Desolación, Hugh Howey
Minotauro - 576 páginas - ★★★½
Si bien Espejismo, uno de esos -cada vez más frecuentes- fenómenos de la autopublicación que están proliferando gracias a plataformas como Amazon, fue una de las lecturas más intrigantes, enigmáticas y entretenidas del pasado año en el terreno de la ciencia-ficción, Desolación ha ido directamente a consagrar, aunque con matices, ese indeseable dicho popular que reza 'segundas partes nunca fueron (tan) buenas'. Mucho me temía que un escritor como Hugh Howey, habiendo demostrado ser amo y señor de un desenfrenado ritmo narrativo basado en cliffhangers de eficacia demoledora, pocas posibilidades tenía de optar por una continuación directa de la historia narrada en la primera entrega de estas Crónicas del Silo, trilogía de temática post-apocalíptica donde la humanidad se ha visto enclaustrada en gigantescos edificios subterráneos por culpa de una catástrofe medioambiental que ha convertido el aire de la atmósfera en irrespirable. O al menos eso creíamos. Porque, como iba diciendo, lejos de indagar en las consecuencias que podrían tener los acontecimientos sucedidos al final de Espejismo, Howey nos retrotrae a un futuro mucho más cercano con el objetivo de destapar por fin la verdad escondida en el fondo de los Silos. La trama de Desolación, discurriendo paralela a la del primer libro y salpicada de esclarecedores guiños a personajes ya conocidos, no es tanto una expansión del (no se puede negar) atractivo universo creado por Howey sino una caída en picado hacia sus oscuros cimientos, estrategia perfectamente lícita pero que bajo mi punto de vista no justifica una novela de casi 600 páginas. Aunque en ellas desarrolla temas de indudable interés (conspiraciones políticas, nanotecnología, criogenia, aplicaciones médicas para el tratamiento y eliminación de recuerdos) con bastante tino y la agilidad que le caracteriza, me han faltado un buen puñado de alicientes adicionales para recomendar a toda costa su lectura.
Nube de tinta - 144 páginas - ★★★
Tras más de un año de vida, el único adjetivo que se me viene a la mente para describir la línea editorial de Nube de tinta es 'inclasificable'. Libros como La gallina que soñaba con volar (ya el título es bastante indicativo de que la historia normal, normal... no es) no hacen más que confirmar mi sencilla hipótesis de que en este sello cabe de todo y para todos. A modo de emotiva y esperanzadora fábula infantil, Sun-mi Hwang nos regala una novela breve e inspiradora, pero también cargada de útiles reflexiones, en la que una gallina ponedora se atreve a cumplir un anhelo incontrolable: descubrir el mundo exterior más allá de la jaula en la que vive prisionera. A través de una especie de periplo rural en el que intervendrán representantes varios del reino zoológico, la gallina protagonista emprenderá un camino repleto de autodescubrimiento, reafirmación de la personalidad y oposición firme a lo que es comúnmente aceptado por el sistema. No es que sea el libro más emocionante del mundo, no goza de un estilo digno de recibir muchos méritos y sus variopintos personajes ni siquiera trascienden el mero arquetipo. Sin embargo, La gallina que soñaba con volar (aderezado con un buen puñado de curiosas ilustraciones) cumple perfectamente su papel de metáfora aleccionadora sobre la importancia de marcarse objetivos y tener el valor suficiente de alcanzarlos a pesar de las dificultades que sobrevengan por el camino. Por eso, si estás buscando una lectura ágil, corta y sin grandes pretensiones narrativas, puede que estés ante el libro idóneo.
Literatura Random House - 320 páginas - ★★½
Puede que el debut literario de Anna Hope no haya terminado de cuajar conmigo, pero si hay una cosa que reconocerle a la escritora británica es la emotiva originalidad de su propuesta. Ambientada en el Londres de la Primera Guerra Mundial un año después del conflicto, Anna Hope da voz a tres mujeres que continúan librando cada una a su manera la guerra más violenta y devastadora de todas: la de las secuelas. Hettie, una joven bailarina que trabaja en un salón donde excombatientes tullidos ahogan la ausencia de extremidades en vasos de alcohol; Ada, una madre que ha perdido a su hijo en la guerra pero cuyo fantasma jamás la abandona; Evelyn, quien trata de recuperar la relación con un hermano que no tiene heridas palpables, pero que guarda una profunda brecha en su interior. Las historias de estas tres mujeres discurren por senderos un tanto turbulentos (especialmente en el caso de Hettie), se entrelazan sutilmente a lo largo de la novela y confluyen de manera sorprendente con la llegada a la ciudad del Soldado Desconocido. Sin embargo, aunque reconozco el talento narrativo de Anna Hope a la hora de capturar a las mil maravillas el momento histórico en el que se enmarca la novela, perfilar personajes, establecer relaciones entre ellos y deslumbrar con su prosa elegante y sobria cuando la ocasión lo requiere, Despertar no es un libro que me haya calado hondo. La excesiva alternancia entre los distintos hilos argumentales y la elevada frecuencia a la que se producen me han impedido disfrutar individualmente de cada protagonista o siquiera empatizar un poco con sus historias personales. Aún así, la novela de Anna Hope no deja de ser una opción sumamente interesante para los amantes del drama histórico o para quienes gusten de leer sobre personajes atormentados, depositarios de peligrosos secretos e inconfesables vicios, siempre a la espera de abrir los ojos, despertar, y que todo haya sido una terrible pesadilla.
