Los mejores libros de 2016: enero - junio

jueves, 30 de junio de 2016




Así, como quien no quiere la cosa, ya hemos dado carpetazo a los seis primeros meses del año. ¿Qué rápido, no? Ahora ha llegado el momento de echar la vista atrás y 1) llorar por esos dos meses durante los que no leí prácticamente nada, 2) escoger una pequeña selección de los mejores libros que han pasado por mis manos desde que comenzó este 2016, 3) encerrarse en una cámara frigorífica con los miembros del #Tochogate hasta que pase el caloret. ¿Variará mucho la presente lista de aquí a diciembre? Probablemente, teniendo en cuenta que en nada se anuncian los aspirantes al Man Booker Prize y que poco después se nos viene encima la susodicha rentreé (porque no solo de anglicismos vive el hombre) con un buen puñado de novedades que ya espero como agua de mayo. En fin. Abróchense los cinturones. Promete ser un verano divertido. 



1. Don DeLillo - Cero K

En el futuro inmediato concebido por DeLillo, una especie de compañía clandestina denominada la Convergencia ofrece la posibilidad a sus miembros, la mayoría de ellos enfermos terminales, de luchar contra la muerte reduciendo la temperatura de sus cuerpos hasta límites extremos. DeLillo es un gran maestro de la palabra y así lo demuestra en Cero K haciendo uso de un estilo sugerente y persuasivo, imbuido de una inconfundible personalidad tan estimulante como las meditaciones que se desprenden de la novela sobre el fin —o en este caso la postergación— de la existencia. Jeffrey Lockhart me ha parecido una voz protagonista contundente y repleta de matices, una revisión minimalista y algo desorientada del héroe clásico que, rodeado aquí de monjes, pasillos interminables, habitaciones oscuras e imágenes proyectadas de destrucción y barbarie, emprende la consabida gesta en busca del crecimiento y la iluminación interior. El resultado final es una obra brutal, gélida y desconcertante, falsamente aséptica, que lejos de provocar entumecimiento lo único que hace es despertar los sentidos a golpe de revelaciones.



2. Neal Stephenson - Seveneves

¿Qué pasaría si de repente un día la Luna estallara en siete pedazos? Esa es la pregunta a la que Neal Stephenson trata de responder con todo lujo de detalles a lo largo de Seveneves, una suerte de odisea espacial sin precedentes que, a pesar de su densidad y alto grado de explicaciones científicas, mantiene casi en todo momento un ritmo sencillamente frenético. Aunque existe un marcado contraste entre su tercera parte y las dos primeras, Seveneves es en su conjunto una novela extremadamente ambiciosa, arriesgada y tremendamente imaginativa que hace méritos para convertirse en uno de esos títulos de obligada lectura para cualquier aficionado a la ciencia ficción.



3. David Cronenberg - Consumidos

Consumidos es una laberíntica trama policíaca repleta de misteriosas lagunas, sorprendentes enlaces narrativos y, en especial, personajes absolutamente rocambolescos a los que me cuesta encajarles definición alguna. Una novela arriesgada, imprevisible, de múltiples conexiones ocultas y escenarios tan variopintos como París, Pyongyang o Japón, una historia inquietante que somete la imaginación del lector a un continuo estímulo de cargas sombrías. Esta negrura conceptual envuelve la narración con una pátina decadente, repulsiva, pero que además despierta tanto fascinación como perplejidad, no solo entre el público, sino también entre ambos protagonistas. Sin duda, muy peculiar, no apta, desde luego, para todos los públicos, aunque hará las delicias de todo aquel que se deleite en los aspectos más aterradores, turbios y siniestros de la naturaleza humana.



4. Marlon James - Breve historia de siete asesinatos

Tomando como punto de partida el intento de asesinato al que sobrevivió Bob Marley en 1976, el escritor jamaicano Marlon James reconstruye con apabullante maestría el verdadero terremoto político y social que sacudía el país en la década de los 70. Ganadora del Premio Man Booker 2015, Breve historia de siete asesinatos es una brutalísima y descomunal radiografía de toda una nación y una época sumidas en la más absoluta decadencia; un despiadado retrato coral repleto de violencia, sexo y reggae que te deja en cada página con la mandíbula por los suelos. Pocas veces un libro me ha transmitido tal nivel de intensidad, pasión y desparpajo, pero la adaptabilidad sin límites de Marlon James consigue transformar esta novela en mucho más que un simple montón de páginas. Esta novela es un palpitante y clamoroso trozo de vida.



5. Marcelo Luján - Subsuelo

Novela sorprendente y oscura donde las haya, en ningún momento invita a intuir todo lo que esconde bajo sus fértiles cimientos. Como su propio nombre indica, para disfrutar de Subsuelo no hay que reparar en lo evidente, en lo que destaca, sino en aquello que serpentea y se arrastra por los niveles inferiores del canal comunicativo. Luján posee una voz única, muy personal y que denota experiencia en el arte de contar historias. Aparte de haber creado unos personajes fascinantes y un clima bastante perturbador, el escritor argentino es capaz de efectuar una habilidosa transición entre la perspectiva de diferentes personajes y cautivar la atención del lector avanzando continuamente detalles de la trama que permanecen ocultos para los propios participantes. El resultado es una novela arrolladora, sobresaliente en muchos sentidos y de la que uno tarda en recuperarse.



