Reseña "El expreso de Tokio"

martes, 18 de noviembre de 2014

Título: El expreso de Tokio
Autor: Seicho Matsumoto
Saga: -
Año: 2014
Editorial: Libros del Asteroide
Páginas: 216
Precio: 17.95 €

Los cadáveres de un oscuro funcionario y una camarera aparecen una mañana en una playa de la isla de Kyushu. Todo parece indicar que se trata de un caso claro: dos amantes que se han suicidado juntos tomando cianuro.
Pero hay ciertos detalles que llaman la atención del viejo policía local Jutaro Torigai: el difunto se había pasado seis días solo en su hotel y en su bolsillo encontraron un único billete de tren; así que, seguramente, los amantes no habían viajado juntos. Enseguida se descubre también que el funcionario trabajaba en un ministerio en el que se acaba de destapar una importante trama de corrupción; el subinspector Mihara de la Policía Metropolitana de Tokio se hará cargo de la investigación en la que contará con la inestimable ayuda de Torigai.

Opinión

Empiezo a pensar que la inconfundible disposición fisiológica de sus rasgos otorga a los japoneses la posibilidad de ver la realidad bajo un prisma completamente diferente. Esto que bien podría interpretarse como un manido tópico xenófobo acaba adquiriendo visos de absoluta veracidad en base a mi experiencia lectora, pues cada nueva aproximación que realizo a los terrenos de la literatura nipona no hace sino confirmar una sospecha que cada vez se me antoja más indiscutible: Japón tiene un color especial. Y en el caso particular de la novela policíaca, obras tan impactantes como Out, La devoción del sospechoso X y ahora también El expreso de Tokio validan mi teoría de que en el país del Sol Naciente no escatiman a la hora de impregnar originalidad y buen gusto a sus escritos. Considerado por los expertos del género como un clásico irrebatible de la novela negra japonesa, la trepidante historia que aquí nos presenta Seicho Matsumoto es rescatada casi sesenta años después de su publicación para exquisito deleite de quienes no se conforman con cualquier cosa. Así que, ya seas amante apasionado de crímenes y misterios sin resolver o un lector casual al que no le importa devanarse los sesos de vez en cuando con un intrincado jeroglífico narrativo, no lo dudes ni un segundo más. Toma asiento en El expreso de Tokio.

Narrada con gran soltura, intrepidez y deslumbrante pericia desde prácticamente la primera página, la novela de Matsumoto nos introduce en la piel de un viejo sabueso de la policía local llamado Jutaro Torigai que trata por todos los medios de resolver un caso aparente de doble suicidio cometido por una pareja de amantes. Los cadáveres fueron encontrados en una playa y ambos presentan restos de cianuro en su interior, pero existen ciertos detalles relativos a la disposición de los cuerpos y a la relación mantenida por ambas víctimas que no terminan de cuajar con las características de un suicidio cualquiera. Siguiendo sus infalibles instintos detectivescos, y contando con la inestimable ayuda del subinspector Mihara de la Policía Metropolitana de Tokio, Jutaro empezará a tirar del quebradizo hilo de la verdad y pronto se dará cuenta de que existen otros misteriosos implicados en la aparición de los fallecidos.

Jutaro Torigai cerró los ojos. Tras un minuto de reflexión, decidió que no cogería el tren. Salió de la estación y cruzó despacio hasta las tiendas del otro lado de la calle. Quería preguntar una cosa. Tenía un vago presentimiento.

Una de las cosas que más me han llamado la atención de El expreso de Tokio es el logrado efecto de incertidumbre que Matsumoto consigue imprimir a la resolución del caso. Se trata de una novela en la que no sobresale ningún sospechoso por encima de otro, donde las escasas pistas disponibles conducen a vías de investigación absolutamente infructíferas y en la que, cuando por fin parece que las piezas encajan o un descubrimiento inesperado arroja algo de luz sobre el terreno, el escritor desmorona por completo la teoría elaborada y hay que empezar a construirla de nuevo. Esto que parece un factor cuando menos obvio e indispensable en cualquier novela policíaca brilla con muchísima más fuerza en El expreso de Tokio, hasta el punto de inducir al lector a un estado de desconcierto total en el que solo se percibe lo infranqueable del misterio y por momentos uno tiene la sensación de que la imponente maquinaria interna de la novela va a colapsarse en cualquier momento. Matsumoto basa su línea de desarrollo en una cantidad ingente (y exasperante) de datos milimétricos y a menudo contradictorios, pero es precisamente esta minuciosidad extrema tan propia de la cultura nipona la que a la larga convierte la novela en una obra soberbia, extraordinaria y magistral.

