► Título: La quinta esquina
► Autor: Izraíl Métter
► Año: 2014
► Editorial: Libros del Asteroide
► Páginas: 208
► Precio: 17.95 €
Boria, el narrador de esta bella novela es un hombre superfluo, destinado a desempeñar un papel marginal en la sociedad que le ha tocado vivir: la Rusia soviética. Hijo de un pequeño empresario judío, sus orígenes pequeñoburgueses le impiden acceder al mundo universitario en el que cree haber encontrado su vocación, por lo que tendrá que formarse de manera autodidacta y resignarse a enseñar en instituciones de segunda clase.
De manera fragmentaria el sensible Boria va recordando su convulsa vida: la muerte de su padre; sus primeros intentos de ganarse la vida dando clases particulares; la vida en las distintas ciudades en las que le toca vivir: Járkov, Leningrado y Rostov; y, sobre todo, sus amores con la bella Katia, paradigma de la volubilidad femenina. A través de esos fragmentos el narrador va componiendo un emotivo y perspicaz retrato de la vida cotidiana en la Rusia soviética, un mundo dominado por los valores colectivos que tiende a aplastar cualquier atisbo de humanidad.
Los que hemos tenido una infancia feliz a veces damos por sentada esta irrepetible época de la vida. Por desgracia, quien durante niño ha sufrido circunstancias especialmente difíciles crece con una honda desazón y la certeza casi absoluta de que todo lo importante sucede a lo largo de esos primeros años inocentes. Como el protagonista de la novela de Izraíl Métter, pasan gran parte de su edad adulta persiguiendo el resplandor utópico de un sueño infantil, pensando que la benevolente balanza cósmica del universo tendrá a bien devolverles esos años arrancados por la guerra, el hambre, la muerte o cualquiera que sea en cada caso el agente destructivo de la niñez. Para Boria, el personaje de carácter autobiográfico que cobra vida entre las páginas de La quinta esquina, esa desdicha viene representada por el hecho de haber nacido en el seno de una Rusia soviética, abocada a una cruenta guerra y estrictamente jerarquizada en estratos de los que es casi imposible salir. Siendo su padre un humilde empresario de origen judío, las posibilidades de obtener un trabajo bien remunerado o acceder a una educación superior son para Boria tan remotas como las heladas estepas siberianas. Aún así, poco a poco, mediante pequeñas y en apariencia insignificantes victorias, seremos testigos de cómo el joven estudiante logra superar (en cierta medida) todos los impedimentos ideológicos que obstaculizan el cumplimiento de sus elevadas aspiraciones académicas.
Sin embargo, no es este ni mucho menos el único filón argumental del que presume la novela de Métter. La quinta esquina contiene tal variedad de lecturas como episodios componen la vida de una persona. De manera fragmentaria y no sujeta a ningún tipo de cronología, Boria va rememorando estos episodios fundamentales en su desarrollo como individuo: la traumática muerte de su padre, las dificultades que presentaba su formación autodidacta, sus primeros pasos en el mundo laboral impartiendo clases particulares, el descubrimiento del amor (un amor imposible, beligerante, obstinado), el asedio a Leningrado o los diversos horrores del régimen stalinista. Y lo hace con una sensibilidad especial, demoledora, con una deliciosa añoranza por los pequeños detalles y las escenas cotidianas. A través de un estilo cálido y acogedor, evidenciando su gran capacidad de observación, Izraíl Métter ha elaborado una crónica fiel y sincera de los grandes acontecimientos históricos que sacudieron el imperio soviético en la primera mitad del siglo XX, destacando especialmente la tragedia que suponía durante esa época ver cómo se iba diluyendo tu identidad personal en una colectividad abstracta y desprovista de humanidad; haciendo hincapié en lo duro que es sobrevivir a todos tus seres queridos mientras, como sentencia el propio Métter al final de la novela, vas "errando entre tumbas imposibles de encontrar".
Sin embargo, no es este ni mucho menos el único filón argumental del que presume la novela de Métter. La quinta esquina contiene tal variedad de lecturas como episodios componen la vida de una persona. De manera fragmentaria y no sujeta a ningún tipo de cronología, Boria va rememorando estos episodios fundamentales en su desarrollo como individuo: la traumática muerte de su padre, las dificultades que presentaba su formación autodidacta, sus primeros pasos en el mundo laboral impartiendo clases particulares, el descubrimiento del amor (un amor imposible, beligerante, obstinado), el asedio a Leningrado o los diversos horrores del régimen stalinista. Y lo hace con una sensibilidad especial, demoledora, con una deliciosa añoranza por los pequeños detalles y las escenas cotidianas. A través de un estilo cálido y acogedor, evidenciando su gran capacidad de observación, Izraíl Métter ha elaborado una crónica fiel y sincera de los grandes acontecimientos históricos que sacudieron el imperio soviético en la primera mitad del siglo XX, destacando especialmente la tragedia que suponía durante esa época ver cómo se iba diluyendo tu identidad personal en una colectividad abstracta y desprovista de humanidad; haciendo hincapié en lo duro que es sobrevivir a todos tus seres queridos mientras, como sentencia el propio Métter al final de la novela, vas "errando entre tumbas imposibles de encontrar".
Lo compré en ebook cuando salió a la venta y todavía no lo he leído. La tuya es la primera reseña que leo y tengo la impresión de que es una historia que me va a gustar mucho. Muchas gracias!!
ResponderEliminarUn beso!!
Hola! Espero que la reseña te haya dado el empujoncito definitivo para leerlo, es una historia muy bonita y con una ambientación muy lograda. A mí me ha gustado bastante!
EliminarLa sinopsis me había enamorado, pero con la reseña me has bajado un poco los humos, aún así *O*. En fin, si es que yo me llevaría a casa todo el catálogo de Libros del Asteroide si no fueran tan sumamente careros :((
ResponderEliminarUf, a mí me pasa lo mismo. El catálogo de esta editorial me va como anillo al dedo. Y mira que no es el típico libro que yo leería, pero está lleno de momentos muy emotivos y me ha terminado gustando bastante. Un saludo!
Eliminar¡Hola! La verdad es que tienes toza la razón, la base de nuestros problemas muchas veces está en nuestra infancia y como éste se ha desarrollado. El libro no me termina de llamar, pero gracias igualmente por la reseña . Un beso.
ResponderEliminarLo empiezo en nada, que me lo han regalado. Casi no había reseñas y lo pedí un poco a ciegas, pero creo que he acertado. O los Asteroides han acertado, lo mío es devoción, los quiero todos todos.
ResponderEliminarNo lo conocía y me ha llamado mucho la atención!!
ResponderEliminarMe lo llevo!
Besotes
No lo conocía y me ha llamado mucho la atención!!
ResponderEliminarMe lo llevo!
Besotes