6. Jon Ronson - Humillación en las redes

El periodista estadounidense Jon Ronson ha pasado los últimos años de su vida investigando las misteriosas fuerzas que rigen los fenómenos de humillación pública y entrevistando a muchas personas que se han despedido para siempre del anonimato por culpa de un tweet desafortunado o una mentira que alguien saca a la luz. Además, trata de indagar, con una amplia variedad de argumentos históricos, morales y psicológicos, en las razones que sustentan este comportamiento medieval nuestro, resurgido de sus cenizas en la era tecnológica. El tema de por sí me parecía fascinante, pero Jonson lo desarrolla de una manera tan concienzuda, demoledora y elocuente que no puedes sino apartar la vista en ciertos pasajes y quedarte como un tonto mirando el infinito, dándole vueltas a los mecanismos que gobiernan la culpa, el arrepentimiento y la vergüenza con el objetivo de erradicar el poder que tienen sobre nosotros las opiniones de los demás. Es un libro revelador, adictivo y profundamente necesario en estos tiempos en los que la impunidad para vertir opiniones nocivas, la sobreexposición mediática y la facilidad que existe para llegar a un público mayoritario gracias a tecnologías como Youtube permiten la proliferación de casos muy similares a los que se relatan en el libro. Y yo, desde luego, no encuentro mejor remedio que estar prevenido ante ellos.



7. Dan Simmons - Hyperion

Todo aspecto de esta novela hace justicia a las magnitudes que en ella se manejan. Por mucho que suene a tópico, Simmons nos atrapa desde la primera página con una historia ambiciosa, absorbente y absolutamente trepidante que cautiva, como no tardamos en descubrir, por la enormidad de su calibre. El escenario, un planeta moribundo y distante que se ha convertido en el centro estratégico de distintas facciones interestelares en guerra. Y en mitad de esta situación límite, un variopinto grupo de siete peregrinos se disponen a desembarcar en Hyperion, epicentro del conflicto, con el objetivo de poner en marcha un antiguo rito religioso que los llevará hasta el Alcaudón, temible y misteriosa criatura legendaria que es venerada por muchos como un auténtico dios.



8. Michael Cunningham - La reina de las nieves

Uno avanza por la novela de Cunningham a través de escenas y personajes distribuidos sin orden aparente, con la aparición en el cielo de un inexplicable fenómeno lumínico y la posible reelección de Bush como presidente de los Estados Unidos sobrevolando los pensamientos de los protagonistas. Poco a poco, y con una prosa que solo puedo describir como exquisita, Cunningham descubre los resquicios más recónditos de toda una galería de personajes tan vulnerables como fascinantes —secretamente conectados unos con otros— y los hace reflexionar de forma magistral sobre la espiritualidad, el amor, la muerte y los diferentes modos de encararla. Emotiva, lúcida y por momentos desgarradora. Una deslumbrante rareza narrativa que no merece pasar desapercibida.



9. David Mitchell - Relojes de hueso

Suasión. Anacoretas y horologistas. Laberintos, manzanas doradas y vino negro a las tres del día del Estrella de Riga. Nada de esto tiene sentido para quien no haya entrado aún en el fascinante, poliédrico e imaginativo universo de Relojes de hueso. En su última novela traducida al castellano, Mitchell demuestra haber dominado con maestría el arte de esparcir piezas sobre el tablero que a primera vista no guardan relación entre sí. Sin embargo, la imagen surge cuando menos te lo esperas y lo hace para quedarse estableciendo conexiones imposibles en tu cabeza. Un paisaje absolutamente épico que versa en multitud de escenarios y voces sobre la vida y la muerte y de la interminable (¿o no?) lucha entre ambas. Y de una mujer, Holly Sykes, atrapada durante décadas en los intersticios de la batalla. Así pues, ¿qué decir de Relojes de hueso, aparte de que es una jodida maravilla? Haceos un favor y leedla.



10. James Rhodes - Instrumental

La lectura de este libro no está exenta de cierto peligro. Su temática, obviamente, es un detonante que puede despertar los impulsos más irracionales por parte del lector. Pero es quizá el método de escritura que practica Rhodes, un brutal ejercicio de honestidad, ironía e intensidad visceral, lo que hace de Instrumental un auténtico hito en el terreno de las memorias. Puede que sea demoledor, incómodo, perturbador, sí, pero también es necesario. En Instrumental, James Rhodes consigue transformar la rabia, asco e indignación iniciales en un liberador relato que destila esperanza, agradecimiento y un incondicional amor por la música. Es un libro que, sin duda alguna, es capaz de dejar, no una huella, sino una profunda cicatriz. ¿Y no son estas las obras que más merecen la pena leer?

Don DeLillo - Cero K

miércoles, 29 de junio de 2016


► Título originalZero K
► Traducción: Javier Calvo 
► Año de publicación: 2016
► Editorial: Seix Barral
 Páginas: 320



Se dice, se comenta, que Don DeLillo es uno de los mejores y más influyentes escritores de la actualidad. Submundo, Punto Omega, Americana, Mao II, Ruido de fondo... sus grandes hitos literarios no han sido para mí más que nombres agolpados en la cabeza, ecos de voces que lo catapultaban hasta la cima de una montaña que no me atrevía a escalar. Fin de campo supuso mi respuesta a una necesidad elemental de iniciarme en su obra, de romper definitivamente el hielo. Sin embargo, Cero K, con la que DeLillo vuelve a estar en boca de casi todo el mundo tras seis años de silencio, nos muestra de manera absolutamente magistral los beneficios de mantener ciertas cosas en un imperturbable estado de congelación. 

