Resumen de lecturas [Julio 2015]

domingo, 9 de agosto de 2015

Hola. ¿Te acuerdas de mí? Sí, soy yo; ese chico que solía escribir por aquí (entre otras cosas) sus impresiones sobre los libros que leía. Para ser sinceros, no estoy seguro de recordar bien cómo se hace porque ha pasado casi un mes desde que no actualizo este cuaderno de bitácora online. Parece un dato trivial, nimio, irrelevante, pero lo primero que viene a la mente durante un súbito reencuentro es todo ese intervalo de tiempo transcurrido que de repente cristaliza y estimula nuestros mecanismos dedicados a la elaboración de excusas. La falta de horario, de ganas, de contenido. El verano y sus múltiples ausencias implícitas. Desde luego, no está siendo la actual una estación particularmente fecunda. De hecho, el de 2015 tiene muchas posibilidades de pasar a los anales de la historia como uno de mis peores estíos en términos de productividad literaria. No obstante, el mes de julio ha traído consigo un par de ases guardados bajo la manga. Libros del tipo que a mí me gusta llamar explosivo, inflamable. Libros cuya temperatura cercana al punto de ebullición poco o nada tiene que ver con una prolongada exposición al sol. Cameron, Basabe, Murakami, Spanbauer. No, no estoy hablando de cócteles que puedes pedir en cualquier chiringuito a pie de playa. Son sinónimos de fuego y quemaduras de tercer grado. Bidones de combustible. Cerillas con las que provocar un incendio. Olvidaos del terrorismo forestal. España está siendo azotada por una oleada de pirómanos involuntarios que leen donde no deben. Así que no os quedéis aquí pensando que vais a encontrar refrigerio ni remedios infalibles para combatir la deshidratación. El verano quiere que ardas. Y yo, por suerte, me he topado con algunos títulos que te ayudarán a conseguirlo.   




Aquella tarde dorada, Peter Cameron - ★★★★

Los libros de Cameron se leen como el discurso tambaleante de un adolescente con problemas de autoestima. A veces no sabes muy bien lo que quiere decir. A veces cuesta arrancarle las palabras adecuadas. Sus historias están labradas en el incómodo silencio de quien precisa andarse un buen rato por las ramas antes de soltar una revelación brutal. Sin embargo, todos esos escollos presentes en el canal comunicativo derivan en un magistral estudio de campo sobre las relaciones interpersonales que solo un escritor como Peter Cameron podría llevar a cabo. Pocos autores son capaces de emocionar tanto haciendo empleo de tan pocos recursos narrativos, pero Cameron nos deleita una vez más con una novela que ya se editó en España bajo el título La ciudad de tu destino final y que nos hará viajar hasta los confines del continente sudamericano para conocer los entresijos de una peculiar familia lastrada por la pérdida.   

Yo te quise más, Tom Spanbauer - ★★★★★

Sin apenas proponérselo, esta novela se ha convertido en el epicentro de mis furores más íntimos. El solo recuerdo de sus recovecos argumentales basta para hacer saltar chispas a mi alrededor. Y es que sucumbir ante la narrativa de Spanbauer es un arriesgado acto de sumisión en el que tú te entregas a la historia que está ocurriendo delante de tus ojos y rezas con todas tus fuerzas para no salir escaldado. Pero, oh, amigos: rezar sirve de poco. Una vez que empiezas a leer, ya eres otra víctima más de Spanbauer y su triángulo de amor bizarro. Para no desvelar demasiados detalles de la trama (hacerlo supondría arruinar gran parte de su encanto), solo puedo adelantar que Yo te quise más me parece un duro contendiente en la pelea por alzarse con el título a mejor novela del año. Casi nada. Pero si no te has quedado convencido, aquí te explican mucho mejor por qué estás tardando en leer esta magnífica novela.

Los consejos de la paloma, Stephen Kelman - ★★½

Este es uno de esos libros que por su extrema peculiaridad obligan al lector a tomar posiciones muy alejadas de lo que se considera habitual. En mi caso, Los consejos de la paloma funcionó bastante bien durante su primer tercio; Kelman consigue crear una voz única a partir de los deslavazados pensamientos de su protagonista, un niño de once años procedente de Ghana que subsiste en un suburbio londinense frecuentado por individuos de la peor calaña. Se trata de un singular coming-of-age repleto de reflexiones involuntarias sobre la madurez, la amistad, la familia, la a veces indescifrable relación con el sexo opuesto y el desarraigo propio de quienes pasan largas temporadas fuera de casa. No obstante, este batiburrillo de conversaciones y escenas cotidianas preñadas de una violencia connatural al ambiente en que se desarrolla no me ha bastado para encontrar completamente satisfactoria su lectura, aunque sí para reconocer la validez de su propuesta. Así que no lo descartéis de inmediato, puede que lo encontréis mucho más remunerador que yo.




En una estación roja, a la deriva, Aliette de Bodard - ★★★½

El verano es también una época propicia para consumir ficción especulativa. Y qué mejor manera de hacerlo que encomendándose a las multipremiadas manos de Aliette de Bodard, una escritora de ascendencia franco-vietnamita que sabe explotar hasta las últimas consecuencias todo el poder de su exótico acervo cultural. Bodard plantea en lo que se conoce como Universo de Xuya un curso histórico alternativo que ha desembocado en una guerra intergaláctica, donde inmensas naves espaciales son gobernadas por híbridos humano-máquina y abarrotadas mentes colmena albergan en un solo cuerpo un problemático racimo de generaciones previas. Este imponente entramado narrativo configura la escenografía de una historia que gira en torno a la lucha de poderes, la decadencia de los valores tradicionales y, en general, lo extremadamente complicado de las relaciones humanas. Muy recomendable.

