David Mitchell - Relojes de hueso

miércoles, 30 de noviembre de 2016

«Se sabe desde el Medievo. La vida es una enfermedad terminal».




Título originalThe Bone Clocks
Traducción: Laura Salas Rodríguez
Año: 2014
Editorial: Literatura Random House
Páginas: 720
Valoración: ★★★★★






No sé si es algo que David Mitchell ha ido elaborando sobre la marcha o si se trata de un plan maestro, orquestado con precisión de relojero a través de los años. Pero la realidad es que, para quien esté familiarizado con la ambiciosa y monumental obra del escritor británico, Relojes de hueso puede suponer una interesante y reveladora reinterpretación de tramas y personajes pasados que se abre a una auténtica infinitud de posibilidades. Otra opción, bastante plausible, es que no estemos hablando más que de los imposibles delirios de un fanático y enamorado empedernido de ese universo común en el que conviven todas las novelas de Mitchell. Sea como fuere, una cosa es evidente, y es que, a pesar de su completa integridad como novela independiente, Relojes de hueso se puede abarcar de dos formar distintas: habiendo leído antes otras novelas del autor o escogiéndola como rito de iniciación a un mundo tan asombroso como intrincado.

A los miembros del primer grupo no se nos escapa que la estructura de esta nueva obra guarda grandes semejanzas con la de El atlas de las nubes, una brillante matrioska literaria compuesta por seis historias enmarcadas en seis géneros diferentes que tienen lugar en seis escenarios y seis períodos distintos. En esta ocasión, Relojes de hueso arranca en el año 1984, fecha de resonancias orwellianas que en la novela de Mitchell supone la puesta en marcha de algo más que un simple organismo de control. Estamos en la Inglaterra de Thatcher, y una joven Holly Sykes se escapa de casa tras pelearse con su madre y descubrir que su maravilloso novio se la está pegando con otra. Determinada, a pesar de las circunstancias, a tomar el control de su vida, Holly huye sin saber muy bien adónde, encontrándose por el camino con una extraña desconocida que le pide asilo y que marcará a partir de entonces un futuro repleto de momentos inexplicables.

En Relojes de hueso, David Mitchell demuestra haber dominado con maestría el arte de esparcir piezas sobre el tablero que a primera vista no guardan relación entre sí. Sin embargo, la imagen surge cuando menos te lo esperas y lo hace para quedarse estableciendo conexiones imposibles en tu cabeza. Sí, para formar un paisaje absolutamente épico que versa en multitud de escenarios y voces sobre la vida y la muerte y sobre la interminable lucha entre dos formas enfrentadas e incompatibles de entender la eternidad. A lo largo de su emocionante vida, Holly se verá involucrada en la contienda: a veces en primera persona, a veces como espectadora distante o incluso inconsciente del intrincado tapiz metafísico que la rodea. Entremedias, Mitchell pone voz a personajes inolvidables (en ocasiones prestados de otras novelas suyas) que toman el relevo de Holly para contar sus propias tragedias paralelas.

En cualquier caso, las seis historias que componen Relojes de hueso dejan entrever resquicios de un universo fantástico que se nutre de la imaginación de Mitchell como si fuera la sangre que corre por nuestras venas. Seis piezas orquestadas de manera sinfónica que destacan la inigualable versatilidad y camaleonismo de un autor que aún no ha conocido género que se le resista. Sin embargo, el momento en que esta abertura entre el mundo real y el que hay al otro lado se hace lo suficientemente grande como para colarse por ella es cuando el verdadero potencial de la obra se manifiesta en todo su esplendor y te deja absolutamente noqueado. Tratándose de David Mitchell, no podía ser de otro modo.

Así pues, desde el relato de iniciación al reportaje periodístico, pasando por aventuras plagadas de una fantasía desbordante o futuros inhóspitos donde el cambio climático ha reconfigurado el mapa político del planeta, cada parte de las seis en que se divide la novela reinicia nuestras expectativas sobre la obra y extiende un poco más los límites de un proyecto cuya ambición no parece tener techo. Afortunadamente, Mitchell no puede salir más victorioso de su empresa. Leer cada página de Relojes de hueso es un verdadera delicia que no se experimenta todos los días. Especular sobre sus posibles ramificaciones, un desafío que estimula el intelecto y conmueve hasta lo más profundo del corazón. En definitiva, una novela prodigiosa, monumental, que marca el camino a recorrer por generaciones venideras de escritores. Si conseguís disfrutarla la mitad que un servidor, os puedo garantizar que tenéis diversión para rato.


Margaret Atwood - Por último, el corazón

martes, 29 de noviembre de 2016

«Pero eso no duró. La felicidad. El estar a salvo. El ahora».




Título original: The Heart Goes Last
Traducción: Laura Fernández
Año: 2015
Editorial: Salamandra
Páginas: 416
Valoración: ★★★






De Margaret Atwood siempre se ha destacado su prodigiosa capacidad especulativa. La escritora canadiense lleva desde los inicios de su trayectoria literaria visitando futuros inhóspitos para advertirnos de los horrores que allí se encuentran. Sin embargo, esta vez Margaret Atwood se ha dejado sorprender por un presente que corre más deprisa de lo que ella pensaba. Aquí, ambas líneas temporales se colapsan en una historia que presagia hechos ya ocurridos y nos permite asomarnos a sociedades utópicas de las que series como Black Mirror llevan tiempo hablando.

Por último, el corazón es una novela de crisis en la que sus personajes son víctimas del derrumbamiento de la clase media. Stan y Charmaine formaban una pareja feliz y acomodada que se permitía el lujo de soñar con un futuro próspero antes de que los reveses financieros de la última década los desterraran a vivir en la parte de atrás de su coche, condenados a ingeniárselas cada día para no ser asaltados, violados o incluso asesinados por una chusma. En este contexto de depresión económica, donde las oportunidades escasean y el tiempo para atormentarse sobra, Margaret Atwood elabora un explosivo caldo de cultivo en el que se empiezan a vislumbrar los rasgos más desapacibles de cada personaje.

Stan rememora la difícil relación con su hermano Conor, egoísta, conflictivo y siempre envuelto en negocios sucios que lo situaban, a ojos de Stan, en una posición de inferioridad moral, pero que ahora supone su último recurso para salir a flote. Por otra parte, Charmaine, empleada como camarera en un local de mala muerte junto a un par de prostitutas, se ha convertido en la principal fuente de ingresos —y tensiones— de la pareja. Bondadosa, comprensiva y dispuesta a ver el lado bueno de las cosas bajo cualquier circunstancia, Charmaine empieza a preguntarse hasta cuándo podrá soportar el constante mal humor de su marido.

