► Autor: Juan A. Cuadra
► Saga: La Ciudad #1
► Año: 2014
► Editorial: Fantascy
► Páginas: 400
► Precio: 16.90 €
En una ciudad sin nombre, un Hombre sin nombre sueña cada noche que es un asesino cruel y despiadado. cada mañana despierta temeroso de que un día el sueño se haga realidad. su temor y el deseo de proteger a la mujer que ama lo llevan a descubrir el origen de sus pesadillas: la reina mab, dueña y señora del reino, la responsable de que sus noches sean cada vez más terroríficas. Si acaba con ella, sus terribles pesadillas por fin cesarán. Y así lo hace. Y sin saberlo, desata un infierno en el mundo real que superará cualquier pesadilla que nadie hubiera podido soñar jamás...
Opinión
Allá donde fueres, haz lo que vieres. Y como hoy toca hablar de una novela ciertamente macabra, retorcida y oscura (que eso mismo es lo que nos han querido vender hasta la saciedad), voy a enfundarme el disfraz de oveja negra con todas las consecuencias que eso conlleva. A poco que seas visitante asiduo de blogs y webs especializadas en literatura fantástica, es muy probable que hayas oído hablar de El libro de Ivo y de las espectaculares reseñas que le dedican en los medios al debut de esta joven promesa nacional llamada Juan Cuadra (he podido comprobar que las comparaciones llegan sin ningún tipo de pudor hasta el mismísimo Neil Gaiman). Pero lo cierto es que después de leer esta novela que da comienzo a una saga de fantasía urbana con buenas dosis de horror entre sus páginas, tengo la ligera sensación de que tal derroche de halagos solo viene a enmascarar en la medida de lo posible una evidente -a la par que comprensible- falta de recursos narrativos y una palpitante inexperiencia como escritor.
No se me entienda mal. Creo que El libro de Ivo es una novela francamente entretenida, original y contundente que rebosa una multitud de ideas buenas y prometedoras, preparadas para ser explotadas en un futuro de manera mucho más satisfactoria. Pero en su decisiva carta de presentación, Juan Cuadra se muestra bajo mi punto de vista un tanto titubeante en la exposición de dichas ideas y su perceptible anhelo de estar en todo momento a la altura de las circunstancias a veces entorpece la conexión entre el lector y la historia que le están contando. Ahora bien, ¿cuál es esa historia? Resulta cuando menos complicado realizar un esbozo global de todo cuanto acontece en el interior de El libro de Ivo, pues la gran multiplicidad de personajes, puntos de vista, líneas temporales y tramas paralelas da lugar a una enrevesada estructura argumental entre cuyos intersticios se percibe una obra cargada de aventuras, magia, locura, fantasías y terribles pesadillas que transcurren seductoramente en el plano de lo onírico. Asesinos sin escrúpulos, exóticas futurólogas orientales, asesores de seguros que juguetean con poderes demoníacos y fascinantes deidades encargadas de proteger los límites entre el mundo real y el de los sueños son algunos de los elementos que Juan Cuadra dispone con mayor o menor acierto por todo el tablero de su novela para ofrecernos una historia que quiere sacara a relucir nuestros más bajos instintos animales.
Una de las cosas que más me han chocado leyendo El libro de Ivo es que se lo considere como un libro de terror. Es cierto que contiene innumerables escenas poco recomendables para estómagos sensibles, pero algunos parecen olvidar que la sola mención de lenguaje soez, sexo o violencia explícitos no siempre basta para infundir miedo en el lector si faltan la angustia, la indefensión, el asco o la sensación de asfixia que suelen acompañar a este tipo de pasajes y que completan la atmósfera idónea pretendida por el autor. En ese sentido, El libro de Ivo se me ha quedado casi siempre a medio a gas, viéndome obligado a contemplar masacres, sacrificios rituales, evisceraciones, sadomasoquismo y hasta la extracción -indolora (?)- de un globo ocular con una indiferencia absoluta precisamente por el tono aséptico y desafectado de la narración, plagada de naderías estilísticas, lugares comunes, pretensiones literarias poco menos que nulas y una desesperante repetitividad. Que los personajes me hayan parecido a su vez una ristra de arquetipos caracterizados de manera insulsa tampoco ha favorecido que me llegara a importar su devenir en prácticamente ningún momento de la historia.
