Reseña "El Libro de los Portales"

► Título: El Libro de los Portales
► Autor: Laura Gallego
► Año de publicación: 2013
► Género: Novela, fantasía, misterio
► Editorial: Minotauro
► Páginas: 496
► PVP: 14.95
► ISBN:  9788445001301

Los pintores de la Academia de los Portales son los únicos que saben cómo dibujar los extraordinarios portales de viaje que constituyen la red de comunicación y transporte más importante de Darusia. Sus rígidas normas y su exhaustiva formación garantizan una impecable profesionalidad y perfección técnica en todos sus trabajos.
Cuando Tabit, estudiante de último año en la Academia, recibe el encargo de pintar un portal para un humilde campesino, no imagina que está a punto de verse involucrado en una trama de intrigas y secretos que podría sacudir los mismos cimientos de la institución.

Opinión

Aún recuerdo claramente la intensa emoción que sentí cuando salio a la venta Panteón, la última parte de Memorias de Idhún, y pude al fin tener en mis manos el final de una trilogía fantástica que desde entonces se encuentra (y se encontrará para siempre) entre las favoritas de toda una generación de jóvenes lectores. Aquello ocurrió en el año 2006 y aunque muchos seguimos negándonos a creer que la historia de Jack, Victoria y Kirtash se haya cerrado para siempre, la verdad es que la autora valenciana ha dejado muy claro que no piensa reabrir esa puerta que conduce a los maravillosos parajes de Idhún. Tampoco ha estado lo que se dice "parada", pues durante todo este tiempo que ha pasado, la ya de por sí extensa producción literaria de Laura Gallego no ha hecho sino aumentar con títulos como La emperatriz de los etéreos, Dos velas para el diablo, Mago por casualidad o Donde los árboles cantan, libros todos ellos recomendables, más o menos acertados, pero que bajo mi punto de vista no logran explotar el talento narrativo de la autora. Sin embargo, El Libro de los Portales supone un salto de calidad notable e indiscutible respecto a sus últimos trabajos realizados, una increíble historia de aventuras, magia disfrazada de disciplina científica e intrigas en el seno de una institución académica que recuerda enormemente a la Universidad de la que habla Rothfuss en sus novelas; una obra ambiciosa, adictiva y que abarca multitud de géneros distintos en lo que sin duda alguna constituye el triunfal regreso de Laura Gallego a las librerías de nuestro país tras año y medio de reposo.

Cali pensaba que las personas eran como los portales: una ventana abierta a lugares lejanos. Por eso, cuanto más se diferenciaban de ella, tanto más le intrigaban e interesaban. Por todo lo que podían contarle. Por lo mucho que podían ampliar su visión del mundo.

El Libro de los Portales es una novela coral que nos introduce en la piel de varios personajes adolescentes de distinta procedencia y posición social. Tabit es un joven brillante, meticuloso e inteligente que cursa su último curso en la Academia de los Portales de Maradia al que le encargan la construcción de un portal en la cabaña de un campesino situado en un lejano extremo de la geografía. Yunek necesita el portal para que su hermana se traslade a la capital y pueda preparase para los exámenes de ingreso a la Academia, pero por motivos desconocidos, la realización de dicho portal se verá interrumpida por orden expresa de dicha institución. Como era de esperar, la noticia no sienta nada bien al hermano de la joven, por lo que Yunek decide acudir en persona a las dependencias de la ilustre Academia y solucionar el entuerto en el que parecen haberle metido. Lo que Yunek ni Tabit saben es que ambos están a punto de involucrarse en una peligrosa trama de asesinatos, misteriosas desapariciones, contrabando y robos inexplicables que harán tambalear los cimientos de la sociedad en la que viven los protagonistas de la novela.
    Una vez más, Laura Gallego demuestra tener la excepcional habilidad de construir mundos exquisitamente ricos e imaginativos, retratados con gran viveza y lujo de detalles, pero lo cierto es que en El libro de los Portales ese rasgo característico de la autora se hace patente a niveles más allá de los habituales. Tanto la estructura social de la época como la dificultad que supone estudiar el intrincado arte de los portales quedan muy bien reflejados en el libro, la distribución geográfica del entorno se hace perfectamente visible sin necesidad de mapas, además de la delicada situación política existente entre países y sus respectivas ciudades-estado. La ambientación es, en pocas palabras, espectacular, y el particular estilo de Laura se nota en esta ocasión mucho más preciso, más fluido, transmite mucho mejor las emociones que irradian del texto y resuena en el interior del lector con mucha más fuerza y belleza.

Corre, corre, no mires atrás
o el Invisible vendrá
y en su saco te echará.
Corre, corre, o su sombra verás
a través del portal.

Tampoco podemos obviar el excelente trabajo de caracterización que ha realizado la escritora, dotando de profundidad, verosimilitud y una arrolladora personalidad a los diferentes personajes de la novela. El inquebrantable sentido de la responsabilidad de Tabit, la creatividad innata de Cali, el desparpajo y la bravuconería de Tash o la gran obstinación propia de Yunek son capaces de traspasar el papel y clavarse muy hondo en nuestro interior. Los distintos obstáculos que encontrarán en el camino y las numerosas vivencias que afrontarán a lo largo de la novela moldean su carácter y les permiten evolucionar como personajes de forma apropiada, sin artificios, situaciones absurdas ni forcejeos amorosos. Todo ocurre a su debido tiempo y con naturalidad. Por si fuera poco, los inesperados giros que da el argumento me han dejado impresionado, pues como buena novela de misterio que es, El Libro de los Portales cuenta con inesperadas vueltas de tuerca, situaciones imprevistas y sorpresas generales por doquier. Esta novela es una exclamación continua. A pesar de lo enrevesado de la trama y de la cantidad de agujeros narrativos que le podrían aparecer, la autora se ha esforzado concienzudamente por no dejar ni un cabo suelto. Además, eso de tener a un grupo de adolescentes correteando por los pasillos de una escuela, jugando a ser detectives en sus horas libres, me ha recordado inevitablemente a los maravillosos años que pasé leyendo a Harry Potter, salvando las distancias, por supuesto.
     Pero claro, por muy buena que sea El Libro de los Portales, no es ni mucho menos perfecta. Al estar los personajes muchas veces separados en distintos grupos, el constante intercambio de información entre unos y otros peca de repetitivo y provoca que ciertos pasajes sean redundantes, también se echa en falta la presencia de secundarios potentes y lo que debería ser el clímax de la novela no es más que una breve y atropellada sucesión de revelaciones que pretenden ser catárticas pero que resultan un tanto decepcionantes. Me ha faltado traca al final. Me ha faltado drama. Y que no sea todo tan maravilloso, perfecto y feliz. Pero bueno, dejando a un lado esos poco o muy importantes detalles (todo depende de lo mucho que puedas perdonar dichas faltas), estamos sin ningún tipo de discusión ante la mejor obra de Laura Gallego desde que hace 7 años saliera al mercado el antes mencionado Panteón. Una historia magnífica, completa, coherente, sólida y fascinante, adictiva hasta decir basta. A estas alturas sobran las palabras. Lo único que me queda por decir es que estamos ante uno de los grandes lanzamientos de la temporada, una estupenda novela que no se derrumba bajo el peso de las expectativas. Es, en definitiva, un gran libro que no puedes dejar pasar.

Puntuación

El Libro de los Portales