Reseña "Metro 2034"

viernes, 11 de mayo de 2012

Mi primera incursión en el metro de Moscú, a pesar de mi reticencia inicial, terminó siendo más que satisfactoria y es por eso que no tardé en hacerme con la segunda parte de esta trilogía post-apocalíptica en la que el planeta Tierra ha sido devastado por un holocausto nuclear del que no se dan más que unos poco detalles. Los supervivientes de la catástrofe se ven obligados a permanecer bajo tierra porque el aire de la superficie se ha vuelto irrespirable y la radiación continúa haciendo estragos en la naturaleza, dando lugar a nuevas e inquietantes formas de vida cuyo único objetivo parece ser el de sembrar el caos allá por donde pasan. El fenómeno Metro 2033 puede que no haya calado muy hondo en nuestro país, pero en el lugar de donde procede se ha convertido en una serie de culto y como ya comenté en la reseña de la primera parte, existe todo un universo de material gráfico, literario y audiovisual girando en torno a la obra creada por Dmitry Glukhovsky, escritor ruso de apellido impronunciable, pero que cada vez me va costando menos trabajo escribir. Tras haber terminado el libro en cuestión, que tiene lugar un año después de los acontecimientos ocurridos al final de Metro 2033, he de decir que mi entusiasmo por esta saga se encuentra actualmente de capa caída.

Título: Metro 2034
Autor: Dmitry Glukhovsky
Año de publicación: 2010
Género: Novela, ciencia-ficción
Editorial: Timun Mas
Páginas: 364
PVP: 19,50
ISBN: 9788448039813

Sinopsis

Año 2034. Tras una guerra devastadora, gran parte del mundo ha quedado reducido a cenizas. Moscú se ha convertido en una ciudad fantasma y los pocos supervivientes se han refugiado en las profundidades de la red de metro donde han creado una nueva civilización. Una civilización que no se parece en nada a las anteriores...
La estación Sevastopolskaya lleva varias semanas incomunicada. En ella aparece un misterioso brigadier, Hunter, que toma la responsabilidad de luchar contra un enigmático peligro que amenaza a toda la red de metro y emprende una arriesgada expedición por el sistema de túneles. Le acompañará Homero, un hombre viejo y experimentado que conoce como nadie la red y sus leyendas, y que cree que su misión vital consiste en poner por escrito la historia del mundo subterráneo. Más adelante conoce a Sasha, una joven de 17 años. Homero está convencido de que el héroe y la muchacha podrían ser los protagonistas ideales de su epopeya, pero antes tendrá que protegerlos de incesantes peligros.

"Entonces, de pronto, sintió un violento golpe en la cerviz, un golpe que solo podía haberle asestado uno de los demonios que poblaban la estación, y el Universo entero se vino abajo."

Opinión 

Tras una breve introducción en la que se nos pone al día sobre la gran catástrofe nuclear que ha diezmado los recursos y la población del planeta, volvemos a adentrarnos en las oscuras profundidades del metro moscovita, pero esta vez asistimos a una estación situada en el otro extremo del plano: la Sevastopolskaya sufre una de las peores crisis de los últimos años porque las comunicaciones con el resto de líneas se han interrumpido por motivos que aún son desconocidos. Las partidas de exploradores que salen periódicamente de la estación en busca de respuestas, desaparecen una tras otra sin dejar rastro. Los habitantes de la estación están cada vez más desesperados y los oficiales al mando son incapaces de poner fin al aislamiento de la Sevastopolskaya, hasta que un día aparece un individuo un tanto desastrado y de carácter poco halagüeño que se dispone a reanudar el contacto con la línea de metro. Se trata nada más y nada menos que de Hunter, brigadier que aparecía como personaje secundario en la primera parte de esta trilogía y que tuvo mucho que ver en el desastroso final de Metro 2033. El caso es que la travesía de Hunter por los túneles del subsuelo parece haber afectado a su psique de manera muy negativa, convirtiéndolo en un depredador salvaje, inestable e impredecible, un ser cuyo único objetivo es matar lo primero que se le ponga por delante.

"El miedo y el horror son emociones totalmente distintas. El miedo estimula, empuja a la acción, despierta el ingenio. El horror mutila el cuerpo y el pensamiento, le arrebata al ser humano toda su humanidad. Homero había vivido lo suficiente para aprender la diferencia entre ambos."

