Tercera ronda de libros pertenecientes a la longlist de este año del Man Booker Prize (estoy tan on fire que no me lo creo).
His Bloody Project es una de esas historias que son carne de bestseller (entiéndase en el buen sentido de la palabra): un adictivo thriller ambientado en las highlands escocesas repleto de sorpresas y giros inesperados que, gracias al cielo, por una vez están bien resueltos. Graeme Macrae Burnet reconstruye con gran pericia narrativa un triple homicidio que, según nos cuentan al inicio de la novela, conmocionó a la sociedad inglesa allá por el año 1869, cuando un jovencísimo Roderick Macrae asesinó brutalmente a tres miembros de su pequeña comunidad agrícola y confesó sin ningún tipo de pudor ni remordimiento haber sido el autor de los crímenes.
No obstante, la parte realmente interesante de la novela es la construcción de los personajes implicados, que se realiza principalmente a través de un manuscrito que escribió el propio Macrae en la cárcel mientras esperaba el inicio de su poco halagüeño proceso judicial y que narra la desdichada infancia y posterior adolescencia de este joven escocés, marcado por una serie de tragedias familiares, el carácter violento y apesadumbrado de su padre, la presencia de algún que otro augurio sobrenatural y una enconada enemistad con un vecino que trataba de hacerles la vida imposible hasta extremos desesperantes. No obstante, ciertas incongruencias y omisiones demasiado oportunas por parte del protagonista hacen que, a pesar de su asombrosa lucidez, la veracidad de los hechos narrados por Macrae se ponga constantemente bajo sospecha.
Este relato ejerce como núcleo narrativo, pero His Bloody Project se complementa con toda suerte de documentos, artículos, entrevistas, informes policiales y evaluaciones psiquiátricas que van añadiendo nuevas capas a la historia y sugerentes perspectivas desde las cuales analizar el caso. La segunda mitad de la novela es una transcripción del polémico juicio, en el que se cuestiona, no la identidad del asesino, sino sus motivaciones y posibles alteraciones psicológicas, todo ello narrado con una intensidad, intriga y ritmo francamente impresionantes y que se mantienen hasta su convincente conclusión. Además de entretener, His Bloody Project es una novela que te hace reflexionar sobre temas como la cordura, la justicia y la legitimidad a la hora de acabar con la vida de otro ser humano. En definitiva, un lectura muy enriquecedora y más que recomendada.
★★★½
Tenía mis reticencias a la hora de empezar este libro porque ya leí el año pasado otro de la misma autora y me pareció un poco una castaña. No obstante, Hot Milk me ha acabado gustando. Bastante, además. Se trata de un relato mucho más profundo y oscuro de lo que aparenta a simple vista, una sugerente exploración de las relaciones materno-filiales entre personajes llevados al límite de sus circunstancias. En el centro de la novela se sitúa Sofia Papastergiadis, una estudiante de veinticinco años que abandona forzosamente su doctorado para acompañar a su madre a una clínica del levante almeriense, donde buscan un tratamiento para su parálisis hipocondríaca. Abandonada en un paraje que se caracteriza por el clima desértico y la escasa densidad de población, Sofia sufre una especie de crisis existencial que la mantiene a la deriva en busca de un propósito o meta para su insignificante vida.
Sofia es, sin duda alguna, un personaje curioso. A pesar de su brillantez académica, se trata de una chica sin iniciativa, contradictoria, de actitud pasiva y escasas habilidades sociales que permanece totalmente desconectada de sus raíces griegas y que espera pacientemente a que alguna otra persona tome las riendas de su vida. Mientras tanto, una serie de conversaciones y encuentros con diversos inquilinos de la zona la conducirán por territorios inexplorados de su propia personalidad hasta el punto de trastocar incluso su percepción del mundo.
La construcción de los personajes siempre parece haber sido el punto fuerte de Deborah Levy, pero su habilidad a la hora de retratar la confusión y la pérdida de identidad ante el derrumbamiento de las expectativas que la reciente crisis económica trajo consigo alcanzan en Hot Milk un nuevo nivel de refinamiento. La progresión de los diferentes conflictos que se plantean en la historia es asombrosa. Además, toda esa tensión psicológica que atenaza a los personajes de la novela alcanza una gloriosa e insuperable culminación al final del libro que te deja con un regusto maravilloso. La prosa de Levy es quizá el factor más problemático de la historia, en el sentido de que habrá una porción bastante alta de lectores que no confraternicen con su carácter extravagante, casi onírico. No obstante, a mí me ha parecido una apuesta sumamente provocativa, arriesgada, absorbente y estimulante. Espero seguir indagando poco a poco en la obra de su autora.
★★★½
Hola :) Menudo reto te estas marcando. Me apunto His Bloody Project, ni lo conocía, pero esos tintes thriller me han llamado bastante a su lectura. Un abrazo^^
ResponderEliminar