Hola, lectores. Mi resumen de diciembre es cualquier cosa menos un resumen, y es que 31 días de lectura aplicada dan para mucha tela que cortar. No ha sido un mes especialmente activo en cuanto a publicación de reseñas, pero las pocas que he escrito han sido casi todas sobre libros maravillosos que de una manera u otra se han colado en mi lista de mejores lecturas. Por lo demás, un mes bastante satisfactorio, sembrado de muchos libros que me han encantado y que paso a detallaros a continuación:
Lecturas
Olga Tokarczuk, Sobre los huesos de los muertos
Harry Parker, Anatomía de un soldado
Kazuo Ishiguro, El gigante enterrado
Ralf Rothmann, Muerte en primavera
Sophie Divry, Cuando el diablo salió del baño
Ariel Bosi, Todo sobre Stephen King
Jon Krakauer, Hacia rutas salvajes
Louise Erdrich, Filtro de amor
Wallace Stegner, En lugar seguro
Becky Chambers, The Long Way to a Small Angry Planet
Brian K. Vaughan, Paper Girls #1 - #4
Ian McEwan, La ley del menor
Lisa McInerney, Los pecados gloriosos
Angelika Schrobsdorff, Tú no eres como otras madres
Chinua Achebe, Todo se desmorona
Milena Busquets, También esto pasará
Junot Díaz, La maravillosa vida breve de Óscar Wao
Ta-Nehisi Coates, Entre el mundo y yo
Svetlana Alexiévich, La guerra no tiene rostro de mujer
Harry Parker, Anatomía de un soldado
Kazuo Ishiguro, El gigante enterrado
Ralf Rothmann, Muerte en primavera
Sophie Divry, Cuando el diablo salió del baño
Ariel Bosi, Todo sobre Stephen King
Jon Krakauer, Hacia rutas salvajes
Louise Erdrich, Filtro de amor
Wallace Stegner, En lugar seguro
Becky Chambers, The Long Way to a Small Angry Planet
Brian K. Vaughan, Paper Girls #1 - #4
Ian McEwan, La ley del menor
Lisa McInerney, Los pecados gloriosos
Angelika Schrobsdorff, Tú no eres como otras madres
Chinua Achebe, Todo se desmorona
Milena Busquets, También esto pasará
Junot Díaz, La maravillosa vida breve de Óscar Wao
Ta-Nehisi Coates, Entre el mundo y yo
Svetlana Alexiévich, La guerra no tiene rostro de mujer
Destacados
Uno de los primeros libros que cayeron en diciembre fue el cacareado debut de Becky Chambers, The Long Way to a Small Angry Planet, y he de decir que resultó ser todo un descubrimiento. La novela de Chambers es un emocionante space opera protagonizado por la variopinta tripulación de una nave que se dedica a excavar agujeros de gusano en el tejido de la galaxia, conectando puntos distantes de un universo absolutamente fascinante que destaca por su vivacidad y riqueza. Las distintas razas que crea la autora, cada una con sus apasionantes peculiaridades en materia de sexo, cultura, religión, lenguaje y organización social, dan para debatir y cuestionar nuestra percepción del mundo de formas que solo la ciencia ficción permite. El caso es que he acabado perdidamente enamorado del complejo entramado espacial que crea Chambers y de sus inolvidables personajes, así que os la recomiendo muchísimo si buscáis una lectura refrescante, provocativa y que se salga de lo convencional.
Por otro lado, este mes leí las cuatro primeras entregas de la maravillosa Paper Girls, nueva serie del creador de Saga. En la línea nostálgica/sobrenatural que se ha disparado este año gracias a Stranger Things, Paper Girls nos trae una historia sobre cuatro adolescentes macarras que se toman la tarea de repartir el periódico como si fuera una operación militar. Todo marcha medianamente bien hasta que en la noche de Halloween se desata el apocalipsis y las cuatro se ven lanzadas a una bizarra sucesión de acontecimientos. Aunque no me ha dado tiempo a profundizar demasiado en los personajes, la línea argumental es deliciosamente caótica y estoy deseando retomarla lo antes posible.