Por otro lado, gran parte del encanto que desprende El expreso de Tokio reside no solo en el vertiginoso e inteligente rompecabezas ideado por el autor, sino en la descripción carismática y veraz del ambiente opresivo en el que se desarrolla la novela. Para reflejar al máximo posible la atmósfera asfixiante, la decadencia y la falta de escrúpulos imperantes en ciertos sectores de la sociedad japonesa, Matsumoto introduce una interesante trama de corrupción y delitos financieros que salpican a varios departamentos de su inmenso órgano administrativo. Quizá uno de los aspectos que he echado en falta durante la lectura de El expreso de Tokio y que indudablemente le han restado puntos a la hora de valorarla es una caracterización psicológica más profunda de los personajes protagonistas, a quienes se involucra poco o nada en la evolución de los distintos arcos argumentales en favor, todo hay que decirlo, de una impecable ejecución estilística y narrativa. No obstante, esos pequeños defectos que pudiéramos encontrar en la asombrosa novela de Matsumoto no sobrepasan la categoría de lo anecdótico y ni de lejos nos impiden ver el mensaje fundamental que transmite su sobresaliente conclusión: no hay intriga que dure para siempre en las manos de un concienzudo comisario nipón. No existe misterio impenetrable para la mente privilegiada de un detective cuyos pensamientos viajan a la velocidad del más rápido ferrocarril.


9 comentarios :

  1. Uau, ahora voy a leer tu reseña de Out, porque lo leí hace mucho tiempo y recuerdo que pensé lo mismo que comentas al principio de tu reseña: los autores japoneses son especiales, hasta para escribir literatura negra. La devoción del sospechoso X lo compré hace poco y a ver si también me lo leo pronto, que tengo ganas de literatura japonesa.
    Ya en cuanto al libro de Matsumoto, ya había leído alguna reseña suculenta que, pese a que no me fascina la literatura negra, me llamó suficientemente la atención para ponerlo en mi lista de pendientes. Espero poderlo leer pronto.

    ¡Un beso!

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    1. Lo cierto es que no he leído mucha novela negra japonesa, pero desde luego no tiene nada que ver con la nórdica o con la americana XDD Este libro es genial, lo mires por donde lo mires. Atado todo hasta el más mínimo detalle. Impecable. Espero que te animes a leerlo!

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  2. me lo apunto, es del tipo de libro que me gusta, bss!!

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  3. Hola!
    Me suelen encantar estos libros, te tienen tirándote de los pelos todo el rato y al final ZAS, me lo apunto, además creo que hasta ahora no he leído nada de lectura japonesa y que se trate de un clásico mejor que mejor.
    Gracias por la reseña, besos!

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    1. La verdad es que el libro te deja muy descolocado casi todo el tiempo, van cayendo pistas por allí y por allá, pero no parece haber manera de juntarlas todas. Por eso, cuando se esclarecen los detalles del caso al final te quedas con la boca abierta. Saludos!

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  4. Lo tengo en pendientes, la verdad es que es una novela que me interesa mucho ya que por aquí estamos poco acostumbrados a la novela negra japonesa. Casi todo lo que leemos del país nipón es novela realista (o algo de Murakami). Buena elección y mejor reseña.

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    1. Fíjate, con todo lo que he leído de lit. japonesa, y lo único que hago es darme cuenta de la enorme cantidad que me falta XDD Cierto que Murakami es uno de mis favoritos, pero ni de lejos es el único. Suerte que cada vez tenemos más variedad :)

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  5. He oído muchas veces que los autores japoneses son lo más, y tengo pendiente leer algunos libros... Espero animarme pronto.

    Me alegro mucho que te haya gustado el libro, no lo conocía, me lo apunto :)

    Un beso!

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  6. Ojala esta editorial estuviera en mi pais T_T

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