En el otro extremo se encuentra Nikolay, más conocido por el nombre de Homero, un anciano aficionado a la escritura que por una serie de circunstancias se verá obligado a ser el acompañante de Hunter en una misión suicida. Homero cree firmemente que su misión en la vida es poner por escrito los grandes acontecimientos que han llevado a la humanidad a una situación tan precaria, una especie de epopeya heroica basada en las andanzas de Homero a través de los túneles de metro y de su camarada Hunter, una figura que encaja perfectamente en los cánones literarios de Homero para elegir al protagonista de su más ambiciosa obra. A partir de entonces somos testigos del peligroso viaje de Hunter y Homero por las entrañas del metro, un viaje que durante las primeras 100 páginas se convierte en un relato frenético, emocionante, cargado de peligros y descrito con una crudeza y un absoluto dominio del ritmo como no se habían visto ni en los mejores momentos de Metro 2033. Lástima que a partir de ahí la historia caiga en picado y lo que en un principio parecía ser una novela prometedora se convierta en una sucesión interminable de páginas y más páginas donde lo más interesante que pasa es la reaparición de un viejo conocido que ni siquiera forma parte activa del argumento.
     Por el camino también conoceremos a Sasha, una joven adolescente que fue desterrada de su estación natal y que ahora se ve obligada a deambular por los túneles en compañía de su padre moribundo. En un momento determinado de la historia, los caminos de Sasha, Hunter y Homero se entrelazan y se vuelven a separar de manera repetida pero con ningún propósito aparente para el desarrollo de la novela. En general, me ha gustado la forma en que Glukhovsky ha dibujado a este personaje, con sus miedos, sus inseguridades y su obsesiva atracción hacia el sexo opuesto, pero a pesar de ser uno de los protagonistas mejor perfilados y que menos participación tiene en el transcurso de la historia (una decisión bajo mi punto de vista bastante incomprensible), Sasha no es más que una sombra del que para mí es uno de los personajes más logrados, por su juventud, su sentido del deber y su madurez, de ambos libros: Artyom. He echado muchísimo de menos al protagonista de Metro 2033 durante la lectura de este libro. Pudiera parecer que un mayor elenco de personajes supondría una mayor variedad de estilos o un mayor abanico de posibilidades argumentales. Pues no. Todo lo contrario. La segunda mitad de Metro 2034 me ha parecido aburrida, insulsa, sosa y prescindible hasta decir basta, una opinión motivada por la absoluta falta de carisma que he encontrado en la mayoría de personajes y por convertir un periplo que podría haber sido tan variado, ilustrativo y enriquecedor como el de la primera parte, en un incesante, confuso e innecesario vaivén que no conduce a ningún sitio, todo ello mezclado con diatribas absurdas e interminables de corte filosófico sobre la esencia del ser humano, las grandezas de la cultura clásica o el sentimiento de pérdida y desarraigo.

"Sasha se sintió incómoda, pero luego la melodía la levantó de las baldosas de granito y se la llevo consigo, igual que un buen libro o el relato de un hombre, nos arrebatan y nos lo hacen olvidar todo."

Después de haber descargado toda mi frustración por lo poco que me ha gustado la segunda parte de Metro 2034, tengo que admitir que el resto del libro está bastante bien, manteniéndose fiel al estilo y a los principios propuestos en la anterior entrega, aunque me parece que no aporta demasiado a la historia ya planteada en la primera parte de esta trilogía apocalíptica. Lo bueno de Metro 2034 es que es bastante más corto que su predecesor (unas 200 páginas menos), gracias a lo cual he podido contener las ganas de arrojar el libro a una pira encendida y quemar después las cenizas. Además, encontramos numerosos guiños a otros personajes y situaciones procedentes de la primera novela y se ahonda un poco más en los orígenes y las consecuencias de la guerra atómica que acabó con casi toda forma de vida en la tierra, así que creo que es importante su lectura (aunque a veces sea un auténtico esfuerzo) para tener una visión más completa del universo creado por Glukhovsky, una especie de antesala para lo que nos espera en la tercera y última parte de la novela que cierra esta serie y que a todas luces se titulará Metro 2035: el broche final a una trilogía que, desprecios hacia la segunda parte incluidos, merece sin duda alguna que le des una oportunidad.

Puntuación

Metro 2034

3/5

Mejorable

7 comentarios :

  1. Mmmmm no conocía esta trilogía y eso que me gusta mucho el tema apocalíptico >.<
    Una pena que a mitad de libro baje tanto el nivel, pero bueno me lo pensaré porque me atrae la sinopsis. Ya nos cuentas cuando te hagas con la tercera parte y ya vemosxD
    Un besote!

