► Título: Taipéi
► Autor: Tao Lin
► Saga: -
► Año: 2014
► Editorial: Alpha Decay
► Páginas: 304
► Precio: 21.90 €
Paul es un joven escritor de origen taiwanés abocado a la ruina personal. La mala relación con sus padres, a los que no visita muy a menudo; el fluctuante viaje sentimental en busca de novias potenciales; la irresponsabilidad para con su obra y sus editores –que tratan a duras penas de evitar su definitiva caída literaria por culpa de su adicción a los fármacos– y también la evasión contra el propio cuerpo, inhabitable, en la virtualidad de las redes sociales o en la ingesta obsesiva de comida basura con que colmar un vacío total son los diversos caminos sin salida a los que el protagonista se ve confinado a punto de cumplir veintisiete años, edad en la que murieron trágicamente los ídolos de una generación ciega, consumista y con muy pocos asideros fiables.
Opinión
Le pese a quien le pese, Tao Lin se ha convertido a golpe de polémica en una de las voces emergentes más interesantes de las que se puede hablar hoy día. Porque las contradicciones, las incoherencias y los ingeniosos descalificativos que habitualmente se dirigen hacia su persona, nunca dejan de ser eso; interesantes. Ya sea por gusto de examinar las tendencias literarias que inspiran a las nuevas generaciones, por saciar un interés real en las vicisitudes existenciales de este escritor norteamericano o sencillamente por puro postureo, no son pocas las novelas de Tao Lin que caen en las manos de lectores curiosos, dispuestos a verter en la esfera mediática (a ser posible, de manera visceral) el odio irracional, el amor sin condiciones o la más absoluta indiferencia que les despierta su visión narcotizada y nihilista de la realidad contemporánea. ¿Y quién puede resistir el delicioso impulso de sumarse a una corriente que se bifurca en tantas direcciones?
Me gustaría poder hablar de esta novela desde una perspectiva más amplia del panorama hipster estadounidense, me gustaría haber leído Robar en American Apparel y Richard Yates antes de aventurarme con Taipéi -obra que algunos no tarden en etiquetar como 'pastiche'- y averiguar si existe progresión alguna en la prosa enajenada, aséptica e intrascendente de Tao Lin o en su modo de abordar la absoluta nada que yace tras la premisa de su último título publicado. Pero no. Mala suerte. He tenido que afrontar este sinsentido narrativo partiendo desde cero, solo, confundido y a veces, asustado. Tao Lin nos conduce a través de un pasillo oscuro hacia las zonas más profundas (no en el buen sentido), decadentes y degeneradas del ser humano en un desenfrenado baile de máscaras donde nadie sabe cuál es su careta ni debajo de qué vestido se ha dejado la decencia. Sin embargo, como en todo mecanismo adaptativo, el secreto para sobrevivir está en saber camuflarse con éxito.
¿Pero quién es aquí el camaleón? Por mucho que Tao Lin se empeñe en no reconocerlo, es inevitable pensar en Paul -el protagonista de la novela- como una especie de alter ego desprovisto de respuesta a cualquier estímulo que encarna los excesos, el enfrentamiento multicultural y la fragilidad que subyace bajo el absurdo estilo de vida 2.0 de su yo original. Paul/Tao es escritor, pero lo cierto es que no escribe mucho. En su lugar, opta por deslizarse a través de una progresiva y cosmopolita espiral de autodestrucción que consiste en acudir a fiestas, eludir sus responsabilidades laborales, consumir todo tipo de drogas, fármacos y setas alucinógenas, ingerir comida basura en cantidades industriales, fluctuar de forma indecisa entre un amplio abanico de relaciones sentimentales, actualizar cuantas veces al día sea posible el perfil de sus redes sociales y regresar a casa de sus padres por Navidad para dejar constancia un año más de su estrepitoso fracaso como persona.
Sí, soy muy consciente. Sé perfectamente cómo suena eso. Suena a bazofia infumable de escritorzuelo con aspiraciones literarias más allá de su alcance, que hace propaganda y proselitismo de una generación confinada en Internet, desorientada, poco ejemplar, con mucho que decir y poco que contar. Y aunque he de confesar que mis impresiones iniciales sobre la novela fueron exactamente esas (y de ello creo haber aportado pruebas), una vez que te sumerges en el enfermizo relato de Paul y la abismal caída al inframundo de su propia inestabilidad, resulta muy difícil seguir contemplando el transcurso de la historia con los mismos ojos del principio. Porque, a pesar de las comprensibles reticencias que pueda plantear, hay algo de conmovedor en Taipéi. Hay algo de nostálgico en su infantilismo extremo. Algo de provocativo en su desgarradora sinceridad. Tras toda la parafernalia, la falsedad, la fachada, la estupidez... tras todas esas capas de modernidad impostada, hay algo que merece la pena leer.