Por otro lado, este mes leí las cuatro primeras entregas de la maravillosa Paper Girls, nueva serie del creador de Saga. En la línea nostálgica/sobrenatural que se ha disparado este año gracias a Stranger Things, Paper Girls nos trae una historia sobre cuatro adolescentes macarras que se toman la tarea de repartir el periódico como si fuera una operación militar. Todo marcha medianamente bien hasta que en la noche de Halloween se desata el apocalipsis y las cuatro se ven lanzadas a una bizarra sucesión de acontecimientos. Aunque no me ha dado tiempo a profundizar demasiado en los personajes, la línea argumental es deliciosamente caótica y estoy deseando retomarla lo antes posible.
Otra lectura que me encantó, escandalizó y sorprendió a partes iguales fue La ley del menor, la última novela de McEwan. A mí este señor ya me tenía completamente ganado con Expiación, pero lo cierto es que gracias a esta novela se postula como uno de mis escritores favoritos. McEwan, en su afán de incomodar y hacer reflexionar al lector, nos trae una historia cruda y repleta de recovecos sobre una jueza que ha de intervenir en el caso de un adolescente menor de edad que rechaza una transfusión de sangre por sus convicciones religiosas. Fiona, tan implacable como admirada por sus compañeros de profesión, no atraviesa su mejor momento personal. Esta circunstancia hará que se involucre en el caso más de lo debido, complicando las ya de por sí retorcidas ramificaciones éticas que explora McEwan a lo largo de la obra. Breve, pero muy impactante, directa como un puñetazo, La ley del menor es una novela sobresaliente y emotiva, una demostración contundente de que el autor británico se halla en plena forma como narrador.
La mejor lectura del mes (y una de las mejores del año) ha sido, cómo no, La guerra no tiene rostro de mujer. Todo lo bueno que se diga sobre este libro es poco. Alexiévich se relega a sí misma a un segundo plano y da voz a lo largo del libro a cientos de mujeres de origen soviético que lucharon de un modo u otro en la Segunda Guerra Mundial. Los testimonios, los recuerdos, las experiencias... todo resulta sobrecogedor e impactante hasta límites insospechados, quizá porque esta obra nos enseña un lado desconocido, menos romántico y más cruento, de lo que significa participar en una guerra, y no solo en el frente. La guerra no tiene rostro de mujer es un libro devastador, memorable en cada una de sus páginas. Un libro que sí, te deja machacado y con la fe en la humanidad hundida en un nivel muy bajo, pero cuya experiencia bien vale la pena porque difícilmente se puede escribir otro libro que logre igualarla.
Y por último, una pequeña y sorprendente decepción. Así es. La última novela de Kazuo Ishiguro, autor de las célebres Nunca me abandones y Los restos del día, supone una extraña y no del todo satisfactoria revisión del mito artúrico que pretende, supongo, homenajear la literatura de género fantástico. Emplazada en un tierra poblada por dragones, ogros y caballeros legendarios sobre la que se cierne una misteriosa niebla capaz de borrar la memoria de sus habitantes, El gigante enterrado es una obra arriesgada y atípica, protagonizada por un matrimonio de ancianos —Axl y Beatrice— que parte en busca de su hijo y encuentra un montón de obstáculos en el camino. Haciendo uso de un narrador no fiable que contradice y confunde constantemente los hechos expuestos con anterioridad, Ishiguro pretende construir un profundo discurso sobre la perdurabilidad del amor, las cicatrices de la guerra, la memoria y la identidad que acaba convirtiéndose en una farragosa diatriba, interesante como propuesta, pero torpemente ejecutada. Los personajes obedecen en su mayoría a meros arquetipos y el estilo, ramplón, repetitivo y espeso hasta límites soporíferos, tampoco supone un aliciente para embarcarse en la lectura de esta aventura donde los secretos y las múltiples interpretaciones se van acumulando hasta un final acelerado.
