conocerle jamás. No puedes llegar a comprender a esa persona, ni explicarte su comportamiento, entender las cosas que hace. O cosas que o hace. Es para volverse loco, Alex, ¿comprendes?
Alex Seifert sabe que quizás hace años cometió el terrible error de no impedir que su compañero encerrase a un inocente en la cárcel por un asesinato que él no cometió, y es algo que le consume por dentro desde entonces. Con su primer caso cerrado hace ya más de diez años, sigue con su vida diaria como cualquier otro policía, aunque nunca terminó de olvidarse de aquel caso del todo. Sin embargo, cuando una llamada anónima les informa a él y a su compañero, el inspector Menkhoff, de que probablemente una niña de corta edad haya sido secuestrada, los viejos recuerdos volverán a surgir y con más intensidad que nunca. Y es que para más inri, al acudir a la dirección que les proporcionó el desconocido, descubren que se trata de la vivienda actual del psiquiatra Joachim Lichner, el mismo que asesinó y abandonó en el bosque cercano a su vivienda a una niña hace ya años, y que ahora, tras cumplir con su condena, fue puesto en libertad. Así pues, dará comienzo una desesperada lucha por parte del inspector Menkhoff de volver a encerrar al psiquiatra bajo rejas, mientras que esta vez Alex estará dispuesto a descubrir la verdad bajo cualquier precio.
La novela está narrada en dos momentos temporales diferentes: por un lado, en el presente y el caso de la desaparición de una niña siendo el principal sospechoso (de nuevo) el psiquiatra, y por otro, a modo de flashbacks pero contados como capítulos a parte, el primer caso de Alex y que fue el hilo conductor de todo lo que nos encontramos a raíz de eso en el presente. Dos momentos temporales diferentes a los que el autor sabe sacarle el máximo partido posible, haciendo que con cada capítulo terminado tus ganas de acabar con el siguiente para saber qué pasa a continuación tan solo aumenten. Por lo que, como comprenderéis, la novela tiene además la enorme ventaja de ser una lectura que engancha notablemente al lector. Aunque el planteamiento general de la obra en un principio nos pueda parecer un tanto demasiado visto, a la hora de la verdad el señor Strobel logra que El psiquiatra se salga un poco del esbozo que nos podríamos haber imaginado de antemano. Así pues, y valiéndose de un par de giros inesperados más cercanos ya a la recta final, al final resultará que las cosas no son lo que parecen a simple vista. De hecho, aunque os pueda parecer una lectura totalmente predecible -siendo mi caso-, al final resultará que sin apenas darnos cuenta habíamos sido conducidos dócilmente por la inteligente mano de su autor.
La novela está narrada en dos momentos temporales diferentes: por un lado, en el presente y el caso de la desaparición de una niña siendo el principal sospechoso (de nuevo) el psiquiatra, y por otro, a modo de flashbacks pero contados como capítulos a parte, el primer caso de Alex y que fue el hilo conductor de todo lo que nos encontramos a raíz de eso en el presente. Dos momentos temporales diferentes a los que el autor sabe sacarle el máximo partido posible, haciendo que con cada capítulo terminado tus ganas de acabar con el siguiente para saber qué pasa a continuación tan solo aumenten. Por lo que, como comprenderéis, la novela tiene además la enorme ventaja de ser una lectura que engancha notablemente al lector. Aunque el planteamiento general de la obra en un principio nos pueda parecer un tanto demasiado visto, a la hora de la verdad el señor Strobel logra que El psiquiatra se salga un poco del esbozo que nos podríamos haber imaginado de antemano. Así pues, y valiéndose de un par de giros inesperados más cercanos ya a la recta final, al final resultará que las cosas no son lo que parecen a simple vista. De hecho, aunque os pueda parecer una lectura totalmente predecible -siendo mi caso-, al final resultará que sin apenas darnos cuenta habíamos sido conducidos dócilmente por la inteligente mano de su autor.
Y porque deseo avergonzarle. Quiero demostrarle que existen personas que no se olvidan de lo que existe a su alrededor dejándose dominar por el odio o la ira.
No me gustaría terminar esto sin haberle dedicado unas escasas líneas a los personajes, y es que uno de mis mayores miedos era encontrarme con unos personajes totalmente tópicos a más no poder y totalmente planos. Tengo el placer de decir que me equivocaba. Mientras que normalmente en las últimas novelas que había leído del género los personajes no me habían llegado casi en absoluto, en El psiquiatra, aunque su elenco sea bastante escaso, en su gran mayoría se puede decir que no están nada mal caracterizados. Y es que aunque el esbozo general me sigue pareciendo un tanto escaso, una de las cosas que más me han gustado es que todos ellos, y en su justa medida, finalmente evolucionan cambiando su forma de ser o de ver las cosas. Paradójicamente, el personaje que más importancia tenía para toda la obra, finalmente resultó ser solo un mero fantasma de lo que puedo haber sido. Pues aunque nos hayamos encontrado ante una mente ágil, privilegiada y hasta cierto punto retorcida, me parece que el potencial que podía haber dado de sí el psiquiatra se desaprovecha enormemente, aunque no por ello se entorpece el mensaje general del conjunto. Y es que en cuanto a los pilares fundamentales de la obra, no cabe duda alguna que es la posibilidad de explorar alguno de los sentimientos más comunes a todos los seres humanos: el miedo, la rabia, la impotencia, el odio más profundo... Así pues, con unos personajes dibujados de forma imprecisa pero a los que se coge cariño, por una errónea impresión de estar en lo cierto cuando las cosas no son lo que parecen, o por el adecuado final para la obra, siendo tenso, ágil y prometedor, El psiquiatra es sin duda una novela con la que he disfrutado mucho más de lo que me esperaba.
Puntuación
El psiquiatra
Bueno tiene buena pinta, aunque no me acaba de llamar :)
ResponderEliminarEntiendo tus problemas con la novela policíaca, esa es una de las razones pro las que el género no me gusta demasiado. No sé, me cuesta mucho engancharme como supongo que te pasará a tí.
ResponderEliminarAunque, por otro lado, siempre que en una novela aparece al palabra psiquiatra en la sinopsis hay una poderosa fuerza que me hace leerla. Es absurdo, pero me encantan los personajes de los psiquiatras (¿yo? ¿mal de la cabeza...? Para nada)
El que el final te haya sorprendido me da esperanzas jajaja, y realmente me anima bastante a leerlo. <siempre hay novelas que, a pesar de todo, me desconciertan. Y eso me encanta.
No me ha quedado una sensación de "necesito leerlo con urgencia" pero sí que me lo apunto por si lo encuentro baratito por ahí.