Glow, Ned Beauman - ★★★

Teniendo en cuenta que Beauman es autor de uno de los libros más divertidos, irreverentes e inclasificables que se han publicado en los últimos años, esta segunda aproximación a la obra del joven escritor británico encierra un decepcionante saldo comparativo. En efecto, no es Glow el mejor sucesor de ese monumental El accidente del teletransporte que cabría esperar, pero aún así conserva algunas características interesantes que la convierten en una novela muy loca, imprevisible y camaleónica, una aventura por los subterráneos del narcotráfico que tan pronto se convierte en una emocionante historia de espionaje industrial como en un psicodélico viaje de ácido en busca de un colega desaparecido. No, no os podéis perder a Ned Beauman.

Gracias por la compañía, Lorrie Moore - ★★

La compañía y poco más puedo agradecer a una autora que no ha conseguido en nuestro primer contacto estar a la altura de las expectativas. Hay algo en la prosa de Moore que es de una calidad indiscutible, una suerte de experiencia vital acumulada filtrándose en cada página que impone y despierta la más absoluta reverencia. Como escritora, me interesa la amplitud y claridad de su mirada, su profundidad; no obstante, no siento el más mínimo aprecio hacia el lugar donde la enfoca. Ocho relatos teñidos de dolor enmascarado, pesadumbre, pesimismo, resignación, humor cenizo y pobres perspectivas de futuro, situados sobre un escenario político tan deplorable (la presidencia de Bush y era post 11-S) que convierte en prescindible y vacua cualquier crítica que se le haga. Solo el tiempo dirá si Moore y yo nos damos una segunda oportunidad.




El límite inferior, Nere Basabe - ★★★½

Poco a poco, el catálogo editorial de Salto de página se va perfilando como uno de mis principales proveedores de material combustible. Basabe es uno de tantos y dichosos descubrimientos realizados a través de este sello y su novela El límite inferior un perfecto ejemplo de lo contundente que puede llegar a ser la llamada 'literatura de la crisis' cuando se unen un argumento prometedor y un maravilloso desarrollo de los personajes. Pueblo fantasma que en verano se convierte en un residencial superpoblado. Una tormenta imprevista. Cuatro protagonistas endiabladamente retorcidos y sin escrúpulos. Un niño desaparecido. En resumen, una novela digna de leerse aunque solo sea para descubrir cuántas cosas hace estallar Nere Basabe con esa mezcla tan volátil.

Hombres sin mujeres, Haruki Murakami - ★★★★

Antes de este libro, he de confesar que Murakami y yo habíamos pasado muchos meses sin toparnos el uno con el otro. Desconozco hasta qué punto era necesario declarar una tregua, pero el tan esperado reencuentro me ha dejado claro que distancia y tiempo no son factores que puedan erosionar cualquier relación. Así es, el amado/odiado gen Murakami permanece intacto (si acaso reforzado) en los siete cuentos que componen el presente volumen. Ningún cambio radical ni revolucionario hay por descubrir en esta última tanda de relatos que nos trae el escritor japonés: sus personajes transitan los mismos y solitarios flujos narrativos, dejando a su paso un perturbador rastro de tristeza, melancolía y alienación especialmente contraindicado para individuos en bajo estado de ánimo. Tal y como indica su título, existe en Hombres sin mujeres la intención de entrelazar todas las historias bajo un mismo denominador común: una omnipresente ausencia femenina que ejerce como hilo conductor de todos esos sentimientos que explotan sin hacer ruido a lo largo de la antología. Emociones raras, complejas, desconocidas, todas se van acumulando en una especie de marea que lentamente se desborda y te ahoga. El resultado, un libro demoledor de principio a fin que, bajo mi punto de vista, se encuentra entre las mejores producciones del autor.

Trainspotting, Irvine Welsh - ★★★½

Tengo en casa una estantería especial. Una balda dedicada exclusivamente a toda esa literatura lisérgica que rige el funcionamiento de la narrativa mediante una serie de reacciones químicas. Sobra decir que, de entre todos los títulos disponibles, Trainspotting conforma el buque insignia de este modesto repertorio aún en proceso de construcción. Y aunque llevaba bastante tiempo queriendo leerlo, ha sido mi reciente escapada a Edimburgo, ciudad en la que transcurre mayoritariamente la acción de la novela, el impulso definitivo que necesitaba para lanzarme al fascinante mundo de la drogodependencia como movimiento político. Sin duda, Trainspotting es todo lo que se pueda esperar de ella y más. Es sucia, inmunda, despiadada, cruel y, en ocasiones, asquerosa hasta niveles nauseabundos. Constituye una impagable y extraordinaria crónica social del momento en que se inspira. Está plagada de personajes, escenas, diálogos y situaciones brillantes. Y aún así, tal y como me sucedió con En el camino, no he logrado conectar con la novela de Welsh a un grado más profundo que el de mero reconocimiento de sus méritos. Lo cual está muy bien, por supuesto. Pero no sé... será que las drogas no están hechas para mí.


2 comentarios :

  1. Me llaman mucho la atención el de Peter Cameron y el de Spanbauer. También quiero leer el de Haruki y ando deseando, desde tu reseña, leer El accidente del teletransporte, pues me encantan esos libros.

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  2. Me han gustado mucho tus lecturas, al parecer los libros del asteroide han tenido una buena producción de títulos últimamente y la colección purpura de Salto de página nunca me ha dejado decepcionado desde que publicó a Bueso, espero que ya andes un poco más activo :D

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