miércoles, 27 de enero de 2016

Jon Ronson - Humillación en las redes


► Título original: So You've Been Publicly Shamed
► Traducción: Carlos Abreu
► Año de publicación: 2015
► Editorial: Ediciones B
 Páginas: 312



Hay una escena de Mean Girls en la que Tina Fey reúne a todas las chicas del instituto en el gimnasio y les pide que levanten la mano si alguna vez se han sentido víctimas personales de Regina George. Acto seguido, el auditorio al completo, profesores y director incluidos, alza el brazo en señal de asentimiento. Con el acoso cibernétio pasa tres cuartas partes de lo mismo. En el papel de damnificado o de verdugo, el 99 % de los aquí presentes se ha visto alguna vez implicado en escándalos que envuelven insultos, amenazas, violación de la privacidad y linchamientos públicos a través de las redes sociales.

Precisamente, plataformas en auge como Facebook y Twitter, que en sus orígenes pretendían ser un foro universal donde compartir ideas y opiniones (además de fotos), han pasado a convertirse en un instrumento de ejecución popular en el que cualquier metedura de pata se sanciona con castigos verdaderamente desproporcionados. No es nada difícil encontrar ejemplos que lo corroboren. Día tras día asistimos en las redes a verdaderos circos romanos que se montan a raíz de una declaración polémica (o sencillamente malinterpretada) por parte de un político, periodista, cantante, actor, deportista o cualquier otra clase de figura pública. Pero, ¿qué nos motiva a comportarnos así? ¿Cuáles son para quienes están a ambos lados de la pantalla las consecuencias de la humillación y el escarnio?

Le pedí que me explicara uno de los mayores misterios de los linchamientos modernos: su carácter flagrantemente misógino. Nadie había empleado un lenguaje de violencia sexual contra Jonah y, sin embargo, cuando Justine y Adria se habían pasado de la raya, habían recibido amenazas de violación al instante. Y las que lanzaban los usuarios de 4chan figuraban entre las más desagradables.
   —Sí, es un poco extremo —reconoció Mercedes—. 4chan imagina lo peor que le podría pasar a esa persona y clama a gritos por que ocurra. [...] Y en nuestra cultura pocas cosas hay más degradantes para una mujer que la violación. Nadie habla de violaciones contra hombres, así que supongo que la mayoría de la gente no las concibe como una degradación masculina. Cuando se trata de hombres, se habla de despido. En nuestra sociedad, se supone que los hombres deben tener trabajo. Si los echan a la calle pierden parte de su virilidad. En el caso del Paquetegate, ella privó a ese hombre de su empleo sin justificación alguna. Degradó su masculinidad, así que la comunidad reaccionó degradando su feminidad.  

El periodista estadounidense Jon Ronson ha pasado los últimos años de su vida investigando las misteriosas fuerzas que rigen este tipo de fenómenos y entrevistando a muchas personas que se han despedido para siempre del anonimato por culpa de un tweet desafortunado o una mentira que alguien saca a la luz. A lo largo de Humillación en las redes conoceremos el escalofriante testimonio de, entre otros, Justine Sacco, responsable de comunicación de un grupo tecnológico estadounidense que durante un vuelo de avión publicó en Twitter una broma racista, sin sospechar ni siquiera por un momento que su nombre acabaría ocupando la primera plaza de los trending topics mundiales antes de aterrizar en el aeropuerto. Sí, sabemos que la gente se indignó. ¿Pero qué sabemos sobre Justine Sacco y sus intenciones a la hora de lanzar dicho mensaje? ¿Nos estamos convirtiendo en dogmáticos defensores de la moral y la justicia a costa de arruinar vidas ajenas?

Ronson no da la respuesta. Su principal interés no consiste en emitir juicios de valor ni adoctrinar a sus lectores, sino exponer hechos fehacientes, verdades demostrables que pintan un cuadro poco halagüeño acerca de Internet y sus usuarios. En más de una ocasión he tenido que comprobar si los casos aquí recogidos por Ronson eran reales o solo producto de una exagerada licencia periodística. Pero no. Por mucho que tu credulidad se ponga a prueba, las hemerotecas virtuales son imposibles de manipular. Sin embargo, además de hacerse eco de las humillaciones mediáticas más sonadas de los últimos tiempos, Ronson trata de indagar, con una amplia variedad de argumentos históricos, morales y psicológicos, en las razones que sustentan este comportamiento medieval nuestro, resurgido de sus cenizas en la era tecnológica.

Personalmente, Humillación en las redes es un libro que me ha marcado. El tema de por sí me parecía fascinante, pero Jonson lo desarrolla de una manera tan concienzuda, demoledora y elocuente que no puedes sino apartar la vista en ciertos pasajes y quedarte como un tonto mirando el infinito, dándole vueltas a los mecanismos que gobiernan la culpa, el arrepentimiento y la vergüenza con el objetivo de arrebatar el poder que tienen sobre nosotros las opiniones de los demás. Es un libro revelador, adictivo y profundamente necesario en estos tiempos en los que la impunidad para vertir opiniones nocivas, la sobreexposición mediática y la facilidad que existe para llegar a un público mayoritario gracias a tecnologías como Youtube permiten la proliferación de casos muy similares a los que se relatan en el libro. Y yo, desde luego, no encuentro nada mejor que estar prevenido ante ellos. 



2 comentarios:

  1. Hace tiempo vi una reseña de este libro en un canal de youtube, Los libros de Maria Antonieta, y ya me llamó mucho la atención. Me parece un tema muy interesante.

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  2. apuntado queda que hay que apoyar a los colegas!

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