► Título: Los políglotas
► Autor: William Gerhardie
► Año: 2014
► Editorial: Impedimenta
► Páginas: 384
► Precio: 22.75 €
Los políglotas, considerada una de las obras maestras subterráneas de la literatura inglesa y, para William Boyd, la novela más influyente del siglo XX en ese idioma, narra la historia de una excéntrica familia belga afincada en el Lejano Oriente durante los turbulentos años que siguieron a la Gran Guerra. Exiliados, empobrecidos tras el estallido de la Revolución Rusa, reciben la visita de un engreído primo inglés, el capitán Georges Hamlet Alexander Diabologh, que aparece en sus vidas durante una misión militar y se convierte en testigo de sus infortunios. La historia está plagada de personajes de una rareza arrolladora: maniacos depresivos, obsesivos e hipocondriacos. A medio camino entre Ada y el ardor, de Vladimir Nabokov y Trampa 22, de Joseph Heller, Los políglotas retrata un mundo delirante y convulso, donde lo irracional aflora en los momentos menos pensados y la herencia de Babel amplifica el sonido inconfundible de lo humano.
Con mucho menos reconocimiento y trascendencia que otros coetáneos suyos, como por ejemplo Evelyn Waugh o Edith Warthon (fieles admiradores de su producción literaria), William Gerhardie ostenta el dudoso honor de ser la estrella subterránea de las letras inglesas. No ha sido el tiempo demasiado justo con este escritor -medio británico, medio ruso-, capaz de retratar como muy pocos saben hacer las imposibles circunvoluciones del alma humana. Sin embargo, gracias a la oportuna labor de rescate emprendida por la editorial Impedimenta, hoy día podemos disfrutar como es debido de una novela que cuenta con todos los ingredientes necesarios para haberse convertido en un gran clásico universal. Ambientada en los convulsos años tras el final de la Primera Guerra Mundial, Los políglotas sigue los pasos de una peculiar familia belga que asiste desde los confines del extremo Oriente a su propia y demencial decadencia, el ocaso inevitable de una clase social aburguesada que buscaba prosperar en tierras extranjeras mientras los movimientos revolucionarios que se gestaban por toda Europa hacían desaparecer unas fuentes de ingresos cada vez más escasas.
Varados entre geografías distantes, víctimas de un sangrante empobrecimiento y abrumados por un futuro cuando menos incierto, los Vanderflint reciben la visita de un arrogante primo que se encuentra de -absurda- misión militar en la zona y que dejará constancia en la novela de las numerosas desgracias que observa. Nada más llegar a casa de sus parientes, el joven Georges Hamlet Alexander Diabologh se encaprichará de su prima Sylvia (insípida, enamoradiza y un poco corta de entendederas) hasta el punto de querer casarse con ella, dando así el pistoletazo de salida a una hilarante a la vez que trágica sucesión de acontecimientos que pondrán de relieve el carácter histérico, disparatado y entrañablemente patológico de los Vanderflint y de todos los que les rodean. Está claro, pues, que si algo parece querer decirnos Gerhardie a lo largo de Los políglotas es que resulta mucho peor salir vivo de una guerra que dejarse el pellejo en ella. Al menos en el caso de los personajes que desfilan por las páginas de esta fantástica obra, las consecuencias del conflicto están pasando más factura (a veces, en sentido literal) que la propia contienda en sí. Esto da lugar, no solo a un exquisito y emocionante retrato histórico que describe fielmente el ambiente un tanto impredecible de la época (la sensación de estar flotando en una incertidumbre tanto vital como argumental), sino a un auténtico campo de cultivo donde florecen las más apasionantes y perturbadoras neuras: desde la tía depresiva e hipocondríaca que no es capaz de reponerse a la pérdida de su hijo hasta ese viril miembro de la familia que se traviste en secreto, pasando por un capitán que padece ataques de manía persecutoria o por el ingenuo narcisismo del que hace gala nuestro jocoso protagonista.