La mejor lectura del mes (y una de las mejores del año) ha sido, cómo no, La guerra no tiene rostro de mujer. Todo lo bueno que se diga sobre este libro es poco. Alexiévich se relega a sí misma a un segundo plano y da voz a lo largo del libro a cientos de mujeres de origen soviético que lucharon de un modo u otro en la Segunda Guerra Mundial. Los testimonios, los recuerdos, las experiencias... todo resulta sobrecogedor e impactante hasta límites insospechados, quizá porque esta obra nos enseña un lado desconocido, menos romántico y más cruento, de lo que significa participar en una guerra, y no solo en el frente. La guerra no tiene rostro de mujer es un libro devastador, memorable en cada una de sus páginas. Un libro que sí, te deja machacado y con la fe en la humanidad hundida en un nivel muy bajo, pero cuya experiencia bien vale la pena porque difícilmente se puede escribir otro libro que logre igualarla.
Y por último, una pequeña y sorprendente decepción. Así es. La última novela de Kazuo Ishiguro, autor de las célebres Nunca me abandones y Los restos del día, supone una extraña y no del todo satisfactoria revisión del mito artúrico que pretende, supongo, homenajear la literatura de género fantástico. Emplazada en un tierra poblada por dragones, ogros y caballeros legendarios sobre la que se cierne una misteriosa niebla capaz de borrar la memoria de sus habitantes, El gigante enterrado es una obra arriesgada y atípica, protagonizada por un matrimonio de ancianos —Axl y Beatrice— que parte en busca de su hijo y encuentra un montón de obstáculos en el camino. Haciendo uso de un narrador no fiable que contradice y confunde constantemente los hechos expuestos con anterioridad, Ishiguro pretende construir un profundo discurso sobre la perdurabilidad del amor, las cicatrices de la guerra, la memoria y la identidad que acaba convirtiéndose en una farragosa diatriba, interesante como propuesta, pero torpemente ejecutada. Los personajes obedecen en su mayoría a meros arquetipos y el estilo, ramplón, repetitivo y espeso hasta límites soporíferos, tampoco supone un aliciente para embarcarse en la lectura de esta aventura donde los secretos y las múltiples interpretaciones se van acumulando hasta un final acelerado.
No conocía la novela 'La lye dle menor' pero me lo apunto. Yo de Ian solo he leído 'Expiación' y acabé enamorada también. Así que estoy deseando de leer más novelas suyas. El de 'La guerra no tiene rostro de mujer' ya lo he visto por varios blogs y está mas que apuntado para leer.
ResponderEliminarSaludínes
Cómo te pasas ¿no? xDD
ResponderEliminarA mí me han hablado MUY BIEN de The Long Way to a Small Angry Planet (que la prota se llama ROMERO xDDD) y le tengo unas ganazas ENORMES. Tiene ficha en Adopta una autora y estoy deseando que nos cuenten más sobre el libro y la autora. A ver si me animo y leo algo más de McEwan, que sí, me quedé también destrozaica con Expiación y desde entonces no he vuelto a acercarme a ningún libro suyo. La guerra no tiene rostro de mujer también ha sido una de mis mejores lecturas del año. Hay que leerlo, no se puede decir otra cosa.
Veo que Todo sobre Stephen King se ha quedado ahí ahí. Si le haces reseña me pasaré a leerla.
Feliz añito!
Le tengo muchas ganas a The Long Way to a Small Angry Planet, es que tiene una pinta estupenda. Al igual que probar a Ishiguro, pero este no sería el que escogería por nada del mundo ya que no esta teniendo buena crítica por ningún lado. Hacia rutas salvajes lo he descubierto con este reedición y Paper Girls me muero por que salga el TPB y cogérmelo en pasta dura, que a mi el tema grapa no me va. Un abrazo^^
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