La situación parece insostenible, pero todo cambia cuando Charmaine ve un anuncio donde solicitan candidatos para participar en un novedoso experimento social denominado Proyecto Positrón. Bajo la promesa de garantizar trabajo, comida y vivienda a todos sus inquilinos, los integrantes del proyecto serán divididos en dos grupos que intercambiaran sus papeles cada treinta días. Mientras unos disfrutan de todas las comodidades que ofrece la ciudad idílica de Consiliencia, el resto permanecerán encerrados en la Penitenciaría Positrón efectuando diversas labores de mantenimiento.

Durante buena parte de la novela, Margaret Atwood aprovecha de manera magistral las posibilidades de esta alternancia para ofrecernos en un tono de intriga y dosis de humor negro el retrato perverso e incómodo de unos personajes que esconden mucho más de lo que parecía a simple vista. Así es, hasta el más perfecto de los sistemas está integrado por personas imperfectas que pueden volatilizar años de planificación en apenas un instante. Introducir el factor humano supone la aceptación de ciertos riesgos. Y por eso, Por último, el corazón es una novela arriesgada que toma decisiones arriesgadas. Expone los pensamientos más inquietantes y retorcidos de los protagonistas en una especie de Gran Hermano caramelizado donde la supervisión es una máxima universal y el propio individuo es el que acaba diluyendo su identidad en un trasiego imparable de vidas paralelas. Al contrario que en otros intentos frustrados de alcanzar el súmmum cosmopolita, en Consiliencia no existe una ideología explícita que se quiera inculcar a toda costa. Existen los que se adaptan y los que son prescindibles. Y en la lucha por descubrir hacia qué lado queremos inclinar la balanza se encuentra gran parte del encanto de esta novela.

No obstante, hay un punto de Por último, el corazón en el que la maquinaria de Atwood parece encasquillarse y la historia deriva en una serie de ocurrencias disparatadas que involucran sexo con gallinas y robots disfrazados de Elvis Presley. Cuando Atwood abandona la búsqueda de respuestas y se pierde en los entresijos románticos que ella misma ha creado nos queda como resultado un gran incógnita: ¿cómo de buena sería la mejor versión de esta obra? Al final, Por último, el corazón personifica de forma involuntaria la cruda moraleja de este cuento utópico. Funciona, pero no es ni de lejos tan buena como en el anuncio.


Reseñas breves [148 - 150]

lunes, 28 de noviembre de 2016


148. Amélie Nothomb - Pétronille

Amélie Nothomb firma en Pétronille una nueva excentricidad literaria disfrazada de esas autoficciones suyas que tanto nos gusta leer. Con más o menos acierto, lo bueno de Nothomb es que siempre arriesga y experimenta con distintas formas de narrar, ofreciendo en sus novelas un gran margen de beneficio por una módica inversión de tiempo. Aun cuando se trata de un texto poco inspirado y superficial como este, los libros de Nothomb requieren tan poco esfuerzo por parte del lector y son tan delirantes que nunca una lectura suya sabe a desperdiciada. En el caso de Petrónille, esta sensación se duplica en el momento en que Amélie Nothomb describe su encuentro durante una firma de libros con una chica con la que lleva tiempo manteniendo una relación por correspondencia. Pétronille Fanto es un ser de aspecto amenazante y andrógino que arrastra a la autora hacia una espiral de exaltación etílica de la amistad, batallas dialécticas repletas de pedantería, confidencias íntimas, veladas críticas al sistema editorial y, en general, cualquier ocurrencia aleatoria que se le pasase a la autora por la cabeza en ese momento. Así pues, Pétronille se convierte en una sugerente pero fallida exploración del binomio lector-escritor en su vertiente más ambigua, retorcida y destructiva donde brilla más el hilarante ego de las protagonistas que sus propias cavilaciones sobre el tema. El final es absolutamente genial e inesperado, pero el resto del libro... bueno, pues no. Solo apto para neófitos en la obra de Nothomb. 

★★



149. John D. MacDonald - Adiós en azul

De próxima adaptación cinematográfica, Libros del Asteroide ha emprendido con Adiós en azul la recuperación de la saga protagonizada por el detective Travis McGee, cuya entrega titulada The Green Ripper ganó el Book National Award. Esta breve novela policíaca de fuerte contenido pulp nos sirve como estupenda carta de presentación para conocer a McGee, un personaje francamente peculiar que cuando anda escaso de fondos se dedica a recuperar aquello que sus clientes han perdido a cambio de quedarse con la mitad del botín. Y aunque no todos los casos cumplen sus elevados estándares, cuando una bailarina que ha sido apaleada, violada y robada por su exnovio —un psicópata exconvicto llamado Junior Allen— se presenta en el yate de McGee, el detective, movido por su caballerosidad, no puede resistirse a solucionarle la papeleta. A lo largo de la novela, Travis seguirá el recorrido trazado por un reguero de mujeres en apuros hasta dar con el escurridizo Junior Allen, haciendo gala de métodos bastante heterodoxos e irresistibles dotes de seducción por el camino. Así, moviéndose entre las exhaustivas indagaciones y los líos de faldas del protagonista, Adiós en azul me ha parecido una lectura entretenida, bien resuelta, cáustica y un tanto angustiosa, cuya desbordante dosis de testosterona constituye, no un defecto, sino uno de sus principales encantos. 

★★★



150. Patrick Modiano - Dora Bruder

La primera novela que cae en mis manos del galardonado con el Premio Nobel es una fantástica exploración de la memoria que arranca cuando el protagonista, alter ego del propio Modiano, encuentra en un viejo periódico el anuncio de desaparición de una joven llamada Dora Bruder. A partir de ese hecho fortuito, el autor se propone realizar una somera reconstrucción de su biografía contando con los datos disponibles que encuentra en varios registros. Al mismo tiempo, Modiano intercala profundas y hermosas reflexiones sobre el paso del tiempo, los recuerdos, el sinsentido de la guerra y la imposibilidad de rellenar esos huecos que la historia ha decidido tejer en su inmenso tapiz. A través del personaje de Dora Bruder, Patrick Modiano describe el aciago destino de todo el pueblo judío durante la ocupación alemana y nos permite vislumbrar un pequeño resquicio de luz en una época dominada por la violencia y la crueldad burocrática. Mucho mejor en las partes más "literarias" que en la investigación periodística, Dora Bruder es una novela emotiva, conmovedora, grisácea, un libro que se presta a ser abarcado en una sentada pero cuya lectura te deja de todo menos indiferente. 

★★★½

Brandon Sanderson - Firefight

martes, 22 de noviembre de 2016


«Apreté el gatillo. Esta vez la bala no rebotó. Cayó al suelo y un líquido rojo más intenso fue acumulándose a su alrededor y se mezcló con el que caía. Bajé el arma.
  Me llamo David Charleston.
  Mato a personas con superpoderes».

