«La edad madura le parecía el último refugio de la libertad, allí donde se deshacen las ataduras y se permite que la mente vaya adonde quiera».
►Título original: Il pleuvait des oiseaux
►Traducción: Luisa Lucuix Venegas
►Año: 2011►Editorial: Minúscula
►Páginas: 192
Bien sea por preferencias inconscientes o por una cuestión de mera estadística, lo cierto es que a lo largo de mi vida he consumido mucha más novela de formación o Bildungsroman que historias protagonizadas por personajes de edad avanzada. Y llovieron pájaros, de la escritora canadiense Jocelyne Saucier, es una afortunada excepción a esa tendencia de buscar héroes literarios que solo rebosan inexperiencia y lozanía. Al fin y al cabo, tal y como nos demuestra Saucier en esta acogedora y reconfortante obra, la vejez no tiene por qué ser una angustiosa letanía, sino que constituye una edad tan válida como cualquier otra para aventurarse en terrenos desconocidos y abrazar nuevas formas de aprendizaje.
Ted, Charles y Ed son tres octogenarios que viven retirados del mundo tras haber sufrido en sus carnes devastadoras tragedias de diversa índole. Apartados de la civilización en una cabaña en mitad del bosque, llevan una existencia apacible y contemplativa en compañía de sus respectivas mascotas. Conscientes de su decrepitud y de la inexorable proximidad de la muerte, los tres han establecido un pacto suicida que les ahorre el sufrimiento y la agonía de los últimos instantes en caso de quedar convalecientes y no poder valerse por sí mismos.
Para Saucier, la libertad también consiste en el derecho a escoger tu propia forma de desaparecer. Sin embargo, no hay decisión drástica que no se tope con elementos subversivos. La necesidad de desvanecerse choca de manera frontal en la novela de Saucier con la necesidad de desenterrar el pasado. De ello se encargará una curiosa fotógrafa que, espoleada por su avidez de historias ajenas, interrumpirá el descanso de los protagonistas en busca de información sobre un escurridizo hombre llamado Boychuck, último superviviente de los Grandes Incendios que asolaron el paisaje canadiense a principios del siglo XX.
Este improbable elenco de personajes lo completan Bruno y Steve, dos hombres de mediana edad que regentan un hotel semiabandonado donde se cultiva marihuana de manera clandestina, y Marie-Desneige, una misteriosa anciana de apariencia etérea que acaba de salir de una institución psiquiátrica tras décadas de tortuoso encierro. Con gran sensibilidad y delicadeza narrativas, Jocelyne Saucier explora los traumáticos recuerdos de Marie mientras eclosiona en su interior el tardío descubrimiento de los vínculos afectivos que nos caracterizan como seres humanos. El arte, en especial la pintura y la fotografía, juegan también un papel importante en el desarrollo de la trama así como en la evolución de los personajes. Por otro lado, el estilo —sobrio, sin ornatos— de Jocelyne Saucier suma enteros a una novela que deslumbra principalmente por su pluralidad de voces, su sólida estructura y su perfecto equilibrio entre contención y emotividad. Sin duda, merece la pena acercarse a esta sorprendente novela de una autora poco conocida que, no obstante, nada tiene que envidiar a otras grandes celebridades.
Para Saucier, la libertad también consiste en el derecho a escoger tu propia forma de desaparecer. Sin embargo, no hay decisión drástica que no se tope con elementos subversivos. La necesidad de desvanecerse choca de manera frontal en la novela de Saucier con la necesidad de desenterrar el pasado. De ello se encargará una curiosa fotógrafa que, espoleada por su avidez de historias ajenas, interrumpirá el descanso de los protagonistas en busca de información sobre un escurridizo hombre llamado Boychuck, último superviviente de los Grandes Incendios que asolaron el paisaje canadiense a principios del siglo XX.
Este improbable elenco de personajes lo completan Bruno y Steve, dos hombres de mediana edad que regentan un hotel semiabandonado donde se cultiva marihuana de manera clandestina, y Marie-Desneige, una misteriosa anciana de apariencia etérea que acaba de salir de una institución psiquiátrica tras décadas de tortuoso encierro. Con gran sensibilidad y delicadeza narrativas, Jocelyne Saucier explora los traumáticos recuerdos de Marie mientras eclosiona en su interior el tardío descubrimiento de los vínculos afectivos que nos caracterizan como seres humanos. El arte, en especial la pintura y la fotografía, juegan también un papel importante en el desarrollo de la trama así como en la evolución de los personajes. Por otro lado, el estilo —sobrio, sin ornatos— de Jocelyne Saucier suma enteros a una novela que deslumbra principalmente por su pluralidad de voces, su sólida estructura y su perfecto equilibrio entre contención y emotividad. Sin duda, merece la pena acercarse a esta sorprendente novela de una autora poco conocida que, no obstante, nada tiene que envidiar a otras grandes celebridades.
PUNTUACIÓN: ★★★☆
No sé exactamente cómo el otro día descubrí este blog y después de echarle un vistazo estos dias, decirte que me gusta mucho. Me gustan tus propuestas de libros un poco "alternativos" a los cauces ordinarios de bestsellers y demás. Dan un aire fresco.
ResponderEliminarY en cuanto a Y llovieron los pájaros, me parece una opción atractiva. Resulta que la literatura es como el cine, pocos papeles para mayores de 60. Y tampoco conocía a la autora y me parece una buena opción para la entrada al curso escolar.
Saludos!
Ya está anotado en goodreads!
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