Café reader.- María Rempel, editorial Flamma

El mundo de la literatura es muy extenso, libros, blogs, editoriales…y yo me había prometido meterme en aquel berenjenal e ir día tras día descubriéndolo. Hasta el momento solo me había entrevistado con dos escritoras jóvenes de talento, Natalia Martin García y Sandra Andrés Belenguer, pero tras darle vueltas, llegué a la conclusión de que mi siguiente cita debía ser no con una escritora, sino con alguien del mundillo editorial. Decidido a indagar sobre el mundo de las editoriales, decidí realizar una visita María Rempel de la editorial Flamma. Cogí mi gabardina de Hamphrey Bogart y me interne en aquel día lluvioso de septiembre.

Por fin, y tras muchas vueltas, llegué al despacho de María, toqué la puerta y entré, lo que vi al otro lado me dejo con la boca abierta. Decenas de manuscritos se apilaban en altas torres que amenazaban con desplomarse sobre quien pasará a su lado.

-¿María?-La llame con la esperanza de que no hubiese quedado atrapada bajo una avalancha de folios.

-Sí, estoy aquí-Seguí su voz hasta encontrarla.

Tras las imponentes columnas de papel se encontraba un sencillo escritorio con un ordenador, al otro lado del cual se encontraba ella.

-Siéntate.-Me indico señalando a una silla que había pasado desapercibida a mi vista.-Siento el desorden.

-No pasa nada, es tu curro, es comprensible.-Dije mientras miraba con miedo a todos aquellos manuscritos.

Tras algunos minutos charlando y disfrutando de la buena compañía, decidí entrar en materia.

-“Charly y la fábrica de chocolate”, obra literaria y película, no narra el delirante viaje del joven Charly por el mundo de ensueño de Willy Wonka. En cierto modo, para ese joven escritor que quiere publicar su libro, una editorial es esa fábrica de sueños de la que quieren formar parte. ¿En que se parecen la fábrica del excéntrico Willy Wonka a una editorial como la tuya?

-Como Willy Wonka soy muy celosa con el acceso a mi despacho y no dejaría a un autor que entre, pero no porque me pueda robar un manuscrito, sino porque simplemente no hay sitio: entre los libros, pruebas e informes apenas queda espacio para mi silla y el ordenador. Pero si estamos hablando de parecidos… pues mira, publicas 10.000ejemplares y vendes 100. Es como teletransportador de Willy Wonka: las partículas del producto se pierden por el camino de distribución.

-Publicar su obra es la meta de muchos, pero pocos son los que se preguntan qué sucederá después. Tras publicar el libro, ¿qué le espera al autor?

-Esperar un año a que los resultados de las ventas se hagan oficiales, porque los libros pasan del editor al distribuidor, luego a los sub-distribuidores y de estos, a los libreros. Los libreros tienen hasta 90 días para declarar cuántos libros han vendido. El distribuidor tiene otros 30 de margen y al final dentro de 120 días por fin te enteras de los resultados del primer mes. Es una tortura para un autor, sobre todo si es un principiante. Lo que no debe hacer es esperar con los brazos cruzados. Tiene que dedicar este tiempo para recoger las críticas y escribir el siguiente libro.

-Hay tantas editoriales como restaurantes chinos, y todos parecen ofrecer el mismo menú, libros y más libros. ¿Qué ofrece Editorial Flamma al autor y lector, que no lo hagan el resto de las editoriales?

-Diría que no hay dos editoriales que se parezcan, cada una trata de buscar su posicionamiento en el mercado. El nuestro consiste en ofrecer una selección original de los títulos siguiendo las pautas que marca cada colección (Un mundo de mujer, volviendo al lugar del crimen e Intriga Histórica). Trabajo mucho con detalles: estilo, calidad de textos, diseño, aunque el libro no pretenda ser una obra maestra como la de Lev Tolstoi. No creo que exista lectura para tontos, cada libro aporta una reflexión o teda ánimos para seguir con tu vida. Por eso si digo que algunos de nuestros libros son de lectura fácil no es un insulto.

-Salta a la vista de cualquier persona, que un escritor no va a vender tantos libros como discos Lady Gaga, así que dime, tu como directora de Flamma Editorial qué valoras más, la calidad del libro o la cantidad de ejemplares que este pueda llegar a vender.

-Hombre, lo de cantidad de ejemplares le importa más bien a nuestro Director Comercial. Yo me limito a leer los manuscritos y si me gusta le vendo la idea. Creo que no me importaría sacar un libro de Lady Gaga: las personas con talento (y trabajadoras) son talentosas en todo.

-El libro es ese anciano milenario que ve como su nieto, el libro digital, poco a poco leva quitando el puesto. ¿Crees que el fin del libro anda cerca? ¿Qué ventajas le ves al libro electrónico con respecto a su antecesor?

-Yo creo que de momento el libro electrónico nos conviene más a los que trabajamos en el sector editorial para leer manuscritos (a ver si me regalan uno por estas navidades),aunque con el tiempo seguramente ganará más posiciones. En EE.UU. se vende 1,5 de
libro electrónico por cada libro impreso. Como persona conservadora quiero pensar que el libro impreso nunca abandonará el mercado limitándose a las ediciones especiales de libros más exitosos y clásicos. Para poder tocarlos, olerlos, releerlos, guardar ahí envoltorios de chocolate (o dinero, va a gustos) y hacer otras cosas que hacemos con los libros favoritos.

-En nuestro país hay una tradición literaria riquísima, aunque los jóvenes de hoy en día se decanten antes por las páginas web, que por las páginas de un libro. ¿Tenéis las editoriales el poder de cambiar esta situación, o por el contrario este es un hecho en el que no podéis tomar partido?

-Yo misma estoy todo el día ante la pantalla, ¿qué quieres que te diga…? No, no vamos a cambiar la tendencia, sino trataremos de adaptarnos, participando en redes sociales, creando páginas interactivas, blogs, videojuegos etc.

-Sinceramente, no sé cómo seguir esta entrevista, estoy algo falto de inspiración, te dejo a ti cerrar la entrevista como desees, quizás con un consejo para nuestros lectores, un chiste para darle un toque de humor a la entrevista, un elegante “buenas noches y buena suerte”…tienes carta blanca.

-“Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca”. Sé el primero en enviarme el nombre del autor de la cita y recibirás gratis la suscripción a nuestras novedades.