► Título: Al sur de la frontera, al oeste del sol
► Autor: Haruki Murakami
► Editorial: Tusquets
►Páginas: 266 páginas
►Precio: 7,95€
Hajime vive una existencia relativamente feliz –se ha casado, es padre de dos niñas y dueño de un club de jazz– cuando se reencuentra con Shimamoto, su mejor amiga de la infancia y la adolescencia. Y la atracción renace Hajime parece dispuesto a dejarlo todo por ella... Una historia sobre amores perdidos y recobrados, sobre la consumación de una promesa de plenitud, que destila la indefinible sensación de desajuste con el mundo que acucia al hombre contemporáneo
A diferencia de nuestro último contacto con el autor japonés, que fácilmente se calificaba con una única frase: “Me ha gustado mucho. No he entendido nada.” (os invito a leer la reseña completa para entender la sencillez pero también la profundidad que realmente engloba dicha afirmación), Al sur de la frontera, al oeste del sol representa una obra distinta, diferente, pero por desgracia, conocida para los que disfrutaron ya en su momento con Tokio Blues, pero siempre tan inigualable, sorprendente y característica de uno de mis autores favoritos por, sobre todo, esa facilidad pasmosa de hacerte estremecer el alma.
Pues si algo consigue realmente Haruki Murakami con cada una de sus novelas es, sobre todo, recordarte lo insignificante y vacía que es nuestra vida sin algunas cosas. Vacíos que, desesperadamente, buscan llenar los protagonistas de sus novelas, y que a pesar de tener ese tinte característico del que ya os hablé en una ocasión, consiguen enamorarte una y otra vez. De nuevo con personajes logrados con maestría, un estilo único e inigualable, nos encontramos, quizá, con una de las novelas más personales del autor japonés. Pues la verdad es que la similitud entre él y nuestro protagonista se ve a simple vista, cosa que me hace plantearme seriamente si no es acaso el propio Murakami, el protagonista en esta ocasión.
Quería creer que cuando, a la mañana siguiente, abriera los ojos, el mundo habría tomado una consistencia más liviana, todas las cosas serían, sin duda, más fáciles.
A lo largo de las doscientas y pocas páginas del libro descubriremos elementos que ya vimos en otras novelas del autor. Veremos un poco de Toru, y un poco de Kafka en Hajime, nuestro protagonista. Pero para mi sorpresa también he visto algo nuevo, o quizás tan solo lo he sentido esta vez. Algo demasiado personal, demasiado perfecto, y que muy pocos pueden recrear de un modo tan simple y magistral. He visto el alma de Murakami por medio de las palabras, pero también un trocito de la mía reflejada como en un espejo. Por lo que puedo decir que algunas cosas me han calado incluso más hondo de lo que me esperaba. He sentido esa imperfección por dentro de la que habla, y esos vacíos en la punta de los dedos. Vacíos que el protagonista intenta llenar con cada etapa nueva de su vida; secundaria, universidad, trabajo. Pero que no lo consigue.
No hay una trama propiamente dicha, es un cúmulo de sucesos, de sentimientos, de errores, que van ocurriendo a través de los años y que recuerda el protagonista en el momento actual. Momento en el que tiene treinta y siete años, está casado, tiene dos hijas maravillosas, una mujer que ama con locura y tiene dos locales muy populares de jazz, una de las debilidades del autor japonés. Tras todos los baches del pasado es finalmente capaz de disfrutar de una existencia pacífica, y tranquila. De una vida plena en todos los sentidos. Pero siguen habiendo momentos en los que los fantasmas del pasado le siguen atormentando por los errores que cometió, pero también por las cosas que perdió. Y una de esas cosas es Shimamoto, una amiga que recuerda con nostalgia y que le marcó profundamente. Sin embargo, por un capricho del destino, un tanto cruel diría yo (pero necesario para nosotros) uno de esos fantasmas vuelve, convertido en realidad. Así pues, la historia de Al sur de la frontera, al oeste del sol es la de dos star-crossed lovers que se vuelven a encontrar tras veinte años de duras experiencias que le han marcado para siempre, pero con una cosa en común, la necesidad de reencontrarse, aunque sea por última vez.
Me decepcionaron muy pronto. Lo que yo quería era algo como lo que había existido entre tú y yo.
Ahora mismo me encuentro con una extraña paradoja. Pues decir esta vez si el libro me ha gustado, o no, no resulta tan simple como de costumbre. Es cierto que hasta ahora os había dado la impresión de haberlo disfrutado como una enana, y, es verdad. Pero en cierta medida.
Las primeras setenta páginas son maravillosas, a la par que introductorias. Ideales para entender la complejidad del protagonista y sus actos. Pero fruto de las inevitables expectativas alimentadas por meses de espera, y unas citas prometedoras, el libro no ha resultado ser lo que me esperaba. Sigue siendo Murakami, y sigue siendo maravilloso, pero no es lo que yo quería. Esperaba algo incluso mejor. Algo más maravilloso, algo perfecto. Esperaba encontrar en Al sur de la frontera, al oeste del sol, la obra perfecta del autor, su obra maestra. Sin embargo, me he tapado con una novela que recuerda a Tokio Blues pero que no alcanza su nivel. Una novela que no logra aportar el toque de frescura requerida, que bebe de los recursos anteriormente empleados y que repite el patrón de la protagonista inestable, pero que tampoco se logra del todo en esta ocasión.