Brandon Sanderson encabeza una lista de autores que están, según muchos lectores, llamados a renovar las bases del género fantástico. De él se destaca siempre la originalidad de sus argumentos, el atrevimiento que le caracteriza a la hora estudiar otro tipo de personajes y conflictos que escapen a los estereotipos o, cómo no, la cacareada innovación de las reglas que rigen sus mundos imaginarios. Sin embargo, cuanto más lee uno los libros de Sanderson más se pregunta hasta qué punto era necesaria o no tal renovación. No sé si la aclamada factoría de ideas de Sanderson echó el cierre mientras escribía Firefight o si el hecho de coordinar la publicación de media docena de sagas diferentes le ha pasado una irremisible factura, pero está claro que la secuela de Steelheart no es su obra más inspirada. Al contrario que los superpoderosos villanos que traen de cabeza a los protagonistas de esta trilogía, Sanderson no goza de habilidades sobrehumanas que le permitan escribir a todo tapo sin evidenciar muestras de desgaste. Al final, las flaquezas asoman y la necesidad de romper moldes a toda costa se acaba convirtiendo en un cliché como otro cualquiera.

Quizá el aspecto más destacable de esta saga es el concepto que subyace bajo la superficie. Brandon Sanderson retuerce sin miramientos la sagrada e inviolable idea clásica de superhéroe, figura esencial de la cultura norteamericana contemporánea, con el fin de ofrecernos un ejército de humanos mejorados llamados Épicos que utilizan sus poderes para convertirse en déspotas, terroristas y traficantes de armas. Por muy nobles que sean sus intenciones, los agraciados por el fenómeno conocido como Calamity (una especie de estrella muy roja y brillante que un buen día apareció en el cielo) acaban sucumbiendo a la naturaleza malévola de sus habilidades, que vienen determinadas por la personalidad y el pasado de cada individuo. 

A lo largo del primer libro, fuimos testigos de cómo David, el protagonista, se unía a una organización clandestina denominada Reckoners con el objetivo de matar al Épico que acabó con la vida de su padre. Sin embargo, Steelheart era solo el comienzo de una dura y larga guerra que enfrentará a Reckoners y Épicos hasta que uno de los dos bandos sea exterminado. En Firefight, seguiremos más o menos al mismo grupo de personajes en su viaje hasta Babilonia Restaurada, nombre por el que es conocido la antigua Nueva York y que vive ahora bajo el dominio de una Épica capaz de manipular el agua tan fácilmente como a las personas. 

La premisa parece interesante, pero lo cierto es que se desmorona bajo el peso de sus similitudes con el esquema del libro anterior. Lejos de complicarse la cabeza con tramas enrevesadas o personajes con un mínimo de profundidad e interés, Brandon Sanderson despacha una sencilla novela de aventuras que no falla a la hora de mantener el ritmo, pero que decepciona en todos los demás aspectos. El hilo argumental de Firefight es una simple concatenación de cliffhangers que parece pensado para lectores preocupados únicamente por darle la vuelta a la página. Pelea, pausa para elaborar una estrategia, pelea, pausa para elaborar una estrategia... este es el ciclo que Sanderson repite ad nauseam a lo largo de Firefight, y lo cierto es que me parece insuficiente como para justificar sus estratosféricas valoraciones. 

El estilo, ramplón e insulso; los diálogos, pobres; la caracterización de los personajes secundarios, inexistente; el desarrollo de los conflictos que se plantean, superficial. Por no hablar de la pueril, insufrible y exasperante voz narrativa, a la que solo le interesa elaborar símiles y chascarrillos absolutamente absurdos, pero que en un universo paralelo alguien debe de encontrar ingeniosísimos. Además, la lógica interna de la novela, sujeta en todo momento a la caprichosa voluntad del autor, parece de todo menos lógica cuando Sanderson elabora una de sus risibles explicaciones a sucesos y comportamientos que no calzan ni a tiros.    

En definitiva, por más que Brandon Sanderson no sea santo de mi devoción, el autor tiene en su haber obras mucho más interesantes y mejor resueltas que esta, burda imitación de su antecesora que no aporta nada al desarrollo de la trilogía salvo unos cuantos giros finales que habremos de ver resueltos (espero que de manera mucho más satisfactoria) en su tercera y última parte. Afortunadamente, no queda mucho para poder disfrutarla. O soportarla.  



Título original: Firefight (Reckoners #2)
Traducción: Pedro Jorge Romero
Año: 2015
Editorial: Ediciones B
Páginas: 440
Valoración: ★★





Anna North - Vida y muerte de Sophie Stark

jueves, 17 de noviembre de 2016


«Pensaba que hacer películas me haría ser más como los demás. Pero a veces creo que me hace ser más yo».

El cine, así como el arte en general, es una expresión de la realidad que no puede entenderse de manera objetiva. Las imágenes que se concatenan en una cinta son siempre las mismas, pero lo que se desprende de ellas difiere en cada caso de las experiencias vividas por quien las contempla. De igual modo, la figura central de esta novela, la segunda que escribe Anna North, causa impresiones tan profundas como distintas entre quienes tuvieron la oportunidad de conocerla. Sophie Stark es una joven y prometedora directora de cine que sorprende a sus espectadores por la visionaria concepción de la naturaleza humana que muestra en sus películas. A pesar de la inexperiencia o lo rudimentario de sus métodos, Sophie Stark es capaz de cautivar como pocos otros artistas. Sin embargo, también parece ser una persona dispuesta a manipular o recurrir a cualquier estratagema con tal de conseguir el efecto deseado, el mayor impacto emocional o la actriz más codiciada del momento.

Sea como fuere, el lector nunca llega a conocer a Sophie Stark sino a través de testimonios ajenos que abarcan numerosas etapas de su vida, sesgos que dejan entrever tanto la oscura y misteriosa personalidad de Sophie como sus obsesiones a la hora de crear y compartir su arte. Anna North construye a partir de estas historias una novela íntima, polifónica e inusualmente cautivadora, estructurada de forma inteligente alrededor del mito que constituye su escurridiza y contradictoria protagonista. No cabe duda de que Sophie Stark se erige como un personaje atractivo y plagado de recovecos, pero quienes la rodean no son menos. Desde Allison, una actriz de pasado traumático que se embarca en una psicótica relación con la célebre directora, hasta su hermano Robbie o Daniel, antiguo compañero de universidad, todos ellos muestran una caracterización sólida, de trasfondo más bien dramático, y ayudan a componer el inquietante retrato de ese nexo en común llamado Sophie. 

Uno de los temas que sobrevuelan constantemente Vida y muerte de Sophie Stark es, cómo no, el proceso de creación artística y la capacidad transformadora del cine más allá de su condición de simple vehículo para la transmisión de historias. Anna North nos habla con palpitante franqueza de los lugares a los que recurrimos para encontrar inspiración y reflexiona acerca de si somos nosotros quienes damos forma al relato que queremos contar o viceversa. Si su proyección como directora amateur deja entrever una versión de Sophie Stark que no se corresponde con la habitual, cabe preguntase: ¿cuál de las dos es la real? ¿Por qué asumimos que la faceta de artista revela nuestro verdadero yo y no es en realidad un constructo ficticio? ¿Hasta qué punto somos capaces de dejarnos arrastrar por nuestras ambiciones? 