En el futuro inmediato propuesto por DeLillo, una especie de compañía clandestina denominada la Convergencia ofrece la posibilidad a sus miembros, la mayoría de ellos enfermos terminales, de luchar contra la muerte reduciendo la temperatura de sus cuerpos hasta límites extremos. Ross Lockhart es el principal inversor de esta escalofriante e innovadora iniciativa, un multimillonario hecho a sí mismo que repudió a su familia con el fin de perseguir sus ambiciones empresariales. Ahora, su hijo Jeffrey viaja hasta las recónditas instalaciones de la Convergencia para consolar a su padre mientras la joven esposa de este se prepara para iniciar un procedimiento incierto y plagado de perturbadoras cuestiones éticas. Sin embargo, cuando Ross, en perfecto estado de salud, le comunica a su hijo su decisión de acompañar a su esposa en este viaje, las convicciones y creencias de Jeffrey empezarán a tambalearse. 

Son los momentos ordinarios los que componen la vida. Esto es lo que ella sabía a ciencia cierta y esto es lo que yo aprendí, finalmente, de todos los años que pasamos juntos. Ni los saltos ni las caídas. Inhalo la llovizna de detalles del pasado y así sé quién soy. Ahora tengo más claro lo que antes no sabía, gracias al filtro del tiempo, de una experiencia que no pertenece a nadie más, ni de lejos, a nadie, jamás.

Aunque tiene algo de eso, Cero K está mucho más allá de ser una maniquea confrontación entre ciencia y fe, entre los postulados tecnocráticos de la era digital y el fervor religioso que normalmente se confunde con la credulidad. Entre las paredes de la Convergencia, Jeffrey observa numerosos estímulos que disparan recuerdos del pasado y ponen a prueba su capacidad para otorgar nombres a las cosas. La muerte ha formado parte de nuestro ADN desde el principio de los tiempos. Por eso, la posibilidad de extirparla para siempre abre el camino a una nueva era repleta de perplejidad e incertidumbre en la que se precisa un lenguaje evolucionado capaz de dar forma a un modo imperecedero de mirar el mundo.

Así pues, el lenguaje, la comunicación y el arte son los principales motores que impulsan la historia de esta novela y que sirven de base al escritor norteamericano para elaborar asombrosas reflexiones sobre la identidad y lo que significa estar vivo en una época que cada vez otorga menos razones para ello. DeLillo es un gran maestro de la palabra y así lo demuestra en Cero K haciendo uso de un estilo sugerente y persuasivo, imbuido de una inconfundible personalidad tan estimulante como las meditaciones que se desprenden de la novela sobre el fin —o en este caso la postergación— de la existencia. Jeffrey me ha parecido una voz protagonista contundente y repleta de matices, una revisión minimalista y algo desorientada del héroe clásico que, rodeado aquí de monjes, pasillos interminables, habitaciones oscuras e imágenes proyectadas de destrucción y barbarie, emprende la consabida gesta en busca del crecimiento y la iluminación interior. 

El resultado final es una obra brutal, gélida y desconcertante, falsamente aséptica, que lejos de provocar entumecimiento lo único que hace es despertar los sentidos a golpe de revelaciones. Puede que Cero K se halle entre las obras más interesantes y accesibles de DeLillo, pero eso no implica que esté hecha para todos los públicos. Sin duda, se trata de un autor muy peculiar al que uno debe aproximarse con calma y prudencia, deteniéndose a contemplar cada instantánea, trazando líneas entre los distintos puntos que forman la historia. El resultado merece mucho la pena. Porque una cosa os digo: si el resto de sus obras son la mitad de buenas que Cero K, bien podría ser cierta la afirmación con la que empecé escribiendo esta reseña.  



Lisa Tuttle - Nido de pesadillas

lunes, 27 de junio de 2016


► Título originalA Nest of Nightmares
► Traducción: Marian Womack
► Año de publicación: 1986
► Editorial: Nevsky
 Páginas: 288



La literatura de terror tiene ante sí un obstáculo de tamaño considerable al que no han de enfrentarse otros géneros novelísticos: la imposibilidad de simular una respuesta física semejante a la de un susto convencional. En efecto, las historias tienen un alto poder de persuasión, capaz de ruborizarnos, arrancarnos una carcajada o un par de lágrimas si consiguen involucrarnos al grado suficiente con lo narrado. Sin embargo, convocar ese familiar torrente de adrenalina que recorre nuestro cuerpo y acelera el corazón ante situaciones de estrés o de peligro es un evento que sobrepasa las limitaciones de la página escrita. Por eso, los que se dedican a escribir obras de ficción en este terreno han de recurrir a diversos y no menos valiosos sustitutivos para paliar esta desventaja: elementos molestos, inquietantes o perturbadores que de un modo u otro inspiran congoja e incluso cierto desasosiego.

Así pues, la literatura que nace y se nutre del miedo es un fino arte por el que Lisa Tuttle demuestra pasear con sobrada desenvoltura. Aunque la gran mayoría de sus historias se desarrolla en entornos aparentemente inofensivos o poco amenazantes, siempre surge a medio camino una leve ruptura de esa cómoda y cotidiana tranquilidad que acaba degenerando en un estallido de locura. Lisa Tuttle no es de las que señalan con luces de neón el lugar donde anidan los pájaros y las pesadillas: no le interesa que apartes la vista, que te tapes los ojos o te encojas de miedo en un rincón. No, ella opta por tenderte su brazo a través de un camino mucho más subrepticio, plagado de tensión y suspense hasta la última línea, donde luego te suelta de un empujón. 

Era una noche tan tranquila y límpida como un grabado. A la luna solo le faltaba una taja de nada para estar del todo llena, y brillaba en un cielo sin nubes, lleno de estrellas. Un grupo de figuras pequeñas bailaba sobre el suelo nevado, levantando las patas delanteras, trotando y salpicando la nieve. De vez en cuando, uno de ellos soltaba un gritito: a medias el relincho de un caballo, a medias un gemido humano. Marilyn sintió su nuca erizarse cuando reconoció a los bailarines que estaba observando asustada: eran los niños.