Narrada con inteligencia, abundantes dosis de humor e ironía, buen gusto y un estilo sencillamente delicioso que destila oleadas de lirismo sin recurrir al uso de recargadas florituras narrativas, Los políglotas es una novela atractiva, profunda, vibrante e ingeniosa, una obra que se mueve constantemente entre la comedia y el drama sin que el lector pueda llegar a intuir cuál de los caras de la moneda se mostrará en la siguiente página. Aunque el ritmo desfallece en algunos momentos puntuales de la historia y hay ciertas tramas que podrían haberse explotado con mejores resultados, siempre sorprende la pasmosa habilidad de Gerhardie, propia de un observador experimentado y sagaz, para describir la personalidad tan marcada de los personajes con apenas un gesto o un par de palabras. El producto final es, no hay más que verlo, de muy buena factura. Por eso, con todo lo gratificante, divertida y recomendable que es Los políglotas, resulta aún más desconcertante si cabe que Gerhardie haya permanecido inédito en nuestro país hasta hace solo unos meses. Afortunadamente, ese error ya ha sido subsanado. No cometáis vosotros el de no leerlo.
Varados entre geografías distantes, víctimas de un sangrante empobrecimiento y abrumados por un futuro cuando menos incierto, los Vanderflint reciben la visita de un arrogante primo que se encuentra de -absurda- misión militar en la zona y que dejará constancia en la novela de las numerosas desgracias que observa. Nada más llegar a casa de sus parientes, el joven Georges Hamlet Alexander Diabologh se encaprichará de su prima Sylvia (insípida, enamoradiza y un poco corta de entendederas) hasta el punto de querer casarse con ella, dando así el pistoletazo de salida a una hilarante a la vez que trágica sucesión de acontecimientos que pondrán de relieve el carácter histérico, disparatado y entrañablemente patológico de los Vanderflint y de todos los que les rodean. Está claro, pues, que si algo parece querer decirnos Gerhardie a lo largo de Los políglotas es que resulta mucho peor salir vivo de una guerra que dejarse el pellejo en ella. Al menos en el caso de los personajes que desfilan por las páginas de esta fantástica obra, las consecuencias del conflicto están pasando más factura (a veces, en sentido literal) que la propia contienda en sí. Esto da lugar, no solo a un exquisito y emocionante retrato histórico que describe fielmente el ambiente un tanto impredecible de la época (la sensación de estar flotando en una incertidumbre tanto vital como argumental), sino a un auténtico campo de cultivo donde florecen las más apasionantes y perturbadoras neuras: desde la tía depresiva e hipocondríaca que no es capaz de reponerse a la pérdida de su hijo hasta ese viril miembro de la familia que se traviste en secreto, pasando por un capitán que padece ataques de manía persecutoria o por el ingenuo narcisismo del que hace gala nuestro jocoso protagonista.
Narrada con inteligencia, abundantes dosis de humor e ironía, buen gusto y un estilo sencillamente delicioso que destila oleadas de lirismo sin recurrir al uso de recargadas florituras narrativas, Los políglotas es una novela atractiva, profunda, vibrante e ingeniosa, una obra que se mueve constantemente entre la comedia y el drama sin que el lector pueda llegar a intuir cuál de los caras de la moneda se mostrará en la siguiente página. Aunque el ritmo desfallece en algunos momentos puntuales de la historia y hay ciertas tramas que podrían haberse explotado con mejores resultados, siempre sorprende la pasmosa habilidad de Gerhardie, propia de un observador experimentado y sagaz, para describir la personalidad tan marcada de los personajes con apenas un gesto o un par de palabras. El producto final es, no hay más que verlo, de muy buena factura. Por eso, con todo lo gratificante, divertida y recomendable que es Los políglotas, resulta aún más desconcertante si cabe que Gerhardie haya permanecido inédito en nuestro país hasta hace solo unos meses. Afortunadamente, ese error ya ha sido subsanado. No cometáis vosotros el de no leerlo.
Sin duda me guardo la recomendación, yo adoro la literatura inglesa, y me avergüenza decir que no conocía de nada al autor, aunque ya saldaré mi cuenta y lo buscaré, porque la verdad es que tiene muy buena pinta. Gracias por la recomendación ^^
ResponderEliminarBesooss!!
¡Hola! Claramente, después de leer tu reseña es imposible no añadir esta obra a mi lista de pendientes. No lo conocía pero supongo que tenemos cierto margen si hasta hace poco no lo han publicado en castellano. Y no temas que no tengo pensado cometer el error de no leerlo. Aunque no sé muy bien cuando me haré con él.
ResponderEliminarUn beso y gracias por la reseña :)