El devorador de calabazas, Penelope Mortimer
Impedimenta - 240 páginas - ★★★★
Basado en una popular rima infantil inglesa, el título de esta maravillosa novela adquiere una dimensión mucho más lúcida cuando uno termina de leer el estremecedor relato de Penelope Mortimer y se da cuenta de que estamos en realidad ante la autobiografía novelada de una mujer oprimida hasta el extremo por el papel que le ha tocado desempeñar en una sociedad patriarcal y delirante. La señora Armitage, protagonista de El devorador de calabazas, es una mujer que ha pasado por cuatro matrimonios y que enarbola una maternidad radicalizada quedándose embarazada vez tras vez, trayendo hijos al mundo como quien se dedica a la repostería casera de forma neurótica para enmascarar una aplastante carencia de propósito. A través de las conversaciones que mantiene con su terapeuta, los episodios fragmentados de una adolescencia sexualmente agitada y la tortuosa convivencia con su esposo adúltero iremos profundizando en la complicada psique de la señora Armitage para encajar las piezas que hay a nuestro alcance e intentar comprender el origen de sus patologías. Narrada con deslumbrante brillantez, claridad y franqueza, El devorador de calabazas es una deliciosa a la vez que perversa novela que prácticamente se lee sola; una historia muy recomendable, teñida de humor negro y escenas escandalosamente perturbadoras que consigue aunar la crudeza de una vida entregada a la resignación doméstica y una desquiciante hilaridad empleada como vía de escape, como método de supervivencia. Reír por no llorar, dicen que se llama.
¡Hola!
ResponderEliminarConocía El devorador de calabazas de haberlo visto en alguna librería y la portada, sumado al hecho de que la editaba Impedimenta, me llamaba la atención, pero poco sabía de la obra. Ahora, tras leer tu reseña, creo que voy a darle una oportunidad en cuando pueda.
Despertar también me ha llamado mucho la atención. Últimamente tengo muchas ganas de leer historias ambientadas en la primera guerra mundial y esta parece suficiente interesante para atraerme.
Gracias por las reseñas ^^
¡Un beso!
Vaya, y yo que le tenía ganas a la saga de Hugh Howey :( , me lo voy a pensar dos veces antes de empezarla.
ResponderEliminarEl que me ha llamado la atención es el de Penelope Mortimer, Impedimenta edita con mucho acierto :D
Un beso!!
Vaya, es una pena que Desolación no haya cumplido, tenía buena pinta. Le eché el ojo a La gallina que soñaba con volar, porque Nube de Tinta suele acertar mucho con estas obras reflexivas y cargadas de mensajes interesantes.
ResponderEliminarUn beso!
Tengo ganas de leer la saga de Hugh Howey a pesar de que el segundo no llegue a la altura del primero. Y "el de la gallina" me llama la atención, las publicaciones de Nube de Tinta por heterogéneas que puedan ser me suelen llamar la atención casi todas.
ResponderEliminarNEcESITO leer La gallina que soñaba con volar
ResponderEliminarme llama el de la gallina :D yo y mi debilidad con animales en las portadas xD
ResponderEliminarA mí Espejismo no me pareció TAN maravilloso, así que pasé un poco de continuar. Viendo que el segundo es peor, no creo que lo lea.
ResponderEliminarUn abrazo!
En un ataque de locura me compré la saga completa de Hugh Howey hace un par de díasm a ver si así me animo a leerla del tirón y ya veremos por donde me sale el tiro al final xDDD que si sigue esa tendencia, igual el tercero me lo como con patatas.
ResponderEliminarEl devorador de calabazas no lo conocía pero lo voy a apuntar a mi lista de deseos, que me ha llamado la atención.
Creo que también definiría así a Nube de tinta, tengo ese libro pendiente y es justo lo que pensé al ver su licencia.
ResponderEliminar¡Besos!