Existe bastante variedad en los cuentos aquí reunidos, pero también se hace patente la presencia de algún denominador común. Por lo general, Tuttle escribe sobre mujeres desestabilizadas, ya sea por un ruptura sentimental, un hallazgo inesperado o un cambio imprevisto. La escritora norteamericana parece hallar en las relaciones fraternales, materno-filiales (la presencia de niños en esta antología es directamente proporcional al mal rollo que dan) y de pareja el campo de cultivo idóneo para plantar a diestro y siniestro la semilla de la obsesión, el descontrol y la paranoia.

Por ejemplo, en Nido de bichos una mujer huye al encuentro de su vieja tía para acompañarla durante sus últimos momentos de vida. Sin embargo, al llegar descubre que ya hay alguien muy interesado en ocuparse de ella. Hamburguesa de carne de muñeca es una revisión espeluznante de los monstruos infantiles con los que nos asustaban nuestros padres. En Bienes compartidos, una pareja en crisis discute sobre quién se va a quedar con la custodia de su perro, pero acaban tomando una decisión salomónica que tendrá sus consecuencias años más tarde. Otros, como Volando a Bizancio, tratan sobre una escritora venida a menos que asiste una convención literaria donde se verá atrapada por el fenómeno fan que generó su primera novela, mientras que Recorriendo el laberinto es una pieza de letal hermosura en la que Tuttle reflexiona sobre el duelo y los efectos colaterales de insistir en recuperar al ser querido.

Y así hasta un total de trece relatos que sacan a relucir espectros, psicofonías, extrañas posesiones, leyendas macabras e incluso terroríficas deidades de espíritu vengativo. Trece sugerentes invitaciones a explorar el lado más angustioso y turbador de la realidad, narradas con una absoluta despreocupación por los artificios y los lugares comunes. Sin duda, mi valoración general de la colección es positiva, si bien la presencia de algunos relatos poco definidos y la insistente convencionalidad de elementos como el estilo, los temas o la estructura narrativa de muchos otros me impiden verla como una obra sobresaliente; aunque sirve, eso sí, para conocer nuevas y refrescantes perspectivas del género más allá de las que nos ofrecen los títulos que se publican habitualmente en nuestro país. Al fin y al cabo, las pesadillas, como muchas aves, son migratorias. Nada mejor que hacerles un nuevo nido.


Reto 10x10: Luna. Luna nueva

domingo, 26 de junio de 2016

Me parece a mí que a estas alturas del partido sobran las presentaciones, pero sí, hemos organizado una nueva edición del Reto 10x10, que como ya sabréis consiste en leer un mismo título a lo largo de diez días e ir comentando a través de Twitter nuestras impresiones sobre dicho libro. Después, durante otros diez días consecutivos se irán publicando en nuestros respectivos blogs las reseñas correspondientes. Movidos por el apabullante éxito de la pasada edición (¡albricias, al fin!), repetimos con una novedad del catálogo de Ediciones B; la sugerente Luna. Luna nueva de Stephenie Meyer Ian McDonald. La lectura conjunta dará comienzo mañana mismo y terminará el próximo miércoles 6 de julio.




Sileny

Sub_zero

Evey Morgan

Alhana

Babel

Beleth

Oly

Tinuwel
Mangrii
Isa-janis


A partir de hoy podréis seguir el avance de nuestra lectura conjunta vía Twitter mediante los hashtags #Reto10x10 y #LCLuna. Si queréis, además, podéis echar un vistazo al blog oficial del Reto 10x10. Muchas gracias a la editorial Ediciones B por el envío de los ejemplares.


Luna. Luna nueva, Ian McDonald
Ediciones B - 432 páginas

LA LUNA QUIERE MATARTE. Y TIENE MIL FORMAS DE CONSEGUIRLO.

La gélida acritud del vacío. La letal lluvia radiactiva. El polvo que la recubre, tan viejo como la Tierra. La creciente debilidad de los huesos... O puedes quedarte sin dinero para agua. O para aire. O puedes caer en desgracia con uno de los Cinco Dragones, las corporaciones que dirigen la Luna y controlan sus amplios recursos. Pero te quedas, porque la Luna puede hacerte más rico de lo que eres capaz de imaginar..., mientras sigas con vida.

Adriana Corta tiene ochenta años. Su familia dirige Corta Hélio. Han sobrevivido a las implacables guerras corporativas y a la peligrosa paz subsiguiente. Pero ahora esa paz se resquebraja. Es probable que Adriana tenga que morir, aunque no la matarán sus rivales ni la Luna. Sea cual sea su destino, sin embargo, Corta Hélio no morirá.


  • Reseñas


7 de julio: Reseña en Boy With Letters
8 de julio: Reseña en A través de otro espejo
9 de julio: Reseña en Telaraña de Libros
10 de julio: Reseña en Capítulo 26
11 de julio: Reseña en Generación Reader
12 de julio: Reseña en A Petrie le gustan los libros
13 de julio: Reseña en A Doble Altura
14 de julio: Reseña en Book Eater
15 de julio: Reseña en Torre de Babel
16 de julio: Reseña en Lectura Directa


Resumiendo... [libros 62 - 66]

viernes, 24 de junio de 2016

Si Goodreads no me engaña, en el momento de escribir esta entrada llevo leídos 66 libros en 2016. Bueno. No está mal. Sin embargo, dada la importante crisis lectora / bloguera / existencial que he padecido en los últimos meses, podría tratarse de una cifra mucho más elevada. Que sí, que no hay que forzarse. Que uno lee lo que puede dadas sus circunstancias. Pero es que jolines, 3 libros en todo el mes de mayo. Tres. ¡Qué desgracia! No obstante, estoy plenamente convencido de que el verano subsanará esta desidia que me corroe. Por si acaso, tunear alguna que otra sección del blog es también una buena forma que se me ocurre de intentar revitalizar mi vena lectora. Así que aquí estamos, cambiando un poco el formato, con un puñado de reseñas bajo el brazo sobre los últimos libros que he leído hasta la fecha. 



