Yoko Ogawa nació en Okayama en 1962. Estudió en la Universidad Waseda de Tokyo. Su carrera literaria inicia en 1986 inspirada por sus lecturas de los clásicos nipones, El diario de Ana Frank y las obras de Kenzaburo Oé. Ya con su primera novela, Cuando la mariposa se descompone, obtiene en 1988 el prestigioso Premio Kaien, y desde entonces su fama no ha hecho más que crecer. Su primera novela también fue llevada a la gran pantalla y supuso su primer éxito internacional. Actualmente vive con su familia en la antigua ciudad mercantil de Kurashiki y se dedica exclusivamente a la literatura. Todas sus obras disponibles en español han sido publicadas por la editorial funambulista.
El embarazo de mi hermana
Creadora de un universo obsesivo y poseedora de una escritura de exigencia, economía y agudeza notables, Yoko Ogawa, autora de culto en Japón, Francia y Alemania, gracias a esta obra, que vendió más de 300.000 ejemplares y que fue galardonada con el prestigioso Premio Akutagawa en 1991, logró situarse en el lugar más destacado dentro de las letras niponas.
En El embarazo de mi hermana la narradora nos describe, con insólito talento y bajo forma de diario, el embarazo de su hermana mayor; y lo hace de una manera aparentemente fría y analítica aunque no exenta de ironía. Así, pasada la fase de las nauseas, la embarazada recupera su voraz apetito y se pone a engullir compulsivamente una mermelada de pomelo que le prepara su hermana, episodio clave que llevará el relato a un inesperado desenlace.
Metáfora de la soledad y del sentimiento de pérdida para la mujer japonesa de hoy en día, esta parábola se empieza leyendo con fascinación y luego no sin algo de pavor.
La fórmula preferida del profesor
«Una historia de amor, amistad y transmisión del saber...»
Auténtico fenómeno social en Japón (un millón de ejemplares vendidos en dos meses, y otro millón en formato de bolsillo, película, cómic y CD) que ha desatado un inusitado interés por las matemáticas, este novela de Yoko Ogawa la catapultó definitivamente a la fama internacional en 2004. En ella se nos cuenta delicadamente la historia de una madre soltera que entra a trabajar como asistenta en casa de un viejo y huraño profesor de matemáticas que perdió en un accidente de coche la memoria (mejor dicho, la autonomía de su memoria, que sólo le dura 80 minutos). Apasionado por los números, el profesor se irá encariñando con la asistenta y su hijo de 10 años, al que bautiza «Root» («Raíz Cuadrada» en inglés) y con quien comparte la pasión por el béisbol, hasta que se fragua entre ellos una verdadera historia de amor, amistad y transmisión del saber, no sólo matemático…
Como dice en su postfacio el profesor León González Sotos, «asistimos al emocionado ajetreo, de venerable filiación platónica, entre la anónima doméstica, el también —¿innombrable?— Profesor y el pupilo Root. Entre idas y venidas, tareas caseras y cuidados piadosos a su muy especial cliente, éste va desvelando las arcanas relaciones numéricas que los datos cotidianos más anodinos pueden encerrar.»
Perfume de hielo
Con el estilo poético y distanciado que la caracteriza, Yoko Ogawa nos ofrece otra historia tan inolvidable como la de su conocidísima novela La fórmula preferida del profesor, que se convirtió en un best-seller en su país y en el resto del mundo.
Tras el inesperado suicido de su novio, perfumista en Tokio, la joven periodista Ryoko cobra conciencia de lo poco que sabía de él. ¿Quién era Hiroyuki, el joven con el que vivía desde hacía un año? Pero, sobre todo, ¿por qué se suicidó al día siguiente de celebrar apasionadamente su primer año de vida en común? Para entenderlo, la periodista Ryoko decide realizar una investigación -gracias a los datos de la gente que conoció a su novio-, que se convertirá en un viaje al pasado de Hiroyuki, y que la llevará a Praga y a un misterio insondable relacionado tanto con el mundo de los olores como con el de las matemáticas. A través de múltiples hipótesis y búsquedas en los recuerdos propios y ajenos, Ryoko va explorando en la personalidad de Hiroyuki: una existencia llena de misterios, una realidad biográfica que era pura ilusión y una amenaza cuyo peligro sólo pudo entenderse demasiado tarde.
La niña que iba en hipopótamo a la escuela
Al cumplir doce años, Tomoko, huérfana de padre, deberá cambiar de ciudad y separarse de su madre para ir a estudiar primero de secundaria. Para ello irá a vivir a casa de su prima Mina, una lujosa mansión de estilo occidental, cerca de Kobe, donde todo es singularmente diferente: su prima se pasa el día entre libros, o jugando con cerillas, su tío (director de una conocida fábrica de bebidas) es mestizo y se ausenta misteriosamente de la casa, y su tía abuela Rosa es alemana y habla a duras penas japonés. Pero, sobre todo, en la finca (que en su tiempo había albergado un zoo) vive un hipopótamo enano, que Mina utiliza como medio de transporte para ir a la escuela primaria, debido al asma crónica que la aqueja. Esta novela (Premio Tanizaki 2006), llena de optimismo mágico y de poesía, ambientada en los años 70, se inscribe en el ciclo dedicado a la amistad y la infancia iniciado por Yoko Ogawa (la novelista japonesa más conocida en su país y fuera de Japón) con La fórmula preferida del profesor, best-seller internacional, del que se vendieron más de dos millones de ejemplares sólo en Japón.
Una entrega más del especial de literatura japonesa. Personalmente de todas sus obras la que más me llama es la de "Perfume de hielo" eso sí, las portadas me parece que dejan MUCHO que desear. ¿Habéis leído algo de la autora? ¿Pensáis hacerlo?
Tengo muchas ganas de leer su última novela, que es por la que he descubierto a esta autora, tiene muy buena pinta.
ResponderEliminarNo he leído nada de esta autora, pero antes de hacerlo me tengo que acabar los libros que ya tengo en mi estantería jajajaja que se me están acomulandoo!!!
ResponderEliminar@Tatty, pues entonces esperamos tu opinión sobre su obra. ¡Un saludo!
ResponderEliminar@Ai*, creo que a muuuuchos de nosotros nos pasa eso. Yo en mi caso tengo unos 7 libros pendientes de leer y una lista larga, muy larga. ¡Un beso!