Vida y muerte de Sophie Stark me ha parecido una lectura interesante como poco, una novela concisa, pulida y que pone sobre la mesa cuestiones sobre las que vale la pena hacerse un par de preguntas. Si sois cinéfilos empedernidos o si os gustan las historias centradas en la descripción y el desarrollo de personajes, la obra de Anna North puede resultar una opción más que recomendable. 



Título original: The Life and Death of Sophie Stark
Traducción: Laura Vidal
Año: 2015
Editorial: Alba Editorial
Páginas: 288
Valoración: ★★★½





Richard Flanagan - El camino estrecho al norte profundo

martes, 15 de noviembre de 2016


«Y sobre esa colosal ruina, infinita y soterrada, se extendió la solitaria jungla, allanándolo todo a su paso. De sueños imperiales y hombres muertos, solo la alta hierba quedó.»

El camino estrecho al norte profundo es el perfecto ejemplo de novela que, casi con toda seguridad, nunca caería en mis manos si no llevara un premio bajo el brazo. Cada vez me siento menos atraído por los bestsellers de temática bélica, que ya sabemos en torno a lo que suelen girar: lugares comunes sobre el caos, la devastación, lo inhumano de la guerra. Y si le añadimos una buena dosis de drama romántico bien trágico y edulcorado, mejor que mejor. Por sorprendente que pueda parecer, la obra de Richard Flanagan no se aleja demasiado de los contornos que acabo de definir. Sin embargo, Flanagan ajusta con precisión milimétrica las cantidades de estos elementos tan eficaces como peligrosos, obteniendo como resultado una obra absolutamente emocionante y épica que, al menos en mi caso, ha dinamitado prejuicios largo tiempo atrincherados.

La acción principal transcurre en un campamento de prisioneros japonés, donde miles de soldados australianos trabajan sin descanso y en condiciones infernales en la construcción del denominado «Ferrocarril de la muerte». Dorrigo Evans, el protagonista y principal narrador de la novela, es un joven cirujano que lucha desesperadamente por mantener a sus compañeros con vida a pesar de que cohabitan en un ambiente plagado de enfermedades, hambre, inmundicia y palizas. Sirviéndose de las propias experiencias relatadas por su padre, Richard Flanagan ha recreado de manera excepcional la atmósfera decadente que se respiraba en estos emplazamientos, describiendo sin ninguna clase de tapujos las humillaciones tanto físicas como psicológicas a que eran sometidos los reos, la crueldad, desesperanza y brutalidad extrema que gobernaba sus días. Cárceles donde el tiempo no transcurría, sino que se paralizaba. 

No obstante, toda esta carnaza narrativa, explícita e insensible por sí sola, adquiere una relevancia especial por lo que Flanagan es capaz de hacer con ella. Tomando como materia prima una prosa grácil y melódica, el escritor australiano transforma el horror sin sentido en la más pura y sobrecogedora belleza. Donde algunos solo ven muerte y violencia, Richard Flanagan ve amor, bondad y confraternidad que se entrelazan para crear una historia donde el ser humano destaca por su capacidad de renovación a pesar de la gravedad de las heridas infligidas. El camino estrecho al norte profundo es un relato vibrante y estremecedor sobre las secuelas de la guerra, pero también una hermosa reflexión sobre el olvido y la memoria, y de cómo ambos, paradójicamente, nos ayudan a sobreponernos al dolor. 

Otro de los pilares sobre los que se sostiene la novela de Richard Flanagan es la relación de Dorrigo Evans con Amy, la esposa de su tío, un apasionado romance cargado de fatalidad y erotismo, potenciados quizá por el trasfondo bélico del mismo. La abrupta interrupción de este amor tan intenso como prohibido deja en Dorrigo una huella que el tiempo nunca llega a borrar. Ya en su vejez, cansado de méritos, condecoraciones y reconocimientos que no le van a devolver ni una centésima parte de lo que perdió como prisionero, Dorrigo continúa percibiendo las resonancias de esta relación infructuosa y persigue su eco por las camas de cientos de mujeres ajenas a sus tribulaciones. Ahora bien, ¿existió de verdad aquel amor de juventud? ¿Va Dorrigo Evans detrás de un recuerdo o de un ideal? ¿Qué queda de nosotros tras una experiencia tan traumática sino una simple carcasa, un fósil tallado para siempre en la misma y terrorífica época?

Una de las pocas pegas que se le pueden achacar a una obra, por lo demás intachable, es que da la sensación de que el autor ha querido redondear demasiado su final estirándolo innecesariamente y provocando que el último trecho no deslumbre tanto como el resto de la novela. Aún así, El camino estrecho al norte profundo me ha parecido una lectura sobresaliente, un libro muy recomendable que destaca sobre todo por su elevada carga emocional, la crudeza de sus descripciones y su profunda inspiración en la literatura japonesa, presente incluso en el propio título. No lo dejéis escapar.         



Título original: The Narrow Road to the Deep North
Traducción: Rita da Costa
Año: 2013
Editorial: Literatura Random House
Páginas: 448
Valoración: ★★★★





Frederik Pohl - Tras el incierto horizonte

jueves, 10 de noviembre de 2016


«Jamás en sus quince años de vida había pasado Wan doce horas tan excitantes, atemorizantes y sorprendentes hasta rozar el infarto, como aquéllas. ¡Tantas preguntas! ¡Tanto que decir y escuchar!»

Pórtico es sin duda una de las lecturas que más me impresionaron de todas las que leí el año pasado; el acceso a un universo narrativo absolutamente fascinante que proyecta un futuro para la humanidad sombrío, catastrófico y, en definitiva, nada prometedor. Sin embargo, su continuación se atreve a dar un paso más allá (como debe corresponder, por supuesto, a una buena novela de género) y ha logrado que la de los Heechee vaya camino de convertirse en una de mis sagas de ciencia ficción mejor valoradas de todos los tiempos. Palabrita del niño Jesús.

Ahora bien, ¿por qué tanta euforia y tanto halago gratuito?

Veamos.

En Pórtico, descubrimos que la humanidad ha dado un salto tecnológico tan espectacular como fortuito gracias a los artefactos que una antigua y ya desaparecida civilización alienígena —los Heechee— ha dejado a su paso por nuestro sistema solar. El único inconveniente es que la utilidad de estos hallazgos escapa por completo a nuestra comprensión y su empleo conlleva una serie de riesgos que resultan letales en la mayoría de casos. No obstante, empujadas por las precarias condiciones en que se halla la Tierra (superpoblación, hambrunas, contaminación, inestabilidad económica, etc.), cada vez más personas se embarcan en misiones suicidas a bordo de estas naves alienígenas con la remota esperanza de realizar nuevos descubrimientos y llevarse un exorbitante botín por ello.