#62. Julian Barnes - El ruido del tiempo

Puede que la biografía novelada de un compositor ruso del que probablemente no hayas oído hablar en tu vida no parezca la premisa más llamativa del mundo, pero la reconstrucción que hace Julian Barnes de la vida de Dmitri Shostakóvich en El ruido del tiempo trasciende los términos habituales de lo que es atractivo y lo que no, resultando en un fantástico ejercicio de reflexión que aborda interesantes vertientes del clásico enfrentamiento entre el humilde funcionario y la opresiva autoridad contra la que se rebela, sin éxito en el caso de Shostakóvich. Y es que, de manera paradójica, el que llegara a ser calificado como uno de los más grandes e influyentes músicos soviéticos del pasado siglo lo hizo pagando el alto precio de sus ideales y ambiciones artísticas, pasando de ser repudiado y perseguido por el régimen estalinista a convertirse en uno más de sus puntiagudos engranajes.
   Barnes, ganador del Man Booker por El sentido de un final, recrea aquí de manera soberbia todo este proceso que abarcó la vida del compositor y nos sumerge a base de pinceladas tan refinadas como certeras en la quebradiza personalidad del personaje biografiado, retratando sus pasiones, sus miedos y sus debilidades, así como el convulso esbozo de una época marcada por tensas conversaciones con el poder que solo conducían al sometimiento o la desaparición. El estilo de Barnes, por otra parte, es una delicia: conciso, algo sombrío, cargado de emoción y de elocuentes silencios. Riguroso, pero sin sonar académico. Y sobre todo, muy, muy honesto. Sin duda, una gran novela que a pesar de su brevedad me ha dejado más que satisfecho y con muchas ganas de probar algún otro título de su autor.

★★★½



#63. Aleksandar Hemon - Cómo se hizo La guerra de los zombis

Aunque su leve tufillo a telefilm de sobremesa no me acababa de convencer al principio, cuando se trata de un título que publica Libros del Asteroide la parte instintiva de tu cerebro avisa de que es muy difícil sentirse decepcionado. Sencillamente no hay sitio para novelas de serie B en su catálogo. Todo lo contrario que en el cuaderno de Josh Levin, treintañero y guionista en apuros que empieza a asfixiarse por la acumulación de ideas para películas que no llegan a ningún puerto. Sin embargo, un buen día decide escribir algo sobre un virus mortífero que convierte a los seres humanos en zombis... y ahí es cuando por fin parece haber encontrado la auténtica inspiración.
   Si aún no te he convencido para que la leas, he de decir que la última novela de Hemon, en la que se aleja radicalmente de las tendencias literarias que lo identifican, constituye una de las sorpresas más gratas y alocadas que he tenido el placer de encontrarme en mucho tiempo. Cómo se hizo La guerra de los zombis es mucho más que el pastiche kitsch que aparenta a simple vista: se trata de una obra comprometida, madura y muy bien escrita, una historia salpicada de un delirante humor grotesco que tan pronto indaga en la crisis profesional y existencial de la mediana edad como en el desarraigo y la extrañeza que sufre un grupo de exiliados europeos alejado de su patria asolada por la guerra. En un mundo aún aturdido por los ataques del 11-S, los personajes de Hemon logran alzarse con una voz entre melancólica y digna de lástima que no es sino el fiel reflejo de todos esos sentimientos encontrados que se dan cita a lo largo de la novela. El final, sin duda, lo mejor de una historia que da algún que otro bandazo pero que, en líneas generales, se mantiene sólida. Si podéis, echadle un más que merecido vistazo. 

★★★½



#64. Michael Cunningham - La reina de las nieves

He leído por ahí en varias ocasiones que La reina de las nieves es una de las novelas más flojas de Cunningham. ¡Pues no me quiero imaginar cómo serán las buenas! En serio, qué maravilla. Su recubrimiento es trágico, gélido y bastante desapacible, pero dentro, en el fondo, guarda una calidez sobrecogedora. Estamos ante una novela inusual y aparentemente poco compleja ambientada en la ciudad de Nueva York durante la década de los 2000. Tyler y Barrett son dos hermanos unidos por un vínculo muy especial que atraviesan etapas bastantes turbulentas de sus respectivas vidas. Tyler, músico ya instalado en la cuarentena y adicto a la cocaína, trata de componer una canción de amor para su novia enferma de cáncer, mientras que Barrett, después de que su pareja haya cortado con él vía sms, vislumbra en pleno cielo de Central Park una extraña luz que parece devolverle la mirada.
    A partir de ese momento avanzamos por la novela a través de escenas y personajes distribuidos sin orden aparente, con la aparición del inexplicable fenómeno lumínico y la posible reelección de Bush como presidente de los Estados Unidos sobrevolando los pensamientos de los protagonistas. No obstante, uno va descubriendo que todo está estratégicamente colocado en su sitio; de repente algo insustancial cobra sentido, aflora un sentimiento inesperado pero lógico, se toma una decisión impulsiva y aun así, consecuente. Poco a poco, y con una prosa que solo puedo describir como exquisita, Cunningham descubre los resquicios más recónditos de toda una galería de personajes tan vulnerables como fascinantes —secretamente conectados unos con otros— y los hace reflexionar de forma magistral sobre la espiritualidad, el amor, la muerte y los diferentes modos de encararla. Emotiva, lúcida y por momentos desgarradora. Una deslumbrante rareza narrativa que no merece pasar desapercibida.