Lo que sí ha hecho muy bien Juan Cuadra en El libro de Ivo es presentarnos su visión de un Reino fantástico destinado a proteger el equilibrio de la cordura humana. Sin duda alguna, los mejores momentos de la novela los he encontrado allí donde una serie de encarnaciones que vienen a representar distintos tipos de conductas desviadas debaten y ponen en marcha un plan para restablecer la normalidad perdida en el Reino tras el asesinato de su principal protectora. El escritor malagueño se desenvuelve mucho más a gusto en la creación de una mitología propia y en su exploración de las fantasías más perturbadoras que en el soporífero apocalipsis freudiano a punto de cernirse sobre el mundo de los mortales, que para colmo termina en un final abrupto y carente de emoción. Aún así, a pesar de sus considerables defectos (o precisamente gracias a ellos) y de mis críticas inmisericordes, El libro de Ivo es una lectura que me ha sabido a poco... en el mejor de los sentidos. Me ha dejado con ganas de más. Ganas de explorar en profundidad el intrincado universo del que el Reino y la Ciudad son núcleos apasionantes y dicotómicos. Ganas de conocer a esos personajes que aquí han quedado relegados a un segundo plano. Y ganas, sobre todo, de experimentar otras facetas del autor y comprobar de primera mano que todos esos ojos puestos en él están ahí por una sola razón: su latente e indiscutible potencial.
No se me entienda mal. Creo que El libro de Ivo es una novela francamente entretenida, original y contundente que rebosa una multitud de ideas buenas y prometedoras, preparadas para ser explotadas en un futuro de manera mucho más satisfactoria. Pero en su decisiva carta de presentación, Juan Cuadra se muestra bajo mi punto de vista un tanto titubeante en la exposición de dichas ideas y su perceptible anhelo de estar en todo momento a la altura de las circunstancias a veces entorpece la conexión entre el lector y la historia que le están contando. Ahora bien, ¿cuál es esa historia? Resulta cuando menos complicado realizar un esbozo global de todo cuanto acontece en el interior de El libro de Ivo, pues la gran multiplicidad de personajes, puntos de vista, líneas temporales y tramas paralelas da lugar a una enrevesada estructura argumental entre cuyos intersticios se percibe una obra cargada de aventuras, magia, locura, fantasías y terribles pesadillas que transcurren seductoramente en el plano de lo onírico. Asesinos sin escrúpulos, exóticas futurólogas orientales, asesores de seguros que juguetean con poderes demoníacos y fascinantes deidades encargadas de proteger los límites entre el mundo real y el de los sueños son algunos de los elementos que Juan Cuadra dispone con mayor o menor acierto por todo el tablero de su novela para ofrecernos una historia que quiere sacara a relucir nuestros más bajos instintos animales.
Hay cosas que deben ser contadas. Si no, se te van metiendo por dentro, se agarran a las paredes del alma y llega un momento en el que empiezan a pudrirse. Y tú te pudres con ellas.
Una de las cosas que más me han chocado leyendo El libro de Ivo es que se lo considere como un libro de terror. Es cierto que contiene innumerables escenas poco recomendables para estómagos sensibles, pero algunos parecen olvidar que la sola mención de lenguaje soez, sexo o violencia explícitos no siempre basta para infundir miedo en el lector si faltan la angustia, la indefensión, el asco o la sensación de asfixia que suelen acompañar a este tipo de pasajes y que completan la atmósfera idónea pretendida por el autor. En ese sentido, El libro de Ivo se me ha quedado casi siempre a medio a gas, viéndome obligado a contemplar masacres, sacrificios rituales, evisceraciones, sadomasoquismo y hasta la extracción -indolora (?)- de un globo ocular con una indiferencia absoluta precisamente por el tono aséptico y desafectado de la narración, plagada de naderías estilísticas, lugares comunes, pretensiones literarias poco menos que nulas y una desesperante repetitividad. Que los personajes me hayan parecido a su vez una ristra de arquetipos caracterizados de manera insulsa tampoco ha favorecido que me llegara a importar su devenir en prácticamente ningún momento de la historia.
Lo que sí ha hecho muy bien Juan Cuadra en El libro de Ivo es presentarnos su visión de un Reino fantástico destinado a proteger el equilibrio de la cordura humana. Sin duda alguna, los mejores momentos de la novela los he encontrado allí donde una serie de encarnaciones que vienen a representar distintos tipos de conductas desviadas debaten y ponen en marcha un plan para restablecer la normalidad perdida en el Reino tras el asesinato de su principal protectora. El escritor malagueño se desenvuelve mucho más a gusto en la creación de una mitología propia y en su exploración de las fantasías más perturbadoras que en el soporífero apocalipsis freudiano a punto de cernirse sobre el mundo de los mortales, que para colmo termina en un final abrupto y carente de emoción. Aún así, a pesar de sus considerables defectos (o precisamente gracias a ellos) y de mis críticas inmisericordes, El libro de Ivo es una lectura que me ha sabido a poco... en el mejor de los sentidos. Me ha dejado con ganas de más. Ganas de explorar en profundidad el intrincado universo del que el Reino y la Ciudad son núcleos apasionantes y dicotómicos. Ganas de conocer a esos personajes que aquí han quedado relegados a un segundo plano. Y ganas, sobre todo, de experimentar otras facetas del autor y comprobar de primera mano que todos esos ojos puestos en él están ahí por una sola razón: su latente e indiscutible potencial.