Por haber sido el único superviviente de una expedición cuyos miembros (entre ellos, su mujer) permanecen aislados del tiempo en el interior de un agujero negro, Robinette Broadhead ahora disfruta de una incontable fortuna. Gracias a ella decide financiar un proyecto que se dirige a la Fábrica Alimentaria, una nave Heechee que vaga perdida por el espacio y es capaz de transformar elementos sencillos en alimentos para el consumo, todo ello con la intención de erradicar para siempre el hambre en la Tierra. Sin embargo, al llegar allí los tripulantes de la nave enviada por Broadhead se topan con que la Fábrica Alimentaria se encuentra habitada por un adolescente delirante que asegura mantener contacto con otras formas de vida y que de vez en cuando provoca una especie de locura colectiva a través de sus sueños.

No es esta la única, pero sí quizá la más potente idea que sobrevuela las páginas de Tras el incierto horizonte. Frederik Pohl reflexiona de manera magistral sobre los límites del conocimiento y de cómo este, bajo manos inexpertas o inadecuadas, en realidad se convierte en una monumental fuente de (literales) quebraderos de cabeza. En su insaciable y desesperada búsqueda de la verdad, de los secretos que esconde el universo, el ser humano no concibe la posibilidad de causar más estragos que beneficios con sus acciones, y por eso ejecuta empresas tan ambiciosas como kamikazes sin calibrar correctamente las potenciales secuelas. El resultado, y de ello es buen ejemplo el protagonista, es un lastre de titánicas proporciones que acarreamos bajo la apariencia de arrepentimiento y culpa. Por otra parte, los personajes de Frederik Pohl suelen manifestar sin motivo aparente una sexualidad sin ambages que puede incluso llegar a niveles retorcidos. El resto de la novela, hilvanada de manera sobresaliente a través de diversos puntos de vista, es pura especulación y sentido de la maravilla que empuja hasta sus últimas consecuencias los postulados del autor en materia de astrofísica, ingeniería o inteligencia artificial, sin perder nunca el tono divulgativo.

En líneas generales, Tras el incierto horizonte me ha parecido una novela igual de adictiva que su predecesora, una historia marcada por un ritmo trepidante y un aumento constante de la tensión que ningún aficionado a la ciencia ficción debería perderse. Los personajes, aunque no son el foco de la obra, poseen una carga emocional bastante importante y rebosan el carisma propio de quien despacha a diestro y siniestro líneas memorables. Después del brillante y apoteósico final que remata la obra, no puedo contener las ganas de hincarle el diente al siguiente volumen de la saga y averiguar por fin qué más sorprendentes descubrimientos sobre los Heechee nos tiene preparados el gran Frederik Pohl.



Título original: Beyond the Blue Event Horizon
Traducción: Francisco Amella
Año: 1980
Editorial: Ediciones B
Páginas: 368
Valoración: ★★★★





Robert Galbraith - El gusano de seda

miércoles, 9 de noviembre de 2016


«¿Tiene usted idea —dijo con aspereza— de cuánta gente cree que sabe escribir?»

El mundillo editorial suele aparecer representado en la literatura como poco menos que un patio de colegio donde proliferan egos desmedidos, personalidades estrambóticas, envidia malsana por doquier y todo tipo de prácticas carroñeras que tienen como objetivo sembrar el recelo y la competitividad extrema. Con un enfoque que no se aleja demasiado del anterior, Robert Galbraith, pseudónimo tras el cual "se esconde" la autora británica J.K. Rowling, nos presenta en esta nueva entrega de la serie protagonizada por Cormoran Strike un apasionante misterio que gira en torno a la desaparición de Owen Quine, un escritor sin escrúpulos que en su última novela, Bombyx Mori, se encarga de ridiculizar o difamar a buena parte de los pertenecientes a su círculo más cercano.

En principio, la desaparición de Quine responde a una más de sus habituales pataletas conyugales, pero cuando Leonora, su mujer, se da cuenta de que esta nueva ausencia se prolonga demasiado, decide acudir a la oficina de Strike para solicitar sus servicios como investigador. A partir de ese momento, nos sumergimos en una absorbente trama de misterio donde los sospechosos (agentes, editores, compañeros de profesión, amantes y hasta fans enfurecidos) se multiplican como un virus y nadie se atreve a formular la verdad completa por temor a que sus enredos personales, que van desde infidelidades, engaños y enconadas enemistades hasta prácticas sexuales poco convencionales, se expongan a la luz.

Entre multitud de fiestas literarias, manuscritos secretos e investigaciones paralelas que de vez en cuando se entrecruzan con la historia principal, Rowling dedica buena parte de la novela a construir los cimientos de la misma, explorando las altas esferas y ambientes de la sociedad londinense, así como los entresijos del mundo editorial, con un absoluto desparpajo y admirable desenvoltura. Poco a poco, a base de minuciosas y reiteradas entrevistas que sacan a relucir la personalidad de los implicados, Rowling explora las entrañas del relato con seguridad y paciencia, añadiendo capas sucesivas de información que, no solo nos mantienen en vilo, sino que demuestran la indiscutible habilidad narrativa de la autora y su camaleónico registro de voces.

El gusano de seda, por otro lado, nos permite ahondar en la tensa relación que existe entre sus protagonistas. Cormoran, excombatiente militar que perdió una pierna en un atentado, es un personaje que mantiene una lucha constante contra su carácter duro, independiente y un tanto avinagrado. En esta segunda entrega, Cormoran no solo debe lidiar con la dudosa fama que le reportó la resolución del caso que se describe en El canto del cuco, sino también con la complicada situación personal que su compañera, la eficiente, solícita y empática Robin Ellacott, sufre por estar trabajando a las órdenes de Strike. Este dúo protagonista, o más bien la electrizante química que aflora entre ambos, es una más de las razones que hacen de El gusano de seda una lectura sumamente recomendable. Hablamos de personajes que destilan un carisma brutal, profundos, con un interesante trasfondo y cuyos menesteres sentimentales constituyen un refrescante alivio a la carga que supone estar siempre pendiente del laberíntico hilo argumental.

Así pues, después de un emocionante clímax en el que se orquesta una muy buena (aunque tardía) resolución, El gusano de seda resulta ser una obra trepidante y repleta de recovecos, una lectura entretenida, poco convencional —retorcida incluso— e idónea para los amantes del misterio que consolida a J.K. Rowling como una escritora versátil, madura y confiable, capaz de garantizar la calidad de sus historias. Quizá lo peor de esta nueva saga detectivesca es que aún vive bajo el amparo de la sombra proyectada por el niño mago, con quien palidece en comparación. ¿Logrará por fin el tercer volumen de la serie que se disipe un poco la añoranza?  