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    1. Si te gusta el género, debes leer Metro 2033, Metro 2034, decae, pero dale una oportunidad, yo concuerdo con la opinión de la segunda parte, pero es mejor haberlo leido antes de devorar la última parte

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  2. Comencé a leer la primera parte de la saga hace unos meses, bastantes. No pude terminar el libro porque no me enganchaba nada, pero conozco a gente a la que le ha encantado.

    Un beso.

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  3. pues a mi me encantan todos los libros de dimitri.

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  4. Dmitry quizo hacer algo totalmente diferente de metro 2033, es por eso que se pierde el tipo de escritura y los personajes

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  5. Totalmente de acuerdo. Este libro me ha dejado mal sabor de boca. Muy breve, muy simple, los personajes no están bien resueltos (nunca desarrolla uno simpatía o apego por Nikolaí / Homero), Hunter es una extraña simbiosis entre Terminator y Wolverine sin solución, y no inspira compasión. Poco desarrollado el momento en que él le explica a Melnik qué le ocurrió en su encuentro con los Oscuros. Insoportables los diálogos y el desarrollo de la relación entre Leonid y Sasha. Extraña uno todo el tiempo a Artyom, de quien no se sabe casi nada: este era el personaje que uno esperaba encontrar al leerlo. Metro 2034 me pareció totalmente prescindible e irrelevante como continuación de Metro 2033. Pareciera que fue escrito a toda carrera, por presión de la editorial y de los fanáticos, para aprovechar el entusiasmo creado con el primero.

    El videojuego inspirado en Metro 2033, el cual resulta muy fiel al argumento del libro, tuvo también una segunda parte, Metro Last Light. Este no se basa en Metro 2034, lo cual es acertado. La historia de este videojuego resulta muchísimo más interesante que Metro 2034: Artyom, ahora un comando de la Orden por su papel ante la amenaza de los Oscuros, está instalado en el D6 que es la nueva base de la Orden. Aparece el viejo místico Khan para advertirle que ha visto a un superviviente de Los Oscuros en los Jardines Botánicos en la superficie, así que Melnik (en el videojuego le llaman Miller) le ordena a Artyom subir para buscarlo y eliminarlo. Como Khan protesta ya que, según él, los Oscuros no representan un riesgo para la humanidad sino son la clave de su supervivencia, Melnik hace que Artyom suba solo con Ana, la mejor francotiradora de La Orden e hija de Melnik. Artyom ubica al oscuro, que resulta ser un niño, pero no lo mata, inquieto por las advertencias de Khan y por su propia conciencia. Cuando está a punto de capturarlo para interrogarlo, cae preso por un pelotón de reconocimiento del IV Reich. Le van a ejecutar junto a dos exploradores de la Linea Roja que encontraron en el mismo sitio, pero escapa ayudado por Pavlel, uno de los comunistas, y huyen. Artyom es capturado por los comunistas aunque lo salva Leonid, el hijo del líder comunista, y gracias a la intervención de Khan puede liberar al Oscuro de manos de los fascistas, quienes pensaban usarlo como arma contra la Línea Roja.

    En su camino a la Polis Artyom descubre una gran conspiración que enfrenta al IV Reich y la Línea Roja con el objeto de hacerse con el control del D6. Descubre así mismo que la Orden está infiltrada por un espía comunista quien ha sustraído un virus de los depósitos del D6 y con el cual los comunistas infectan una estación para matarlos, fingiendo ser los salvadores del metro. La Hansa presiona a la Polis para que medie en el conflicto, atemorizada por la posible propagación de la plaga, y se monta una conferencia de paz entre el IV Reich y la Línea Roja, pero Artyom descubre que los comunistas aprovecharán esa oportunidad para asaltar el D6. Artyom junto con Khan y el joven Oscuro le avisan a Melnik de la trampa pero es tarde. Los comunistas irrumpen en el D6 y lo toman. En el último momento Melnik le ordena a un malherido Artyom que active el detonador de las cargas explosivas, ya que había descubierto en secreto que el D6 no era el dorado del mito, y en vez de recursos extraordinarios para sobrevivir, se trataba realmente de una instalación militar repleta de armas químicas y biológicas. Entonces...

    Dependiendo de las decisiones del jugador y de su actitud frente a los Oscuros, o bien Artyom se redime, y con él las gentes del Metro, pudiendo abrir por fin los anhelados canales de comunicación con los Oscuros; o bien Artyom, la Orden y la mayoría de los soldados de la Línea Roja mueren en el asalto, pero las gentes del metro se salvan, y aunque los Oscuros se van para recomponer su pueblo, queda abierta la comunicación con ellos para unirse en el futuro.

    Más interesante esta trama que la de Metro 2034 por mucho.

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