Coco Mellors - Cleopatra & Frankenstein

miércoles, 26 de noviembre de 2025



► Título original: Cleopatra & Frankenstein
► Traducción: Daniel Casado Rodríguez
► Año: 2022
► Edición:  Letras de Plata (2023)
► Páginas: 448


Nochevieja, ciudad de Nueva York. Dos desconocidos se encuentran en un ascensor: ella, veintipocos, él, cuarenta y tantos. Una estudiante inglesa buscando inspiración para sus cuadros antes de que expire su visado y un exitoso directivo publicitario capaz de abrirle las puertas a un mundo lleno de esplendor y seguridad económica. ¿Qué podría salir mal, aparte de absolutamente todo? En su cacareada novela debut, Coco Mellors (Londres, 1989) escarba en la fealdad latente tras la belleza ficticia de las relaciones y destapa, para sorpresa de nadie, que el amor no es de color rosa, sino que está lleno de espinas.

Aunque en pleno 2025 aún hay gente que te diría que la edad no importa entre dos personas que se quieren, cada vez está más extendida la idea de que una diferencia de 20 años es un desequilibrio demasiado pronunciado como para no dar pie a dinámicas de lo más peligrosas. Sí, los protagonistas de Cleopatra y Frankenstein no solo están condicionados por sus respectivas fechas de nacimiento, sino por un entorno familiar desestructurado y una serie de experiencias traumáticas que, puestas de frente, crearán el caldo de cultivo idóneo para una atmósfera de toxicidad irrespirable.

Pasada la euforia inicial de la boda, Frank empezará a dar rienda suelta a sus impulsos con la bebida, mientras que Cleo, atrapada en un asfixiante bloqueo creativo y una desorientación vital, comenzará a manifestar nuevamente los síntomas de una depresión que creía estar manteniendo a raya. Sumidos ambos en una degradante espiral de autodesprecio y culpabilidad, Frank y Cleo ejemplifican de manera descorazonadora cómo el estigma de la adicción, la falta de afecto y los trastornos mentales pueden convertir el hogar de dos individuos que se aman en un auténtico campo de prácticas para infligir un daño irreversible.

Coco Mellors ha escrito una novela ciertamente errática sobre la trillada premisa de conocer a la persona idónea en el momento menos oportuno. Con una vena para el drama que no se puede calificar de otro modo que telenovelesca, Mellors pretende que nos interesemos por el elenco de personajes de esta obra haciendo uso de un estilo pobre y artificioso, y dispensando un trato tan superfluo como desigual. Aunque la tumultuosa relación entre Cleo y Frank supone el principal meollo de la historia, Mellors hace orbitar alrededor de la pareja una serie de secundarios con tramas absolutamente inanes e irrelevantes que, lejos de añadir contenido, profundidad o textura a la novela, lo único que hacen es engordar el grueso del libro.

Así, además de las recalcitrantes desavenencias domésticas de Cleo y Frank, tenemos que sufrir el periplo de Zoe —hermana epiléptica del protagonista— como chica de compañía a través de una aplicación de citas, la crisis de identidad de Quentin —amigo homosexual de Cleo que encarna una versión paródica del cliché de la marica mala— o las anodinas escenas cotidianas, narradas en forma de viñetas, de Eleanor, una solterona que trabaja en la empresa de Frank y que se convertirá, sin apenas proponérselo, en su improbable vía de escape del sumidero emocional en el que se ha convertido su vida a raíz de su matrimonio con Cleo.

A pesar de que Cleopatra y Frankenstein plantea ideas interesantes, creo que su ejecución ha sido más bien desastrosa, convirtiendo lo que podría haber sido un relato desolador sobre la búsqueda de sanación y segundas oportunidades en un sucedáneo de chick lit que se toma demasiado en serio a sí mismo y cree que esnifar cocaína de las tetas de una modelo es sinónimo de glamour. Plagado de pasajes vacuos, diálogos frívolos y escenas de sexo narcisista que harían enrojecer de vergüenza a Juan del Val, el verdadero monstruo de Cleopatra y Frankenstein no es el que da origen al título ni el que sale a flote en nuestros momentos más degradantes, sino el editor que ha permitido que este libro vea la luz.


«La felicidad es como el cartel de Hollywood: es grande, es inalcanzable y, si de algún modo llegas a él, ¿qué otra cosa puedes hacer salvo volver a bajar de ahí?»



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