Título original: The Silkworm
Traducción: Gemma Rovira Ortega
Año: 2014
Editorial: Salamandra
Páginas: 544
Valoración: ★★★½





Iris Murdoch - El unicornio

lunes, 7 de noviembre de 2016


«Hannah era una generadora de sueños. La oscuridad que la rodeaba avivaba la imaginación de los demás».

Iris Murdoch es una de esas escritoras a las que uno no sabe por dónde acercarse. Con una dilatada trayectoria profesional, esto es, un reguero de libros a sus espaldas, elegir la puerta de entrada a su particular universo narrativo se me antojaba tarea de una importancia crucial y dificultad abrumadora. Después de finalizar la lectura intensiva (casi compulsiva, diría yo) de El unicornio, no me cabe duda de que estamos ante una de las novelas más enigmáticas, seductoras y divisivas de cuantas firmó la autora irlandesa.

En clara imitación u homenaje a la estética literaria gótica, Iris Murdoch elabora una apasionante trama de misterio e intriga mezclando en ella, aún no tengo claro si con acierto o desatino, distintos elementos sobrenaturales o fabulescos que giran en torno a una escalofriante mansión victoriana y sus indescriptibles inquilinos. A dicha propiedad, enclavada en un desolador paisaje repleto de rocas escarpadas, acantilados, ciénagas cubiertas de mortífera vegetación y monumentos megalíticos de aspecto sombrío, llega Marian Taylor, una mujer a punto de cumplir la treintena y recién salida de un descalabro sentimental que, atendiendo a un anuncio en el periódico, espera servir allí como institutriz. Sin embargo, al llegar descubre que sus expectativas no se ajustan del todo a la realidad y, en lugar de niños, a quien se encargará de instruir en diversas disciplinas es a la dueña del castillo, Hannah, mujer de aspecto atormentado y un tanto esotérico sobre la cual pesa un inquietante clima de fatalidad.

A medida que Marian se familiariza con el entorno opresivo y amenazante del castillo iremos conociendo también a los distintos miembros del servicio, seres tan fascinantes como caricaturescos que irán desvelando de manera progresiva la terrible historia del lugar (infidelidades y tentativas de asesinato incluidas), así como sus consecuencias devastadoras. Dominada por la palpitante fascinación que ejerce sobre ella la dueña de la casa, Marian pronto se verá empujada a trazar un plan descabellado para liberar a Hannah de su confinamiento y descargarla de los pesares que la atenazan por sus errores cometidos en el pasado. A partir de ese momento, la novela desemboca en una espiral de acontecimientos marcados por violentas pasiones y arrebatos de una fiereza inusitada.

Sin perder nunca el control de los hilos que entretejen la trama, Iris Murdoch transforma a sus personajes en elementos de una epopeya moral y filosófica donde conceptos como el amor, el bien y el mal, el deseo, la culpa, el arrepentimiento y la expiación son sometidos al juicioso examen de diversas interpretaciones, fundamentalmente la cristiana y la platónica. Lejos de inducir al tedio (su manejo de la tensión narrativa es poco menos que envidiable), Murdoch incita tanto a la reflexión como a la perplejidad, conduciendo a sus personajes por un camino descendente hacia la rendición absoluta del raciocinio en el que Hannah, ese unicornio luminoso y aterrador que carga con los pecados de toda la humanidad, ejerce el papel de figura central.

La prosa atmosférica, envolvente y por momentos mística de Murdoch contribuye de manera esencial al éxito de una historia que en manos de un escritor menos experimentado se derrumbaría sin ninguna duda por sus excesos, inverosimilitudes y paroxismos narrativos. Afortunadamente, no es el caso de El unicornio, novela que sobresale por su arrebatadora aunque peculiar personalidad. No es ni mucho menos una novela cómoda, ordinaria o sujeta a una lectura unívoca, sino todo lo contrario: una obra excepcional que debe ser entendida como lo que su propio nombre indica. La rara, hipnótica y radiante criatura legendaria de Iris Murdoch.       



Título original: The Unicorn
Traducción: Jon Bilbao
Año: 1963
Editorial: Impedimenta
Páginas: 352
Valoración: ★★★★





Luisgé Martín - El amor del revés

jueves, 3 de noviembre de 2016


«A menudo lo pienso aún: si en ese tiempo hubiera sido feliz, como quería, hoy estaría muerto. Y nunca tengo la certeza de qué prefiero».

Sin atender a razones de época y lugar, la homosexualidad ha acarreado consigo numeroso estigmas. Desde la humillación y el rechazo social hasta la condenación religiosa, sentirse atraído por personas del mismo sexo supone exponerse a un alud de padecimientos que no todo el mundo está preparado para soportar. En su último libro, una suerte de autobiografía novelada que explora sin tapujos aspectos íntimos y sórdidos relacionados con su identidad sexual, Luisgé Martín profundiza en las raíces de todos estos miedos compartidos. Sin duda influenciado por su férrea educación religiosa y la moral ultraconservadora que predominaba en la España de los años 70 y 80, Luisgé narra de manera desoladora los sentimientos de culpabilidad y extrañeza que empezaron a embargarlo durante la niñez, cuando sintió en su interior el nacimiento de esa pulsión maldita que lo acompañaría el resto de su vida.

El temor casi patológico a ser descubierto y la imposibilidad de asimilar su orientación sexual son los dos principios que guían la narración durante estos primeros compases de la historia, una adolescencia, como reconoce el propio autor, malgastada en tratar de luchar contra la naturaleza de sus impulsos carnales mientras el resto del mundo se embarcaba sin contemplaciones en amoríos lícitos. Fue este un tiempo precioso y jamás recuperado que hizo fermentar en el seno del escritor madrileño diversos trastornos y asperezas que moldearon su carácter y dificultaron enormemente la tan ansiada búsqueda de la felicidad. Porque si de algo trata El amor del revés, más que de las hercúleas luchas personales del autor, es precisamente de esa inalcanzable felicidad a la que aspiran, sin importar edad o condición, quienes han sido víctimas de pasiones prohibidas.

Luisgé Martín ha elaborado en El amor del revés una emocionante y universal crónica de los sufrimientos que conlleva el amor y de las estructuras que construimos en torno a su ideal perfecto, un mapa emocional surcado de profundas simas y desfiladeros desde los que muchas veces, en lugar de esperanza, se contempla un vacío infinito. Luisgé habla largo y tendido de los hombres que, con mayor o menor trascendencia, han pasado por su vida y lo hace siempre sin restricciones ni perímetros de seguridad, enfocando justo al centro de la herida en un valeroso ejercicio de honestidad y generosidad personal. Lejos de mostrarse indulgente o autocompasivo, Luisgé se desnuda con la naturalidad que proporciona la experiencia y nos invita a hacer un recorrido por los cuartos oscuros de su corazón, donde se acumulan a partes iguales recuerdos y efluvios.