Los personajes, algunos eso sí, me han parecido flojos, pero bien perfilados. Mi gran pega del libro es Shimamoto, se ve que no me llevo del todo bien con las protagonistas femeninas de las últimas novelas suyas que leí. Quizás sea por capricho mío, y seguramente lo sea, pero no me termina de convencer. Para mí es como si se hubiese quedado a medio hacer. La historia que envuelve a ese extraño a la par que enigmático personaje está bien hilada, pero eso no es suficiente para mí. Yo quería más, algo más, algo más cautivador, y más profundo. Sin embargo, no tengo casi pega alguna para la recreación de la relación que existe, pero también existió entre ella y Hajime. Pues es quizás uno de los puntos más fuertes de toda la novela.
Pero, el protagonista sigue siendo uno de mis preferidos. Un ser imperfecto que no entiende la vida que le ha tocado vivir y que busca solucionarla por el medio que sea. Medio que encuentra en cada etapa nueva, en cada nuevo amor, pero que parece estar condenado a hacer daño a otros, y a sufrir hasta el final de sus días. Tres mujeres, a diferencia de las demás obras del autor, serán el hilo conductor de su vida. Cada una de ellas supondrá algo diferente para el protagonista, su existencia, su condena y su salvación. Un recurso que hemos visto también ya en Tokio Blues. Por lo que puedo afirmar que a pesar de estar logrado con maestría, en esta ocasión me he llevado un pequeño chasco con los personajes pues me resultan... familiares. Y eso le quita su encanto a la historia en general, pues personalmente no me resulta lograda del todo. Sin embargo, los sentimientos que ha logrado despertar en mi interior han sido... abrumadores.
No hay error, sino montones. Nuestros caminos se han cruzado una vez tras otra sin que nos encontráramos.
Al sur de la frontera, al oeste del sol en resumidas cuentas es un buen libro, aunque repite recursos ya vistos en otras obras del autor, y tampoco los personajes brillan con luz propiamente dicha. Sin embargo, sigue siendo narrado de un modo magistral, relatando una vida en la que muchos se verán reflejados, como en un espejo. Otro pequeño vacío que añadir para el corazón, pero menos grande de lo que me esperaba.
Recomendable, y desgarrador en su justa medida. Una historia de amores perdidos y corazones rotos. Sin olvidar esas citas magníficas, dignas para el recuerdo.
Al sur de la frontera, al oeste del sol
Hola,
ResponderEliminarYo acabo de terminarlo y me gustó bastante, era sólo mi segundo Murakami. He leído este y "Crónica del pájaro que da cuerda al mundo", las dos lecturas fueron muy satisfactorias, la próxima será Kafka en la orilla :) Un saludo :)
Murakami es uno de mis escritores favoritos y ese es un de mis libros predilectos.
ResponderEliminarTenés razón con respecto a la protagonista femenina... queda ese sinsabor de que faltó ahondar más en el personaje.
En cambio Hajime es uno de mis personajes favoritos de Murakami.
Las similitudes entre los libros de Murakami es algo tan cierto, justamente hace unos días escribí una entrada en donde destacaba eso. Te invito a que la veas :)
http://lachinoida.blogspot.com/2012/07/baila-baila-baila-al-ritmo-de-murakami.html
Me encantaria leer tu entrada pero tu blog es privado :(
EliminarA mí me encantó el libro y es uno de mis favoritos de Murakami, pero entiendo lo que dices cuando comentas que se parece a Tokio blues porque es cierto guarda muchas similitudes, sobre todo en sus protagonistas, pero es que me encanta la narración de este hombre y me fascinan sus historias.
ResponderEliminarUn beso!
Leí Kafka en la orilla y me encantó, estoy deseando leer algo más de este autor. Me gustaría seguir con Tokio Blues o Crónica del pájaro (...)
ResponderEliminarSaludos.
Pues yo a este libro le tengo unas ganas desde que salió a la venta...
ResponderEliminarMe encanta tu blog, te sigo y me voy pasando vale?
Un beso
Estoy leyendo "de qué hablo cuando hablonde escribir" y entre otros, hace mención a "al sur de la frontera, al oeste del sol" que ya lo había leído, pero quería recordar y me di con tu post, muy buen post eh, pero en el libro que ando leyendo dice que este libro salio de "cronicas del pajaro que da cuerda al mundo", dice que era un capítulo extenso que decidió no incluirlo y que luego lo usó para hacer éste, interesante.
ResponderEliminarGracias por tu post, leeré más posts que tengas de Haruki Murakami ✌🏽
Aún me quedo con la insatisfacción de, al final, no conocer los secretos de Shimamoto, que habían sido un enigma, que se queda enterrado bajo su desaparición.
ResponderEliminarQuizás su historia se halle escondida en algún otro libro? :)
Acabo de terminarlo, y me quedó la sensación de muchas preguntas sin respuestas.... todo el libro me la pasé esperando saber qué y por qué Shimamoto no contaba su historia, y me desilusioné. El final también me pareció muy abierto... Aunque me gustaron muchas partes de la historia, prefiero Tokio Blues.
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