★★★★



#65. Sergio S. Morán - El dios asesinado en el servicio de caballeros

Desde su nacimiento hace ya tres años, el sello Fantascy siempre ha apostado por albergar dentro de su catálogo una pequeña cantera de autores nacionales, fueran ya consagrados o nuevas promesas de la literatura fantástica que hasta entonces nadie se había molestado en apoyar. Sin embargo, después de varios y sonados tropiezos con los títulos patrios de la colección, empiezo a pensar que o bien están perdiendo facultades olfativas en la centralita o bien nadie le ha explicado a las nuevas generaciones de escritores que se necesita aprender mucho antes de poder aportar algo a esto de la literatura. Aunque claro, válgame Dios, ahora hasta los youtubers publican libros. Cómo no se va a publicar esto.
   Y por esto, se entiende, me refiero a El dios asesinado en el servicio de caballeros, un insulso refrito de mitologías diversas que, disfrazado de fantasía urbana, más bien parece como si alguien se hubiera dedicado a pegar por aquí y por allá fragmentos de una novela de Harry Dresden y otra de Percy Jackson. Quizá es que estoy saturado de este tipo de historias, no sé. Al menos la detective Parabellum, protagonista de turno, no es una histérica insufrible y tiene su gracia —aún siendo medio sosilla—, pero el resto de la novela me ha parecido un soporífero desfile sin ton ni son de elementos paranormales y clichés mil veces manidos que en lugar de risa me provocaban un intenso tedio. Trama medio de investigación, medio de aventuras, simplona y algo descuidada, diálogos dinámicos pero poco estimulantes, personajes arquetípicos y sin fondo... creo que lo único que me ha parecido mínimamente interesante de esta novela es esa leve pátina que la recubre con cierto aire de parodia ibérica (¿aún queda alguien que no sepa que los dioses existen y juegan al fútbol?). Pero claro, por lo visto no pasa nada porque, ¡gracias al cielo!, es una novela fresquita, ligerita y sin pretensiones que da exactamente lo que promete y que se deja leer aun con el cerebro desenchufado. Pues mira, lo siento, pero yo entre eso y la salchipapa de Leticia Sabater no veo mucha diferencia. En fin, prescindible hasta la médula.

★★



#66. Jon Bilbao - Estrómboli

No es quizá la última colección de relatos de Jon Bilbao el título más representativo de la línea editorial de Impedimenta, pero sí que comparte esa singularidad y estilo propio que enarbolan la mayoría de sus títulos. Estamos sin duda ante una antología de difícil clasificación, pues las ocho historias que componen Estrómboli se encuentran entre lo más incomparable y heterodoxo que he tenido la oportunidad de leer en mucho tiempo. No se trata ni mucho menos de un compendio de tramas portentosas ni que hagan empleo de grandes recursos formales; más bien, es en su sobriedad y simplicidad sin complejos donde reside precisamente el verdadero encanto de este título. Y en la curiosa sensación, claro está, de tener entre tus manos algo que nunca antes habías leído, pero que resulta de todo menos extraordinario.
   Por las historias de Jon Bilbao se pasean a su antojo oscuros deseos y pulsiones grotescas, fobias incontrolables, rencores, estallidos de violencia y sed de venganza... pasiones con las que de un modo u otro todos nos sentimos familiarizados, sepultadas bajo un tapiz de normalidad que se disuelve poco a poco. Parejas que se odian secretamente, personas hastiadas por un puesto insatisfactorio y que nos disponen de la iniciativa suficiente para intentar cambiar su situación, amigos aplastados por la culpa y el remordimiento. Todas estas relaciones en ebullición transcurren delante de nuestras narices, pero fuera de nuestra limitada vista, en un plano subterráneo donde coexisten pepitas de oro, pórticos ancestrales y cadáveres infantiles. Nunca sabes con qué te va a salir Jon Bilbao a la vuelta de la página, pero de lo que sí estás seguro es que no te gustaría ser ese personaje que lo descubre. Y sí, puede que se eche en falta más rotundidad en ciertos momentos, puede que acabes un cuento y no sepas muy bien lo que acaba de pasar, pero también es cierto que el autor asturiano demuestra a lo largo de Estrómboli estar en posesión de una envidiable facilidad para la construcción del relato y una asombrosa osadía que nos invita a explorar las grietas más espeluznantes de nuestra propia naturaleza humana. La pregunta es: ¿te atreves a entrar?

★★★½


Desafío veraniego: #Tochogate2016

jueves, 23 de junio de 2016

Hace dos veranos ocurrió por aquí una cosa llamada Summerthon de la que, tengo que confesar, aún no me he recuperado del todo. Y es que, de verdad, ¿a quién se le ocurre organizar una maratón veraniega cuando todo el mundo sabe que es la época del año que resulta menos apropiada para leer? Que si la arena de la playa, que si los niños salpicando en la piscina, que si las hojas derritiéndose por el calor... en efecto, sacar a pasear los libros en pleno mes de julio constituye una actividad de alto riesgo. Sin embargo, parece que aún existen individuos dispuestos a dinamitar los estigmas estivales. Gente que hace acopio de fuerzas para convertir los tres meses más calurosos del año también en los más intensos. Y yo, que soy muy sugestionable cuando se trata de tochos, no he podido evitar subirme a este carro capitaneado por la mujer más mala de la blogosfera literaria. ¿Y vosotros? ¿Estáis preparados para sacar la artillería pesada? ¡Bienvenidos al #Tochogate2016!



