► Título: El misterio de la mosca dorada
► Autor: Edmund Crispin
► Saga: Gervase Fen #1
► Año: 2015
► Editorial: Impedimenta
► Páginas: 336
► Precio: 22.50 €
Las compañías de teatro suelen ser siempre un hervidero de habladurías. Pero pocas son tan intrigantes como la que se encuentra actuando en estos momentos en Oxford. La joven y letal Yseut, actriz algo mediocre y maliciosa, es el centro de todas las miradas, aunque su principal talento consiste en destrozar las vidas de los hombres que la rodean. Hasta que es hallada muerta en extrañas circunstancias. Por fortuna, entre bastidores se encuentra el excéntrico profesor Gervase Fen, quien halla mayor placer en resolver crímenes que en enseñar literatura inglesa. Y cuanto más investiga el caso, más cuenta se da de que todo aquel que conocía a Yseut habría sido candidato a asesinarla; pero ¿será capaz Fen de descubrir quién lo hizo en realidad? El cadáver de la joven ha dejado una pista reveladora: una reproducción de un extraño anillo en forma de mosca dorada.
Después de dar a conocer la obra de Edmund Crispin en nuestro país mediante la publicación de La juguetería errante, Impedimenta nos ha ido ofreciendo una preciada ración anual de los casos protagonizados por Gervase Fen, el peculiar profesor de Literatura Inglesa que se dedica a resolver extraños crímenes por puro pasatiempo. Así pues, tras los estupendos El canto del cisne y Trabajos de amor ensangrentados, por fin le ha tocado el turno a este El misterio de la mosca dorada, primer trabajo de Crispin, que a su vez supone la presentación en sociedad de su insigne y carismático personaje principal. Cabría suponer que a estas alturas del partido, poco o nada nuevo hay que añadir sobre las características que hacen del escritor británico uno de los autores más excepcionales que podemos encontrar dentro del género al que se adscriben sus novelas, pero lo cierto es que la extravagante fórmula ideada por Crispin, que supone combinar una erudición literaria muy próxima a la pedantería con los vertiginosos trasiegos detectivescos que hacían de estas historias un exitoso entretenimiento popular, continúa siendo hoy día fuente inagotable de momentos que revitalizan nuestra percepción sobre las historias de misterio.
Así pues, Edmund Crispin nos introduce en los primeros compases de la novela a un nutrido grupo de personajes cuyas relaciones, desencuentros y marcadas personalidades se convierten en el centro absoluto de una trama que tarda más de lo acostumbrado en llegar al meollo del asunto. Y es que, para empezar, en El misterio de la mosca dorada nadie parece tener especial interés en descubrir al asesino. Que la víctima sea una caprichosa, insufrible e ingobernable actriz de teatro a la que todo el mundo desearía ver muerta no ayuda ni mucho menos a facilitar pistas sobre la identidad de su verdugo, sobre todo si tenemos en cuenta que la información arrojada por la escena del crimen apunta en realidad a un elaborado suicidio. Sin embargo, las extrañas circunstancias del caso disparan el infalible olfato de Gervase Fen, quien a partir de ese momento activa su faceta de sabueso y se convierte en el principal investigador de una trama mucho más compleja de lo que parece a simple vista.
Gracias a las agudas observaciones de Fen, la constante incertidumbre que se cierne sobre las páginas de la novela, el estilo pulcro, exquisito y siempre aliñado con una nota de humor corrosivo del que hace gala Edmund Crispin o el aluvión de referencias intertextuales que se encuentran salpicadas por el libro, la lectura de El misterio de la mosca dorada se convierte en un auténtico deleite que estimula la sensibilidad literaria de los lectores más exigentes y permite a otros más conformistas disfrutar plenamente de una obra que no por ser accesible resulta menos sobresaliente. Es un auténtico placer dejarse llevar por la finura y elegancia que desprende la escritura de Crispin, por no mencionar esa jugosa e inteligente sátira que realiza a lo largo de la novela acerca de los tópicos y convenciones más frecuentes del género policíaco. Por este motivo, no es de extrañar que veamos a Gervase Fen alardeando de haber resuelto el caso apenas cinco minutos después de haber llegado a la escena del crimen, pero negarse rotundamente a soltar prenda porque, como bien dice uno de los personajes de El misterio de la mosca dorada, "no puedes revelar el nombre del asesino hasta el último capítulo". En definitiva, Edmund Crispin nos ofrece por cuarta vez consecutiva una maravillosa entrega de su emblemática serie, una colección de novelas que mezcla a la perfección entretenimiento y cultura, virtud y vicio, humor y espanto, mostrando además especial interés, no solo en dilucidar los engranajes del caso, sino en comprender las motivaciones que se ocultan detrás del mismo. Ahora solo me queda preguntar: ¿falta mucho para la próxima?
Hola!
ResponderEliminarMe encantan los libros de este tipo, así que puede que le de una oportunidad.
Gracias por tu reseña.
¡Nos leemos! :)
Que rabia que ultimamente no hayáis leído ninguno de 4 o 5 estrellas que sea de mi tipo. Ha sido un mes duro u.u
ResponderEliminarLa verdad es que últimamente no he leído libros de 4 o 5 estrellas de ninguna clase XD Aun así, ¿qué tipo de libros sueles leer tú? Un saludo.
Eliminar¡Hola! Cuando supe de la existencia de Edmund Crispin me puse a buscar sus obras como una loca y encontré "El misterio de la mosca dorada". Luego he visto que Impedimente nos ha hecho el inmenso favor de traernoslo en nuestro idioma *_* Aún no me he puesto con él pero no precisamente por falta de ganas.
ResponderEliminarUn beso y gracias por la reseña :)