Así pues, entre pornográficas diapositivas de la escena madrileña y trágicas relaciones de amor no correspondido, asistimos al paulatino pero firme proceso de transformación que sufre el autor a lo largo de sus memorias: una espectacular metamorfosis inversa en la que pasa de ser una asquerosa cucaracha repudiada incluso por sí misma hasta un ser humano pleno, digno y que, aun a pesar de su enconada descreencia en el triunfo del amor, ha acariciado la felicidad y ha soñado intensamente todo lo que no pudo vivir.  



Título: El amor del revés
Autor: Luisgé Martín
Año: 2016
Editorial: Anagrama
Páginas: 280
Valoración: ★★★★★





Reseñas breves [141 - 147]

miércoles, 2 de noviembre de 2016


141. Yiyun Li - Más generoso que la soledad

La más reciente obra de Yiyun Li orbita sobre un misterio, o más bien una sospecha, que pesa sobre sus protagonistas. Boyang, Ruyu y Moran son tres jóvenes que forjaron una peculiar aunque sólida amistad en la China de los años 90. Sin embargo, por aquel entonces se vieron involucrados en un accidente que arruinó por completo la vida de una persona y que marcaría su relación para siempre. Veinte años después, la muerte de esta víctima inocente remueve recuerdos y sentimientos complejos en el interior de unos personajes cuyos caminos han tomado direcciones opuestas, pero que tienen ante sí la posibilidad de reconciliarse con su traumático pasado. Yiyun Li aprovecha de manera magnífica esta tesitura para elaborar una historia centrada profundamente en el estudio de sus protagonistas, una obra meditativa y fría que cava hasta lo más hondo del corazón para intentar dar una respuesta plausible a las incógnitas que rodean la trama. Dividida en dos líneas temporales que se entrecruzan continuamente, Más generoso que la soledad nos permite examinar los hechos desde una perspectiva privilegiada, haciendo más palpable si cabe el abismo que media entre las distintas versiones de cada personaje, individuos que se mueven en un inconsolable desarraigo, la más aséptica apatía existencial o el descontento que conlleva el incumplimientos de las expectativas. Todo ello narrado a fuego lento, demostrando un implacable dominio del lenguaje y dibujando por el camino un retrato de dos países (China y Estados Unidos) tan dispares como semejantes en sus marcados contrastes y contradicciones. Una lectura y una autora más que recomendable.

★★★½



142. Ann Beattie - Paseando con hombres

No sé a qué se debe exactamente, pero lo cierto es que la lectura de Paseando con hombres me ha dejado muy descolocado. Igual me han traicionado las expectativas... o igual es que no estoy acostumbrado a este tipo de narrativa deshilachada e irreflexiva. Sea como sea, el contenido de este libro que apenas sobrepasa el centenar de páginas no se corresponde en absoluto con el que esperaba encontrar y, por desgracia, he salido perdiendo al cambio. Estamos en el Nueva York de 1980 y Ann Beattie nos pone en la piel de Jane, una chica joven, ingenua, recién licenciada, que se enamora de un hombre mucho mayor que ella, embarcándose (o más bien debería decir lanzándose) sin apenas percatarse de ello en una relación tóxica, fraudulenta, de dependencia y sumisión absoluta que acaba anulando completamente su carácter aun cuando ella está convencida de lo contrario. Sin embargo, lejos de desarrollar una trama de manera convincente o esbozar un estudio de los personajes, Beattie prorrumpe en un sinfín de escenas y conversaciones fragmentadas que nos llevarán por diversos lugares, realizando observaciones puntuales sobre el ambiente neoyorquino y las relaciones sentimentales que, opino, confieren al relato el poco encanto que tiene. Más allá de eso, no he entendido el propósito de la obra ni me ha dejado ningún poso, aunque no descartaría —por su extrema brevedad— una futura relectura que me pueda despejar todas esas dudas que ahora tengo. 

★★



143. Rachel Cusk - A contraluz

La novela de Rachel Cusk es con toda seguridad uno de los libros más originales, inteligentes y provocadores que he leído en lo que va de año. A pesar de su aparente sencillez y brevedad, tanto la idea de la que parte como su ejecución me parecen asombrosas y brillantes a partes iguales. Bien pensado, quizá es precisamente esta simplicidad narrativa lo que permite destacar a las magníficas reflexiones que elabora Cusk sobre las relaciones humanas y su capacidad para definir, e incluso modificar con el paso del tiempo, nuestros propios contornos como individuos. Y es que, ¿podríamos sobrevivir acaso sin la gente que se cruza en nuestro camino? ¿Sabríamos explicarnos sin tomar a otros como punto de referencia? Esas son algunas preguntas que trata de responder Rachel Cusk en su novela, y lo hace apuntando con el foco a su silenciosa protagonista, una escritora de la que apenas conocemos datos, salvo que se dirige a Atenas con la intención de impartir un taller. Por el camino se topa con multitud de personajes, hombres y mujeres, amigos y desconocidos, que se abren ante ella relatando historias personales, íntimas, alocadas, incongruentes, aparentemente inofensivas, pero que sirven para revelar de manera colateral el trasfondo de quien la escucha. Narrada con extrema pericia y un estilo que cabalga entre la desnudez emocional y la intelectualidad académica, A contraluz ha resultado ser una sorpresa maravillosa, un libro que he disfrutado de cabo a rabo con la apasionada intensidad que merecen este tipo de fenómenos literarios. Ojalá que no pase desapercibido.       

★★★★



144. Jhumpa Lahiri - El intérprete del dolor

En esta colección de relatos, por la que Lahiri obtuvo el premio Pulitzer en el año 2000, la autora logra orquestar un excepcional coro de voces que nos sumergen en la vida de diversos personajes atados de un modo u otro a la cultura india. Los hombres y mujeres involucrados en las historias de Lahiri afrontan situaciones de inmenso calado emocional (pérdida de un ser querido, rupturas sentimentales, rechazo social, añoranza por el hogar, consecuencias de la guerra) que, de un modo especialmente demoledor, hacen reverberar sus más profundas convicciones, creencias y convenciones culturales. La autora demuestra una habilidad pasmosa a la hora tanto de construir la tensión narrativa como de resolver los conflictos que se plantean, conflictos que en muchas ocasiones apelan a la ruptura con los valores tradicionales y, gracias a la globalización, el sometimiento de lo ya asimilado a nuevas perspectivas capaces de hacer aflorar preguntas incómodas. Este predominio absoluto de lo visceral, de la política del estallido, se sustenta sorprendentemente sobre un lenguaje conciso, diáfano, carente de florituras, que transmite en todos las historias una hermosa melancolía y una conexión casi inmediata con los personajes, sumidos casi siempre en ensoñaciones vitales que tienen lugar durante procesos cotidianos. Sobrepasando cualquier tipo de expectativa, El intérprete del dolor me ha parecido, no solo un debut sobresaliente, sino una obra compleja, enriquecedora y repleta de matices que no puedo recomendar lo suficiente.