Me gustaría poder hablar de esta novela desde una perspectiva más amplia del panorama hipster estadounidense, me gustaría haber leído Robar en American Apparel y Richard Yates antes de aventurarme con Taipéi -obra que algunos no tarden en etiquetar como 'pastiche'- y averiguar si existe progresión alguna en la prosa enajenada, aséptica e intrascendente de Tao Lin o en su modo de abordar la absoluta nada que yace tras la premisa de su último título publicado. Pero no. Mala suerte. He tenido que afrontar este sinsentido narrativo partiendo desde cero, solo, confundido y a veces, asustado. Tao Lin nos conduce a través de un pasillo oscuro hacia las zonas más profundas (no en el buen sentido), decadentes y degeneradas del ser humano en un desenfrenado baile de máscaras donde nadie sabe cuál es su careta ni debajo de qué vestido se ha dejado la decencia. Sin embargo, como en todo mecanismo adaptativo, el secreto para sobrevivir está en saber camuflarse con éxito.
Quería esconderse, encogerse y reducirse a cero, rebasar el punto al final de sí mismo hasta alcanzar dimensiones negativas y pasar a otro mundo donde daría con un lugar -en una ciudad enorme, tan grande que no podría conocerse, o en alguna zona residencial en lenta expansión- para estar solo y, con mucho cuidado, ir construyéndose una vida en la que poder empezar a plantearse en algún momento qué hacer consigo mismo.
¿Pero quién es aquí el camaleón? Por mucho que Tao Lin se empeñe en no reconocerlo, es inevitable pensar en Paul -el protagonista de la novela- como una especie de alter ego desprovisto de respuesta a cualquier estímulo que encarna los excesos, el enfrentamiento multicultural y la fragilidad que subyace bajo el absurdo estilo de vida 2.0 de su yo original. Paul/Tao es escritor, pero lo cierto es que no escribe mucho. En su lugar, opta por deslizarse a través de una progresiva y cosmopolita espiral de autodestrucción que consiste en acudir a fiestas, eludir sus responsabilidades laborales, consumir todo tipo de drogas, fármacos y setas alucinógenas, ingerir comida basura en cantidades industriales, fluctuar de forma indecisa entre un amplio abanico de relaciones sentimentales, actualizar cuantas veces al día sea posible el perfil de sus redes sociales y regresar a casa de sus padres por Navidad para dejar constancia un año más de su estrepitoso fracaso como persona.
Sí, soy muy consciente. Sé perfectamente cómo suena eso. Suena a bazofia infumable de escritor
Puntuación
Taipéi, Tao Lin
Yo lo quiero leer. A decir verdad no sabía de qué iba, solamente sabía que varios amigos lo leían y otros decían que "uuh lees a Tao Lin, qué hipster!" así que yo estaba ahí en el limbo (?) pero lo leeré, porque aparte de fiarme de tu opinión y que tus reseñas me dan ganas de leer los libros... xD pienso que hay que leerlos tú para formarte tu propia opinión, así que cuando lo lea/vaya a leer ya te iré comentando a ver qué me parece a mí. El argumento me ha gustado, y me ha ganado lo de los 27 años y toda esa generación de gente muerta; es verdad, yo lo pienso a veces u__u
ResponderEliminarAdjunto el enlace a otra reseña de la última novela de Tao Lin para que la gente interesada pueda contrastar: http://queraroestodo.blogspot.com.es/2014/03/taipei-de-tao-lin.html
ResponderEliminarHmm, por lo que cuentas yo creo que no sería capaz ni de terminar la novela xDDD la sinopsis me había llamado la atención pero me conozco y....no, sencillamente no xDD
ResponderEliminarA mí me encantó "Cómo robar en American Apparel", como tú vi mucha sinceridad debajo de esa frivolidad aséptica, pero no sé si repetiría con este autor.
ResponderEliminarTengo que decirte que este es de mis blogs favoritos porque siempre hay algo nuevo y tus reseñas tan explicadas me encantan. Mi wishlist aumenta a pasos agigantados cada que leo tus reseñas. No había escuchado nada de Tao y pues no sé si me gustaría por lo que dices que puede parecer basura pero igual, me llama un poco la atención y las citas que has puesto están muy bien. Así que buscaré por ahí.
ResponderEliminarPor cierto, yo estaba segurísima que era un libro histórico, que iba acerca de Taipéi. Dios mío! xD