#Tochogate2016:


1. Garth Risk Hallberg - Ciudad en llamas
984 páginas

La de Risk Hallberg es una de las novelas más notorias del presente curso editorial, un impresionante mastodonte de casi mil páginas que bebe del posmodernismo norteamericano y juega con diferentes formatos narrativos en lo que a todas luces parece un viaje intenso, emocionante y explosivo por el Nueva York de los años 70.


2. Jamie O'Neill - Nadan dos chicos
792 páginas

Empecé esta novela de culto hace justo un año en pleno viaje a Edimburgo, pero se ve que no tenía el cuerpo para tochos en ese momento. Ahora, sin embargo, pocas cosas me apetecen más que zambullirme en la historia de amor y amistad que O'Neill desarrolla con un tormentoso panorama político como telón de fondo. 


3. Marlon James - Breve historia de siete asesinatos
800 páginas

Ganador de la última edición del Man Booker Prize, la super novela del jamaicano Marlon James es uno de los títulos más electrizantes y alabados del presente año. Aunque llevo poco más de 100 páginas, decir que hace justicia a las buenas críticas recibidas es quedarse muy, muy corto. La magistral construcción polifónica de la trama, los personajes tan vívidos y la fabulosa traducción de Javier Calvo y Wendy Guerra otorgan a este libro un puesto inapelable en el ránking de mejores novelas que se han publicado este 2016.


4. Brandon Sanderson - Elantris
800 páginas

Mi relación con Brandon Sanderson se halla en un tenso tira y afloja que no siempre me permite ver la supuesta genialidad de este escritor norteamericano. No obstante, ahora que Ediciones B se encuentra en plena labor de recuperación de sus títulos más sonados, ha llegado el momento de medirse ante Sanderson con lo mejor que tiene. 


5. Stephen King - La Torre Oscura
992 páginas

Mi encuentro con el séptimo volumen de la monumental saga de King lleva demasiado tiempo postergándose sin sentido. Con sus más y sus menos, la Torre Oscura es una delirante genialidad que, en los buenos momentos, saca a relucir el talento narrativo de su autor en su máxima expresión. Y aunque atravesar esta última puerta da un poco de miedo –lo reconozco–, estoy convencido de que el balance final será más que positivo. 


6. Susanna Clarke - Jonathan Strange y el señor Norrell
800 páginas

Susanna Clarke ha conseguido dos cosas importantes con esta novela: por un lado, hermanar fantasía y realismo en un universo narrativo sin precedentes. Por otro, deslumbrar a gran parte de su público y convencer a muchos de que estamos ante uno de esos raros hitos literarios que marcan la evolución de todo un género. No en vano, el debut de Clarke consiguió alzarse en su día con premios tan importantes como el Hugo, el Locus o el World Fantasy Award. ¿Seré yo otro de los que caen rendidos ante el cacareado encanto de esta obra?


7. Lev Tolstói - Anna Karénina
1040 páginas

¿Podríamos hablar de 'desafío' si no hubiera un clásico ruso incluido? No lo creo. Puede que su longitud sea un tanto apabullante, pero teniendo en cuenta lo mucho que me gustaron libros como Crimen y castigo o El maestro y Margarita, encaro la lectura de Anna Karénina con más optimismo que miedo. ¿Saldré indemne de sus mil y pico páginas o me entrarán ganas de arrojarme a las vías del tren a medio camino? Tengo por delante tres espléndidos meses para descubrirlo... 


¡Feliz #Tochogate a todos!


Chuck Palahniuk - El club de la lucha 2

martes, 7 de junio de 2016


► Título originalFight Club 2
Ilustrador: Cameron Stewart
► Traducción: Carlos Mayor
► Año de publicación: 2015
► Editorial: Reservoir Books
 Páginas: 288



La primera regla del club de la lucha es...
Vamos, seguro que sabes cómo acaba la frase. Considerada una novela de culto y catapultada a la categoría de clásico contemporáneo, en gran parte, gracias a la enorme influencia que ejerció su adaptación cinematográfica, El club de la lucha sigue siendo hoy día el mayor hito comercial en la carrera literaria de Palahniuk y un referente instantáneo que utilizamos para definir su obra. Y todo ello a pesar de las dificultades que entrañó su proceso de publicación. ¿Quién le iba a decir por aquel entonces al escritor de Portland que hoy, 20 años después, tendríamos entre manos su cacareada continuación?

Pero aquí estamos, hablando largo y tendido de El club de la lucha como si ello no supusiera violar su propio manifiesto. Puestos a romper reglas, algo que llama poderosamente la atención sobre el regreso de Durden y compañía es su cambio de formato. Siempre he oído decir que el estilo de Palahniuk es excesivamente gráfico. No quiero ni imaginar lo que dirían esas mismas personas si vieran dichas escenas ilustradas. Sin embargo, los fans de Palahniuk sí que podemos disfrutar de su maravillosa incontinencia y gamberrismo narrativos en 288 páginas a todo color que vienen a resucitar antiguas psicopatías, viejos fantasmas aletargados que no dudarán en traer de nuevo el caos y la destrucción a nuestras insignificantes y monótonas vidas. A puñetazo limpio, si hace falta.


Así pues, El club de la lucha 2 transcurre una década más tarde que su antecesora, si bien la sensación de cambio no es muy acentuada. El protagonista, Sebastian, ha logrado mantener a raya su desdoblamiento de personalidad gracias a las pastillas, una decisión que no parece complacer demasiado a su mujer, Marla, que se muestra tan magnética, egoísta e intrigante como siempre y que además continúa deambulando por grupos de autoayuda donde se alimenta del dolor ajeno para anestesiar su propia insatisfacción. No obstante, los problemas conyugales de la pareja quedan relegados a un segundo plano cuando el hijo de ambos desaparece tras un aparatoso incendio que él mismo provocó. 

