Aunque ya han pasado más de 70 años, uno de los episodios más trágicos y trascendentes de la historia española, cuyas terribles consecuencias se prolongaron durante varios años más, aún perdura en la memoria de muchos supervivientes marcados por tan desgarradora huella. La Guerra Civil que dividió nuestro país, aquella que devastó ciudades y almas, que cambió el destino de toda una nación, siempre ha sido un terreno bastante bien cultivado en cuanto a literatura se refiere, sustentado casi siempre en los innumerables testimonios de aquellos que tuvieron el dudoso honor de vivir en esa época. Relegadas a un desmerecido segundo plano quedaron las historias de muchas mujeres que, a pesar de no haber portado un arma en su vida, lucharon por sus ideales desde la oscuridad del olvido, con la fiereza, el coraje y la desesperación de quien siente miedo por su vida. Nuestra protagonista de hoy, la escritora catalana Carmen Laforet, solo tenía 14 años de edad cuando estalló la Guerra Civil en España, pero aun no siendo más que una joven soñadora recién salida de la adolescencia, con la cabeza repleta del frescor y la vivacidad que la acompañaban, supo reflejar de manera excepcional el estado en el que se sumió una ciudad como Barcelona (al igual que tantas otras) tras semejante oleada de sufrimiento y destrucción.
Nacida en Barcelona el día 6 de septiembre de 1921, cuando tenía dos años de edad su familia se trasladó a vivir a la isla de Gran Canaria (Islas Canarias), y allí transcurrió su infancia y adolescencia. A los 18 años, justo al acabar la guerra civil española volvió a Barcelona a casa de sus abuelos y allí empezó a estudiar la carrera de Filosofía y Letras. Tres años más tarde se trasladó a Madrid donde en unos meses escribiría Nada que, aunque no es una novela estrictamente autobiográfica, es el fruto de sus experiencias en esos años. Cuando escribió Nada, que obtuvo el primer Premio Nadal, tenía 22 años y el éxito que obtuvo en plena juventud marcó su carrera de escritora. Nada fue considerada la mejor novela española contemporánea y el libro más vendido del momento. Recibió también el Premio Fastenrath, de la Real Academia de la Lengua Española en 1948, y el conjunto de elogios que incluía artículos firmados por Juan Ramón Jiménez, Ramón Sender, Azorín, y otros intelectuales de la época demuestran el impacto que dentro y fuera de nuestras fronteras tuvo la publicación de un libro que revolucionó el panorama literario de la posguerra española. Actualmente Nada está considerado como un clásico, se reedita de manera continua, es estudiada en los departamentos de español de todo el mundo, ha sido traducida a numerosos países y le ha asegurado a Carmen Laforet un puesto de honor en la historia de la narrativa española.

Su paulatino distanciamiento de la vida pública se aceleró debido a una enfermedad degenerativa que afectaba a la memoria y que la dejo sin habla en los últimos años de su vida, hasta que finalmente Carmen Laforet murió en Madrid el 28 de febrero de 2004. Su legado literario no es muy extenso, pero la prodigiosa calidad con la que narraba sus obras la catapultó inmediatamente a la fama. Ahora sus historias permanecen en las estanterías de mucha gente para recordar al mundo que, aunque Carmen acabó perdiendo tristemente sus recuerdos, su talento jamás desaparecerá en el olvido.
"Todo aquello que un novelista vive o siente, servirá de combustible para la hoguera insaciable que es su mundo de ficción."
Impresionante. Espero muy pronto poder leer ese Nada, del que tanto habla la gente.
ResponderEliminar...¿a dónde habrán ido los recuerdos de Carmen Laforet? Me rehúso renuentemente a creer que puedan, simplemente, haberse extinguido. Seguramente por ahí andarán.
Cuando una novela es capaz de seguir ahí, después de tanto tiempo, no es por "nada". Me alegro de saber que la has disfrutado.
ResponderEliminarBesos