★★★★



145. Rosa Montero - La carne

He de reconocer que esta novela me llamaba mucho más la atención por su autora que por la historia en sí. Ya había leído otras obras de Rosa Montero con bastante grado de satisfacción y me apetecía comprobar hasta qué punto se pueden hacer milagros partiendo de una premisa imposible; a saber, la de una mujer de 60 años que decide contratar los servicios de un gigoló con el objetivo de dar celos a su amante, que la ha abandonado para estar con otra. Sin embargo, lo que empieza siendo un simple juego de deslealtades se convierte rápidamente en algo más complejo cuando clienta y empleado se ven envueltos en un sangriento accidente que los unirá de un modo inesperado. Y es entonces cuando la novela se convierte en un gender bender de Pretty Woman en el que la protagonista se enamora hasta las trancas del atormentado prostituto ruso mientras se lamenta capítulo tras capítulo de sus miserables arrugas y la flacidez de su carne. Con unas cantidades industriales de autocompasión impregnando cada página, una prosa que ya quisiera Danielle Steel para ella, absurdas decisiones narrativas e incoherencias varias, además de una imperdonable ausencia de trama y/o personajes mínimamente interesantes, La carne ha puesto a prueba mis niveles de eyerolling como ningún otro libro en varios meses. La lectura de esta novela, no obstante, se me ha hecho mucho menos insufrible de lo que pudiera parecer en un primer momento gracias a las breves anécdotas protagonizadas por los denominados 'escritores malditos' que Rosa Montero incluye en la historia como parte de un proyecto artístico que emprende la protagonista. Por lo demás, un libro inane, prescindible y repleto de carencias que se olvida tan pronto como se cierra la última página.

★★



146. Beatriz Rodriguez - Cuando éramos ángeles

En su segunda novela, la escritora sevillana Beatriz Rodriguez nos traslada al ficticio pueblo de Fuentegrande: un asfixiante y opresivo entorno rural que durante años ha sido testigo de cómo se iba entretejiendo una auténtica red de secretos, rencillas e intrigas varias alrededor de sus vecinos. El descubrimiento del cadáver de Fran Borrego, propietario de la mayoría de tierras que rodean a la comunidad, supondrá el punto de partida de una investigación periodística liderada por Clara, una joven viuda que procesa su particular duelo en forma de suculentas recetas caseras y sesiones de sexo desenfrenado (combinación sin duda explosiva que hace pensar en Laura Esquivel y su Como agua para chocolate). La novela intercala las investigaciones de Clara con un recorrido por la historia reciente del pueblo y sus habitantes, especialmente de aquellos sobre los que pesan las consecuencias del crimen, conformando ambos relatos una notable exploración del deseo, el despertar sexual, la pérdida de la inocencia y las relaciones de poder que de un modo u otro se establecen entre los individuos. De Cuando éramos ángeles me ha gustado especialmente el carácter desenfadado y libidinoso de Clara, su protagonista, así como la prosa diáfana, seductora y en ocasiones sombría de la que hace gala Beatriz Rodriguez a la hora de retratar el ambiente retrógrado, mostrando profundo desprecio hacia lo que trasciende sus fronteras, que es característico de estos escenarios. En definitiva, una historia sencilla, resuelta de manera correcta, que no pasará a los anales de la historia pero que tampoco decepciona.

★★★



147. Connie Willis - El apagón

Connie Willis es actualmente una de las voces más respetadas dentro de la ciencia ficción y tiene en su haber la friolera de 10 premios Hugo por diversos relatos y novelas. Una de ellas es precisamente El apagón, obra que junto a Cese de alerta conforma un voluminoso díptico sobre historiadores que viajan en el tiempo desde el año 2060 para experimentar de primera mano importantes sucesos mundiales. La premisa parece prometedora. Sin embargo, a medida que avanza la novela te vas dando cuenta de que aquí la autora emplea el recurso de los viajes temporales como mera excusa para sumergirnos en una ambiciosa y prolija —pero poco interesante— recreación de la vida en Inglaterra durante los convulsos días del Blitz. La acción en esta novela es extremadamente lenta y los personajes apenas una construcción difuminada que se limitan a cumplir su funcionamiento en el desarrollo de la trama, entroncada alrededor de un misterioso e inexplicable desplazamiento que ha provocado la aparición tardía de los tres historiadores protagonistas en sus respectivos períodos. Reconozco que me ha gustado bastante el enfoque que da Connie Willis a un tema tan recurrente en la literatura de género y el modo en que resuelve las siempre complicadas paradojas temporales. No obstante, a efectos narrativos, la novela apenas ofrece alicientes para afrontar su longitud. Por otra parte, la separación en dos volúmenes de esta historia no obedece a lógica ni justificación alguna y al final la sensación que transmite El apagón es la de haber leído un preludio de 600 páginas que por sí solo carece de sentido y que termina con un abrupto tajo. Probaré suerte con otros libros de la autora, pero lo cierto es que El apagón ha supuesto para mí una decepción mayúscula. 

★★


Resumen de lecturas: septiembre + octubre 2016

martes, 1 de noviembre de 2016


Finalizado ya el mes de octubre, toca hacer repaso de las lecturas que me han acompañado las últimas semanas. Lo cierto es que la vuelta al cole me ha pasado factura y no he leído ni la mitad de lo que había planeado, pero me consuelo un poco pensando en lo mucho que he disfrutado con la mayoría de libros elegidos. Como bien habréis podido comprobar en blogs y redes sociales, octubre ha estado protagonizado por mujeres y textos feministas, todo ello en un esfuerzo conjunto por dar visibilidad a escritoras quizá poco conocidas, fomentar la igualdad en el sector editorial y descubrir nuevas perspectivas y puntos de vista a través de voces muy potentes que muchas veces quedan silenciadas. Sin duda alguna, objetivo cumplido. Y ahora, sin más, os dejo con mi resumen de los últimos dos meses:


RESUMEN DE SEPTIEMBRE + OCTUBRE




Magia robada, Trudi Canavan




En mi cuarto, Guillaume Dustan
Paseando con hombres, Ann Beattie
La carne, Rosa Montero




La bailarina de Izu, Yasunari Kawabata
Cuando éramos ángeles, Beatriz Rodriguez




Las chicas, Emma Cline
Oscuridad total, Renata Adler
Asesinato en la catedral, Edmund Crispin
Cómo ser mujer, Caitlin Moran
Yo sé por qué canta el pájaro enjaulado, Maya Angelou
Más generoso que la soledad, Yiyun Li




Manual para mujeres de la limpieza, Lucia Berlin
A contraluz, Rachel Cusk
El intérprete del dolor, Jhumpa Lahiri


 
Generación Reader © 2012