Me dejas un poco descolocada. Creo que mi conclusion es esperar que salgan las demas para poder tener una dosis mayor y valorar en su conjunto el mundo creado. Besos
ResponderEliminarSeguro que no tarda en salir la siguiente parte. Y por lo que dicen, es hasta mejor que esta. De momento me mantengo prudente, aunque sí es cierto que tengo ganas de leer esa continuación.
EliminarHola! La verdad es que no me llama demasiado la atención así que lo dejaré pasar. Gracias por tu sincera opinión, besos!
ResponderEliminarHola!
ResponderEliminarLa verdad es que me había picado la curiosidad, pero creo que yo también esperaré a que publiquen el resto de la saga.
Besos!
Yo creo que sin duda merece una oportunidad, pero también hay que ser consciente de los fallos que tiene. Me ha gustado y me ha entretenido, así que le doy mi voto de confianza.
EliminarEs un libro al que no había prestado mucha atención y la verdad es que por lo que nos cuentas no creo que me anime a leerlo. Esas escenas que nos describes así tan crudas no me suelen gustar, y en general hay muchos libros de fantasía que me llaman más la atención que este.
ResponderEliminarUn beso!
La fantasía de este libro es muy original, atípica y retorcida. Y las escenas de "terror" que tiene son bastante bestias, pero tampoco es que el autor se recree en ellas. Ya me contarás si al final decides leerlo. Besos!
EliminarLe tenía echado el ojo desde que salió porque mala pinta no tiene, y a verdad es que lo de las escenas crudas es un "plus" para comprarlo; aunque creo que de momento me esperaré a que caiga en un impulso o al menos hasta que se publique la segunda entrega.
ResponderEliminarUn saludo. :D
De mala pinta nada. Al contrario, tenía unas ganas tremendas de leerlo. Pero todas esas expectativas y las reseñas tan abrumadoras que había visto antes de ponerme con él no se han correspondido con la realidad. Aún así, es una lectura muy entretenida, ojalá le des una oportunidad. Saludos!
EliminarPues pensaba que el libro iba de otra cosa.. a cuadros me he quedado con el rollo del gore y las partes chungas, así que me da que no lo voy a leer. No tengo necesidad de leer como le extraen en globo ocular a alguien x)
ResponderEliminarun beesito
Pues con la cantidad de palitos que le has ido poniendo en las ruedas al pobre Ivo pensaba que lo ibas a suspender xD
ResponderEliminarMe queda nada para terminarlo y me está gustando bastante, tanto la ambientación como los personajes. Me gusta el estilo del autor, es muy fluido y no cuesta meterse en la historia. Yo tampoco lo considero de terror, es más bien gore y sí, no apto para cualquier estómago (pobres palomas xD). En general está bastante bien y me encanta la fantasía que se ha inventado de los sueños y las pesadillas y que le meta el toque "real" con el ocultismo y demás leyendas.
A ver qué tal termina porque eso de abrupto no me mola nada, pero sabiendo que tiene continuación pues puede quedarse en cualquier cosa.
Un kiss!
No, tampoco me ha parecido como para suspenderla XDD Para mi gusto tiene un inicio brutal, pero se me fue desinflando, desinflando y desinflando por todas esas cosas que menciono en la reseña. Me ha encantado toda la parte relacionada con el Reino, espero que podamos ver más cosas de ahí en la segunda parte. Besicos!
Eliminar¡Hola!
ResponderEliminarYo supongo que es de esas sagas que se cuecen a fuego lento, de las que el primero no lo lees muy a gusto y poco a poco el autor va mejorando y el lector con él. Ya dicen que el primer libro a veces es un ensayo de los siguientes y si tiene potencial, seguramente veremos algo mejor próximamente. No lo he leído, la verdad, y tengo curiosidad, aunque ya lo descartaba como algo de miedo porque, como tu dices, solo me habían hablado de cosas gores y a mi lo gore no me parece aterrorizador (supongo que soy más de miedo psicológico).
Gracias por tu reseña, siempre viene bien una reseña así para equilibrar todas las reseñas positivas.
¡Un beso!
Muy bueno tu artículo. Yo he terminado el libro hace nada y debo decir que me ha enganchado desde el principio, como dices, el Reino, es uno de los mejores puntos que da juego a muchísimas más historias en un futuro. Yo lo recomiendo bastante.
ResponderEliminarYo también me he quedado con ganas de más.
ResponderEliminarCoincido que el libro es muy entretenido, aunque para mi gusto, más cuando se introduce la trama del Reino que la de la ciudad que a rasgos generales se me hizo bastante más aburrida e, incluso, a veces imposible de seguir porque no le encontraba demasiado lógica.
Como bien dices creo que es una buena idea pero que, por falta de experiencia o por esbozarla de forma muy superficial hace que la novela te deje ese regusto de saber a poco. Y sé que es alfo que puede deberse a ser un primer libro de varios, pero no sé, también como tú tengo ganas de coger los demás a ver por donde van los tiros y como evoluciona la historia.