Lo que viene a continuación es una delirante y frenética travesía por los resquicios de la psique de Sebastian, un viaje cargado de activismo político soterrado, auterreferencias y metaficción que bebe enormemente de la susodicha adaptación cinematográfica (quizá porque hay ciertas imágenes que es imposible eliminar del imaginario colectivo). A nivel narrativo, es cierto que esta segunda parte no aporta demasiado al desarrollo de los personajes ni profundiza en las cuestiones que aborda al mismo nivel que sí lo hacía la novela (quizá porque tampoco sea la plataforma más adecuada para ello), pero El club de la lucha 2 no deja de constituir una interesante vuelta de tuerca al concepto que se tenía de Tyler Durden o de la batalla que emprende el hombre moderno contra el derrumbe y la degeneración de los actuales roles masculinos.


El apartado gráfico de la novela, eso sí, es prácticamente impecable. Es todo lo que uno podría esperar de una historia narrada por Palahniuk: desordenada, caótica, vibrante y explosiva. Un arte en el que tan pronto brilla la luz como salpicaduras de sangre. Sin duda, se complementa muy bien con el aspecto psicológico del texto y añade muchos puntos positivos a la experiencia de lectura. Para mí, desde luego, ha sido un placer reencontrarse con este fascinante microcosmos literario y si sois de los que disfrutaron con la historia original, más os vale echarle un ojo a esta fantástica continuación. Antes de que venga alguien y os vuele la cabeza.



Neal Stephenson - Seveneves (Siete Evas)

lunes, 6 de junio de 2016


► Título originalSeveneves
► Traducción: Pedro Jorge Romero
► Año de publicación: 2015
► Editorial: Ediciones B
 Páginas: 816



Existe todo un campo de la ficción especulativa dedicado a imaginar cómo será el fin de la vida en la Tierra. ¿Acabaremos destruyendo de manera ingrata nuestro propio hábitat o finalmente vendrán otras especies de más allá de nuestra galaxia a dejar claro que el ser humano no es la cumbre de la cadena alimentaria? Mientras unos y otros se debaten entre ambas opciones, el norteamericano Neal Stephenson propone en su última novela una solución intermedia y mucho más terrorífica a esta encrucijada. Algo tan fácil de imaginar y difícil de concebir como que la Luna se fragmente sin previo aviso en siete pedazos que amenacen con eliminar de un plumazo la huella que el hombre ha dejado en este planeta.

La frase con la que Stephenson abre Seveneves es de una contundencia lapidaria, tanto como la idea que subyace tras ella. Un guantazo en toda la cara que no deja de escocer hasta bien entrada la primera mitad de la novela. En ella, seremos testigos de cómo la humanidad trata de agarrarse a un clavo ardiendo para asegurar su supervivencia durante los 5.000 años en los que la Tierra será reducida a una bola incandescente e inhabitable. Para ello, numerosas agencias y organizaciones internacionales comenzarán a construir alrededor de una estación espacial lo que se conoce como Arca Nube, un complejo y delicado sistema de cápsulas y habitáculos que navegarán por el vacío a modo de enjambre. 

Esto, que así explicado parece muy sencillo, presentará a lo largo del libro una serie de complicaciones e imprevistos (tecnológicos y humanos) que mantienen el ritmo cardíaco del lector a unos niveles poco recomendables. En la línea de películas como El marciano, Gravity o Interestelar, Seveneves constituye una suerte de odisea espacial sin precedentes que, a pesar de su densidad y alto grado de explicaciones científicas, mantiene casi en todo momento un ritmo sencillamente frenético. De hecho, esa meticulosidad y rigor a la hora de abordar de forma divulgativa temas como astrofísica, mecánica orbital o reacciones químicas (uno termina el libro con la sensación de haberse sacado un máster en ingeniería espacial) acaba convirtiéndose en uno de los principales atractivos de Seveneves

El agente actúa. El paciente es pasivo. En este caso, un Agente desconocido actuó sobre la Luna. La Luna, junto con todos los seres humanos que vivían en la región sublunar, eran receptores pasivos de tal acción. Podía ocurrir que mucho después los humanos despertasen y actuaran como agentes una vez más. Pero por el  momento, y durante mucho tiempo, no iban a ser más que pacientes.

Una de las pocas pegas que se le pueden achacar a la novela es la marcada diferencia que existe entre la tercera parte y las dos primeras. Con un salto temporal de nada más y nada menos que 5.000 años, el último tercio de Seveneves es un reinicio en toda regla en el que perdemos el contacto con personajes que hemos aprendido a querer (u odiar) y las consecuencias de lo narrado solo son perceptibles porque el autor hace un exagerado hincapié en describirlas. Además, esta tercera parte no ahonda tanto en cuestiones científicas y tecnológicas como en antropológicas, políticas y sociales, materias en la que Stephenson demuestra no tener tanta desenvoltura. No obstante, este traspiés no supone más que un paso en falso dentro de una novela extremadamente ambiciosa, arriesgada y tremendamente imaginativa que hace méritos para convertirse en uno de esos títulos imprescindibles para cualquier aficionado a la ciencia ficción. Así que, si quizás os sentís un tanto atemorizados por su imponente grosor o su alta especialización científica, no os quepa duda: Seveneves es un libro mucho más asequible de lo que parece... y tanto o más satisfactorio como promete.


   

 
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